Prologo
El Furia Nocturna corría en busca de él. ¿Dónde estaba? Lo había escuchado gritar apenas hace 10 minutos.
No sabía por dónde buscar, después de todo, no se encontraban en Berk.
Algo malo había pasado y Chimuelo lo sabía. En su mente pasaban miles de imágenes de lo que había sucedido. Trataba de ignorarlas pero el solo recordar ese desgarrador grito hacía que todas volvieran, cada una más horrible que la anterior.
Decidió relajarse para poder concentrarse más y poder encontrarlo, tenía que encontrarlo.
Cuando estaba a punto de entrar en desesperación escucho algo, un sonido muy leve. Volteo a todos lados para poder encontrar el origen del sonido. Volvió a escucharse, ahora un poco más fuerte. Era como un gemido. Se dirigió hacía este y encontró un pequeño bulto entre muchas hojas y tierra.
Le quito algunas de estas hojas y descubrió una pierna de metal ¡Era el!
Con más prisa comenzó a quitarle todas las hojas que pudo. Después de esto lo aprecio bien. Al parecer había caído y rodado hasta llegar ahí.
El dragón se alarmo demasiado, Hipo estaba inconsciente y lo peor de todo…su manga del brazo derecho estaba teñida de rojo…
