Disculpen mi ausencia pero simplemente no habia podido escribir, tengo un bloqueo grave con mi otra historia pero gracias a mi mentesita logre hacer otra :) Por ahora no se cuando pueda seguir con Medicine la verdad agradeceria ayuda porque quiero terminar la historia para ustedes. Pero bueno aqui les traigo una nueva; debo advertirles que la historia tiene palabras fuertes (no muchas pero las tiene) y bueno es algo interesante. Dependiendo de si les gusta o no actualizare pronto. Tambien estare cambiando los puntos de vista durante la historia, seran entre Aome, Inuyasha y tal vez Tercera persona. Los pensamientos estan asi. Las quiero mucho y de veras disculpen mi ausencia 3

Inuyasha no me pertence pero esta historia ideada por mi mente si :)


Recuerdo aquel día como si fuese ayer. Yo iba caminando sola por la calle, creo que eran mas o menos las tres de la mañana. Mis tacones mataban mis pies, las lagrimas en mis ojos hacían mi vista borrosa, estaba casi desnuda, tenia frío, mi ropa que no era mucha, estaba completamente rasgada, llena de agujeros y mi cabeza dolía como nunca, sentía que me martillaban el cráneo con cada paso que daba. Mi bolso guindaba en mi hombro derecho; tenia mucho frío eso es lo que mas recuerdo, me abrazaba con mis brazos tratando de obtener calor pero era inútil; ni un solo carro pasaba por la calle para que yo pudiera pedir la cola.

La luna estaba completamente blanca en la copa del cielo negro, habían unas cuantas nubes que trataban de abrazarla pero el escalofriante viento lo impedía. Todo estaba demasiado callado lo único que se escuchaba eran mis tacones en el suelo pero también podía escuchar el zumbido de la música a todo volumen en mis oídos. Estaba realmente mareada, todo daba vueltas nada era concreto. Empece a limpiar mis ojos sin importarme que mi maquillaje exagerado se arruinara, debía ser fuerte, no había tiempo para lloriqueos. Al ver, mis manos estaban llenas de negro y escarcha, nada podía ser peor.

De pronto de la nada apareció una camioneta lujosa color verde oscuro a mi lado, me di cuenta de su presencia por el sonido de los cauchos en el asfalto. Me detuve sintiendo como mil agujas punzaban mis pies a la vez que veía los vidrios extremadamente oscuros de la camioneta, no se veía nada hacia adentro, aunque si tenia una idea de quien podría estar allí. Un hombre rico seguramente por la apariencia de su camioneta, lo mas probable un hombre de negocios que estaría dispuesto a pagar mucho dinero. En eso cuando me acerque inconscientemente al carro el conductor rodó la ventana del copiloto mostrando su figura, como estaba oscuro no pude divisar bien quien era pero lucia joven lo cual me dejo todo claro. Niño hijo de papi saliendo de una fiesta probablemente borracho en su camino se topa con una muchacha...

-Oye te- no deje que terminara de hablar cuando ya me había adentrado en el automóvil, los asientos eran de cuero con un aroma peculiar aunque realmente agradable. Me deslice sin problemas en el amplio asiento cerrando la puerta tras de mi. Me miro por unos segundos de arriba abajo lentamente para luego asentir y tomar el volante. Me imagino que estaba viendo si valía la pena gastar en mi, si lo valía. Arranco en silencio sin decir palabra alguna, generalmente dicen cosas pervertidas para "hacer ambiente" o empiezan a tocarme. Pero el no lo hizo, nisiquiera me miraba. Genial. De seguro era un violador o un asesino, eso pensé en aquel momento pero no me importo, mi vida era una real mierda como para que me importara si se terminaba, mas bien me haría un favor, no soy lo suficientemente valiente como para hacerlo yo misma. Yo pienso que la gente que se suicida son los que deberíamos admirar, son lo suficientemente fuertes como para hacerlo. Trata de matarte y veras que es lo mas difícil que puedas hacer en tu vida. Por que? Porque los humanos son la cosa mas egoísta y egocéntrica en el mundo.

