N/A: ¡Hola!. ¿Cómo están?. Espero que muy bien. Vengo a molestar otra vez con una nueva historia. Se me ocurrió realizar un Universo Alterno (creo que así le llaman), con los personajes de Yu Yu Hakusho (obviamente). Ya que se me están acabando las vacaciones, me tomé un tiempito para leer varias historias similares (no quiere decir IGUALES) a la que estoy a punto de mostrarles. La verdad no tengo ni idea lo que va a salir, pero si de algo estoy segura es que le pongo garra y esfuerzo para que sea de su agrado. Quiero dejar en claro que NO ME COPIO DE NINGUNO DE LOS FANFICS YA ESCRITOS, me dieron un impulso a escribir otra cosa completamente diferente de lo que venía haciendo (visitar: "Un Ángel y Un Demonio"). Todo sale de mi cabecita, así que la única culpable SOY YO. Otra pequeña cosa que quiero decir es que la primer escena que van a leer se les va a ser familiar de una película, y es cierto, me tomé el atrevimiento de incluirla modificándola un poco, así que no se asusten.

Me van a querer matar (y posiblemente lo hagan) porque voy a utilizar mi OC (Original Character), osea, mi queridísima Sasha (un Ángel del Reikai- Mundo Espiritual- pero en esta historia es alguien común y corriente quien tiene un pasado unido al de Hiei).

Dejo de hablar y aquí el primer capítulo de esta larga, extraña, y...¿tonta?, historia...¡A disfrutar!...

Aclaración: Ninguno de los personajes de Yu Yu Hakusho me pertenecen, son obra del gran Yoshihiro Togashi. Yo solamente estoy ganando millones de dólares invirtiendo un poco de mi tiempo para el entretenimiento de ustedes.

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"Amor Inocente"

Capítulo 1: "Tus ojos color café"

Un grupo conformado por cuatro jóvenes se encontraban en una cafetería llena de personas. La tarde era hermosa, cálida y con una brisa refrescante ideal para una buena taza de café con amigos.

Unos ojos carmesí miraban hacia otra parte, cualquier ángulo en el sitio, la charla no era de su interés, o quizás, estaba perdido en sus propios pensamientos.

- Oye, réspondeme...- lo llamaba un jóven de pelo negro peinado a la gomina.

-...- no había respuesta.

- Hiei, responde...- otro muchacho de ojos verdes esmeraldas muy llamativos.

- ¿Eh...qué?- el aludido reaccionó.

- Hasta que das señales de vida, enano- un pelinaranja de nariz puntiaguda lo mira fijamente.

- ¿Qué demonios quieren?- Hiei, como así lo llamaban sus amigos, pregunta fastidiado.

- Te estábamos diciendo si esta noche ibas a ir a "Reikai"...- lo miró nuevamente el pelirrojo.

- No, no iré...- dijo en seco.

- Vamos, Hiei, anímate. Además en unos días volveremos a clases y recuerda que es el último año...-

- Que no, Urameshi, no tengo ganas de ir así que no iré...-

- Hiei, por favor, no seas así. Es la última noche que tenemos de vacaciones...- pedía insistente el ojiverde.

- Hn- asintió enfadado.

- Está bien. Esta noche todos en mi casa y partiremos a "Reikai"...- decía muy animado Yusuke, el pelinegro.

- ¡Wuuuu!. Nos espera una noche increíble...- el pelinaranja también con ánimos.

Los jóvenes pagaron la cuenta y se dirigieron a buscar sus vehículos. Cada uno llevaba su respectiva motocicleta; Yusuke tenía una bellísima moto color verde, bastante llamativa, Kurama por su parte, una de color rojo como su cabello, practicamente podías confundirte, Kuwabara una gran motocicleta color azúl marino y Hiei una completamente negra.

Las cuatro, sonaban muy bien, cualquier amante de los vehículos sabía a la perfección que eran bastante buenas y no había duda que ellos hacían un contraste excelente.

