Disclaimer: Harry Potter no es mio.
Este fic participa en el minirreto de mayo para La Copa de la Casa 18/19 del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black".
Título: Ganar no siempre se siente bien.
Personaje: Pansy Parkinson.
Summary: En ese momento, nada importaba realmente mucho. No las cosas buenas, no las cosas malas.
Camino entre los cuerpos que se hallaban tirados por todas partes en dirección a la intacta Sala Común de Slytherin. La guerra termino y para su sorpresa, el Señor Oscuro gano.
Ganaron la guerra pero perdieron tanto en el proceso. Ella aguanto el sollozo en su garganta cuando su mirada se encontró con el cuerpo inerte de Natalie McDonald. Sabía de ella porque esa niña lucho como si no conociera el miedo a morir, aun cuando los Carrow la habían atrapado a veces.
Aparto la mirada y camino sobre el cuerpo de la niña para seguir su camino.
Aun cuando ganaron la guerra, los pocos estudiantes de Slytherin que quedaron no parecían felices ni tenían ánimos de celebrar. Vio a Adrian Pucey con un vendaje mal hecho en la cabeza, el miraba al suelo y sucesivamente miraba a sus manos manchadas de sangre. Supuso que el mismo había asesinado a alguien.
—El ganó.
La voz de Daphne Greengrass la saco de sus pensamientos y la hizo dejar de mirar a un lamentable Pucey. Y ella quiso reír de lo absurdo. ¿Habían ganado? ¿Pero que ganaron? ¿Un castillo en ruinas y miles de cuerpos a su alrededor? No, ella no se sentía como una ganadora.
—¿Y por que no se siente bien, Daphne?
—Ganar la guerra nunca se siente bien, Parkinson.
La voz de Theodore Nott hizo que ambas chicas observaran al apenas capaz de caminar chico. Theodore cojeaba de la pierna derecha y estaba tan sucio que no creerías que era el mismo chico que sentía asco de compartir habitación con otros cuatro.
—Ganamos la guerra. —dijo Theodore. —¿Pero cuanto fue lo que perdimos en el camino?
Y los sollozos se escucharon en algún lugar y ella creyó que era la hermana de Daphne que se aferro a un Draco Malfoy que también había entrado. Y no se sintio celosa. Ella miro a Draco y por primera vez lo vio en realidad. Un chico que había perdido tanto en el camino y que ahora era igual a todos ellos. Nadie era feliz por haber ganado a costa de la muerte de tantos niños que habían luchado por su futuro, por uno donde no tuvieran miedo de existir. Y habían perdido.
Ella creyó que en este punto ya nadie tenía nada por decir. Sentía que si se le escapaba alguna palabra, terminarían perdiendo más de lo que ya se había ido.