El joven empezó a andar por las calles como si estuviese buscando algo, tal vez un amigo, tal vez un motel. El silencio seguía vivo, tan vivo que parecía hablar. Lentamente el silencio fue arruyandome haciendo que mis ojos se cerraran, estaba realmente cansada y a dolorida. Poco a poco mis párpados se hacían mas y mas pesados mientras veía pasar las casas rápidamente por las ventanas. No tenia idea de a que velocidad íbamos, yo solo sentía que flotaba. Generalmente ante un extraño nunca me hubiese quedado dormida, generalmente ante un extraño ya estuviese ocupada con otras cosas pero por alguna razón me sentía segura con esta persona. Mis párpados finalmente se dieron por vencidos y todo quedo en oscuridad absoluta.


Cuando volví a abrir los ojos me encontraba en un lugar diferente que creo era un parque o por lo menos eso parecía desde la ventana de la camioneta, de pronto sentí algo suave sobre mi cuerpo y me di cuenta que tenia una manta puesta encima. El miedo me inundo al pensar que tal vez me había cortado o sacado algo de mi cuerpo mientras dormía, me quite la manta desesperada sintiendo cada parte de mi cuerpo en su lugar y sin ningún dolor a parte de los que ya tenia antes, haciéndose mas fuertes gracias a mis movimientos bruscos, me queje ante ellos haciendo que la persona a mi lado se levantara de golpe.

-Hey, hey! Tranquilízate- dijo el joven tomando mis hombros desnudos con sus grandes manos, sentí la calidez de ellas y mis músculos que estaban rígidos y tensos se relajaron automáticamente. Me miro fijamente a los ojos y me congele, tenia una mirada muy fuerte y penetrante -Esta bien, no voy a hacerte daño…- dijo tranquilizándome con su voz ronca, yo asentí despacio. Soltó mis hombros acomodándose de nuevo en el asiento del piloto, yo me moví quedando nuevamente en donde estaba -Estas bien?- pregunto muy bajo pero serio. Ante su pregunta solo pude reírme sin ganas, Que si todo estaba bien? hace años que nada esta bien -Que es tan gracioso?- pregunto sin entender mi humor. Yo negué con la cabeza para darle a entender que no importaba, mi garganta empezaba a sentir los daños que le había causado hace un rato, me ardía al respirar -Esta bien, juguemos al mudo entonces- dijo el un poco irritado.

Todo se quedo en silencio nuevamente, mire mi cuerpo lentamente dandome cuenta de los moretones que empezaban a surgir en mis brazos y piernas, suspire con resignación ahora tendría que gastar dinero en maquillaje para ellos. El hombre a mi lado me volvió a mirar al escuchar mi suspiro.

-Tu…- dijo muy bajo pero gracias al silencio lo pude escuchar claramente, subí la mirada encontrandome con sus ojos que brillaban en la oscuridad como dos soles -Quien eres…- pregunto vacilando.

-Quien quieres que sea?- pregunte por costumbre, la verdad no me percate de lo que había dicho hasta que sentí su respiración muy cerca de mi rostro, no se si yo me había movido o había sido el pero el hecho es que estábamos bastante cerca, nuestras narices se rozaban, nuestros alientos se encontraban y sus ojos perforaban los míos como si buscaran algo.

-Quiero que seas tu y me digas quien eres- demando con seriedad. Entonces me separe un poco y lo mire de arriba a abajo.

-Eres policía?- pregunte alarmada tratando de abrir la puerta pero estaba cerrada, lo mire con desesperación, si era un policía estaba arruinada.

-No soy policía, te hubiera llevado directamente a la jefatura no crees?- dijo el con tranquilidad, pero no me podía fiar. Lo mire aun asustada así que decidí pegarme poco a poco para abrir el seguro de la puerta sin que se diera cuenta -Ahora solo quiero saber quien eres- me volvió a preguntar.

-Y solo sere quien quieras que sea- respondí de manera sensual como solía hacer, note como se volvía rígido por lo que no pude evitar sonreír, lo estaba distrayendo y cada vez me acercaba mas a los seguros para poder abrir la puerta.

-Basta de juegos, dime quien eres?- pregunto irritado.

-Por que tanta curiosidad?- Cada vez me acercaba mas al seguro de la puerta.

