Slytherin Ties and Teddy Bears
Autor: trexie
Traducido por: Luna Oscura
Beta: GiselleFriends
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Capítulo I
Lily y James Potter tuvieron gemelos. El primero en nacer fue un niño con alborotado cabello negro y ojos color avellana. El segundo niño tenía el mismo cabello negro y alborotado, pero poseía unos brillantes ojos verdes.
Lily y James estaba muy orgullosos de sus preciosos hijos, tanto que decidieron esconderse para que ningún mal pudiera alcanzarlos. Tomaron a sus hijos, Will y Harry, se escondieron y se mantuvieron a salvo por unos meses, hasta que en la noche de halloween fueron llamados a una junta de la Orden, dejando a sus hijos al cuidado de una squib llamada Marie.
Marie había sido niñera de los Potter en otras ocasiones y no le molestaba cuidar a los niños. Will era muy ruidoso y energético, siempre corriendo alrededor, pero Harry era silencioso, siempre metido en sí mismo. Así que Marie fue tras Will, sabiendo que Harry estaría bien.
Esa noche, mientras ella perseguía a Will hacia la cocina, dejó a Harry solo en el recibidor. Repentinamente escuchó la puerta principal destrozándose y una risa aguda, que sonaba como la encarnación del mal.
Tomó a Will y corrió hacia el recibidor, logró ver a un hombre en una túnica negra que apuntaba a Harry con su varita. La niñera gritó cuando una luz verde salió de la varita y golpeó al pequeño. Marie se tiró al suelo, usando su cuerpo como escudo para proteger a Will, cuando levantó la vista vió a Harry sentado y aturdido, con sangre cayendo por su rostro, frente a él se encontraba una túnica vacía.
Marie se incorporó y corrió hacia Harry para ver si seguía con vida. Después tomó a los gemelos y se fue por la chimenea a Hogwarts. Cuando llegó, la mayoría de los miembros de la Orden del Fénix volvieron la vista hacia ella. Cuando Lily vió la sangre en el rostro de Harry gritó, corrió hacia Marie y rápidamente tomó a Harry en sus brazos. Todo el tiempo Harry estuvo callado. Marie estaba histérica hasta que Dumbledore la obligó a tomar una poción calmante. Cuando se tranquilizó, pudo contarles sobre el hombre y como lucía, lo que le hizo a Harry y lo que vio después del gran destello de luz verde. La muchacha fue enviada a casa y nunca volvió a ver a Harry.
Cuando la niñera se fue, la Orden entró en acción. Lily se rehusó a soltar a Harry y James cargaba a Will, mientras Dumbledore calmadamente enviaba equipos a localizar a Peter Pettigrew, el guardián del secreto de los Potter, y enviaba a otros equipos a la casa de los perjudicados para investigar, traerles ropa y lo que necesitaran. Después de que todos se fueron, Dumbledore finalmente se volvió hacia Lily y James, para darles las malas noticias.
—Ahora, mis queridos muchachos, sabemos lo que ha pasado esta noche. Conocíamos la posibilidad que Harry o Will fueran el niño de la profecía. Recuerden lo que acordamos si uno de ellos era escogido por Voldemort. Lamento tener que hacer esto, pero tengo que llevarme al pequeño Harry, por su propia seguridad. Esta noche la pasarán aquí en Hogwarts y cuando su casa esté limpia podrán regresar, pero Harry no irá con ustedes.
—¿Qué? ¡No! ¡No puedes alejarme de mi hijo, Albus! —gritó Lily, tratando de esconder a Harry de Dumbledore—. Sabemos que Harry mató a Voldemort, así que, ¿de qué necesitará protección? Nos mudaremos a una nueva casa, nadie sabrá donde encontrarnos, él estará bien. No tienes que alejarlo de nosotros. ¡Es mi hijo! No te permitiré que te lo lleves. No puedes tenerlo, Albus, ¡simplemente no puedes tenerlo!
—¿Es necesario todo esto, Albus? Podemos mantenerlo a salvo, pero no puedes separar a los gemelos o a un niño de sus padres. Voldemort murió, Harry está a salvo, sólo queremos quedarnos con él —rogó James a Albus.
Albus se mantuvo firme.
