Titulo: Diario de un asesino 1ª parte "Sangre"
Autor: Darkus Hollowed
Día y noche pienso lo mismo: que jodidos hacen ciertas personas aquí en este pobre y desgastado mundo, personas que no hacen nada mas que robar y asesinar por lo que llaman diversión, de ser así, seria divertido asesinar a alguien, simplemente por placer, sin problemas ¿como es posible que alguien pueda creer eso? eso es una estupidez, ¿pero que tal si no?,que tal que si es divertido matar por matar, claro que se debe tomar un sentido al asesinato debe haber algo que me guste mas que el resto del trabajo,¿que será?, pues bien solo hay una forma de averiguarlo, asesinemos gente por diversión, por el simple placer de verlos morir de una u otra manera, mmm he aquí otro factor, debe haber una forma de matar en especial que provoque esa sensación de alegría en mi, de otra forma, esta es una farsa, pues bien uno que otro asesinato, salgo de mi casa debo llamar la atención, atraer una presa, llevo unas navajas, unos cuchillos, y un arma de fuego, una Colt de 1911 especial, era de mi padre, nunca la uso, voy a un parque mas o menos transitado, lleva unos pantalones negros, una camisa blanca, un chaleco negro y una gabardina, sin mencionar mi peinado y unos pupilentes rojos que le dan un toque de vida a los colores que llevo, giro la cabeza y ahí la veo, es una chica mas o menos de mi edad, le llamo la atención mi forma de vestir, pasa a un lado de mi me voltea a ver, lleva una minifalda y una blusa escotada,-te ves bien-dice ella muy tranquila, no sabe lo que le espera,-tu también, aunque ¿no tienes frío?-tiendo mi anzuelo veamos si cae-algo la verdad es que perdí mi suéter-casi la tengo-te presto mi gabardina para que te calientes pero deja me la quito,¿es que acaso vienes sola? o es que ¿esperas a alguien?-veamos si será o no será mi pobre victima-de hecho ando solita, ¿me gustas acompañar?-listo ya la tengo-si por que no, te invito a un café no muy lejos de aquí, tal vez eso ayude un poco mas a que te caliente-la trampa esta puesta y ella esta casi en ella-bien será genial, ¿por donde es?-pregunta ella ingenua-Es por aquí solo cruzamos esta calle-La llevo por un callejón cerrado, y cuando menos lo espera la amenazo con la pistola, la llevo a la parte mas oscura, le doy un tiro en la pierna para que no pueda huir, tal vez pueda disfrutar mas de esto, la chica y su cuerpo se prestan, la tiro al piso y saco una navaja, ella grita y suplica piedad, creo que eso es lo mas dulce, corta su blusa, y le arranco el sostén, ella grita y llora esperando que alguien la salve, pero nadie lo hará, nadie en su sano juicio pasaría por ese callejón a esa hora, le rompa la falda y le quito las bragas me bajo el cierre y empiezo, primero la tomo por la cintura la levanto la penetro y la violo, sus gritos solo hacen mas dulce el momento tardamos un rato, bueno tarde un rato, ella ya no aguanta, la tiro al piso y saco un cuchillo, voy cortando lentamente cada parte de su cuerpo me tomo mi tiempo que mas da la noche es joven, veo la sangre brotar por cada herida, y la siento en mis manos con sumo placer, ella grita, llora y se mueve, lo que no sabe es que no importa, ella esta muerta por decisión mía, de repente me aburro y le corto la garganta , mierda se movió e hice mal el corte, me levanto y saco la pistola, termino con su vida y su sufrimiento, alguien viene, creo que me vio, me viene a atacar he intentar defender o salvar a la chica, que tonto, para eso ya es tarde, me doy vuelta y le meto dos tiros, ambos en la pierna izquierda, cae al suelo e intenta huir, ya es muy tarde, me acerco a el lentamente y le vacío el cartucho en el cuerpo y termine en la cabeza, lo divertido es que estuvo vivo hasta el ultimo disparo, simplemente me di vuelta y me fui, me ajuste la ropa, y emprendo mi partida, pero antes me cuestiono ¿Que es lo que mas me gusto de haber matado a esos dos? de inmediato me vienen a la cabeza los recuerdos de los gritos de piedad que día la chica por un momento esa me pareció mi respuesta pero después me di cuenta que lo que disfrute mas fue la sensación de la sangre en mis manos, ese liquido rojo emanando de las heridas de ambas victimas, perecieron en mi búsqueda, en mi sed de sangre en mi búsqueda de un gusto, lo seguiré haciendo y les seguiré contando