-Porque si-

-Porque si no es una respuesta- la verdad estaba disfrutando el juego, había olvidado momentáneamente mis dolores ya que estaba mas concentrada en salir de allí. Los vidrios del carro estaban empañados por lo que al pegarme a mi ventana sentí el frio en mi espalda desnuda y me separe ante el tacto congelante por lo que tuve que disimular mi movida. El joven suspiro en busca de paciencia, vi como llevo su mano a su cara y volvió a mirarme, el reflejo de la luna se coló por el vidrio por unos instantes dejando al decubierto su rostro, era realmente atractivo!

-Sabes que ya me harte- se acerco a mi agarrando una de mis muñecas halandome hacia el, de golpe nos encontrábamos nuevamente muy cerca, nariz con nariz, su boca a apenas unos centímetros de la mía y sus ojos volvían a indagar en mi -Eres o no eres tu- susurro para si, sabia quien era? Prendió la luz de la camioneta descubriendo los rostros de ambos. La claridad repentina me obligo a cerrar los ojos por la incomodidad, poco a poco los fui abriendo apreciando al muchacho que se encontraba ante mis ojos, la expresión de su cara era de sorpresa absoluta. Yo no entendía que le pasaba, estaba tan destrozada? El empezó a separarse de mi pero sin soltar mi muñeca yo lo mire mientras se movía incrédulo hasta estar recostado de la ventana. Su rostro me era vagamente conocido, la nariz perfilada, la boca delgada, el cabello desarreglado, pero lo que mas me intrigaban eran esos ojos color ámbar tan intensos como salvajes, tal vez lo había visto en un cafe o algo era bastante apuesto así que dudo que lo borrara tan fácil de mi mente -Eres tu…- me dijo con los ojos aun bien abiertos.

-Disculpa?- pregunte asustada, como que si era un policía y me acababan de agarrar.

-Eres tu!- volvió a repetir mas alegre, genial el tipo estaba alegre de atraparme.

-Sueltame- dije en seco tratando de zafarme de su agarre pero era inútil me tenia bien agarrada -Que me sueltes dije!- le grite llegando a la desesperación repentinamente, el se quedo callado como si estuviera pensando pero nunca dejo de mirarme -Déjame ir por favor- le volví a decir pero el negó con la cabeza -Que me dejes ir joder!- grite a lo que el trato de acercarse a mi -déjame ir!- estaba completamente asustada y sentía la adrenalina correr por mis venas, con una fuerza que no tengo idea de donde salió logre soltarme, mis manos fueron directo al seguro para abrirlo y salir. Logre abrir el seguro así que le di a la manija que abría la puerta pero esta no lo hizo, le di y le di y le di como loca pero no abría, empece a golpear el vidrio aunque sabia era imposible romperlo, las lagrimas empezaron a salir de mis ojos no podía creer lo que estaba pasando, no podía creer que me habían atrapado como una idiota, tanto nadar para morir en la orilla -No me lleves por favor, yo no quería…- dije llorando con fuerza al tiempo que golpeaba el vidrio. Lo que me parecía extraño es que no había intentado detenerme o decirme que me callara, que no había arrancado el carro y me había puesto unas esposas. Lentamente me voltee para mirarlo de seguro me estaba apuntando con una pistola, había esperado que hiciera mi espectáculo para después simplemente ponerme el arma entre las cejas y hacerme callar. Pero no fue así. El simplemente me miraba sin entender -Quien eres?- pregunte entonces.

-No me reconoces?- pregunto esperanzado, yo negué lentamente con la cabeza, sus ojos mostraron tristeza ante mi respuesta -Pense que si lo harías…-

-Tengo cara de adivina o que?- le pregunte limpiando mis lagrimas que seguían saliendo, el se río sin ganas.

-Tan sarcástica como siempre…soy yo, Inuyasha- hablo serio viéndome a los ojos sin pestañear.

Todo en mi organismo se detuvo, hasta una lagrima que estaba por salir pareció retraerse. Mis pulmones dejaron de funcionar y hasta mi corazón se paro unos microsegundos para después comenzar a latir tan rápido que martillaba mi pecho en cada latido. No podía hacer nada estaba congelada, mi mente aun procesaba aquel nombre…era imposible no podía ser el…debía ser una broma de mal gusto de los policías, una trampa lo mas probable, eran tan malditos que podían jugar con eso.

