Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephanie Meyer. Solo la trama me pertenece.

Hola todos! Esta es una locura, que me robo el sueño, y cada pensamiento durante los últimos días, ¿Por qué escribir ahora? No lo se y las que me conocen saben que no me veía escribiendo pero aca estoy y me nació compartirla con todos ustedes…(no me den tan duro vale)

Edward

-Llegó temprano Sr. Cullen, deberá espera media hora, el Dr. German está atendiendo a un paciente -me dijo la joven enfermera sentada en el escritorio frente al consultorio, con una gran sonrisa. En otra oportunidad le devolvería la sonrisa, hoy no seria ese día. Solo asentí y me senté en una de las sillas de la sala de espera ¿podrían ser mas incomodas? Este lugar está diseñado para incomodar desde que entras.

Volví mi mirada a la enfermera y respiré para tranquilizarme. Claro que llegué temprano, prefiero estar aquí que ver las cuatro paredes de mi casa o las de mi oficina. Cómo puede cambiar todo en un segundo...

Durante toda mi vida me trace metas: estudiar, graduarme, trabajar, amar, tener un hogar, hijos... Esas por lo menos eran las mías y en cada una de ellas me esforcé al máximo. Mi título de abogado ha sido mi mayor logro, hace solo tres años abrí mi propio bufete con uno de mis mejores amigos, podría decir que he logrado parte de mis metas; bueno, siempre con el apoyo de mi familia quienes han sido mi constancia, y lo que había tomado como ejemplo para mi futuro. Sé que no he sido un santo pero mi vida la he llevado tranquila y muy normal, salidas nocturnas, bebidas ocasionales y siempre sociales, no me he drogado, he salido con mujeres pero nada en serio, tampoco he hecho daño intencionalmente. Más bien soy de los que siempre ha estado a la espera de la indicada, una mujer que me complemente, que sea mi amiga, mi cómplice… Por Dios, una que solo me quiera, no pido mucho, porque sé que no soy perfecto, Dios sabe que no lo soy.

Observé que la secretaria se levantaba del asiento y volvía a sonreírme antes de entrar en el consultorio, y no es de esas sonrisas amables, esta sonrisa la conozco bien, ¿acaso no ve que estoy asustado?, nunca me había sentido tan aterrorizado en mi vida, ni siquiera cuando en unas vacaciones con mi familia, salí solo a explorar y me tropecé con una piedra, cayendo y torciéndome un pie. Estuve dos horas gritando antes que me encontraran.

En mis treinta y tres años creía que era hora de buscar esa estabilidad emocional que siempre vi en mi hogar. He trabajado muy duro para tener la seguridad económica necesaria para lograrla, tanto que Esme pensaba que me había perdido de muchas cosas, no le había creído antes cuando me lo repetía incesantemente… pero ¿de qué valieron mis esfuerzos ahora?, cuando todo lo que daba por sentado había sido arrancado de raíz. Solo me queda la posibilidad de que en unos minutos todo cambiara... que ya no pueda haber un hogar, ni hijos o una compañera. ¿Quién me podría amar incluso si lograra salir de esta?

Fui negligente, lo admito, ignoré las señales, no le di importancia a la molestia a pesar de no aguantar el dolor a veces tan insoportable que no me permitía ni siquiera caminar. Cuando Carlisle me encontró un día en mi oficina tirado en el sofá sin poder moverme, me pidió que fuera al médico pero yo me negué y logré tranquilizarlo, diciéndole que era un dolor momentáneo y no le presté atención a sus consejos, ¿si lo hubiese hecho, habría estado a tiempo de evitar esta mierda? No lo sabré nunca. Repetirme una y otra vez los ¿y si?, no era válido para mí, eso lo hacía todo más fácil ahora que la realidad me golpeaba y tenía que aceptar que siempre tuve el presentimiento de algo malo y me negaba a ello. Saber que lo había dejado pasar por tanto tiempo me hacía sentir peor, porque solo había querido enfocarme en trabajar, eso era lo importante, era el orden de las metas que me había trazado.

