CLARKE POV
- ¡Clarke! Levántate de una vez – Gritaba su madre del otro lado de la puerta –
- ¡Ya estoy despierta mama!
- Yo no dije que te despertaras, dije que te levantaras.
Mientras me levantaba me odie por no hacerle caso a mi amiga Raven cuando me dijo que comenzara a dormirme más temprano a medida que se iba acercando el comienzo de clases. ¿Por qué ella siempre tiene que tener la razón?
Conocí a Raven el año pasado cuando nos mudamos con mi madre a Phoenix, mi madre, Abby, había conseguido un trabajo en el hospital de esta ciudad, ella era enfermera y desde que mi padre falleció hace 8 años hizo todo lo que pudo para poder darme una buena educación y que nunca falte un plato de comida en la mesa, admiraba a esa mujer.
Después de bañarme y vestirme di una última mirada a la que fue mi habitación por ese año, por lo menos por unos largos meses iba a estar lejos de ella, de mi casa, de mi madre. Se me hizo un nudo en la garganta al recordar que iba a dejar a mi madre sola, nunca estuvimos solas ninguna de las dos, mucho menos después de la tragedia que vivimos, estuvimos siempre la una para la otra, siempre sin importar nada y ahora me sentía mal por dejarla pero ella me decía que no me preocupara por eso, era por mi bien, necesitaba hacerlo, necesitaba tener una carrera, ser alguien en la vida.
- Buenos días princesa – me saludo mi madre dándome un beso en la frente
- Buenos días má
- ¿Cómo estás? ¿Ansiosa?
- Sabes que no, no me gusta la idea de dejarte. Hubiese dado lo que sea por haber conseguido una beca en una universidad más cerca de casa, así no tendría la necesidad de irme.
- No sigas con eso Clarke. No me estas abandonando y tampoco es que estemos tan lejos, solo estarás a unas 5 horas de casa.
- Si y recién te voy a ver para navidad, con suerte. – suspire –
- Termina tu desayuno, anda. – me sonrió mientras pasaba su mano por mi pelo –
- ¿Y si no puedo venir para navidad? – la mire con tristeza –
- Clarke, falta mucho para esas fechas, ya veremos qué hacer. Como siempre hija, despreocúpate por eso.
- Está bien, solo me preocupo por vos. – seguí comiendo el cereal de manera distraída volviéndome a cuestionar por qué no me había esforzado más en obtener mejores notas para así poder quedarme más cerca de ella. Dependía tanto de mi madre que esta separación me iba a costar horrores –
- Clarke – mi madre me saco de mis profundos pensamientos – quiero que tengas esto – me hizo entrega de una tarjeta –
- ¿Qué es esto? – pregunte con el ceño fruncido. –
- Para tus gastos, todos los meses voy a depositarte lo que pueda.
- No mamá, no quiero.
- ¿Y cómo piensas sobrevivir sin dinero? ¿Cómo vas a comprar la comida, los libros o lo que sea que necesites?
- Me conseguiré un trabajo de medio tiempo – dije con seguridad –
- No, eso ni hablar, mucho menos en el primer año de la carrera, entre la adaptación al nuevo lugar y a los nuevos compañeros no podes sumarle un trabajo, por lo menos no este año. Por favor hija, no hagas de esto una discusión, yo voy a estar más tranquila sabiendo que al menos tienes algo de dinero en tus bolsillos.
- Está bien mamá, gracias.
Terminamos de desayunar y mi madre me ayudo a bajar las cosas de mi habitación, Raven iba a llegar en cualquier momento así que quería tener todo listo, siento la angustia quedarse en el centro de mi pecho, odio las despedidas, las odio de verdad… El timbre sonó…
- Hola señora Griffin
- Hola Raven, dime Abby
- Lo siento, Abby. No me acostumbro – dijo rascándose la nuca en señal de nervios, nunca entendí porque siempre estaba nerviosa delante de mi madre. – ¿Estas lista rubia? – me pregunto sonriente.
- Claro.
Llevamos mis cosas hasta su coche una vez fuera de casa la angustia volvió más fuerte que antes, las lágrimas se hicieron presente cuando abrace a mi mama antes de subirme al auto, ella besaba mi frente y me decía que todo iba a estar bien, que íbamos a hablar todas las noches, intento separarse de mi pero yo no aflojaba el abrazo.
- Clarke – al fin se separó para tomar mi rostro entre sus manos – tengo algo más para vos, espérame aquí. – volvió a entrar a la casa. Cuando volvió a salir unos minutos después lo hizo con un paquete entre sus manos – Ten, ábrelo después. Te amo hija – beso mi frente – todo va a estar bien Clarke, deja de llorar por favor. – yo solo logre asentir – anda ve, que Raven te está esperando.