—Ustedes estuvieron de acuerdo en dejarme a cargo de uno de los gemelos si eran ellos quienes cumplían con la profecía. Harry estará a salvo y ustedes obtendrán informes de él. Cuando Harry esté listo, y sea necesario, volverá con ustedes, pero no antes. —Entonces, con calma, Albus se incorporó y caminando le dio la vuelta a su escritorio hasta llegar frente a Lily—. Lily, querida, por favor, entrégame a Harry para poder llevarlo a un lugar seguro.
—¡No! No, no, no, no, no, no, no, no, no, no te lo lleves. Por favor, no te lo lleves, ¡no te lo lleves! —rogó Lily, las lágrimas caían por su rostro. Viendo el semblante imperturbable de Dumbledore, se volvió hacia su esposo en busca de apoyo, pero sólo encontró una mirada de derrota. Los Potter habían dado su palabra para dejar que Albus tomara a uno de sus gemelos si este era el niño de la profecía, y un Potter siempre mantenía su palabra. Después de explicarle esto a Lily, tomó gentilmente a Harry de los brazos de su esposa. James depositó un beso en la cabeza de su hijo y se lo cedió a Albus, para después colapsar en una silla hecho un mar de sollozos. Lily no estaba mejor. Entonces, Albus caminó fuera de la oficina y de Hogwarts con Harry en los brazos, llevándolo lejos de ahí.
Poco más de catorce años después…
Harry Potter se encontraba recostado en su catre con la vista perdida en el techo, cuando llamaron a su puerta. Con la rapidez de un soldado bien entrenado, se paró y dejó pasar a la persona. Eran las cinco de la mañana, lo que significaba que Kingsley venía a darle los detalles de su entrenamiento para ese día.
Desde que Harry tenía uso de razón, siempre había entrenado. Sabía más de veinte idiomas diferentes, incluyendo chino, japonés, sirenio, el idioma de los duendes y lengua pársel. Sabía sobre magia ofensiva y defensiva, curaciones, pociones, encantamientos, transfiguraciones, magia sin varita y era un animago. Fue entrenado como sanador, maestro en pociones, ninja, samurái e incluso era un espía internacional de la MI6. Podía cambiar su forma y apariencia en menos del parpadeo de un ojo, de las dos formas; mágica y muggle. Había vivido en muchos países y había entrenado con muchos maestros.
Harry Potter sabía su misión: entrenar para vencer a Voldemort y a sus Mortífagos.
Todos los días en la mañana, Kingsley Shacklebolt, entraba a su habitación a las cinco de la mañana y le daba un fólder con todos los entrenamientos del día. Este día sólo había una actividad en la hoja: "Cita con Dumbledore".
Harry sólo había visto a Dumbledore tres veces. La primera cuando escuchó sobre su pasado y el porqué estaba siendo entrenado. Otra fue cuando tenía diez años y demandó que le dejaran solo para tener una niñez normal, y la otra cuando tenía doce años y le mandó a llamar para que se introdujera sigilosamente en Hogwarts durante la noche y peleara contra un basilisco que estaba aterrorizando el colegio.
Después de asentir hacia Kingsley, Harry se volvió a su cuarto para alistarse, en poco menos de diez minutos ya se encontraba dejando la habitación para viajar a Inglaterra. Recientemente Harry se encontraba en Alemania, donde un científico muggle estaba experimentando con unas cosas peligrosas. Harry fue enviado para arrestarlo y destruir sus investigaciones, para después llevar al hombre y a sus experimentos humanos al ministerio Alemán. Como todas sus misiones, todo fue de acuerdo al plan. Ahora, con sus pertenencias empacadas, fue a encontrarse con Kingsley para tomar el avión. Podían haberse trasladado con magia, pero a Harry le gustaba viajar en aviones. Le daba la sensación que afuera, en el mundo, había algo más que Voldemort. Que había lugares en este mundo que no habían sido contaminados.
Dumbledore se encontraba sentado en su oficina, pensando en el joven que vendría a visitarlo esta tarde. Harry Potter había sido ocultado lejos por años, siendo entrenado. Era mejor soldado de lo que Dumbledore pudiera haber deseado, y ahora era tiempo de traerlo de regreso a casa. Mañana Harry Potter cumpliría dieciséis años y sería la primera vez que el mundo mágico vería a su salvador desde aquella terrible noche.
Mientras Dumbledore se perdía en sus pensamientos sobre Harry Potter, el joven en cuestión arribaba a Hogwarts.
