N/T: esta es una traducción al español de Soul giver, realizado por Mistress-Immia. Tengo su autorización para traducir, por lo que los invito a revisar el original. Es un trabajo en proceso, tanto para su autor como para su humilde traductor (¿o traductora?). Cualquier nota que no sea N/T, es de la versión original. Procuraré mantener el sentido del fic, aunque esto implique no ser tan literal a veces. Enjoy!

El original es: s/11991179/1/soul-giver

Notas/advertencias

+ Este es un fanfiction lxlight

+ ¿Podría convertirse en smut? Pondré una advertencia en aquellos capítulos que terminen así.

+ Situado después de la muerte de L

+ ¡Perdón por typos o cualquier cosa! No soy sino un mono en el teclado, escribo desordenadamente y publico antes de poder arrepentirme.

"Existen dos posibilidades: que estemos solos en el universo o que no lo estemos. Ambas son igualmente aterradoras" – Arthur C. Clarke.

Light Yagami siempre ha sido una persona muy lógica. No ha hecho un mal juicio ni una sola vez, pues su evaluación lógica siempre ha sido precisa y acertada. Siempre ha estado orgulloso del hecho de que, a pesar de todo, él sería capaz de dejar la emoción a un lado y dejar que la racionalidad tome su curso.

Ni una, una sola vez ha caído víctima de la narrativa emocional humana. Siempre ha sido capaz de sostenerse a sí mismo incluso en los peores tiempos.

Incluso al matar a su propio padre, no se vio afectado.

Así que no comprende cómo ahora alguien tan ridículamente efectivo en destruir todos sus planes podría estar influenciándolo tan devastadoramente. L, su rival, su peor enemigo – ahora el único rostro en todas sus pesadillas.

Observa la tumba en blanco frente a él y ni siquiera se inmuta cuando una gota de lluvia cae en su hombro. No hay un nombre, pero él sabe exactamente quién está enterrado ahí. Sobre la tumba se asienta una cruz blanca, increíblemente irónica para toda la situación. L se revolcaría en su tumba. Él nunca creyó en Dios. El cementerio es tranquilo, extrañamente quieto. Ni siquiera el sonido de un auto pasando.

L.

Él ha matado a millones de personas, y, en teoría, L debería ser simplemente otro nombre ejecutado por su propia mano en la libreta, pero ¡ay!, Light encuentra difícil verlo así. Ha tratado de considerar su propósito, de recordar que L tenía que morir por una razón. Después de todo, L era su mayor obstáculo. Su único obstáculo. Nadie más tendría el cerebro para levantarse contra el adolescente. Light estaba convencido de que no habría nadie. Supone que es natural. Pasó meses con el solitario detective siendo investigado. Ambos con la misma inteligencia, la misma mentalidad. Estaba obligado a formar algún tipo de vínculo con el genio, incluso si nunca fue tan cercano para ser un amigo. Sin embargo, parecía que Light había subestimado la fuerza de esa conexión.

Light está viéndolo en todas partes, olfateándolo, saboreándolo en su lengua.

Al principio, habían sido cosas pequeñas solamente. Un vistazo de cabello obscuro, un olor a fresas en su ropa, un repentino sabor azucarado justo entre sus labios. Sí, al principio había comenzado modestamente. Lo estaba afrontando bien. Pero ahora lo ve.

Cada vez que mira en el espejo ve un destello de ojos obscuros y piel pálida. Siente ojos observándolo. A veces puede ver al detective en su vieja silla, pulgar en los labios con esa postura irritante con la que siempre se lucía. Light puede ver al detective en cualquier sitio al que va, incluso ahora, agazapado en su propia tumba. La lluvia comienza a esparcirse más y más fuerte.

Él ha tratado de ignorar las alucinaciones, de dejarlas pasar como todo lo demás, de razonar consigo mismo sobre que no es real, pero no puede evitar empezar a creer que las cosas que ve no son meras imaginaciones – sino burlas desde la tumba. Quizás L está vivo en alguna parte, en algún eterno, lastimoso purgatorio, pasando su eternidad burlándose de él. Haría que Light se sintiera mejor que no tener a L en absoluto.