Sentí a la secretaria salir pero no la miré, si fuese el momento, ella me llamaría. No quería ver de nuevo esa sonrisa, justo en este instante me di cuenta que no me había aprendido su nombre, aunque tenía que aceptar que todo parecía un poco surrealista desde que llegué a este sitio la primera vez.

Hace apenas un mes que entré en el infierno, cuando me di cuenta que se agravaba más mi estado, ahora eran ambas y me vi en la necesidad de hacer algo. Todo había sido difícil desde ese momento, levantar el teléfono, hacer esa bendita cita, y actuar como espectador de la media hora más difícil de mi vida… Quisiera culpar a alguien, necesitaba culpar a alguien, la rabia e impotencia me invadían y exigían que lo hiciera, pero al final del día solo podía recriminarme a mí mismo. Solo yo soy el responsable, debí cuidarme mejor, debí hacer muchas cosas que ahora no importan.

Debí entender que soy un simple humano y no alguien inmortal…

Ahora estoy aquí después de esa primera consulta. Luego de un mes en el que no había podido respirar, en el que había actuado de la mejor manera para no preocupar a nadie. Esme sospechaba algo, lo sabía, aunque me daba mi espacio, si solo supiera donde estoy ahora, pero no podría soportar la compañía de alguien en este momento menos la de ella.

Debía hacer esto solo… claro que debo venir solo, no porque no tuviera con quien, sino que no había forma de pedir que me acompañaran, ¿mi familia?, ¿mis amigos?, ¿de qué manera le dices a tu único hermano: "hey me puedes acompañar un momento, solo me van a decir cuántos días me quedan de vida y salimos rápido"? Porque a Esme ni hablar no soportaría ver su dolor y no tengo cara para pedírselo a mi padre después de su insistencia meses atrás.

Me desperté más temprano de lo normal, en realidad no dormí nada, ¿cómo podría? Me bañé, afeite, traté de hacerme el desayuno pero era imposible para mí poder concentrarme en hacer una simple tostada, así que me rendí. Llegué al bufete una hora después, cuando traté de atender a mi primera clienta la escuché hablar sobre algo pero al segundo después lo había olvidado por lo que preferí salir del despacho, fui a la oficina de Seth y le pedí que me cubriera. Era como si estuviera en una nebulosa desde un mes atrás, como si el tiempo se hubiese detenido, por lo menos para mí.

Entré al University of Chicago Medical Center y recorrí los pasillos blanquecinos, viendo los rostros inexpresivos de los doctores y las enfermeras, lo peor era la cara de los demás pacientes, ni siquiera veía compasión en ellos porque todos estaban inmersos en su propia miseria, ¿será solo esta ala? Dios, espero que sí.

-Señor Cullen -. Escuché mi nombre pronunciado por la secretaria sentada enfrente del escritorio. La miré fijamente y ella me sonrió de nuevo, en ese momento entendí que habían pasado los treinta minutos -, ya puede pasar.

Respira, solo respira, me ordené, ¿qué es lo peor que puede pasar? Morir, a la final el dicho era cierto, eso era lo único seguro en la vida, y esta experiencia solo me lo ha confirmado. Toqué la puerta y la abrí lentamente, retrasando lo más que podía el momento.

-Hola Edward, siéntate por favor - me dijo con voz tranquila, sentado frente a su escritorio.

El Doctor German era algo joven, algunos años más que Carlisle y con muchas más canas, ¿será la profesión?;no sé ni cómo anduvieron mis piernas. Dios esto es lo más difícil que he hecho hasta ahora, pensé que había sido cuando me extrajeron la prueba, pero no, esta mierda era peor.

Me senté en una de las sillas que no era más cómoda que las de afuera solo un poco mejor, y esperé a que terminara de leer lo que sea que tuviera en su manos. Me daba escalofríos estar aquí, el consultorio era como todos los demás que había visitado anteriormente, tan impersonal, frio y con ese olor a desinfectante que te hacía sentir incluso más enfermo.

-Aquí tengo los resultados… - empezó el Doctor.