Harry sabía que no debía de ser visto por nadie, así que tomó una de sus formas de animago. Harry tenía tres formas de animago y la que estaba usando era de una pequeña serpiente negra. Silenciosamente, Harry se deslizó entre las sombras y entró en los terrenos del colegio sin ningún problema. Como era verano, sólo tenía que preocuparse por los maestros y algunos depredadores, pero no se topó con ninguno mientras recorría el camino hacia la gárgola de piedra.
Dumbledore escuchó que se encendían las alarmas, lo que significaba que alguien se aproximaba. Pero mientras observaba la puerta de su oficina, solamente vio que se abría un poco, pero nadie entraba. Preparándose para levantarse, oyó como alguien se aclaraba la garganta, se dio la vuelta y miró a un joven parado tras su silla.
Harry Potter tenía un semblante serio, para ser apenas un jovencito. Poseía un corto y rebelde cabello negro, brillantes ojos verdes, con un toque bronceado y poseía una altura alrededor del metro sesenta. Era un poco musculoso, pero su pequeña forma sólo escondía a la peligrosa máquina asesina que residía en él. Su ropa consistía en una camisa de manga larga de color negro, con un pantalón negro y botas de dragón negras. Un pañuelo del mismo color estaba atado a su frente, cubriendo su cicatriz, el cual también era utilizado para cubrir rápidamente su rostro cuando se internaba en las sombras. Dumbledore apenas podía reconocer un poco de James y Lily en Harry, no actuaba ni lucía como su gemelo Will.
Harry Potter se deslizó en la oficina y rápidamente evaluó cada peligro potencial, posibles defensas y rutas de escape, para después moverse hacia atrás del escritorio del Director. Rápidamente volvió a su forma humana y esperó a que el anciano le notara, pero nunca lo hizo. Dumbledore siguió mirando hacia la puerta como si estuviera esperando y Harry sabía que estaba haciéndolo, así que decidió ayudar al Director. El joven carraspeó e instantáneamente observó sorpresa y orgullo en los ojos de Dumbledore, para después ver como el director comenzaba a evaluarlo.
Con gracia, Harry caminó alrededor del escritorio y se sentó, siempre manteniendo un ojo sobre Dumbledore y otro sobre la puerta. Sintiéndose un poco inseguro sobre la privacidad, Harry conjuró numerosos hechizos sin varita para revisar por algún hechizo o dispositivo que pudiera espiarlos. Después bloqueó y aseguró la puerta, esperando a que Dumbledore comenzara a hablar.
Albus sintió los encantamientos de seguridad siendo puestos en la puerta de su oficina, impresionándose mucho con Harry. Decidió que era hora de hablar y explicarle al joven el porqué estaba aquí.
—¡Bienvenido, mi niño! Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿cómo has estado, mi querido muchacho?
—Bien, señor. Ha pasado mucho tiempo desde que maté a ese basilisco. ¿Cómo ha estado usted? —preguntó Harry, por pura cortesía. Realmente lo único que quería era saber porqué se encontraba ahí y cuándo podría volver a su entrenamiento.
—Bien, he estado muy bien desde la última vez que nos vimos. Ahora, creo que has de estarte preguntando sobre el motivo de tu estadía aquí. —Harry quiso resoplar por la declaración tan obvia, pero se guardó sus acciones y opiniones para sí mismo, y siguió escuchando—. Bueno, como sabes, Voldemort encontró la forma de regenerar su cuerpo el año pasado. Aún no ha atacado ni matado a magos y brujas, pero sabemos por nuestro espía, que te está buscando y está dispuesto a masacrar pueblos para llamar tu atención. Está furioso pues nadie sabe dónde estás, así que con la esperanza de evitar muchas muertes, he decidido que es tiempo que regreses al mundo mágico. —Dumbledore se volvió a sentar y unió sus manos, esperando por la respuesta de Harry.
Harry no sabía que pensar. Comprendía que eventualmente tendría que regresar al mundo, pero no estaba consiente de cuándo. También estaba inseguro sobre cómo lidiar con su familia. Sabía que tenía una, había escuchado sobre ellos. Bueno, todo lo que realmente había escuchado era que tenía una madre, un padre y un gemelo. Los tres estaban vivos y bien, y su gemelo asistía a Hogwarts, además que su padre era Auror y su madre Sanadora.