Una pequeña – pequeñísima, ilógica – parte del cerebro de Light no quiere que L se haya ido.

Ha sido demasiado aburrido aquí sin él.

Light Yagami siempre ha sido una persona razonable, pero helo aquí, viendo gente muerta y permaneciendo en medio de un cementerio mientras se aproxima una tormenta.

Muy problemático, en verdad.

Hay un clamor distintivo del trueno y la histeria de un muy entretenido shinigami.

Las cosas han empeorado desde entonces.

La esencia del perfume de Misa todavía perdura en el aire como una niebla molesta, amenazando con dar a Light la peor migraña que haya tenido. Ella ha estado preocupada por la forma en que él ha estado actuando últimamente, así que ha estado visitándolo con más frecuencia. Sus visitas no están ayudando, eso es seguro. Él todavía puede escuchar su voz de hace una hora dentro de su cabeza, ese sonido agudo golpeando sus oídos aún. Light escapó de la lluvia a tiempo por hoy, pero casi deseó haberse empapado y haber tenido una excusa para no estar con ella. Hace una nota mental de tomar tres aspirinas en lugar de dos la próxima vez que lo visite. Duda que haya algo que pueda combatir su poder para inducir migrañas, pero supone que puede intentarlo.

Light ha estado escribiendo nombres desde que ella se marchó. Unos criminales por aquí, otros por allá. Ahora que su mayor rival está muerto, ya no tiene que preocuparse demasiado por esconderse. El equipo de investigación no es más que una bola de idiotas que lo dejan solo actualmente. Ellos no podrían ver a través de él. No como L lo haría.

Ahí, de reojo, lo ve.

Sabe que es él porque la sala de investigaciones está vacía. Nadie se acerca a ver cómo está a menos que sea Misa. Él lo prefiere así.

En el otro extremo de la sala, a pesar de la obscuridad, puede ver a L sentado en una de las sillas, en cuclillas como si Light nunca hubiera escrito su nombre en la Death Note. Está iluminado apenas por la lámpara de ese lado, pero Light puede figurarse su figura encogida. El detective está extrañamente quieto, su negra, fría mirada jamás separándose del chico. Light trata de volver a escribir en su libreta, pero es detenido cuando percibe movimiento en la periferia. L está una silla más cerca. Dos sillas a distancia de él. Light mira alrededor, ojos bien abiertos. Sus alucinaciones nunca se habían movido así antes. Experimentando, cierra sus ojos y los vuelve a abrir.

Una silla cerca. Sólo una más y él estará… Light trata de no pensar en ello y despeja su garganta. Examina al detective. Sus negras ojeras son pesadas, había demasiado odio en esa mirada.

Eso es lo que obtienes, L, Light piensa, no eres más que un perdedor.

Es un pensamiento reconfortante, en verdad, pero Light está empezando a perder el valor de siquiera parpadear. No quiere a L frente a él. Ni siquiera quiere ver al detective, pero tenerlo justo enfrente – la idea lo estremece por alguna razón.

Sus ojos se están secando, enrojecidos. L lo observa, casi como si se burlara.

Te reto a cerrar los ojos, Light, puede imaginar al detective murmurando, su mirada presionando.

Light se burla y entorna los ojos ante esto, volviendo al papel. No va a asustarse por ciertos lamentables, patéticos trucos de su mente. No es un niño. Su razón prevalecerá sobre la de L. No será superado por una alucinación.

Light deja que sus ojos vaguen hasta el asiento, esperando encontrarse cara a cara con el mismísimo L. En su lugar, es encarado por la nada. La silla está vacía, L se ha ido. Light mira alrededor, mirada alerta. Ningún rastro del detective en absoluto.

Esas alucinaciones están empeorando terriblemente. Light suspira y descansa su cabeza en el respaldo de la silla, exhalando un suspiro de alivio.

"¿Por qué sigo viéndote?" susurra, presionando la pluma en su mano. El silencio es interrumpido rápidamente por una réplica, una que Light no había esperado.

