Prólogo
"Jamás hubiera creído posible la idea de seguir adelante con mi vida como si nada. Como si construir un muro entre mi pasado y mi presente fuera tarea fácil. Nunca lo fue. Nunca fue fácil para mí dejar todo atrás, comenzando una vida que ni si quiera yo me creía. Pero tenía que seguir adelante, por mí, por él, por todos los que me rodeaban y me empujaban a ser lo que ellos tenían planeado con mi futuro. No quería decepcionar a nadie, nunca quise. Esa no fue mi intención ni un solo segundo de mi vida. Quizá ya era tarde, pero no me importaba. Yo enmendaría mi error para que desde ese momento en adelante, todo fuera perfecto. Yo me encargaría de ello. No volvería a ver a mis padres derramar una sola lágrima por nada que de mí dependiera. Nunca les dejaría volver a sufrir por mí, ni por él. Seríamos felices. Para siempre."
La vibración de mi Iphone me hizo dejar de pensar. Aquellos pensamientos me perseguían desde hacía tiempo cuando menos necesitaba que volvieran a martirizarme. Recordaba haber puesto el móvil en silencio. Fue lo primero que había pensado al salir del trabajo. Nada de llamadas, nada de padres forzándome sutilmente a que fuera a comer a casa, nada de novias histéricas que quisieran pasear por el parque. ¿Para qué pasear? Hacía meses que en Londres no se divisaba ni un rayo de sol. No tuve que hacer un recorrido demasiado extenso para lograr alcanzar mi móvil; pero sí tuve que palpar con precisión las sábanas de mi cama. Mi cuarto estaba oscuro, yo me había encargado personalmente de que las persianas no dejaran entrar ni una sola muestra de vida del exterior. Quería estar solo bajo todas las circunstancias. Me posicioné boca arriba en mi cama, sin ser capaz de localizar ningún objeto de mi habitación por la oscuridad que la inundaba. Mi mano derecha sujetaba mi teléfono a escasos centímetros de la cara, por lo que cuando conseguí desbloquear el aparato, la luz que emitió me hizo cerrar los ojos de golpe, soltando un quejido por la incomodidad a la que había sometido a mi vista. Utilicé mi mano izquierda para frotar mis párpados, con la esperanza que estos se acomodaran a la luz desprendida. Poco a poco, y sin una completa confortabilidad, conseguí observar el iconito en la parte superior de la pantalla, que indicaba un nuevo SMS en la bandeja de entrada. Suspiré, no quería verlo, pero debía. Podría haber sido algo importante.
Tosí tras dejar el móvil en lo que creí que era la mesilla y me levanté de la cama intuyendo dónde podría estar la cinta que subiría la persiana y dejaría entrar la poca luz que había en Londres. Tampoco era tan tarde, las cinco y media aproximadamente. Subí de un tirón la cinta y, sin previo aviso el frío de la ciudad pegó contra mi cuerpo haciendo que mi piel se erizara al completo sin ningún remordimiento. Debí haberme puesto una camiseta para dormir o, al menos, haber cerrado la ventana antes de acostarme. Me abracé el cuerpo con mis propios brazos, no reconfortó demasiado, pero sirvió hasta que localicé una camiseta encima de una silla y me la coloqué a toda prisa. Miré el reloj que se situaba en mi muñeca y suspiré, nervioso. Y el mensaje que Emily me había enviado hacía unos minutos retumbó en mi cabeza: "Danny, tenemos que hablar. Es importante. Te espero en mi casa." Y me asusté. Tanto que comencé a arreglarme lentamente, intentando alargar lo máximo posible el encuentro entre ambos.
