Aunque he escrito muchos fics de "Expediente X", he decidido empezar a publicar por este. Simplemente, porque me gusta. Pero aviso que el relato es dripper, con Reyes y Doggett. Ya publicaré con Mulder y Scully.
Espero que os guste, y estaría bien que me dejárais algún comentario para saber lo que os ha parecido.
¡Disfrutar!
Poder de seducción
Observaba a su alrededor, como observa un león a su futura presa. El sitio era el de siempre, la misma mesa, la misma copa, y la misma impaciencia.
Por fin la vio entrar, tan perfecta, tan segura de si misma, contoneando las caderas al andar. Se fijó en su vestuario, falda de tubo que resaltaba su esbelta figura, y camisa blanca con amplio escote. Pasó junto a él, echándole una rápida sentó en la mesa de enfrente, como siempre, como cada viernes noche. Levantó la mano para llamar la atención del camarero, y pidió un martini, como siempre. Sus ojos se cruzaron de nuevo, y la chispa saltó entre ambos. Su mirada se mantenía fija uno en el otro, desafiante. Sabían que en ese preciso instante, empezaba el juego de verdad.
Ella se echó para atrás en su silla, en una pose casi engreíó las piernas de debajo de la mesa, y las cruzó despacio. Por el contrario, él se inclinó un poco hacía adelante, con su copa en la mano. Casi imperceptiblemente, ella sonrió, a lo que él respondió levantando su copa y tomando un sorbo.
La mirada de ella era seductora, dolorosamente seductora para él, que no podía apartar sus ojos de los de ella. Ella lo sabía, y jugaba con eso a su favor.
Se inclinó un poco hacía adelante, tal y como había echo él apenas unos minutos antes. Abrió los labios lentamente, y despacio, pasó su lengua sobre ellos, con calma. Él pareció derretirse con ese gesto. Ella sonrió maliciosamente, y volvió a repetir el gesto. Él empezaba a tener calor, y sabía que no era ni por el ambiente del bar ni por las copas que llevaba. Esta vez, fue él quién sonrió, y con un gesto de la mano, la invitó a seguir. Sin moverse de su posición, ella abrió de nuevo la boca, y mojando un poco la punta de su dedo, se lo pasó muy despacio por el cuello, bajando hasta su escote. Allí se detuvo, lo que a él pareció no gustarle mucho. Su sonrisa fue amplia al ver el efecto que produjo en él, y se volvió a recostar en la silla.
Él se removió en su silla, mientras ella volvía a mirarlo fijamente. Se mordió seductoramente el labio inferior, mientras con disimulo, separaba un poco más el escote de la camisa. La mirada de él bailó de sus ojos, a sus labios, hasta posarse en su escote. En su cara se reflejó lo que le gustaba esa imagen.
Se sorprendió cuando la vio levantarse, y acercarse hasta su mesa. Ella se inclinó hacía adelante, posando las manos en la mesa y dejando ver más todavía el abismo de su pecho, hablándole muy cerca de la cara.
"¿Me invita a otra copa, agente Doggett?" preguntó pícaramente.
"Puedo invitarla a algo más que una copa, agente Reyes"
"Mmm, suena tentador" respondió seductoramente y mordiéndose de nuevo el labio inferior.
Se quedaron unos instantes más mirándose a los ojos. Desde hacía unos meses, cuando su relación había cambiado de amistad a algo más, les gustaba seducirse mutuamente cada día de una forma diferente. Él se levantó, la cogió de la cintura y salieron juntos del bar esperando compartir las pasiones que habían despertado en ambos esa noche.
FIN
