Regrese con una nueva historia Cadley :) Volver a ver capitulos de House logró que me dieran ganas de volver a escribir y es porque amo a Thirteen! La verdad estoy muy ocupada con los estudios, así que en cuanto tenga un tiempo tranquila me voy a poner a escribir la continuación :)
Como siempre, House NO me pertenece, sí así fuera Trece hubiera estado toda la 8va temporada y Cameron también! jajaja
Una mujer de cabellos castaños y mirada penetrante se dirigía a la barra del bar donde se encontraba. Había tenido un día bastante agotador siendo el blanco de burlas de House todo el día, en realidad eso podía considerarse como parte de su rutina, pero lo que de verdad la saco de sus casillas fue que ese día, todo el personal del hospital parecía encantado de compadecerse de la pobre mártir bisexual. Su mañana comenzó con Foreman tratando de entablar una conversación sobre su enfermedad y sobre sus hábitos de llegar sin dormir al trabajo, eso había sido suficiente para empezar su día de mal humor. El siguiente fue Taub quién como siempre y sin rodeos dijo que era una idiota por tirar su vida de esa manera, después de tal muestra de sinceridad ella solo le dio la espalda restandole importancia y se dispuso a caminar con su paciente. Cuando termino de realizar las pruebas fue interceptada por Cuddy quién le pregunto como se encontraba, llegando finalmente al punto de recordarle el caso de Spencer para que no ser volviera a repetir algo así de su parte. Pero el detonante que hizo que la mujer se estresara había sido nada más ni nada menos, que la moralista y compasiva Allison Cameron, quién inusualmente había tratado de empezar una conversación con ella, llegando al punto de preguntarle por su enfermedad. Hasta ahí había logrado conservar la compostura, pero al verla a los ojos fue recibida por una mirada que reflejaba ese sentimiento que tanto odiaba, la lástima. Trece la observo fríamente y despidiéndose con un "No necesito tu ayuda ni tu compasión" volteo hacia la salida, subió a su auto y llego finalmente al bar donde se encontraba ahora.
Estaba cansada de que la gente se metiera en su vida, no los necesitaba a ninguno de ellos, no quería su compasión. Sin pensárselo dos veces le pidió una cerveza a Roger, quién conocía a Trece debido a que la castaña frecuentaba diariamente a ese lugar. Roger quién era un hombre de unos 34 años y bien parecido, destapó una cerveza y se la paso a Trece.
- ¿Tuviste un mal día? - Dijo el hombre al tiempo que limpiaba unos cuantos vasos. Trece quién ya estaba bastante cansada bufo molesta y le dio un trago a su cerveza.
- Remy - La había llamado Roger preocupado. - Sabes que nunca cuestiono tus habitos de beber, pero tienes que entender que de estar forma no vas a llegar a ninguna parte. Tienes que compartir lo que te molesta con los demás. Porque no llamas a un amigo o algun colega que pueda escucharte. - Trece lo miro a los ojos y sin más estallo en carcajadas.
- ¿Amigos? ¿Colegas? No gracias, ya es bastante mala la reputación que tengo en el hospital como una puta que se acuesta con cualquiera. No necesito que sigan circulando rumores míos ni que hablen a mis espaldas. Y ahora que se enteraron que me estoy muriendo todo el mundo se preocupa por la pobre moribunda. - Dijo Remy mientras tomaba otra botella de cerveza.
Roger suspiro con pesadez. Era imposible convencerla de hablar, la morena tendía a cortar todo tipo de relaciones, o conversaciones que se relacionaran a su privacidad. Si bien el sabía de sus problemas, solo fue porque en una de sus borracheras Remy se quebró y lloró contándole todo. Ese fue el día en que ella se entero de su enfermedad y desde aquella vez sus visitas se habían hecho más frecuentes, al igual que el alcohol, las drogas y el sexo ocasional. Observo como se tomaba rápidamente su sexta cerveza o tal vez séptima y se dirigía un poco coqueta hacia una rubia que estaba bailando. La morena la invito otro trago y después de unas cuantas risas y varias copas, ambas se estaban besando. Remy la tomó de la mano y se dirigieron a su departamento, en el pasillo Remy seguía besándola con urgencia al mismo tiempo que abría su puerta y acorralaba a su compañera contra la pared. Ya dentro del departamento se dispuso a quitarle sus ropas, entre tanta lujuria rápidamente habían llegado a su cama. Remy abrió el cajón de su mesa de noche y saco el frasco con éxtasis que había estado guardando, rápidamente saco algunas pastillas del frasco y se las trago, mientras tanto la rubia había comenzado a despojar a Trece de sus ropas. Y así otra de sus noches se volvió a repetir, la morena ya se encontraba bajo el efecto de las drogas y el alcohol y sin ser capaz de pensar en nada se acostó con esa mujer, no sentía la calidez que provocaba el cariño, ni tampoco sentía tristeza, estando en ese estado de adormecimiento era su única manera de escapar de dolor y de la soledad...