—Señor, entiendo sus razones para esta misión, pero tengo algunas preguntas. Primero, ¿cómo planea reintroducirme a la sociedad mágica? ¿Qué es exactamente lo que se espera de mí? Y, ¿qué es lo que haré con respecto a mi familia? —preguntó Harry, él creía que su familia era el último de sus problemas. Primeramente necesitaba detalles de su misión, para así poder planear una mejor forma de realizarlo.
—Por supuesto, mi niño. Bueno, mañana cumples dieciséis años y creo que sería simplemente maravilloso si vas al callejón Diagon y te encuentras con tu familia para que sea una linda forma de celebrar tu cumpleaños. Asistirás a Hogwarts en septiembre y cursarás tu sexto año. Básicamente, quiero que seas visto para que Voldemort sepa donde estas. Nunca sabes, tal vez tengamos suerte y te rapte, así tu podrás vencerlo sin una gran batalla. Por lo de tu familia, los verás mañana y después de la comida puedes decidir si vuelves a casa con ellos, regresas a Hogwarts para pasar el resto del verano o... Kingsley ha mencionado algo sobre un gusano come-hombres que está causando problemas en Brasil.
—Brasil. Quiero regresar a entrenar pero si me lo permite, me gustaría regresar a Hogwarts dos días antes que comience el curso académico, me gustaría conocer las áreas de la escuela. Mi experiencia previa es limitada, así que me gustaría conocerla tanto como pueda. Incluso puedo regresar a Inglaterra un par de veces para aparecerme públicamente para Voldemort y comprar mis materiales escolares —propuso Harry calmadamente. Apenas pausó un poco para pensar y preparar su plan.
—Por supuesto, mi muchacho. Sé que no necesitas las clases, pero para aparentar te pido que trates de asistir a la mayoría de ellas. Cuando regreses, dos días antes del comienzo del curso, podemos sortearte o esperar al sorteo en el banquete de bienvenida, ¿qué prefieres?
—Banquete de bienvenida —dijo simplemente.
—Ahora que ya todo está arreglado, te he preparado una habitación de invitados en el cuarto piso. Sólo busca el cuadro de un elfo del bosque, la contraseña es "basilisco". —Dumbledore se incorporó para acompañar a Harry a la puerta—. ¡Oh! Debo contactar a Lily inmediatamente, habrá que decirle que te encontrarás con ellos mañana a las once treinta en el Caldero Chorreante.
Harry asintió mientras se deslizaba por la puerta. Una vez que estuvo escaleras abajo, se transformó de nueva cuenta en una serpiente e hizo su camino hacia la habitación de invitados. Mientras se dirigía hacia sus habitaciones, sus pensamientos estaba enfocados en como el asistir a Hogwarts iba a bajar el rendimiento de sus entrenamientos. ¿Tal vez Kingsley podría venir con él y crear una sala de entrenamientos?
Lily Potter estaba nerviosa. No, estaba aterrorizada y excitada al mismo tiempo. Hoy sería la primera vez en años que vería a su hijo Harry de nuevo. A través de los años tuvieron pequeños informes, que lo estaba haciendo bien, estaba a salvo, su entrenamiento iba bien y que en el segundo año de Will había tenido que matar a un basilisco, pero nada más.
Cuando Lily se enteró que Harry había estado en Hogwarts y que había matado a esa bestia, estaba asustada y furiosa. Su hijo de doce años no debería haber enfrentado a un monstruo tan peligroso, y más importante, ¡estando tan cerca y no le permitieron verlo!
James Potter también se encontraba muy nervioso. ¿Qué podría pensar Harry de ellos por haberlo dejado de lado todos estos años? ¿Alguna vez pensaba en ellos? Estaba impaciente por ver a su hijo otra vez. Tan impaciente que tenía a su esposa e hijo ya vestidos y listos para irse a las nueve treinta. Los había llevado por la chimenea al Caldero Chorreante, después les insistió en que tenían que ir afuera a buscar el regalo perfecto para Harry; dos de hecho: uno por su cumpleaños y otro como un regalo de bienvenida.