"¿Tal vez porque me extrañas, Raito-kun?" Responde una voz suave y lechosa. El chico juraría que puede sentir un aliento en su oído.

Light casi se cae de la silla, viendo alarmado el sitio tras él.

Ahí no hay nada.

Ha pasado una semana desde el incidente y Light sigue sacudido por ello. Todavía puede sentir el aliento de L en su cuello, todavía escucha esas palabras en su oído. Ha estado evitando la sala de investigación por completo. El equipo está preocupado por él. Ha sido todo un trabajo intentar esconder que estar solo en ese horrible cuarto lo asusta a morir, pero ha tratado de reducir sus sospechas con quejas de no sentirse bien. Está convencido de que va a enloquecer sin su rival, sin alguien contra quien competir. A veces siente que flaquea, sient su alrededor.

A veces, inclusive, él quiere verlo otra vez. Todo su mundo es tan desolado ahora. Su mundo. Pero desolado. Nunca imaginó que había estrechado lazos tan fuertes con el detective.

Esos momentos son los peores.

Ahora está en el techo, justo donde había estado L hace mucho tiempo, observando Tokio. El cielo es gris otra vez, casi mofándose de su propia torpeza. El mundo no es sino gris ahora, incluso los edificios no emiten más que una luz turbia. Nada se mueve ante sus ojos. El mundo es mucho menos interesante sin él ahí.

Él, por supuesto, no lo extraña, pero ansía la necesidad de un desafío una vez más. Ahora que lo ha probado, no anhela sino experimentarlo de nuevo. ¿Qué puede enfrentarse a él ahora? El mundo está en sus manos – asido a ellas – y aun así no es feliz.

Las cosas no están saliendo conforme al plan.

L. Su peor enemigo. ¿Cómo pensó que podría escapar de él?

"Eres muy aburrido, ¿sabes?"

Light salta, pelos de punta mientras se gira – esperando a medias encontrarse con la furiosa y obscura mirada de un detective fantasma. En su lugar, simplemente se encuentra con los hinchados, rojos ojos de su propio shinigami, una vista mucho menos horrenda. Light ha empezado a odiarlo últimamente.

"Ryuk", rechina los dientes, observando malignamente al shinigami y cruzando los brazos, "¿qué te he dicho de escabullirte así?"

El chico se vuelve hacia la barandilla, recargándose lleno de desprecio. El shinigami ríe en respuesta, flotando detrás de él para ver la ciudad abajo. Aparentemente, esto no entusiasma demasiado al dios de la muerte. Regresa a molestar a Light.

"Pero ya es la única manera en la que puedo obtener una respuesta interesante de ti". Ryuk responde, una mueca vacilante. "No es justo. Justo cuando pienso que conseguí un humano interesante, y en lugar de eso me encuentro con una mente incapaz".

Light sólo suspira. Quisiera entretenerse también. Inclina su cabeza hacia la lluvia fría como solía hacerlo cuando era un adolescente y cierra los ojos. Ni siquiera un dios de la muerte es comparable con el entretenimiento que L le daba.

"Hay manzanas en el refrigerador, Ryuk. Sólo déjame en paz". A Light no podría importarle menos lo que el shinigami tenga que decir. No es como que el dios de la muerte pueda ayudarlo de todas maneras. Como si esa cosa quisiera, además.

"Es muy tentador, debo decir", replica el shinigami, flotando alrededor de Light como un pajarillo. "Pero no. No va a funcionar. No está pasando nada, Light".

Ryuk suelta un quejido cuando el chico no responde y decide colgarse de la barandilla donde Light estaría más cómodo. Empieza a sentarse en ella como un mono. Realmente no es halagador.

"Has sido tan aburrido desde que ese humano murió. ¿Cómo se llamaba? ¿L? Cierto. ¿Qué pasa con eso?" Ryuk cuenta con que Light al menos se encoja de hombros, pero no, nada. "Ugh. Es como si lo extrañaras o algo así, caray".