Mierda solo puedo ver su labios moverse, su mirada era fría, ¡qué diablos! Debe estar acostumbrado a dar estas noticias, ¿cómo lo hace?, yo nunca podría, aunque debería, soy un supuesto abogado duro, debería hacer lo mismo por lo que hago día a día. Pero en este momento el simple hecho de abrir mi boca era algo imposible, solo podía asentir, si la abría tal vez me ahogara.

-… Lo siento, Edward, éstas son las noticias que como doctor no me gusta dar…

Escuché que él decía y en respuesta sentí mis piernas pesadas, estaba pegado a mi asiento paralizado. ¿Seré capaz de moverme alguna vez? Quisiera salir corriendo justo en este instante pero a qué, a dónde, no tengo nada, solo mi oficina… donde he estado metido todo este maldito mes.

-… Aunque tengo fe que saldrás de esta, eres joven…

¿Joven? Perdí casi toda mi juventud… si salgo de esta, ¿quién me querría así? Siempre estará la sombra de esta mierda, ¿qué sombra?, me corregí, mi realidad estaba clara ¿podre salir de esto?

-… La cirugía es la mejor opción. Sera difícil, no te mentiré…

Dios… Esme, ¿cómo le diré esto a mamá?, se irá conmigo cuando se lo diga, no se lo podía decir, nunca ha llorado por mí, he procurado hacerla feliz siempre. Soy un buen hijo a pesar de no aparecer en meses.

Deseo llorar… ¿Voy a llorar?... No puedo… Este nudo en la garganta no me deja hacerlo.

-… Se recomienda el banco de almacenamiento, es seguro si quieres tener…

Estaré solo, pensé inmediatamente dejando de escucharlo de nuevo, nunca sabré lo que es tener familia. Tal vez todo fuera para mejor, no dejaría a nadie atrás, nadie que me lloré, nadie que crezca sin un padre. Padre… ¡Diablos! Siempre quise tener hijos...

"Papá… espero que me perdones por no escucharte. Si solo te hubiese escuchado…"

-… Puedes tener otra opinión, siempre es recomendable…

Lo miré frunciendo el ceño confundido. ¿Éste hombre está loco? ¿Pasar otra vez por esto? Si esta mierda no me mata lo hará la espera. Pero lo haría solo, de nuevo solo, a Emmett no lo haría pasar por esto, mi hermano, mi amigo, mi compañero que es duro… deberá actuar duro por Esme.

-… Pero los resultados fueron verificados… -. Agregó ofreciéndome unas hojas.

Mostrarme esos papeles no cambiará nada, ya perdí todo; segundos, minutos, horas… ¿Qué puedo hacer ahora sino me queda nada más que esto? Respiro profundamente… ahora sí respiro y él no para de hablar, sigue teniendo esa mirada fría que no me da esperanzas, tal vez busque a alguien que me engañe aunque sea por solo un segundo diciéndome que todo estará bien. ¿Existirá un Doctor que haga eso? ¿Si le preguntó al Médico eso, me responderá y me referirá a ese Doctor engañoso que me alegrara por un minuto lo que me falta de vida? ¿Será ético para ese Doctor referirme a otro colega así? Yo creo que sí ya me dijo que buscara una segunda opinión, le preguntaré cuando pueda abrir mi boca.

-… ¿Qué me dices, Edward? - Culminó su exposición mirándome todavía con expresión fría.

¿Qué puedo decirle Doctor?, ¿qué no escuché nada de lo que hablo?, ¿qué me siento condenado y sin esperanzas, y usted no es de gran ayuda? Solo puedo repetir en mi cabeza las dos palabras que pronunció cuando llegué aquí y las que estaba temiendo desde que comenzó éste infierno un mes atrás:

Tengo cáncer.


Gracias por leer, y espero les guste esta locura tanto como a mi.

Esto no hubiese sido posible sin el apoyo incondicional, sin los ánimos y la guía de mi ami Betzacosta que también es la Beta de esta pequeña historia (peque estamos conectadas xD), Te quero ami GRACIAS por aguantarme n_n

LaFlacu

Nota: Legal te la robare unos días xD