-Abre la puerta- susurre, todo esto me abrumaba, tenia que ser una mentira, era imposible que fuera el.

-Soy yo Inuyasha, no me recuerdas?- pregunto el acercándose a mi.

-No te acerques!- le grite deteniéndolo en seco -No se quien eres, abre la puerta-

-No la voy a abrir hasta que no me creas-

-Ya te dije que no se quien eres, te equivocaste de persona, abre la puerta maldita sea me tengo que ir- empece a darle nuevamente a la manija tratando de abrir la puerta haciendole entender que estaba desesperada por salir.

-Puedes patalear todo lo que quieras pero no te voy a dejar ir hasta que no me creas- me dijo cruzando de brazos, yo lo mire enojada.

-Mira no se si eres policía o que el hecho es que no deberías jugar con las cosas personales de la gente. Si piensas que me voy a creer tus mentiras estas equivocado. Esta bien no tienes que pagarme podemos hacer lo que quieras antes de ir a la jefatura no le diré a nadie de seguro alguno de tus amiguitos te lo dijo así que dime que quieres que haga y acabemos con esto- estaba realmente furiosa, como podía afirmar que era EL, tenia cierto parecido pero no era posible que de verdad fuera el. El me miro con lastima -No me mires asi- odiaba que cualquier persona, mas un hombre, me mirara con lastima.

-Que tengo que hacer para que me creas?- pregunto.

-Nada, porque no te voy a creer- mi voz salía mas severa de lo que pensaba. El asintió y encendió la camioneta, yo me quede callada de seguro se rindió, íbamos camino a la jefatura. Empezamos a salir de lo que parecía un bosque pero la verdad no me importaba, me volví un ovillo en el asiento abrazando mis piernas con mis brazos, nada importaba, estaba en un GRAN problema. Enterre mi rostro entre mis piernas, las lagrimas empezaron a rodar en silencio por mis mejillas mientras trataba de ahogar mis sollozos. De nuevo el frío se apoderaba de mi por lo que temblaba en contra de mi voluntad, nos detuvimos un momento, debía ser un semáforo o algo, pasaron unos segundos cuando sentí la manta sobre mi. No me moví para verlo, policía queriendo ser amable… Pasaron veinte minutos los cuales conte en mi mente cuando volvimos a detenernos. Apago el carro y escuche como abría la su puerta bajandose del carro dejandome sola en este. 1-2-3, automáticamente se abrió mi puerta sintiendo la brisa fría que entraba en la cabina.

-Baja por favor- lo escuche decir, trague duro, aquí vamos…

Baje del auto con lentitud, las agujas volvieron a clavarse en mis pies cuando mis tacones tocaron el suelo. No podía alzar la mirada estaba decepcionada de mi misma, todos estos años nunca me habían agarrado y de pronto caí en una trampa tan estúpida. Me quede en donde estaba, la verdad me dolía mucho todo el cuerpo.

-Mirame- demando firmemente, que quería? Hice lo que me pidió ya no tenia sentido pelear. Lo mire encontrandome con su mirada dura, puso sus manos sobre mis hombros de nuevo, podía ver el delgado humo que salía de su boca debido al frío que hacia -Soy yo Inuyasha, tu eres Aome la mejor amiga de mi hermana, solías llamarme Kiki porque siempre me montaba en los arboles como un mono, ibas casi todos los días a mi casa- mientras hablaba cada palabra me golpaba como una cachetada, como sabia todo eso esta persona? -Solian ver películas de miedo todas las noches, jugábamos en la piscina de la casa- seguía y seguía diciendo cosas que me hacían recordar esos momentos felices de mi vida.

-Para…- susurre, no podia seguir escuchando me dolia demasiado.

-Amas la salsa de pasta que hace mi mama-

-Para- volvi a pedir.

-Iban a clases de matemática juntas-

-Para- volví a pedir llevando mis manos a mis oídos.

-Una vez explotaron la licuadora haciendo merengadas- el seguía sin parar volviendome loca, basta, basta, basta!

