Después de la Guerra.

Capítulo 1:

Regreso a sus brazos.

Harry permanecía sentado en su dormitorio observando hacia afuera después de la guerra, veía como la mayoría del lugar estaba en ruinas, aun algunos cuerpo de sus compañeros o de los mortifagos adornaban el escenario de Hogwarts, inclusive aquel de un gigante se podía ver en el puente de la escuela. De igual manera alguna acromantulas se podían ver caminando entre los escombros en los que yacían los seguidores de Voldermort ya muertos.

"Como acabamos así…Ganamos…pero a la vez perdimos mucho…Fred…Remus…Tonks… ¿Por qué?" mentalizaba el joven de cabello negro con unas lágrimas rodando por sus mejillas, sus puños cerrados y sus nudillos blancos, mostrando el enojo y la impotencia que sentía en esos momentos.

La puerta del dormitorio se abría dejando entrar una chica pelirroja, con un uniforme un tanto estropeado, vendada de la rodilla izquierda y de la mano diestra, caminaba lentamente a donde el pelinegro y lo abrazaba por la cintura recargando cabeza en la espalda del mismo.

El chico siente esas distintivas manos de la mujer que sostiene su corazón desde hace ya más de dos años, alzando su diestra con la que se limpia las lágrimas que resbalaban sus cachetes pero Ginny lo detenía y lo volteaba para que la viera directamente a sus ojos color chocolate, los cuales se clavaron sobre los de tonalidad esmeralda del salvador del mundo.

-No ocultes tus lágrimas conmigo Harry—dice la Weasley mientras ponía su mano sobre el corazón de Potter. –Sé que te duele y lo sé muy bien, pero no te ofusques de la persona que te ama, estoy aquí para ti amor, eso nunca lo dude—le decía aun sosteniendo la mirada cristalina del joven mago.

-¿Aún quieres ser parte de mi vida? ¿A pesar de todo lo que ocasione?—Harry la veía aun intentando pelear con las lágrimas que bañaban sus orbes verdes.

-Harry—Lo miraba la pelirroja sonriéndole. –Crees que voy a dejar ir a la persona que he amado toda mi vida. Desde que me contaron tu historia, y cuando por primera vez te vi en King Cross, perdido y flaco, con ropa tres veces más grande a tu talla. A pesar de que tú nunca me notaste hasta muy recientemente, siempre pensé que solo te vería de lejos, disfrutar tu fama, novias y demás cosas que la vida te diera – dejaba salir una leve risita –pero esa vez que me besaste después de ganar la copa de Quidditch, sabía que eres el indicado para mí. Y a pesar de que estuve en brazos de otros chicos- esto hacia que Harry pusiera una expresión un tanto lastimada –y no de la forma que piensas bobo, si no en un noviazgo con Dean y con Michael, nunca en realidad deje de pensar en ti. Añore estar a tu lado, te debo toda mi existencia Harry, si tu no me hubieras salvado en el segundo año, yo simplemente no estaría aquí- decía firmemente la pelirroja y sin previo aviso, rodeaba el cuello del joven, plantándole un beso como nunca antes.

El beso hacia que a Harry se le erizara el vello en su cuerpo, mientras la pelirroja tomaba control de la situación jalándolo a la cama y recostándose en la misma con el mago encima de ella, el beso cada vez se profundizaba más y más.

Harry se sostenía con ambas manos en la cama mientras que su pareja, acariciaba su rostro suavemente, pasando sus delicadas manos por las mejillas del chico, lo cual hacia que este se sonrojara aún más con el beso y las acciones de la maga.

El beso se estaba convirtiendo en un desenfreno carnal , la chica acariciaba por encima de la playera los pectorales del joven, mientras que este con una de sus manos tocaba las pierna de la chica apenas y rosándola, lo cual hacia a Ginny temblar de sobremanera, mientras subía más y más la mano Harry, la Weasley dejaba salir pequeños suspiros y más aún cuando tocaban el muslo interno de la misma.

-Espera…Ginny…- suspiraba entre besos el joven sin soltarla.

-¿Qué pasa Harry?—cuestionaba la chica sin dejar de besarlo.

