Disclaimer: Fire Emblem no me Pertenece
Nota de autor: Pequeño longfic con drabbles de diferente pareja :3
Advertencias: Posible OOC.
El grupo de chicos del futuro estaba reunido en la tienda de Inigo, todos sin excepción habían acudido cuando Lucina los convocó con urgencia, ¿el porque en la tienda de Inigo? Ninguno de sus padres se atrevía a ir ahí por temor a encontrarlo en paños menores como acostumbraba a andar.
—Hay algo sospechoso aquí. —La heredera dijo notando que todos la observaban atentamente— y quiero resolver esto.
—¿Hablas de nuestro padre? —Cynthia preguntó al cabo de un momento—. No le veo nada de raro.
—¿No les preocupa saber quien es su padre en esta época?
Algunos se removieron incómodos, pero Brady levantó la mano y todos voltearon a verlo.
—No debemos meternos. No es nuestro asunto. —Sentenció—, no pienso preguntarle a mi madre quien es mi padre. Ya lo sé.
—¿Es por Robin? —Owain preguntó con una sonrisa en sus facciones empezando a caminar por la carpa—, querida prima; el asunto de nuestros padres no es nuestro como dijo Brady.
—Espera, espera, ¿Robin? —Inigo lucia sorprendido.
Noire se rió antes de cubrirse los labios y que Nah la mirara duramente. Laurent suspiró fuertemente.
—Opino como los demás, solo tenemos que asegurar que vamos a nacer.
Severa, que para ese momento estaba cansada de aquello se levantó de la caja donde estaba sentada y miró a todos.
—Princesa, no vine aquí para jugar a la casamentera— aunque su tono era suave, se notaba molesta—. Estoy aquí porque quiero derrotar a Grima, no estoy interesada en saber si tu padre y su estratega están juntos.
Morgan frunció los labios al escucharla, mas la pequeña no dijo una palabra tomando su grimorio entre sus brazos sin atreverse a ver a Cynthia o a la propia Lucina, dado que ella conocía la verdad.
«Mi padre merece ser feliz con quien él decida», pensó con una pequeña sonrisa, notando que Gerome estaba mirándola fijamente desde el otro lado de la estancia y provocó que su mirada se dirigiera al suelo.
—Lucina, no olvides que hay problemas más graves — Gerome habló —y que hay personas con situaciones más delicadas que la tuya.
El chico se levantó, pasando de todos hasta llegar a la entrada y le dirigió una mirada a Morgan que lucia realmente sorprendida por sus palabras, sin mencionar el dulce sonrojo que poblaba sus mejillas. Gerome medio sonrió mientras salía de la carpa y se dirigía a ayudar a su madre, aquella discusión no tenía sentido para él dado que sus padres ya estaban casados.
Severa fue la segunda en salir, estirando sus músculos cuando estuvo afuera, por suerte para ella ya había notado las miradas que había entre sus futuros padres por lo que no le preocupaba no nacer.
Bueno, realmente si había una preocupación en su mente; pero no era momento para indagar en aquello.
Un pequeño cuerpo chocó en su espalda, lanzando un quejido por lo bajo mientras Morgan se tallaba la nariz. Severa suspiró internamente, pero de inmediato una sonrisa se posó en sus facciones.
—No sabia que te llevaras tan bien con Gerome— la molestó notando que de inmediato la chica escondía la cara en su capucha, idéntica a la de su padre.
—No sé de que me hablas.— Contestó en cambio, fingiendo inocencia; mas la otra solo soltó una pequeña risa.
—Repítelo hasta que te lo creas.
Morgan huyó -casi literal- de ahí, lo mejor era ir con su padre o estudiar mas. Por su parte, Severa empezó a caminar decidiendo que iría a revisar a los pegasos; al menos hasta que algo llamó su atención.
Lon'qu estaba sentado en el árbol más cercano a donde los caballos alados estaban mientras Cordelia cepillaba al suyo unos metros más lejos de donde el hombre se encontraba, no parecían conversar pero de vez en cuando la pelirroja volteaba a ver al otro y viceversa, aunque sus miradas no parecían encontrarse.
La chica puso los ojos en blanco, ¿qué eran? ¿Adolescentes? Incluso ella podía deducir por la atmósfera que habían más sentimientos entre esos dos de lo que admitirían en voz alta.
—¡Severa! — Cordelia llamó con su voz melodiosa y la aludida hizo mala cara empezando a caminar lejos de ella.
Ugh, odiaba ese tono con el que ha veces le hablaba. Y no es como si la odiara, solo la encontraba demasiado perfecta y le resultaba frustrante.
«Aunque mi madre es la mejor de todas», sonrió con orgullo mientras se acercaba a los pegasos en dirección contraria a sus padres, Severa estaba segura que lo serían.
A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario es, como han dicho otras autoras:"como manosearme la teta y salir corriendo."
Hayden