- Te voy a extrañar – volví a abrazarla
- Yo también hija. – suspiro - Adiós Clarke.
- Adiós mamá
Maneja con cuidado
- Si señora Griffin – contesto Raven desde el auto.
Me subí al auto con el regalo que me había hecho mi madre entre mis manos, me puse el cinturón de seguridad y vi por el retrovisor como la imagen de ella se iba haciendo cada vez más pequeña a medida que el auto iba avanzando.
- Tranquila Rubia, Abby va a estar bien, al igual que vos.
- No puedo evitar extrañarla ya, nunca me separe de ella Rae.
- Lo sé. Pero ya estamos en la etapa de independizarnos Clarkie.
- No me digas así. – rodé los ojos –
- ¿Qué te regalo mamá?
- No lo sé.
- Ábrelo ¿Qué esperas?
Raven parecía más impaciente que yo por ver lo que había envuelto en el papel de regalo, no me gustaba la idea de que se pusiera en gastos, así que solo espere que no sea algo caro o innecesario. Saque cuidadosamente el papel de regalo encontrándome con una caja, sobre ella había una nota escrita a puño, era la letra de mi madre…
"Quiero que vivas Clarke, no puedo impedirte que tropieces, no puedo estar ahí pegada a vos para asistirte en la caída. Te estorbaría mi excesiva protección y te haría extremadamente dependiente. Pero puedo prometerte que voy a estar ahí para curar tus raspones. Te prometo que aunque sea de lejos siempre estaré contigo para cuando me necesites.
Tú tienes la solución porque tu inteligencia te lo permite, pero si necesitas ayuda no dudes en pedírmela porque allí estaré siempre para escucharte cuando necesites desahogarte. Sé que no soy perfecta pero pondré todo de mí para acercarme a la perfección que necesitas de mí como madre.
Te amo hija, tú puedes
PD: Ya aprendí a usar el Skype… Así por lo menos vamos a estar más cerca."
Otra vez no pude evitar que alguna lágrima cayera por mis mejillas, las palabras que mi madre me había escrito me llegaron directo al corazón y se depositaron ahí como una suave caricia.
Suspire y me seque las lágrimas de mis mejillas, abrí la caja para encontrarme con un portátil, negué con la cabeza, eso no era necesario, en realidad no lo era.
- Wow Clarkie, que buen regalo que te hicieron.
- No era necesario Rae. Y ya para de decirme Clarkie no me gusta.
- Bueno, bueno. Y si era necesario, a veces te sacan del apuro esas cosas, con los libros y diferente información que necesites y no la tengas de manera tangente.
- No me llevo bien con estas cosas.
- Lo sé, para eso me tienes a mi - dijo sonriendo de lado –
Después de unas largas pero entretenidas 5 horas de viaje llegamos a destino. Nunca había visto tanta gente junta en mi vida, no sé si era porque nunca preste atención o que pero en verdad, me sorprendió lo distinto que puede ser el mundo cuando te encuentras sola y lejos de casa. Bueno, sola no estaba, la tenía a Raven quien en tan poco tiempo se había convertido en mi mejor amiga, casi decir que éramos como hermanas. Adoraba a esa pequeña nerd.
- Si no te hubieses dormido al momento de mandar las inscripciones para los dormitorios no estaríamos separadas, Griffin.
- Lo sé, lo siento ¿Si?
- ¿Mira si ahora me toca dormir con una lunática?
- Ya Rae, ni que fuese tan malo.
- ¿Y si es una asesina en serie? Vas a tener que pagar mi funeral.
- Deja de decir idioteces.
- Y si – dejo de caminar frenándose de golpe, se acercó a mí para susurrarme – ¿y si es una loca que tiene una cocina química?
- ¿Cocina química? – susurre -
- Si, ya sabes. Como los de Breakin Bad – seguía susurrando –
- Esa no me la se – continúe susurrando –
- Que preparan droga Clarkie –
- ¿Por qué estamos susurrando?
- Para hacer la conversación más interesante – reímos –
- Anda Rae, ya te pedí disculpas. Yo te dije que me hicieras acordar.
- Tres, Clarke – hizo el número con sus manos – tres veces por día te llamaba para hacerte acordar, pero no tu cabecita rubia vuela por cualquier lado y ni te acordaste de mandar los papeles. Si no te conociera diría que todavía andabas enamorada.
- No estoy enamorada Raven.
- Andabas dije, andabas. Hablando de pasado.
