Disclaimer oficial: Los personagens no me pertenecen, por más que yo quisiera u.u

Aproveche este capitulo que esta de un infarto (sobretodo a Eriol si se entera jejeje)


Eriol se vuelve en la cama en su recamara. No logra cerrar su ojo frente la revelación que tuvo en su sueño.
Era un sueño breve… lo que más le ponía mal era oír la dulce voz de su novia a clamar por ayuda y él qué… no lograba reaccionar a ía repasado mucho el sueño, desde las cuatro de la mañana y el reloj suele mostrar las siete.Él sabe que esa clase de sueño suele pasar a los magos… son como pequeñas mensajitasLo que no le deja de dar vueltas en su cabeza está en que su prometida puede que esté en peligro y él no logre tener la interpretación mucho el se levanta, con su pijama de seda azul que destacaba a su piel tan blanca. Él se toma el robe y lo pone sin mucha ceremonia, mientras está por hacer el lazo.
La voz de ella se pone fuerte. Aquello sí que era un grito de desesperación. Su voz sonaba aguda y fuerte.

Él logra mirarla cerrar sus ojos y llevar un fuerte golpe en su mejilla.

Ella vuelve a intentar gritar, pero esta vez su voz es estafada con una mano.

Eriol se prende la atención a esta mano, logra mirar una joya de matrimónio. Algo lo desconcentra y… lastima que el pierde los demás detalles.Él hombre de fuertes ojos azules oscuros en un lamento a su lapso se mira el espejo.

Piensa maldecirse por eso, pero en lugar de ello se pone a pensar más sobre lo que el sueño puede reflejar.

Él se acerca a su cama y se pone ahí, sentado con su mirada algo perdida.

‒ Quizás… ¿sí algo pasara, ella me iba a hablar? ‒ Razona él.


Tomoyo se despierta en medio de la noche como suele pasar desde del día en que Sonomi conoció a su dice que esposo.

Ella siente como si sus bragas fueran puestas a la mitad de su pierna, el toque suave a su piel, el puntear de los dedos en una presión, la manera con que la mano pasa a tocar lo más íntimo de su ser.

Tomoyo respira hondo y intenta gritar. Cosa que no parece molestar al hombre de fuertes brazos, ojos azules claros que contrastan con su pelo castaño ángel a Sonomi y una pesadilla a Tomoyo.
Él se acerca más, poniéndose sobre la cama, afastando las piernas de ella y como si nada, él abre su boca con una sonrisa, nada tierna.

Él la segura firme, poco a poco acerca su boca y pone su lengua en contacto con su parte íntima.

Tomoyo, sin mucho que hacer se pone afuera un grito con todo lo desespero que puede hacer.

Ella intenta levantar un poco para evitar que el siga sugando, lo malo es que ella no lo consiguió.

En poco tiempo ella se rinde a esa caricia que él le está haciendo, él brinca con su lengua, haciendo un poco de contacto intenso y un poco más piensa que el ya había terminado con ella, pero lo malo es que era apenas lo inicio de todo…

‒ ¿Ya lo terminaste? ‒ Pregunta una Tomoyo muy enojada.

‒ ¿Te enojas solo porque no tuviste un orgasmo?‒ Pregunta él, mientras se levanta.

La dulce niña de pelo negro como la noche lo mira de una manera despegada, tratando de ocultar su cuerpo abajo de las sábanas.

Ella prefiere no contestarle la pregunta que él hizo, se pone en la defensiva.

‒ Pero… mejor alegrate que hoy… ‒ Él se corta a propósito.

Tomoyo lo mira con el mayor miedo que sus ojos en tono amatista pueden reflejar.

‒ Hoy te haré mía. ‒ Finaliza el hombre.

La garganta de Tomoyo se forma un nudo. Ella no logra contestar, lo malo es que intenta llegar a la puerta de su recamara.

Él tranquilamente la persigue, Tomoyo logra llegar a la puerta, y el hombre la segura fuerte por su cuello, haciéndola perder el aire y gemir de dolor, aparte el gusto de su sangre en su brillantes ojos azules claros se ponen amenazadores a ella y mientras ella utiliza sus brazos para soltarse de el, más le pega y segura fuerte, volviendo con ella a su joven de pelo negro largo intenta liberarse otra vez y grita a todos sus pulmones, recibiendo un golpe a su face que la pone muy roja y ardiente.

‒ No me hagas eso. ‒ Tomoyo implora, mientras llora.

‒ Deberías de saber que llorar es inútil.‒ Contesta él.

Akira acercase a Tomoyo, con mucha paciencia y no parece querer dejarla en paz por esa noche. Tomoyo respira hondo y protesta mientras llora mucho, moviendose en la cama. Akira le derrumba la alza fina de la camisola blanca que trae Tomoyo y la deja a su hombro derecho, local donde él pasa a besar con calma.

‒ Sabes… Tu olor me vuelve en verdad loco. ‒ Akira dice a Tomoyo.

‒ Lo que yo senti dentre tus piernas aún me hace temblar… y temblando és que quiero dejarte. ‒ Akira habla.

Tomoyo movimenta sus piernas, tratando de mantenerlas lo más fuerte y unidas que puede, ella se saca más un golpe de aire y Akira separa las piernas de ella, mientras que con su dedo indicador pasa a tocar a la pared de su himen.

‒ ¿ Así que ese tipo ni hombre fue para sacar tu virginidad? ‒ Akira dice y Tomoyo no contesta.

El hombre de pelo castaño- claro y una mirada firme saca sus pantalones y mira a Tomoyo que sigue atemorizada, el se pone arriba de ella, que trata de empujarlo, pero no logra. Teniendola dominada, el se empuja adentro de ella que solo siente el dolor y el liquido que sale. Con el movimento que el hace con el paso de tiempo Tomoyo se rinde y pasa a sentirse bien, lo que la hace tener una confusion completa en su medio de un delírio completo ella solamente deja salir por su boca el nombre de la persona con quien deseaba estar en climax en este momento.

‒ E...ri..ol… ‒ Dice ella y Akira solo la mira, desgustado.

Akira deja que su climax llegue y luego se levanta, repone sus pantalones y mira a Tomoyo.

‒Ni pienses que él estúpido de su noviecito te va a querer después de lo que hicimos. ‒ El dice y sale.

Tomoyo pasa a llorar desconsolable, porque sí és cierto lo que Akira le dijo.

En el pasillo Akira lo comemora.

‒ Ya es la segunda virgencita que logro tener esta semana. Que suerte! ‒ Dice él


Pues... Sigue la duda quien puede ser la primera?

Hasta luego, Thá.