Will Potter era un muchacho apuesto de dieciséis años. Era un Gryffindor y tenía a dos increíbles mejores amigos, pero había un problema. Will Potter era un completo imbécil. Después de perder a su gemelo, sus padres y padrinos habían decidido mimarlo por partida doble, todo para superar un poco la perdida de Harry, obtenía todo lo que quería y cuando lo quería, y era muy popular por ser el hermano gemelo del "niño que vivió". Le gustaba inventar historias sobre su hermano para que las personas le prestaran atención. Algunas veces se incluía en las historias para que las personas le tomaran aún más en cuenta. Pero hoy, Will Potter estaba asustado. Había inventado tantas historias e imaginado a su hermano de tantas formas distintas, que no sabía que esperar. Incluso sobre lo que Harry haría si se enteraba sobre todas las mentiras que Will contaba y cómo reaccionarían los otros estudiantes cuando se enteraran. La noche anterior Will decidió que encontraría la forma para que su hermano le siguiera la corriente, o encontrar la manera para que no asistiera a Hogwarts. Si Harry Potter fuera a Hogwarts, su gemelo ya no sería el chico más popular. Sería olvidado, y a Will Potter no le gustaba ser ignorado. De cualquier forma, ¿por qué su hermano tenía que regresar? Harry debería de haberse quedado escondido, pero en lugar de eso estaba a punto de arruinar la vida de Will.
Harry había dejado Hogwarts a las ocho de la mañana para ir al callejón Diagon. Quería revisar el lugar para prevenir algún peligro potencial.
Cuando se sentó en una esquina del Caldero Chorreante, vio como las cenizas de la chimenea se encendían y depositaban a un hombre de rebelde cabello negro. Instantáneamente Harry se interesó al reconocer a su padre. Una vez Kingsley le había mostrado la foto de su familia, cuando tenía nueve años, todo porque quería saber cómo eran. James Potter poseía un rebelde cabello negro, ojos color avellana y una altura alrededor del metro ochenta, se vestía con una túnica de uso diario color azul marino y zapatos negros. James se hizo a un lado cuando una mujer pelirroja emergió de la chimenea. Harry observó cómo sus ojos se abrían revelando unos brillantes ojos verdes, iguales a los de él. Su madre apenas alcanzaba a llegar al metro setenta, vestía una túnica casual de un color morado, un poco lila. Mientras ella caminaba hacia su esposo, la chimenea volvió a chispear, mostrando esta vez a un muchacho. Will Potter se parecía a su padre en casi todo. Mismo cabello, mismos ojos, altura y complexión parecida, pero la única diferencia era que Will no usaba lentes. El joven vestía unos jeans muggles de color azul oscuro, tenis y una camisa de manga corta color blanco.
Mientras sus padres lucían ansiosos, su hermano parecía furioso. Harry se sentía un poco curioso sobre el qué tenía a su gemelo tan enojado a tan temprana hora del día, más aún en su cumpleaños. Decidiendo seguirlos y ver qué es lo que hacían tan temprano, Harry deslizó su pañuelo sobre su boca y se introdujo en las sombras para transformarse en su forma animaga de serpiente.
Harry los siguió por tres tiendas hasta que finalmente entendió lo que estaban haciendo. Su madre y padre estaban buscando y discutiendo sobre el regalo perfecto para él, lo que le causó una calidez agradable en el pecho. Su gemelo parecía estar tramando algo. Después de escuchar a Will murmurarse a sí mismo durante varios minutos, se enteró que su gemelo estaba usando su nombre para ganar prestigio en la escuela, y ahora estaba preocupado por si Harry arruinaba su tan duro trabajo. Incluso quería encontrar una forma de prevenir que Harry fuera a Hogwarts y así no robara la popularidad de Will. Harry quedó realmente horrorizado por las acciones y la actitud de su hermano. Bien sabía que no iba a llevarse bien con su gemelo. Un poco aburrido de estar siguiendo a su familia, decidió ir a dar una vuelta al callejón.
Draco Malfoy estaba aburrido. Hoy había decidido ir al callejón Diagon pues había escuchado un rumor, el cual decía que Harry Potter por fin haría una aparición pública. Después de años de escuchar todas las historias de Will Potter, quería conocer en persona a Harry Potter. De ninguna forma un simple muchacho podría haber hecho todas las grandiosas cosas que Will contaba, su gemelo había hecho. La única historia que tal vez tuviera un poco de crédito era la de segundo curso, pero eso era sólo un rumor, pues nadie había visto a Harry Potter en Hogwarts. ¿Dónde tenían al niño que vivió, pues ni siquiera iba al colegio?