- Oh, ni lo menciones por favor – la corte antes de que pudiera decir algo que no tenía ganas de escuchar –
- Vamos, ¿me vas a decir que no tienes ganas de volver a verlo?
- Si, para partirle algo por la cabeza.
- ¿Qué fue lo que hizo para que estés así de enojada después de tantos meses?
- Ya… olvídalo Rae – suspire –
- Decís que soy tu mejor amiga pero no confías en mi – dijo con un tono triste –
- Rae – deje los bolsos en el piso y apoye mis manos en sus hombros – Sos mi mejor amiga, sos como mi hermana. Finn es pasado y es donde lo quiero dejar, en el pasado, no quiero recordar nada de él, ni lo que paso esa noche. Por favor.
- ¿Tan precoz fue?
- ¡Raven! – la mire con el ceño fruncido –
- Ya… ya. No pregunto más, aunque me gustaría que algún día me lo cuentes.
- Algún día. – suspire – llegamos a tu habitación – agradecí en ese momento por haber llegado y poder cortar con ese tema, no me gustaba hablar de el –
- Es que Clarkie él..
- Rae, por favor… No.
- Está bien. ¿Te veo después?
- Si, avísame si tu compañera no es una traficante, asesina o algo peor. – reímos –
- Suerte con tu compañera.
- ¿Qué tan mala puede ser? – le guiñe un ojo y continúe mi camino –
Mi habitación quedaba un piso más arriba que el de Raven, después de todo lo que mi amiga me dijo me entraron un poco de nervios. Me pare frente a la puerta y suspire - vamos Clarke, no te dejes influenciar por la paranoia de tu amiga – pensé.
Abrí la puerta y para mi sorpresa mi compañera de cuarto todavía no había llegado, grandioso, voy a poder elegir el lugar que quiera, ¿O tengo que esperarla para ver qué lado quiere? Bueno supongo que ella no se molestaría en esperarme, ¿O sí?
Termine eligiendo el lado izquierdo de la habitación, era un mono ambiente bastante grande, las camas individuales estaban situadas a los costados de las ventanas junto con un escritorio con una silla, mesa de luz y un pequeño placar. En el living que también era comedor había un sillón de tres cuerpos y una mesa ratona, aparte una mesa redonda con tres sillas, lo más chiquito era la cocina y el baño, pero podría llegar a ser acogedor.
Deje el portátil que mi madre me había regalado sobre el escritorio, después tendría que llamar a Raven para que me ayude a configurarlo, o lo que sea que se necesite hacer. Nunca tuve la suerte de tener computadora o algo parecido, lo más tecnológico que llevaba conmigo hasta ese entonces era mi celular y no porque me gustara sino por un tema de mantener un contacto, hablando de celulares, tendría que mandarle un mensaje a mi madre para avisarle que ya habíamos llegado bien, me senté en la silla con rueditas y comencé a escribir el mensaje.
Yo: ¡Hola! Ya hemos llegado sanas y salvas. Estoy en mi nueva habitación pero mi compañera de piso todavía no ha llegado.
Mamá: Hola hija. Qué bueno que llegaron bien. ¿Te gusto mi regalo?
Yo: Si mama, no tenías que hacerlo. Lo sabes ¿No?
Mama: Lo sé, pero quería hacerlo. Por lo menos con eso nos podremos ver. Te quiero Clarke, tengo que entrar a trabajar.
Yo: Yo también te quiero mamá. Hablamos más tarde, que tengas buena jornada.
Puse el bolso sobre la cama para empezar a acomodar la ropa, abrí la puerta del placar y me encontré con frazadas y un acolchado. Deje uno de los juegos de sabanas que había traído sobre la cama y guarde toda la ropa. El otro bolso lo deje sin deshacer ya que contaba con la ropa de invierno y no tenía lugar donde ponerla. Puse las sabanas en la cama y saque el acolchado, tenía olor a limpio, como si todo lo hubiesen preparado ese mismo día, estaba terminando de colocarlo y escuche como se abrió la puerta, levante la cabeza para poder ver por primera vez a mi compañera de piso y…
- Grandioso – murmuro cuando me vio. Dejo sus bolsos sobre su cama y se acercó a mí – Solo una regla Griffin, vos no me hablas y yo no te hablo. ¿Te quedo claro? – no pude responderle y vi como empezaba a impacientarse - ¿Todavía no aprendiste a hablar Cla-Cla-Cla-Clarke? – rodo sus ojos y salió de la habitación –
De todas las personas de la ciudad, del país, del mundo ¿Me tenía que tocar compartir habitación con Lexa Woods?