Ryuk mira sobre las puertas, pensando en ir por esas manzanas si Light no contesta, pero está bastante satisfecho cuando el chico alza la mirada hacia él. Ha dado en el clavo. ¿Quizás este chico todavía tenga algo de interés?

¿Tal vez me extrañas, Raito-kun?

Las palabras que la alucinación había dicho repicaron como una campana a través de la cabeza de Light, todavía claras y precisas en su oído.

"¿Extrañarlo? Claro que no". El chico habla hacia Ryuk y L al mismo tiempo. Espera que al menos L lo escuche. "Finalmente podré conquistar el mundo, convertirme en Dios. Nada se interpone en mi camino ahora".

No lo extraña. En absoluto. Incluso si así fuera, ya no importaría. No hay forma de traerlo de vuelta. Se acabó la diversión.

Light decide proseguir, "no obstante, es mucho menos interesante sin él aquí. Al menos por ahora".

El shinigami concuerda pero no dice nada. Se amplía su sonrisa. En efecto, todo este escenario es muy interesante. Hay una especie de brillo malicioso en los ojos del dios de la muerte, una idea formándose en su dura cabeza. Ryuk apenas puede contenerse, todo va perfectamente.

"¿Desearías haberlo conseguido todo sin haber matado al humano?" Ryuk pregunta, contemplando al chico.

Hay silencio. La mirada de Light titubea ante la del shinigami. ¿Es así? Light no está seguro. Nunca lo había pensado. ¿Otra oportunidad? Piensa en mantener a L con vida, haciéndolo mirar mientras pone al mundo de cabeza. Aclara su garganta. "Quizás. ¿Qué hay con eso, shinigami?".

"¿Qué tal si pudieras traerlo de vuelta?" Dice la criatura. Hay algo malévolo en su voz.

Light se burla del dios de la muerte cínicamente. "Ryuk, no bromees conmigo. La vida no es tan simple. Si así fuera, para hoy los humanos ya la habrían comprendido".

"¿Crees que es compleja?" Ryuk suelta una de esas risotadas rasposas como las que acostumbra. "Si una Death Note puede matar a cualquiera de manera tan simple, ¿crees que es más difícil traer a alguien de regreso? Los humanos son estúpidos, eso es todo Light-o".

El chico de cabello castaño observa a Ryuk, ahora con curiosidad. ¿Tener a L de regreso? ¿Hacerlo todo? El dios de la muerte capturó su atención. Ryuk no había estado dispuesto a decir información tan interesante anteriormente.

El shinigami continua, sus ojos parpadenates. "Sí, traer a alguien de regreso a la vida es fácil, pero tendrías que ofrecerte a hacer un trato conmigo para que un humano vuelva".

El interés de Light se deteriora repentinamente. Odia los tratos. Vuelve hacia la ciudad, frunciendo el ceño. El shinigami ve que lo ha perdido.

"Espera, espera", Ryuk intenta recuperar, casi cayendo de la barandilla en el proceso. "Es simple. Igual que el trato de los ojos. Solo que tomo de ti el tiempo restante del humano que intentas traer de vuelta. Los años que tenía antes de ti, tú sabes, aniquilados".

El ceño de Light se profundiza. Debió saber que todo era un truco. "Como dije antes, Ryuk, ¿cómo se supone que un dios va a gobernar con la mitad – o poco más – de su tiempo de vida restante?".

"Sí, sí, pero piénsalo, Light-o," dice Ryuk, viendo ansiosamente el tiempo de Light sobre su cabeza, "¿cómo se supone que un dios va a gobernar si no tiene nada que hacer?".

Los ojos de Light se abren más. Permanece en silencio.

"Bueno, sólo piénsalo", dice, dejando a Light solo en el techo. "Esas manzanas suenan bastante bien ahora mismo".

El shinigami desaparece sin pensarlo dos veces. Deberían pagarle extra a veces. Es demasiado bueno en su trabajo. Casi puede saborear la vida filtrándose de ese chico.

Otro rugido de un trueno suena en el exterior. Empieza un aguacero.

Light mira la ciudad – su ciudad – y piensa,

¿En verdad quiero gobernar este mundo solo?