-No quiero que…hagamos algo que no quieras tu…quiero que sea especial…- se detenía y la veía a sus ojos café claros. –Aparte…quiero que esto en verdad sea formal…Quiero pedir autorización a tus papas para estar a tu lado, sin importar nada. Ya no tenemos que apresurarnos o preocuparnos por un futuro incierto. Voldemort ya no está, y quiero disfrutar cada momento especial a tu lado sin prisa alguna. —decía desde lo más profundo de su alma el chico, mientras que a la más chica de los Weasley se le llenaban de lágrimas de felicidad sus ojos.

-Quiero mi vida a tu lado Ginny—decía firmemente Harry con una sonrisa que derretía a Ginny de solo verla.

-¿Lo dices enserio Harry?—decía con una voz entre cortada la chica.

-Lo juro…No me veo con nadie más que no seas tú—aseguraba el muchacho.

Las lágrimas se le desbordaban por los ojos a la pelirroja, no cabía en sí misma la felicidad que sentía en ese momento, por fin estaría con aquella persona que robaba cada segundo su pensamiento, estaría con el muchacho con el que de niña al oír su historia decidió casarse a pesar de no conocerlo. Su sueño se había hecho realidad.

El joven sonreía como nunca lo había hecho, a pesar de todo el dolor que lo atormentaba y a pesar de haber perdido a muchos seres queridos por el capricho de un mago, ahora tenía un futuro seguro, él sabía que ahora su vida al lado de ella sería muy diferente, él ya era solo de ella, y ella solo de él, sus destinos eran uno.

-Harry, no se…como agradecerte que me hagas la mujer más feliz del mundo, simplemente no se cómo hacerlo, eres la persona más…increíble y sabes algo—decía Ginny sin despegarle la vista a los ojo de Harry –Daré todo de mi parte y nunca te defraudare, me toca cuidarte como tú lo hiciste tanto con mi familia como conmigo—

El pelinegro sonreía enormemente ante lo dicho por su pareja y nuevamente la besaba de una manera tierna y lenta rosando sus labios con su lengua, siendo correspondido por la chica de la misma manera.

Continuaban unos minutos así hasta que se separaban para tomar aíre sin despegar la mirada el uno del otro mostrando una felicidad inigualable a pesar de las penurias que acababan de suceder.

El chico se levantaba y jalaba a la muchacha de su mano que no estaba lastimada.

-Pensé que te perdía Harry—decía la chica ligeramente sollozando en el pecho del chico –cuando te vi en los brazos de Hagrid, mi mundo se derrumbó, si no hubiera sido por mi padre que me sostuvo, hubiera atacado a Voldemort directamente sin importarme nada. Mi mundo se venía abajo cuando te vi desfallecido. No podía soportarlo. ¿Qué haría yo sin ti? Mi vida se hubiera vuelto un valle de sombras.—era la primera vez que Harry oía tan triste a su chica.

-Tú me mantuviste vivo cuando Tom destruyo esa parte de su alma que vivía en mí, tu recuerdo me hizo aferrarme a la vida, tu rostro, tu sonrisa fue lo último que vi al recibir esa maldición. Gracias a ti sigo vivo. – decía Harry felizmente al tenerla nuevamente en sus brazos.

La chica comenzaba a llorar silenciosamente en el pecho del chico.

-No me vuelvas a dejar Harry, eres todo lo que más amo en este mundo, nunca más me dejes—decía Ginny entre el llanto.

-No lo hare pequeña—decía acariciándola – no pienso dejar mi futuro, ya que sin ti no tendría un futuro…te amo Ginny…-

La pelirroja lo volteaba a ver directamente a los ojos ante aquella palabra.

-¿Enserio?—

-Con cada partícula mágica de mi ser, te amo—afirmaba Harry felizmente.

-Yo también…- susurraba la chica.

-Lo sé—decía el joven –Y gracias por hacerlo—

Ambos chicos se mantenían abrazados el uno del otro por un lapso indeterminado de tiempo, simplemente disfrutando el roce el uno del otro.

-Debemos bajar, todos estarán preocupado—decía Harry alzando la cara de la pelirroja suavemente.

-Tienes razón—decía mientras se incorporaba la chica.

Y juntos tomados de la mano salían del dormitorio de los chicos felizmente al tenerse el uno al otro nuevamente.