Senti un liquido tibio deslizándose por mi antebrazo. Mis ojos estaban entrecerrados mientras mi cuerpo estaba totalmente aturdido por el dolor que estaba sintiendo. Las uñas filosas que se estaban clavando sobre mi piel parecían estar hechas de acero cortante.
Escuche mi nombre y abrí los ojos. Pronto lamenté haberlo hecho ya que todo lo que pude ver fue esos ojos totalmente negros. Mire para todos lados lados y todo lo que vi eran pares de los mismos ojos negros—rodeandome.
Cerré los ojos, horrorizada. Unos segundos después llegó el silencio. Los gritos, una voz que me llamaba insistente, los chillidos, el estruendo se había acabado. Abri los ojos y vi que estábamos en un lugar oscuro que olía a tierra húmeda.
No entendia como habia llegado hasta allí. Estaba tan confundida que no me di cuenta de que las garras que me habían sostenido me habían soltado y entonces entendí que el líquido que sentía era mi propia sangre que brotaba ahora a borbotones.
"Donde estoy? Qué es lo que me van a hacer?"
Una risa maligna fue la única respuesta que obtuve. Me atreví a voltearme para ver de quien provenía. Unos cuantos hilos de luz roja se colaban por entre el marco de la ventana iluminando el contorno de una figura que parecía ser humana, pero no estaba totalmente segura de si lo era en realidad.
En unos pocos instantes su sombra desapareció y sentí que me había quedado completamente sola en ese lugar.
Mire para todos lados para asegurarme de que en realidad estaba sola. A mi costado derecho, todo lo que pude ver fue solo unas rejas de hierro. Pronto entendí que estaba en una especie de calabozo.
Corrí hacia la ventana, a medida de que me acercaba senti el calor que emanaba de alli. Al acercarme mas note que la ventana no tenía vidrios, ni tampoco rejas. La oscuridad afuera era interrumpida solamente por los pequeños halos de luz roja. Me asome por ella, pensando que tal vez podria escapar de alli, pero pronto vi que sería imposible.
Un rio de lava liquida corria a cientos de metros abajo. Dos delgadas franjas oscuras lo cruzaban hasta la otra orilla que estaba sumergida en una absoluta oscuridad.
La sensacion de vertigo me invadio y me aleje de la ventana. Estaba en algun lugar a varios kilometros dentro de la tierra y no sabia como habia llegado allí, ni tampoco como iba a salir.
Me recoste en el frío suelo de piedra. Queria llorar pero ninguna lagrima sentido tenia llorar ahora? Sabia bien que nadie me consolaria.
Cerre los ojos y respire profundo, tratando de detener la profunda desesperación que amenazaba con tomar posesión de mi mente.
De repente sentí algo que vibraba en mi pecho, inmediatamente una luz blanca me cegó. Entrecerre mis ojos y los abri solo cuando estuve segura de que la oscuridad había retornado. Mis ojos aun me escocian, pero aun asi los mantuve abiertos y instintivamente mire hacia la ventana y vi la figura de lo que parecia ser un pajara que salio por la ventana y se alejo.
Mas tarde ese mismo dia, una mujer demacrada que alguna vez habia sido bella, se acerco a mi calabozo con una bandeja.
"No te preocupes, no te hare daño. Yo no soy como ellos." Me aseguro. Su voz era dulce, pero melancolica.
Di unos pasos acercandome un poco y note que tenia ojos normales. Me acerque aun mas.
"Como se que lo que esa comida no esta envenenada?"
"No te quieren matar, te necesitan..." dijo ella.
La mujer dejo la bandeja cerca de las rejas y se alejo de allí perdiéndose en la oscuridad.
Espere unos minutos antes de acercarme al lugar donde estaba la bandeja. Sobre ella habia una copa de cristal que contenia un liquido oscuro y espeso. Al lado habia algo que parecia ser carne seca deshilachada.
Tome la copa de cristal. La bebida olía acido asi que la volvi a dejar sobre la bandeja. La carne no la toque, se veía asquerosa.
Pasaron las horas allí, en silencio total. Lo unico que cambiaba constantemente eran los reflejos del rio de lava. Unas veces corria con mas fuerza y su destello brillante venia acompañado con un incremento en la temperatura del calabozo. Otras veces el flujo dismuia y la oscuridad aumentaba.
Las horas se volvieron dias y al final termine perdiendo la nocion del tiempo, lo unico que sabia es que tanto mi sed como mi hambre iban en aumento. Aguante todo lo que pude, pero pronto la sed y el hambre me estaban causando dolor y tuve que aceptar lo que me había traido la mujer demacrada.
Con asco y escepticismo acerque la copa a mis labios y con una mano me tape la nariz para no sentir el sabor de lo que fuera que hubiera en la copa. Tome varios sorbos y senti la energia fluir por todo mi ser. Se sentia bien asi que bebi el resto.
Paso mucho tiempo sin que la mujer volviera. Ya me habia acostumbrado al silencio impertubable del lugar. El tiempo pasaba despacio y mi unico refugio eran mis pensamientos, mis recuerdos. Divague muchas veces por ellos, sentadaallíi en el lugar mas oscuro del calabozo. Mis recuerdos era lo unico que mantenía aferrada a la vida- eran mis recuerdos de él lo unico que me impedia no saltar por la ventana hacia una muerte segura.
Al fin el silencio llego a su fin. El sonido de grandes rugidos, y gritos de guerra renovó mi esperanza.