-Basta no sigas- las lagrimas volvían a formarse en mis ojos.

-Y si aun no me crees mira en donde estas- paro de hablar buscando aire, yo simplemente trataba de tranquilizarme, mire a mi al rededor sin poder aguantar las ganas de llorar tan grandes que surgían de mi.

Era el lago…en donde solíamos pasar las vacaciones de verano a donde nos escapábamos y acampábamos, donde pase los momentos mas felices de mi vida…

-Ahora me crees?- pregunto el, yo me voltee a verlo, me quede allí sin hacer nada. Las lagrimas seguían corriendo por mis mejillas, el me seguía viendo esperando una respuesta de mi parte. Todo era muy abrumador estaba mareada y no lo creía, pero solo podía ser el, nadie podría saber esas cosas si no era el, EL estaba allí frente a mí luego de tanto tiempo…mis rodillas temblaron en señal de debilidad haciendome caer al suelo pero Inuyasha me agarro antes de que tocara el piso -Aome estas bien?- pregunto asustado cuando me tuvo en sus brazos, eran cálidos y fuertes. Yo asentí al no poder encontrar mi voz aun estaba en shock -Ven sientate- me alzo en sus brazos sentandome en el asiento de la camioneta en donde había estado hace unos segundos. Veia al piso sin poder creer lo que ocurría, Inuyasha subía y bajaba sus manos por mis brazos tratando de calentarme, estaba temblando no solo por el frio sino por todo lo que pasaba. Nos quedamos en silencio por un buen rato, necesitaba tiempo para analizar todo -Podemos hablar?- ante su pregunta subí la mirada buscando sus ojos,la verdad no estaba segura si debía hablar…

Tal vez el destino me había hecho topar con el de nuevo pero mi vida no iba al ritmo de la de el y nunca lo haría, mi vida no iba al ritmo de nadie. Hacia una diferencia el habernos topado? No. Estaba feliz? Si, pero como todo en mi vida la felicidad no duraba mucho. Ya lo vi, se que sigue vivo y esta bien, que mas necesito saber? Nada. Asi que agarra tus cosas querida y ponte a caminar, no tiene sentido que te quedes hablando con el solo hará todo mas difícil.

-Me tengo que ir- dije sintiendo el dolor de mis palabras, me moví para buscar mi bolso pero Inuyasha me detuvo.

-No- replico fuertemente buscando mi mirada pero la evitaba ya que si lo veía a los ojos me quedaría.

-No puedo quedarme…- dije poniendo mis pies en el suelo sintiendo como antes las agujas en mis pies. En mi mano se encontraba mi bolso, lo agarraba con tanta fuerza que mis nudillos me dolían, era el único soporte que tenia. El seguía allí parado frente a mi en silencio esperando a que cambiara de parecer -Adios…- susurre dando un paso al lado para empezar a caminar, el se quedo allí parado sin moverse lo cual agradecí. Camine unos cuantos pasos mas las lagrimas volvían a brotar. Por que no podía pasar nada bueno en mi vida? me pregunte. En eso sentí una mano en mi brazo halandome hacia atrás.

-Espera- me dijo el, yo me pare mas no me voltee, ya me había visto llorar mucho hoy -Tienes a donde ir?- y el balde de agua fría callo sobre mi. La verdad si me iba en aquel momento tendría que dormir en un banquillo en algún parque o debajo de un puente ya que no planeaba regresar a "casa" -Aome responde- me dijo impaciente.

-Si…- mentí, la verdad yo era muy buena mintiendo, lo había aprendido durante los últimos años pero por primera vez en mucho tiempo ni yo me creí lo que decía. El suspiro y me volteo de forma de que nos viéramos cara a cara.

-No me mientas…tienes en donde quedarte o no?- me miro fijamente a los ojos examinando cada rincón de mi rostro buscando algún señal de basilacion. Bien sabia que si volvía a decir que si se iba a dar cuenta de que estaba mintiendo pero si decía que no tal vez se ofrecería a llevarme a un motel o algo y no quería…no quería encariñarme.

-No…- respondí luego de unos segundos, el asintió.

