Disclaimer: JJBA no me pertenece.
N/A: Esto está sin betear :o
Jotaro y Kakyoin rodaron sobre el colchón hasta que el segundo quedó sobre el primero. Hubo una seguidilla de besos en los labios —algunos más profundos que otros—, luego en las mejillas y unos últimos sobre el mentón de Kakyoin.
Éste se sentó un segundo para por fin quitarse la camisa y reanudó su labor de seguir adorando el cuerpo de Jotaro. Trazó un camino de amor: primero besó los labios, seguido por el cuello, bajando por el fornido pecho que parecía esculpido por los mismísimos dioses. Jotaro pasó una mano por su pelirrojo cabello, y Kakyoin supo que estaba haciendo un buen trabajo complaciéndolo. Siguió avanzando hacia abajo para concentrarse unos segundos en sus abdominales y ombligo. Decidió acompañar los besos de devoción con una caricia que realizó con tanta delicadeza, que pareció casi fantasmagórica.
Kakyoin hubiera esperado arrancar cualquier clase de gemido o gruñido de los labios de su novio, pero lo que nunca, jamás en su vida esperó oír fue un "jijiji". Levantó la mirada con la velocidad del rayo y pudo ver con claridad que Jotaro, con una mano tapándose la boca, le devolvía la mirada horrorizado.
—No tenía idea de que tuvieras cosquillas —susurró asombrado.
—¡No tengo cosquillas! —exclamó como siempre hacía cuando mentía.
Lejos de discutirle, volvió a acariciarlo para probar su punto. Como era de esperar, otra risita aguda se escuchó fuerte y clara, a pesar de que Jotaro seguía tapándose la boca. Kakyoin tuvo que moderse los labios para no sonreír como un imbécil.
—Kakyoin, no.
Pero ya era tarde: su debilidad había quedado expuesta y el ataque ya había comenzado.
¡Gracias por leer!