Draco vio a los Potter de lejos, pero como siempre sólo iban tres. Lo más interesante era que el menor de ellos lucía muy molesto. Le desagrado no ser la causa de tal enojo, pero como no había un Harry Potter a la vista, decidió caminar por el callejón. ¿Tal vez se reunirían con él un poco más tarde? Bueno, Draco mantendría un ojo sobre los Potter en caso de ser así.
Justo cuando iba dando vuelta hacia la tienda Artículos de Calidad para Quidditch, Draco bajó la vista y miró a una pequeña serpiente deslizándose entre las sombras de las construcciones. Se quedó parado por un momento, para después dejar que su curiosidad tomara lo mejor de él y fuera tras la serpiente.
Harry Potter se deslizaba lejos de su familia cuando vio al muchacho rubio mirando a su hermano. Observando al muchacho se vio preguntándose sobre la hostilidad que emanaba el rubio hacia su gemelo. Como no tenía nada que hacer, decidió interrogar al muchacho, así que lo atrajo hacia un área más privada. Harry dio dos vueltas alrededor del chico antes de obtener su atención y se dirigió a un callejón cercano. Cuando vio al chico siguiéndolo se movió más rápido hacia la parte trasera del callejón, esperando a que el muchacho apareciera.
Draco siguió a la serpiente hacia un callejón y fue hacia la parte trasera cuando la perdió de vista. Miró alrededor por alguna señal, hasta que por la comisura de sus ojos vio a alguien. Pretendiendo que seguía escudriñando el área frente a él, tanteó por su varita. Cuando su mano tocó la familiar madera, se volvió rápidamente apuntando con la varita, pero no había nadie ahí.
—Buenos instintos, pero tus movimientos necesitan trabajo —dijo una voz masculina atrás de él. Volviéndose lentamente, Draco vio a un adolescente de corta estatura vestido completamente de negro y parado como si nada malo pasara.
Harry utilizaba el mismo tipo de ropa que el día anterior, sólo que esta vez optó por zapatos en lugar de las botas de dragón. Había visto el momento en el que el otro chico lo notó, observó su actuar como si aún estuviera buscando a la serpiente. Sólo un instante antes que el rubio se volviera hacia Harry, él silenciosamente y rápidamente se colocó tras el chico. Viendo la confusión en el rubio, habló para ganar su atención.
Draco apuntó con su varita al muchacho y se fijó en su apariencia. Incluso cuando el chico lucía pequeño e inocente, notaba que un secreto mortífero se escondía dentro de él. Draco sabía que si este chico lo quisiera muerto, estaría muerto antes de poder volver a pestañar. Eran los ojos del muchacho. Eran unas brillantes esmeraldas, pero te avisaban del peligro que escondían; serias y enfocadas. Incluso cuando sus ojos eran serios, seguían siendo hermosos. El cuerpo del muchacho era otra señal que gritaba peligro, lo que a Draco le parecía realmente sexy y caliente. Determinado a no sentirse intimidado por el muchacho, decidió responderle.
—En el futuro trabajaré mejor en ellos, ¿puedo preguntar quién eres? Asumo que fuiste tú quien usó esa serpiente para guiarme a este callejón. —Draco había puesto en marcha su "máscara Malfoy", usando la voz más segura que podía aparentar, esperando no mostrar ningún miedo hacia el extraño.
Los Malfoy no mostraban miedo a nadie.
Harry estaba impresionado. Usualmente las personas se comportaban torpes e idiotas, rogando por sus vidas cuando conocían a Harry, pero este muchacho casi parecía aburrido de estar en su presencia, casi era la palabra clave. Harry detectó un brillo de miedo antes que el rubio se pusiera la máscara. Además, el rubio había adivinado lo de la serpiente.
—Mi nombre no es importante, lo que quiero sabes es por qué estabas observando a la familia Potter. —Harry se incorporó, ignorando completamente la varita que apuntaba directamente a su rostro. El moreno sabía que no serían interrumpidos, pues había puesto hechizos de seguridad en el callejón justo en el momento en que el rubio entró en él. No le preocupaba la varita, pues podía tenerla en su poder en cualquier momento si así lo deseaba.
¿Quién se creía este muchacho para venir y preguntarle, cuando era él quien sostenía la varita? Además, Draco era un Malfoy, y los Malfoy nunca daban explicaciones a los demás.
Determinado a mantener el control de la conversación, Draco movió perezosamente la varita hacia el extraño.
