Amanece cálidamente en la ciudad. Las tranquilas y amenas calles que son bañadas en aquella aura dorada de nuestro astro mayor son el escenario perfecto de una hermosa mañana relajada. Todos a esa hora suelen estar aún acobijados y hechos un rollito viviente por el fresco matinal, sin embargo, una traviesa dragona de cabellos rubios no estaba así. Ella se hallaba despierta en su departamento, cocinando muy sonriente y con esmero un desayuno especial.

-¡Ah, qué hermosa mañana! -Exclamó Tohru, sonriendo por el aroma de la comida que estaba preparando -Este será un desayuno grandioso ya que lo he preparado con mucho amor para mi adorada Kobayashi. ¡Y lo será más aún por que marcará el inicio de un día más que especial!

Tohru sonrió cariñosamente, mirando con orgullo el vapor saliente de su olla. Sin lugar a dudas este era el día que tanto había esperado.

De pronto un sonido llamó su atención. Una de las puertas de la casa se abrió, dejando ver a una pequeña dragona de cabello blanco, aún con señales de tener sueño.

-Tohru. Buenos días -saludó Kanna, soltando un bostezo involuntario.

-Buenos días, Kanna. Parece que alguien aún tiene un poco de sueño -comentó Tohru, riendo un poco al ver los lentos movimientos de su compañera.

-Algo no me dejaba dormir anoche, Tohru. Falta poco para entrar a clases.

-Con que era eso, ¿no? Veo que estás emocionada por volver a clases, Kanna. Pero no por ello debes perder el sueño. Pronto podrás volver con tus amigos del colegio -comentó Tohru con un ligero tono de regaño, recibiendo solo un pequeño "si" como respuesta. Kanna se veía realmente adormilada.

Nuestra chica rubia sirvió un poco de la comida que había calentado para la pequeña, quien se alegró mucho al probar su plato.

-Tohru. ¡Esto es muy delicioso! -exclamó Kanna, saboreando felizmente cada cucharada.

-Gracias, Kanna. Sabe así debido a que la hice con mucho amor para Kobayashi.

Tohru sonrió ampliamente al decir ello, imaginado a su amada comiendo a su lado en una cita romántica.

-¿Le darás a probar tu cola de nuevo? -preguntó Kanna, devolviéndola a su realidad.

-No, no. Nada de eso. Kobayashi aún no quiere probar mis platillos hechos de ello... Lamentablemente -Tohru hizo un divertido gesto de berrinche inflando sus mejillas, provocando la risa de su acompañante.

El desayuno pasó sin mayor problema, con Kanna completamente satisfecha y recostada en el sofá. Sin embargo, Kobayashi aún no despertaba.

"Sé que a Kobayashi le gusta levantarse un poco tarde los días que descansa, pero es raro no verla despierta a esta hora" pensó Tohru, claramente preocupada por su amada. Ella se levantó de su asiento, dirigiéndose a la habitación de su ama.

-Seguramente le dará mucha alegría si despierta conmigo junto a su cama -se dijo en voz baja, acercándose sigilosamente a su objetivo. Pero, a escasos centímetros de la perilla, pudo escuchar algo raro.

-Sí. Así es... No, a esa hora deberá estar todo listo... Si, ella no debe sospechar nada... Claro, cuento con ustedes... Adiós.

¿Tohru había escuchado bien? ¿Kobayashi estaba hablando con otra persona en su habitación...?

Sus ojos se humedecieron un poco tras ello y, sin pensarlo, Tohru abrió la puerta de la habitación, entrando de manera extravagante.

-¡Kobayashi...! -Gritó nuestra dragona, estirando su mano derecha para tratar de "arrebatar" a su amada de las garras de cualquier ser roba-esposas. Sin embargo no había nada fuera de lo normal. Solamente estaba su ama en la habitación, quedando con una toalla caída sobre sus ligeros pies a causa de la impresión y un extraño cuadro en su mano derecha.

Los segundos pasaban y ninguna de las dos salía del shock. No fue hasta que Tohru miró bien la silueta descubierta de Kobayashi que el silencio entre ambas se rompió.

-¡¿T-Tohru?! ¡¿Qué demonios estás haciendo?! -Preguntó avergonzada Kobayashi, cubriéndose de inmediato con las cobijas de su cama.

-K-Kobayashi... Yo... Yo pensé que estabas con alguien más por qué no despertabas y entré sin pensarlo... Y yo... -intentó explicarse Tohru, sonrojada al máximo por la escena que había provocado.

-¡Sal de aquí ahora! -Gritó la chica pelirroja a más no poder, logrando que espectadora saliera de inmediato de la habitación.

Quizás para Kobayashi eso había sido lo más vergonzoso de su vida, pero Tohru estaba emocionada por haber visto a su amada en todo su esplendor.