-Vamos te llevare a casa- dijo mas para si que para mi. Hizo un gesto para que me moviera pero no pude -Aome vamos no te voy a dejar aqui-

-Hazlo…a demás no puedo ir a tu casa! que dirán…- en aquel momento volví a pensar en mi mejor amiga y su familia, su hermano menor, sus padres. Que dirían si me vieran como estoy ahora? Después de tanto tiempo aparecerme así de la nada a invadir su espacio personal? No me parecía correcto, a demás NO DEBIA encariñarme... ya habia logrado decir adios hace mucho tiempo.

-Vivo solo, si es eso lo que te preocupa- me dijo casualmente -Ahora vamos- pero yo no me moví.

-No, dejame aquí en serio no hay problema- respondí tratando de caminar fuera de su agarre.

-Ya te dije que no pero que terca eres niña!- niña…extrañaba esa palabra. Yo volví a negar con la cabeza cruzando de brazos, un acto bastante inmaduro pero tal vez así se iría. Vi como reviraba los ojos en irritación -Me estas pidiendo que te deje aquí en el medio del bosque a menos dos grados centígrados, sola,muerta de frio y sin lugar a donde ir?- sonaba bastante mal pero si eso era lo que pedía así que asentí, el suspiro pasandose una mano por la cara -Mira no puedo hacer eso- iba a reclamarle pero me callo poniendo su mano sobre mi boca -Solo esta noche- me dijo -Solo duerme en mi casa esta noche y luego te puedes ir- Una noche no sonaba mal, podría dormir unas horas y me despertaría antes que el y así me iría, son solo unas horas, nada de cariños ni despedidas ni nada, solo unas horas de sueño y ya -Lo harás?- pregunto ante mi silencio, lo mire y asentí lentamente. El respiro aliviado y acto seguido nos montamos en la camioneta.

Salimos del bosque entrando en la carretera luego de unos minutos, gracias a Dios, el había prendido la calefacción haciendo que el frio que sentía se desvaneciera casi por completo, a demás también tenia puesta encima la suave y tibia manta, no solo para calentarme sino que estaba un poco apenada de estar tan descubierta ante el, algo raro si me preguntan debido a lo que tengo que hacer para vivir…Durante el camino no hablo, lucia mas bien pensativo. Yo sin poder evitarlo cerré los ojos para descansar un poco, no estaba dormida del todo sabia que ocurría a mi al rededor pero tenia los ojos cerrados. Pasaron varios minutos cuando sentí la camioneta detenerse. Abri mis ojos divisando un conjunto de pequeñas casa de una sola planta, el se bajo y yo lo imite usando aun la manta sobre mi cuerpo. Se puso a mi lado hasta guiarme a la puerta de su modesto hogar, era la casa numero 28. Con su llave abrió la puerta sin problemas y me dejo pasar para luego seguirme y cerrar la puerta tras si. Prendio la luz dejando a la vista la sala y la cocina, al final del cuarto una puerta y la derecha de la cocina otra.

-Estas en tu casa- me dijo amablemente quitandose la chaqueta. Yo lo mire y le sonreí, me sentí extraña pero bien, tenia mucho tiempo sin sonreír de verdad y sonreí aun mas cuando vi como se formaba en sus mejillas un leve sonrojo -Eh, aquí esta el baño por si quieres bañarte- me dijo caminando hasta la puerta que estaba a la derecha de la cocina algo nervioso, no pude evitar sonreír aun mas era tan tierno.

-Un baño no estaría mal- le dije, el asintio.

