Capítulo uno

Hola soy Tobi


- ¡Sempai! ¡Deidara-sempai, mire lo que me compré! – gritó un exaltado Tobi, que sostenía entre sus manos una cámara de filmar y lo enfocaba a él.

- Tobi, aleja ésa cosa o te haré explotar hum – advirtió Deidara, concentrado y sulfurado por la interrupción. Estaba sentado sobre un tatami dándole la espalda al enmascarado, moldeando su arcilla.

- ¡Pero no se enoje! ¡Adivine lo que voy a hacer! – comienza dar pequeños saltitos, como de costumbre muy hiperactivo.

- No me interesa, Tobi hum – lo ignora olímpicamente, continuado con su trabajo.

- ¡Sempai no me ignores! – agita sus manos eufóricamente con la esperanza de llamar la atención de su compañero.

Deidara suspiró. Para él había acabado la paz que yacía momentos antes de la abrupta y escandalosa intromisión de su compañero.

Rápidamente ideó un plan para mantenerlo ocupado y alejado de él, como resultado obtuvo una idea arriesgada.

- Sabes… Por qué no en vez de estar molestándome haces algo como subir videos a "Ninjatube" hum – sugiere impaciente, mirándolo por el rabillo de su ojo derecho.

- ¿"Ninjatube"? ¡Oh sí! ¡Es más emocionante que mi idea de filmarlo, sempai! – exclama feliz y emocionado, dando vuelta sobre sí mismo y sacudiendo sus brazos.

Contrariamente a la reacción del enmascarado, el artista abre a más no poder sus ojos aterrado y asombrado, para posteriormente pasar a la completa furia.

- ¡¿Acaso pretendías filmarme todo el tiempo?! Hum –

El artista había gritado muy fuerte, causando que los pájaros de las cercanías huyesen despavoridos. Se puso de pie bruscamente y adoptó una postura intimidan-te, con los brazos extendidos y el ceño fruncido junto a una oscurecida mirada.

Tobi, quién segundo después paró de festejar aterrado, retrocedió como presa a punto de ser cazada, en su caso, explotada.

- ¡Sempai, no se enoje! ¡Sólo quería tener un video suyo mientras hacía sus figurillas de arcilla piratas! ¡Así para algún día ser tan buen artista como sempai! – responde asustado, aun retrocediendo.

Deidara había ensombrecido más su mirada, el enmascarado podía ver como sus manos seguían trabajando la arcilla.

- Un sujeto como tú no podría hacer arte, ni siquiera volviendo a nacer y aprendiendo, desde el principio, de alguien como yo hum –

El rubio hasta ése momento se mantenía paciente a su criterio. Pero el vaso acababa de ser colmado para rebalsar arrasadora-mente.

Tobi sabía que la explosión se avecinaba, por lo que trató rápidamente de cubrir su filmadora nueva.

- Por cierto, deberías tener un filtro. ¡Mis obras no son piratería! ¡Son creaciones únicas! ¡Sé testigo de mi arte explosivo!– realizó el sello a la vez que sonreía y un par de aves salían sus bocas localizadas en ambas manos. El trató de huir pero fue rápidamente alcanzado por los explosivos.

- ¡Katsu! – dijo, y una sonrisa se dibujó en su rostro.

Y Tobi voló literalmente por los aires.

.

.

.

Horas más tarde Tobi aparecía, tambaleándose.

- Por lo menos no me rompió mi cámara – comenta mientras ve el aparato - ¿Qué nombre me debería poner?- adopta una pose pensativa rascándose el mentón - ¡Ya sé! ¡"Hola soy Tobi"! ¡Nadie se llama así! ¡Soy tan creativo! – comienza a saltar y mover por todas partes sus brazos.