Los personajes de Naruto NO me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.

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"Pequeño Príncipe"

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Ella no era una amante ferviente de los cuentos de hadas, en realidad no los disfrutaba, ¿como disfrutar de algo que ya sabes como acaba?, la princesa casada con un príncipe, un príncipe de ficción.

Ella en cambio, tenía una visión diferente, la imagen de un verdadero príncipe que se reflejaba en su mente, el príncipe que cada mañana perseguían sus ojitos sin quererlo.

¿Cómo no serlo?

Naruto Uzumaki, aquél chico revoltoso, escandaloso pero muy lindo, ¿cómo era posible que él no fuese un príncipe?, es que mirenlo, encajaba a la perfección en lo que se requiere para ser un príncipe de verdad, uno real, uno para el que realmente le gustaría ser una princesa.

Después de analizarlo a fondo y durante todo el almuerzo, la pequeña Hinata lo comprendió, no bastaba con que fuese rubio, de ojos azules, de carita muy mona, todo un caballerito, dulce, tierno y educado hasta cierto punto, es que aún eran niños, no podía pedir de más, también era necesario ser grande, alto y quizá un hombre que hiciese gritar a las otras niñas, tal como lo hacía Shino, aun que el lo hacía por estar siempre con sus insectos, quizá Naruto-kun no podría ser un príncipe y por ende ella no podría convertirse en su dulce princesa.

Llegó la hora de regresar a casa, la pequeña Hyuga se encontraba triste, se había hecho a la idea de que en Naruto-kun había encontrado un príncipe de verdad, entonces podría decirle a todos que ella conocía a un verdadero príncipe, uno muy guay y no uno tan tonto y ficticio como el de los cuentos, sin embargo ahora su sueño no se podía hacer realidad, después de todo Naruto-kun no podía ser un príncipe, era muy pequeño para eso y no hacía gritar a las niñas como Shino.

—Hinata-chan -le habló su mamá desdé la salida del jardín de niños-

—¡Mamá~! -corrió la pequeña llorando hasta los brazos de su madre, su pobre corazoncito se hallaba roto-

—¿Qué pasa mi niña? -le preguntó la matriarca Hyuga muy preocupada-

—Mami, yo no pude encontrar un príncipe, no he encontrado un príncipe real, uno que sea muy guay, un príncipe mucho mejor que los príncipes de los tontos cuentos... ¡Mami no tengo un príncipe! -lloraba la pequeña afligida en los brazos de su madre-

—Hi-Hinata-chan -se escuchó la voz de un niño detrás de ellas-

—Na-Naruto-k-kun -se giró ella entre hipidos y sollozos-

—Si no tienes un príncipe, entonces yo... -hablaba nervioso el pequeño mientras su pelirroja madre y su rubio padre lo miraban emocionados desdé atrás- ¡Yo seré tu pequeño príncipe y te haré mi princesa-ttebayo!

~¡Ohhhh!~

Los tres adultos exclamaron sorprendidos al ver la escena frente a ellos, un pequeño hombrecito de cabellos revueltos y una curita en su mejilla que proclamaba se convertiría en un príncipe para hacer su princesa a la niña de sonrisa tímida y mirada tierna, precoz, muy dulce pero precoz.

—¿En verdad serás mi príncipe Naruto-kun?

—Lo seré, voy a esforzarme y serás mi princesa.

—Lo seré príncipe Naruto-kun, seré la mejor princesa.

—Yo seré el mejor príncipe para mi princesa.

Desde ese día Naruto dejó de ser el mejor prospecto a príncipe, ese día se convirtió en el pequeño príncipe de la princesa Hyuga, claro que nadie imaginó que ese mismo príncipe se convertiría en un rey y su dulce princesa en su reina, bueno nadie excepto Kushina, ella era un caso aparte.