—No creo que estés en posición para hacer preguntas. Soy yo quien te apunta con la varita, así que preguntaré de nuevo. ¿Quién eres y qué es lo que quieres de mí? —Draco confiaba en que el muchacho recobrara el sentido y respondiera a sus preguntas, no es como si fueran muy difíciles.
Harry ya se estaba molestando con el juego de la varita, así que levantó su mano y observó como la varita iba hacia él. Viendo la sorpresa en el rostro del rubio, habló de nuevo.
—Mira rubio, ahora soy yo quien tiene la varita así que contestarás mis preguntas. ¿Quién eres y por qué estabas observando a los Potter? —Con eso dicho, Harry se recargó con su hombre derecho contra una de las paredes y esperó.
Draco estaba muerto. El muchacho acababa de tomar su varita sin una palabra de por medio. Para después actuar totalmente indiferente. Bueno, si de todas maneras iba a morir, tal vez debería de dar una buena batalla.
—Claramente debes vivir debajo de una roca si no sabes mi nombre. El porqué estaba observando a los Potter, es un asunto personal que no te importa y del cual no tengo por qué darte alguna explicación —dijo Draco simplemente, copiando la postura del extraño al recargarse con su hombro derecho sobre una pared.
—No vivo bajo una roca, pero sigo sin saber quién eres. Y cualquier cosa relacionada con los Potter es de mi interés, así que a menos que quieras sufrir un inmenso dolor, te sugiero que contestes a mis preguntas. —Harry se encontraba intrigado por el muchacho. Lucía de su misma edad, y el rubio no daba marcha atrás. Harry estaba acostumbrado a que las personas se derrumbaran rápidamente o lo atacaran. Se dio cuenta que siempre y cuando el muchacho no fuera hostil hacia su familia, no se molestaría con él. El rubio no parecía ser peligroso, así que tal vez sólo fuera alguna bronca escolar entre su hermano y el muchacho. Además ya casi eran las once treinta y Harry tenía que ir a encontrarse con su familia—. Sólo dime si tienes malas intenciones hacia los Potter. Es todo lo que necesito saber.
Draco no sabía que responder a eso. Claro que quería hechizar a Will Potter hasta la locura, pero no quería matarlo. Decidiendo que muerte era algo hostil, Draco contestó al extraño esperando no ser torturado.
—¿Preguntas si quiero matarles o hacerles algún daño físico? No. Bueno, tal vez maldecir al imbécil ese, Will Potter, pero sólo porque es muy fastidioso, pero no matarlo, sólo unos cuantos hechizos. —Draco esperaba que su respuesta fuera satisfactoria para el extraño.
Harry, decidiendo que el muchacho no mentía, le arrojó de nuevo su varita. Después de levantar los encantamientos de seguridad, comenzó a caminar antes de decirle al rubio: —Bien, eres muy lindo para matar. Lamento dejarte tan rápido, pero tengo una cita para el almuerzo.
Y con eso, se deslizó entre las sombras y desapareció.
Draco estaba en shock. El extraño simplemente le regresó su varita y se fue. Determinado a tener algunas respuestas, caminó tras el extraño, pero cuando salió del callejón no pudo localizar por ninguna parte al pelinegro. Todo lo que vio fue a Will Potter caminado lentamente hacia el Caldero Chorreante. Recordando que se encontraba ahí para ver a Harry Potter, se decidió por seguir al gemelo frente a él.
TBC…
Notas de Luna*
Hola Chics!
Espero que les haya gustado!, si tienen alguna queja, sugerencia o comentario, no duden en mandarme un review! Que no les cuesta nada!
Bien, otra cosa, hoy es mi cumpleaños! Sí, un año más y seré legal el CASI todo el mundo… así que, si son inteligentes adivinaran mi edad… que no es muy difícil… no recuerdo si lo he puesto por aquí *Luna se pone a pensar* nop, no lo recuerdo… en fin…
Aunque sea un comentario! De regalo u.u, se los agradeceré y me levantaran la moral… si no les gusta, pues nomas díganme y dejo de publicar u.u
Gracias por su tiempo!
Agradecimientos especiales a mi beta: GiselleFriends y a mi querida Xanath, quien también anda publicando por aquí, el fic es "A consort´s loyalty" así que pasen a darse una vuelta por su traducción!
Besos!
Luna Oscura