-Ya te traigo unas toallas y ropa para que te cambies- dijo mientras desaparecía por la otra puerta, supongo que era su cuarto. Mientras el buscaba dichas cosas comencé a ver a mi al rededor, su casa era bastante bonita. La pequeña sala consistía en un sofá de tres puestos hecho de cuero negro, lucia bastante cómodo, en frente una mesa de vidrio baja. Habia una pequeña chimenea y sobre esta un televisor pantalla plasma, no sabría decir de cuantas pulgadas pero no era muy grande ni muy pequeño, el tamaño ideal. En las paredes habían muchos marcos con fotos, en ellas pude reconocer a Inuyasha y su familia, sentí un cálido nudo formarse en mi estomago, vaya que los extrañaba -Aqui tienes- dijo apareciendo por la puerta en la cual había entrado hace unos segundos -La caliente es la que esta pegada a la pared, tomate tu tiempo- yo asentí y comencé a caminar hacia la puerta señalada -Oye te gustaría un chocolate caliente y unas galletas?- me pregunto cuando estaba apunto de entrar, iba a decir que no, estaba siendo demasiado amable pero el rugido de mi estomago le respondió antes de que pudiera hablar, se rio de mi y yo me sonroje -Digamos que si entonces- con esto entre al baño cerrando la puerta a mis espaldas perdiendo la luz para luego desplomarme en el suelo, la verdad no podía creer lo que estaba pasando.

Me quede allí sentada en el suelo por unos minutos, luego me quite los tacones que tanto me herían apartandolos a un lado para luego acariciar mis pies rojos. Los moretones en mi piernas y brazos no habían dudado ni un segundo en formarse así que allí se encontraban, recordandome todo, a demás de que mi piel era bastante pálida y delicada entonces los morados parecían brillar como luces de neón. Cerre mis ojos con fuerza ya que los recuerdos empezaban a escaparse de mi mente mostrando lo sucedido, lleve mis manos a mis oídos con el intento de poder detenerlos pero falle.

Luces, humo, alcohol, ruido, camina, calor, arriba, golpe, dolor, arriba, borroso, gritos, dolor, humo, dolor, ardor, mareo, dolor, golpes, ruido, corre, dolor, frio.

La secuencia se repetía una y otra vez en mi mente. Para, para! me dije a mi misma pero se me hacia difícil detener los recuerdos, en eso escuche como golpeaban la puerta desde afuera, l repentino sonido me hizo volver en si parandome de un solo golpe.

-Aome estas bien?- escuche la voz preocupada de Inuyasha.

-S-si no p-pasa nada tranquilo- respondí un tanto nerviosa, mis manos empezaron a temblar así que me dirigí directo a la ducha a prender el agua caliente.

-Esta bien…cualquier cosa grita ok?-

-Aja!- le respondí mientras veía el agua caer.

Me quite la "ropa" si se le podía llamar así y la lance en la basura, me daba asco usarla. Cuando estuve desnuda entre a la ducha sintiendo el agua hirviendo tocar mi piel, era realmente placentero. Me sumergí bajo la regadera dejando que el agua limpiara todo mi cuerpo, en el suelo veía como el agua se llevaba mi maquillaje ya que se había tornado negra. Busque el shampoo poniendo un poco en mi mano para luego masajear mi cabello con el, olía bastante bien. Hice lo mismo con el enjuague y luego busque el jabón, limpie y frote cada parte de mi piel dando especial trato en mi rostro para sacar por completo el maquillaje, mientras me enjabonaba me percate de la cantidad de morados que se estaban formando en mi cuerpo, algunos ya empezaban a doler y otros estaban apenas formandose, Mañana será. Una vez terminado me quede bajo el agua unos minutos simplemente sintiendola en mi, sintiendo como mis músculos se relajaban, como mi cabello se pegaba a mi espalda y como cada gota de agua recorría todo mi cuerpo. Planeaba quedarme unos minutos mas pero el olor del chocolate caliente fue mas fuerte que yo. Cerre la llave del agua mientras exprimía mi cabello quitando el exceso de agua. Tome una de las toallas con la cual arrope mi cabello haciendo un turbante y con la otra empece a secar mi cuerpo. Sali de la ducha parandome sobre la alfombra suave que se encontraba allí, termine de secarme y busque la ropa que el me había entregado. Un bóxer de cuadros, unas medias altas y una camisa blanca manga larga, perfecto. Me puse la ropa rápidamente sin problemas, quite la toalla de mi cabello y busque mi peine en mi bolso, con cuidado pase el peine por mi cabello sintiendo los nudos en el, suspire olfateando el olor mas fuerte del chocolate por lo que no me importo pasar unas cuantas veces el peine bruscamente para deshacer los nudos. Cuando hube terminado guinde las dos toallas en un gancho que estaba en la puerta, tome mi bolso y mis tacones, me mire una vez mas en el espejo, estaba pálida como de costumbre, mi maquillaje había desaparecido por completo, mis labios estaban rojos por el frío y mis ojos un tanto inchados y ojerosos, suspire y salí.

