Swirl Fire


Desde aquellos años de mi adolescencia nada había cambiado, continuamos disfrutando de nuestros momentos en familia. Por un tiempo, aquellos momentos cambiaron cuando Jack y yo nos fuimos a vivir a Rusia; para así yo poder obtener la licenciatura de doctor; por lo que al cabo de un año regresamos a convivir con el resto de la familia. Semanas después de nuestra llegada, Edward y Bella decidieron vivir a otro lugar; por su ida nos sentimos desbastados pero pudimos impulsarnos para continuar.

Junto a mi padre y Jack, comencé a trabajar en mi profesión y lo adoré, obviamente tenía momentos en el que no deseaba estar en aquel lugar como también empezar a deprimirme por algunos casos pero gracias a mi familia salía adelante y continuaba con mi trabajo.

Por un par de años nos mudamos a otros lugares, hoy en día, nos encontrábamos en Florida. Mis hermanos continuaban protagonizando a adolescentes en los penúltimos años de preparatoria, por otra parte, mi madre se entretenía en casa realizando tareas del hogar, bordando, leyendo…

-Doctora- Llamo una de las enfermeras, interrumpiendo mis pensamientos. Levante la mirada hacia ella- La llaman desde la sala de emergencia- Hablo sutilmente hacia mí.

Me levanté de mi lugar, rodeé mi escritorio y fui hasta donde se encontraba ella.

-Gracias por avisarme- Le ofrecí mi agradecimiento. Ella me sonrió amablemente para luego irse a su lugar del trabajo.

Caminé por aquellos pasillos pesadumbres, me dirigí deprisa hacia la sala de emergencia donde me ocupe de un paciente que había sufrido un terrible accidente y estaba en estado grave, inmediatamente lo llevamos a la sala de operaciones en donde hice todo lo que tenía en mis manos para que sobreviviera. Cuando termine y lo enviaron hacia su designada habitación, me cambié; miré la hora y me percaté que había pasado dos horas desde que tendría que haber dejado el hospital, mis padres, hermanos y esposo me ahorcarían ya que hoy festejábamos mis vigésimo tercer cumpleaños.

Corrí hacia mi oficina donde deje mi bata en el perchero, tome mis cosas y corrí hacia la mesa de entrada.

-¿Se va, Dra Platt?- Cuestionó la enfermera Anders; es una de las pocas enfermeras con las que hablaba ya que no estaba acosando ni coqueteando con mi padre y esposo.

Utilizaba el apellido de mi madre porque ahora era la hermana menor de ella, para que no cuestionaran ser su hija y ser mayor de edad, como creían que era.

-Sí, se me hizo tarde- Le dije sonriéndole, firme unos papeles y salí del establecimiento, conduje hacia el hogar que convivía con mi familia. Corrí hacia la entrada, me quité mi abrigo y observé por todo el alrededor en busca de algún miembro de la familia.

-Hola- Salude al viento esperando a que esta me oyera. Nadie respondió por lo que me encaminé hacia la sala.

-¡Feliz Cumpleaños!- Gritaron todos al unísono, sonreí por el hecho.

-Ya veintitrés años- Sollozo mi mamá acercándose a mí y me rodeo entre sus brazos, yo rodee su cintura y escondí mi rostro en el hueco de su cuello; aspirando el aroma que tan bien conocía.

Comencé a sentir mucho peso en mi espalda, levanté la mirada para observar el por qué y vi que mi papá y hermanos se habían unido al abrazo, visto esto, volví a acomodarme en el hueco del cuello de mi mamá. Luego nos separamos y mis hermanos comenzaron a despeinarme, a empujarme, a molestarme; especialmente Emmett.

Cuando dejaron de molestarme, vi a Jack riéndose de la escena que estaba presenciando.

-¿Y tú que te ríes?- Dijo empujándolo juguetonamente- Debes defenderme- Reproché sonriendo.

-No cuando se trata de tus hermanos- Informo mirándome con una enorme sonrisa- Por cierto, feliz cumpleaños- Hablo tomándome de la mano, dando un beso en la palma de esta.

-Gracias- Manifesté estupefacto. Aunque siempre hiciera aquel acto siempre me sorprendida por ello, es un gesto tierno- Te amo- Articulé.

-Y yo a ti- Imito articulando, se inclinó hacia mí y deposito un tierno beso corto.

Posteriormente abrí mis regalos; claramente Alice me obsequió ropa, Jasper me regaló un libro de intriga, Emmett me regaló una gorra de baseball con la letra C bordada en el frente, Rose me obsequió set de maquillaje, papá y mamá me obsequiaron una pulsera de plata.

-Se los agradezco- Les agradecí.

-No hay de qué- Dijo Rose. Al cabo de minutos apareció Edward, Bella, Ness, Jacob y Milo; este último tenía trece años, crecía normalmente, había sacado la naturaleza de su padre.

-¡Feliz cumpleaños!- Me felicitaron.

-Gracias- Dije levantándome de mi lugar, y los abrace a cada uno, aunque todavía no podíamos llevarnos bien con Jacob, nos respetamos.

-Es increíble cómo pasa el tiempo- Dijo Bella sorprendida.

-Es cierto, creo debimos regalarte un bastón- Hablo Emmett, me voltee hacia él y entrecerré mis ojos hacia él. Los demás rieron por lo bajo pero obviamente seguía enojado con él- Creo que sería más útil un silla con ruedas- Hablo entre risas.

-Y sería más útil darte un buen golpe- Dije maliciosamente.

-¿Quieres acudir a la violencia?- Cuestionó.

-Sí es necesario lo haré- Hable con decisión.

-Nada de peleas físicas- Regaño mi papá y mi mamá al mismo tiempo- Mejor que en este momento no allá ninguna pelea ni física ni verbal- Prefirió mi papá.

-Claro, papá- Dijimos todos juntos; me mordí el labio para no reírme. Continuamos el día disfrutando de nuestra compañía familiar; riéndonos, conversando, jugando. Quería que este día nunca acabará, que nunca amaneciera o que se tuvieran que ir.

Nos reunimos en la sala y miramos unas películas como solíamos hacer hace un tiempo. Fue el mejor día que podría haber tenido.


La saga de Crepúsculo le pertenece a Stephenie Meyer.

Hola gente bonita! Comenzamos con la nueva secuela, espero que les haya gustado, dejen algún comentario si fue así ;)

Gracias! Besos

Kam!