La verdad no me acuerdo cuando se me ocurrió esto. Creo que me iba durmiendo en el autobús :v

La cosa es que últimamente escucho demasiado Morat, y siempre he querido escribir un songfic, y el Diakko es como mi fucking otp so...

No se, no se, ni yo se como se me ocurren estas cosas.

La verdad es que tengo una lista de 20 canciones de Morat ordenadas para adaptarlas a esta historia y que la continúen. La historia esta en mi cabeza, pero no prometo escribirlas, toma demasiado tiempo xd

En fin :v ojala disfruten mis desvarios 3


Cuando nadie ve

La verdad no recordaba cómo había comenzado.

Roces de manos, miradas discretas, acercamientos accidentales, mucho tiempo a solas.

Ocurrió de forma tan progresiva que cuando se dieron cuenta, se habían besado.

Bueno, ella había besado a Diana. ¡Pero Diana le había correspondido!

Sin embargo, Akko estaba segura de que había comenzado antes, porque ese día, ese momento, fluyo de forma natural.

No fue un arrebato, un impulso en el que no pensó las consecuencias.

No.

De hecho si lo había pensado.

Recuerda como estaban riendo, aunque no recuerda por qué.

Recuerda pensar en lo bonita que era la sonrisa de Diana.

En lo mucho que quería besarla.

¿Podía hacerlo no?

¿Qué pasaba si lo intentaba?

Lo peor que podría pasar es que la rechazaran.

Así que se acercó, muy lentamente, para dar oportunidad a la otra de alejarse.

Diana se veía nerviosa, sonrojada y confundida. En general parecía tener un ataque de pánico.

Pero no se alejó.

Luego fingieron que nada había pasado y continuaron estudiando.

Y Akko se preguntó cuando había empezado lo que sea que tenían.

Claro, tampoco era demasiado, era solo un beso. No hubiera pasado nada si solo se quedaba ahí.

Pero se repitió.

Una, dos, tres, cuatro, ya había perdido la cuenta.

Pero ocurría muy constantemente.

Cuando la biblioteca se quedaba sola, cuando eran las ultimas en salir del aula, cuando se fugaban a la ciudad.

Cuando las miradas se alejaban y las distancias se acortaban.

En los que Diana dejaba caer su fría mascara de hielo y la miraba.

Y Akko le devolvía la mirada, y se sentía derretirse, y se preguntaba como unos ojos azules podían arder con tanta intensidad. Estaba segura que ni siquiera los suyos, siendo rojos, ardían así.

Una mirada exclusiva para ella.

Causada por ella.

Tan intensa, que sabía que nadie nunca podría llegar a mirarla igual.

Y ardían.

No sabía si existía el infierno.

Pero cuando sentía los labios de la otra contra los suyos, o las quemaduras causadas por las yemas de sus dedos, o escuchaba las respiraciones entrecortadas los alientos mezclados.

Sabía que valdría la pena.

Y se sentía infinita, porque en esos momentos solo existían ellas dos, y nadie podía juzgarlos, nadie podía arruinar ese momento.

Pero entonces alguien entraba a la biblioteca, o llegaba la siguiente clase, o se hacía tarde y tenían que volver a la academia.

Y el azul en los ojos de Diana volvía a ser del color del hielo, y Akko se sentía congelar.

Y nunca se molestó por eso, lo entendió, siempre entendió. Tenía claro su papel.

"Nos queremos cuando nadie ve"

Y estaba bien, por tantas razones que le hubiera tomado un buen rato enumerarlas todas.

Diana no era cualquier persona, era Diana Cavendish. Tenía responsabilidades; con su familia, con el mundo y con ella misma.

Y por mucho que a ella misma le parecieran preocupaciones tontas, Akko no era quien para decirle como vivir su vida. ¿Qué sabia ella de todos modos?

No venia de una familia noble, era probablemente el peor estudiante de Luna Nova, era extranjera, y para colmo era mujer.

Tampoco era tonta. Puede que no le importaran cosas como la nobleza o el estatus social, pero entendía que se tomaban esas cosas en serio, y entendía que Diana lo hiciera.

Diana había sido criada para pensar en esas cosas.

Ella no tenia por que venir a imponerle su forma de pensar.

Así que.

"Si me preguntan por ti...

Diré que es mentira que toda una vida he soñado contigo"

También era un poco injusto decir que todo era por Diana. Akko era perfectamente consciente de que a ella también le convenía la situación.

No tenia idea de lo que haría si sus padres se enteraran, y ya sufría suficientes burlas por ser un mal estudiante como para darle mas escusas al estudiantado para intentar humillarla. No sabia si estaba prohibido o no mantener relaciones románticas en la academia pero no dudaba que algunos maestros aprovecharían la oportunidad para agregar razones a su expulsión.

Al final, las cosas funcionaban mejor así, sin que nadie recibiera balas perdidas.

"Si me preguntan por ti...

Diré que no es cierto que duele por dentro que no estés conmigo."

Estaba bien.

"Todo parece mentira..."

Mientras tuviera a Diana estaba bien.

"Es nuestro castigo..."

Mientras siguieran intercambiando esas miradas que detenían el tiempo…

"...Fingir que somos amigos"

Estaba bien.

"Fingir que somos amigos

Y cuando no haya testigos...
Mi vida entera te daré.
Cuando nadie ve"