Inuyasha se encontraba en la cocina sirviendo la espesa y deliciosa bebida en unas tazas de tamaño razonable, tenia una camiseta negra y un mono holgado tambien de cuadros -Fue mas rápido de lo que pense- me dijo sonriendo, yo me sonroje; la verdad no se porque lo hice -Deja tus cosas allí si quieres- me dijo señalando al perchero que se encontraba al lado de la puerta, yo hice lo sugerido con algo de torpeza, mis pies estaban adoloridos y mis músculos demasiado relajados -Ven- me dijo desde el sofá, la verdad no vi en que momento se había movido tan rápido. Camine hasta el sofá sentandome en una esquina, el me dio mi taza que soltaba humo, respire este sintiendo su delicioso aroma para luego tomar un sorbo, estaba realmente bueno! -Te gusto?- me pregunto dudoso, yo simplemente asentí ya que estaba ocupada bebiendo -Que alivio, hace años que no lo hacia-

-Es tal y como lo recuerdo…- dije antes de que pudiera detenerme, al darme cuenta de lo que había dicho me sonroje y mire al suelo pero antes pude ver la cara de tristeza que puso.

-Quieres una galleta?- me pregunto ofreciendome un plato que tenia un total de diez galletas de avena, tome una murmurando un tímido "gracias", no quería abrir mi bocota y decir algo que no debía de nuevo.

Nos quedamos en silencio, lo único que se escuchaba era el sonido de mi boca masticando junto con nuestras respiraciones, el no hablaba, no bebía, no comía, solo me miraba lo cual me tenia nerviosa por lo que yo bebía, comía y lo miraba de a momentos rápidamente.

-Oye no quiero ser grosera pero…que tanto miras?- pregunte apenada, el parpadeo varias veces y luego miro hacia otra parte.

-Nada…- susurro, un leve tinte rosado se formo en sus mejillas. Lo deje hasta allí no quise preguntar mas. En silencio termine mi chocolate caliente y devore cinco galletas, estaban buenísimas, durante todo el tiempo el estuvo cambiando sus miradas entre mi bolso- yo- la puerta- mi bolso- yo- la puerta. Me hice la loca para hacerle creer que no lo veía, que estaba muy concentrada comiendo -Satisfecha?- pregunto al ver que dejaba la taza en la mesa y me recostaba tímidamente en el sofá, yo asentí lentamente con una sonrisa, me sentía tan extraña sonriendo, no solía hacerlo -Me alegro- respondió sonriendo también aunque pude percibir cierta melancolía en ella. Se paro recogiendo las cosas yendo al lava platos.

-Te puedo ayudar?- dije parandome del sofá pero el me hizo un gesto de que me sentara con la mano.

-Tranquila lo tengo todo controlado- yo me volví a sentar en el sofá. Escuche como corría el agua en el fregadero, como movía los trastes en el. Por alguna razón este sonido me tranquilizo bastante y empece a sentir el dolor apoderarse de mi cuerpo, recorriendo mis venas, haciendo mis morados palpitar, mi cabeza daba vueltas como si estuviese en un carrusel, mis pies se acalambraban, mis labios empezaron a arder, mi garganta se cerraba y los recuerdos empezaban a surgir otra vez. Comence a respirar rápidamente como si estuviese en una pesadilla.

Luces, humo, alcohol, ruido, camina, oscuro, calor, arriba, golpe, dolor, arriba, borroso, gritos, dolor, humo, dolor, frio, ardor, mareo, dolor, golpes, ruido, corre, dolor, frio.

Empece a marearme y sentí como me desvanecía, como si de pronto todo a mi al rededor desapareciera y quedara flotando en el espacio, el sonido del agua era lejano como cuando estas sumergido bajo el agua y alguien habla, bueno así. Todo se volvía negro, deje de ver la mesa que estaba frente de mi quedando en la oscuridad, todo se volvió silencioso.

Aome… escuche a lo lejos y de ahí en adelante no recuerdo mas nada.