Ya era hora de ponerle fin a todo esto. Nunca había pensado que este sería mi final, tan trágico y deplorable.

Tampoco nunca pensé que no iba poner resistencia alguna a tus maltratos. Tanto psicológicos como físicos, y es que yo misma me siento una idiota al no a ser nada.

Sé que este será mi final, porque ya no te puedo detener, tus colmillos cada vez chupan con más fuerza y aunque yo pusiera la mínima resistencia, tu fuerza es mucho mayor que la mia. Tengo que admitir que yo ya he perdido. Por qué yo soy la presa y tú el cazador.

Lo único que deseo es morir en tus brazos, y pronto mi deseo se cumplirá…

Aunque me trates como una mierda, yo te sigo queriendo. Y es que te amo tanto

Que aunque me mates, seré feliz si solo muero en tus brazos y colmillos, si… mi amor por ti es tan enfermo…

Reconozco que soy una masoquista de primera, y este será mi final.

-Te amo, Ayato-kun – El me mira con asombro, y en sus ojos veo una pequeña luz que no sé cómo descifrar, pero no me quedan más fuerzas, le sonrió y luego veo todo negro, sin antes escuchar un…

- ¡YUI!