"El cuerpo de Kobayashi es tan... Tan... ¡Tan hermoso...!" Pensó Tohru totalmente emocionada, soltando un largo suspiro tras la puerta.

Un poco después, Kobayashi tomó un rápido baño tratando de evitar la mirada de Tohru, acto que se extendió hasta el desayuno.

-Aquí tienes, Kobayashi. Un delicioso desayuno -Anunció Tohru, sirviendo el platillo de su ama en la mesa.

-Sí, gracias -respondió ella de manera cortante. Tohru se sorprendió ante ello. Kobayashi no solía ser muy expresiva, pero nunca había sido tan fría con ella. No de esa manera.

-K-Kobayashi... Espero que te agrade... Yo lo preparé con amor... -comentó Tohru, tratando de romper la tensión generada con el comentario anterior.

-S-si... Sabe bien. Gracias -fue lo único que dijo la chica humana, concentrando su mirada solo en el centro del plato.

Tohru se había espantado. Realmente Kobayashi actuaba más fría que de costumbre. Tal vez le molestó mucho que ella la viera desnuda por completo. "Eso no le habrá hecho ninguna gracia" pensó Tohru con una mirada un poco triste.

Kobayashi terminó su desayuno y se levantó del asiento, mirando de repente a su maid.

-Tohru...

-¿S-si, Kobayashi...?

-Hoy Kanna visitará la casa de su amiga Saikawa y debo llevarla. ¿Podrías hacerte cargo de la casa mientras vuelvo? -preguntó Kobayashi, aún con ese tono indiferente que comenzaba a infundir miedo en Tohru.

-S-si, ama Kobayashi... -Respondió nuestra dragona, quedando inmóvil de la impresión llegando al punto de apenas notar cuando Kanna y su ama salieron del apartamento.

Sin más remedio, Tohru comenzó con los quehaceres del hogar, dando mil vueltas en su cabeza el extraño comportamiento de su amada.

"¿Será que ella este enojada por completo conmigo? No puedo creer que un error tan básico me costara tanto. Creo que no debí desconfiar de Kobayashi. Aunque eso me diera la mejor imagen del mundo, costó el enojo de la persona que en verdad amo... ¿Acaso por ese accidente perdí a mi Kobayashi...?"

Las lágrimas comenzaban a adornar los bellos ojos de la dragona mientras limpiaba la sala, pero algo curioso ocurrió. Justo al caer la primera lágrima desde sus ojos hacia el piso, a la par un calendario caía de su lugar. De inmediato Tohru lo levantó, notando el día en el que se hallaba marcado en varios círculos rojos.

-No... Kobayashi y yo hemos pasado por varias cosas juntas y un accidente como este no podría arruinar nuestra unión. ¡Hoy es una fecha especial y haré todo lo posible para pasar este día con Kobayashi!

Tohru dejó a un lado el calendario y se preparó para salir. Debía encontrar a su amada para disculparse por lo ocurrido.

Sin más retardos, ella salió corriendo a una velocidad impresionante para cualquier humano. Todos los lugares por los que pasaba eran iluminado por un erizante destello azul.

Su primera parada fue la casa de la familia Saikawa, en donde debía estar. Sin embargo la respuesta que recibió no era la que esperaba

-¿Cómo que no está? -preguntó Tohru. Su rostro reflejaba confusión -Pero si ella dijo que traería a Kanna.

-Así fue, señorita Tohru. Sin embargo, ella comentó algo sobre acudir al centro comercial -respondió amablemente Georgie, sonriendo con calma a su visitante.

-¿El centro comercial? ¿Pero qué haría Kobayashi en ese lugar? Si necesitaba algo pudo pedírmelo a mí.

-En efecto, señorita Tohru. Ambas, como maids, podemos cumplir esa petición de parte de nuestros amos. Pero tal parece que la señorita Kobayashi prefirió acudir por su cuenta -explicó Georgie, tratando de empatizar con la situación de Tohru.

Nuestra dragona agradeció la información y, en cuanto la puerta se cerró, corrió nuevamente a una gran velocidad con tal de llegar al centro comercial.

"Kobayashi ha ido por su cuenta a conseguir algo que yo podía traerle. Esto es muy malo. Debo encontrarla cuanto antes para arreglar las cosas" Pensó Tohru, aumentado su velocidad de golpe.

Mientras ella corría, una conversación telefónica sucedía en casa de la familia Saikawa.

-¿Sí?, habla Georgie... Por supuesto, Tohru ha salido tumbo al centro comercial... Así es, ella no sospecha nada. Enseguida llevaré a las niñas... Claro. Nos veremos después...

Minutos más tarde

Tohru había llegado a su destino, buscando por doquier a su amada Kobayashi sin éxito alguno.

-Georgie dijo que Kobayashi se dirigía a este sitio. Pero no logro encontrarla. Es imposible que ella no se encuentre aquí Se decía a si misma Tohru, mirando en todas direcciones. No podía ver o sentir la presencia de su amada en aquel sitio por más que lo intentara, cosa que la comenzaba a irritar. Como consecuencia, sus pasos fueron cada vez más remarcados, ignorando a los demás humanos del centro comercial.

"Si Georgie se atrevió a mentirme, si acaso ocultó algo de mi Kobayashi... Yo juro que... Juro que..."

De pronto, Tohru sintió un abrupto golpe frente a ella que la hizo caer. Tardó unos segundos para recuperarse y darse cuenta de lo sucedido. Tanta era su molestia que chocó sin quererlo con otra persona.

-Oh, lo siento mucho. No miré por donde iba -Se disculpó rápidamente Tohru, levantándose al instante.

-Vaya, vaya. Parece que alguien lleva demasiada prisa, ¿no Tohru?

-¡¿L-Lucoa?!

-Hola Tohru. ¿Cómo te encuentras? -Saludó Lucoa, extendiendo su mano hacia su amiga.

Ambas dragonas caminaron por el centro comercial, buscando un sitio cómodo para hablar.

-Entonces, Tohru. ¿Qué te trae por estos sitios? -preguntó la chica de gorra.

-Lo mismo podría preguntarte, Lucoa. Es raro verte sola en lugares como estos.

-Bueno, la verdad es que me agrada venir a observar a los humanos en su día a día. Hace mucho tiempo vivía siendo adorada por ellos y ahora todo es muy diferente.

-Ya veo. Como viviste algunos años junto a ellos era normal que te adaptaras a sus costumbres

-Así es, Tohru. El mundo de ahora en el que vive Kobayashi está lleno de cosas nuevas y muy curiosas para mí...

-¡Oh, es cierto! -exclamó la chica vestida de maid, interrumpiendo abruptamente a su amiga -Lucoa, necesito encontrar a Kobayashi lo antes posible.

Lucoa, lejos de asombrarse, sonrió por las palabras de Tohru, quien se mostró confundida por esa reacción.

-Así que so te trajo por acá, ¿No es así? ¿Sucedió algo malo, Tohru?

-A-algo así... Verás, hoy por la mañana...

Tohru explicaba a su amiga lo ocurrido por la mañana. Aquel acto glorioso pero a la vez muy bochornoso en la habitación de su ama, así como su comportamiento tras ello.

-Vaya, Tohru. No puedo creer lo que me dices -expresó Lucoa, sonriendo divertidamente por la explicación -No sabía que Kobayashi tenía pudor ante ti después de todo lo que han pasado.

-Bueno. No es la primera vez que alguna haya visto el cuerpo de la otra de esa forma -explicaba Tohru, desviando la mirada. Un ligero tono rojizo comenzaba a iluminar sus mejillas -Pero, creo que esta vez ella se molestó en serio por mi imprudencia...

-Vamos, Tohru. Tú sabes bien que con Kobayashi las cosas no son así -trató de animarle Lucoa, teniendo aún su sonrisa marcada en los labios -Además, estoy segura de que ella volverá a su casa y todo volverá a la normalidad.

-Eso es algo que realmente espero, Lucoa. Hoy es una fecha importante para mí...

-Descuida, Tohru. Las cosas se solucionarán muy pronto. Por cierto, ahora que lo recuerdo. Creo haber visto hace una hora a Fafnir cerca de aquí. Podrías preguntarle si vio a Kobayashi por los alrededores.

El rostro de Tohru se iluminó al instante. Hablar con Lucoa en caso como estos le recordaban la fortuna suya a tenerla como amiga.

-Muchas gracias, Lucoa. En verdad, no sabría que hacer sin tu ayuda.

Tohru se levantó de su asiento y salió corriendo fuera del edificio llena de energías.

-¡Mucha suerte, Tohru! -grito Lucoa a lo lejos, agitando una mano al ver a su amiga alejarse. Ya con Tohru a bastante distancia, ella sonrió y saco de sus "bolsillos" un teléfono móvil, recibiendo una llamada al instante.

-Cómo salió todo -preguntó una voz al otro lado del teléfono

-Hice todo lo que pude para entretenerla. Aunque corremos bastantes riesgos con esto -contestó Lucoa.

-Descuida. Tohru estará bien. Solo necesitamos hacerla perder más tiempo aún hasta que el momento llegue.

-Entiendo. Ella se dirige ya al siguiente punto. Esperemos que todo resulte como lo planeamos.

-No te preocupes por ello, Lucoa. He mandado a la única persona que podría detener a Tohru en esta situación -sentenció la voz misteriosa, terminando de tajo la llamada.

-Esto será divertido -Dijo en voz baja Lucoa, soltando una ligera risa, caminando hacia otro sitio...