Tomaron direcciones opuestas, a su respectivas casas; Kurama vivía con su madre Shiori Minamino quien se casó con su padrastro hace unos años atrás, tiene un hermanastro Shuichi Hatanaka, ambos se llaman de la misma manera. Yusuke vive con su madre, Atsuko, quien es una alcohólica en recuperación, bueno, al menos eso dice. Kuwabara con su hermana, Seiryu quien lo trata como a un niño pequeño regañándolo día y noche. Y Hiei, vive con su hermana gemela Yukina y un padre adoptivo, con el que no se lleva para nada bien debido a los malos tratos que recibe por parte del hombre. Su madre falleció luego de haberlos abandonado y se desconoce el paradero de su padre biológico. Fueron de orfanato en orfanato buscando una familia la cual los acepte. A los cinco años de edad encontraron a una pareja de jóvenes recién casados quienes intentaron por todos los medios procrear, pero los resultados siempre fueron negativos. La mujer era muy amable y cortez, de hecho los acogió de inmediato y ellos se sentían muy bien a su lado. El padre en cambio, era una persona extraña, nunca los hizo sentir amados en especial con el varón con quien llevan una gran disputa desde la primera vez en que se conocieron. Este tipo esconde un secreto bastante oscuro de su pasado, siempre dicen que no todo es lo que parece.

Algunos de ellos como Kurama, se dedican a trabajar en la empresa familiar. La señora Minamino tiene una importante cadena de productos de belleza a base de flores naturales exóticas que adquieren alrededor del mundo, son los mayores distribuidores de cremas y maquillaje de Japón, el pelirrojo se encarga del cuidado de las plantas y de llevar el conteo económico de la empresa al igual que su madre. Hiei por otro lado, es cadete en la jefatura de policía de la ciudad, aún está cursando para convertirse en un futuro policía como su padre adoptivo, quien practicamente lo llevó a elegir ese trabajo. No pasa mucho tiempo en su hogar, es por eso que el moreno debe cuidar de su hermana.

.Kuwabara y Yusuke ingresaron unos meses atrás en una fábrica de autos de muy bajo presupuesto, aún cuando no es el trabajo de sus sueños, la paga es bastante buena.

Keiko y Botan, trabajan como meseras en el restaurante "Yokimura" de los padres de la pelicastaña.

Estudian en la secundaria Sarayashiki y están por ingresar al último año. A decir verdad, son el grupo de jóvenes más populares y codiciados por todas las chicas, ya que ellas caen rendidas a sus pies cada vez que los ven pasar. Además de poseer unos cuerpos atractivos y trabajados, sus personalidades vuelven completamente locas al género femenino.

Pero a pesar de tener tanta fama y tantas admiradoras, ellos también tienen a sus amores imposibles; esas muchachas que no buscan nada más que quererlos y no idolatrarlos fingiendo estar enamoradas de ellos cuando en realidad sólo creen amar algo que no es, las apariencias engañan.

El tosco de Yusuke, aunque no quiere aceptarlo, está enamorado de Keiko, una linda muchacha de pelo castaño y ojos del mismo color; es su mejor amiga, van juntos al colegio y se conocen desde pequeños.

Kurama comenzó a sentir cosas por Botan desde hace un tiempo, cuando había ingresado al colegio años atrás. Es una joven muy hermosa, cabello color celeste y ojos amatistas. Aunque nunca se lo dijo, su corazón late rapidamente cada vez que están cerca y eso no es todo, se pierde en su mirada y piensa en decírselo de vez en cuando, aunque a ambos les falte coraje.

Kuwabara por su parte, está completamente obsesionado, si, obsesionado con Yukina, la hermana gemela de Hiei que de iguales no tienen absolutamente nada, porque sus personalidades son diferentes de la A a la Z. Está constantemente buscándola y mimándola, y eso le molesta bastante al chico de pelo negro ya que es su hermana menor (por minutos) y es su deber protegerla de ese "deforme" como lo llama a menudo.

Éste sin embargo, no tiene a nadie que le robe el pensamiento; sexualmente hablando ha estado con muchas jóvenes, pero ninguna es la indicada, ninguna le tocó el corazón y si que es difícil tocarlo. Es una persona fría, de carácter difícil y hostil, y no es para menos, ha sufrido mucho en su vida es por eso que mantiene todos sus sentimientos guardados bajo llave. Sólo demuestra esa costra dura de "chico malo" para no ser humillado por nadie. Esa fachada rebelde es lo que las vuelve locas. Aún así, sólo se limita a llevar a la cama a quien se le antoja sin la necesidad de sentir afecto hacia ellas. En realidad, todos hacen exactamente lo mismo, y es por eso que no son aceptados por esas chicas de quienes están perdidos. Llevan una vida de completa libertad, inmadurez y obstinación. Hasta que algo en sus vidas puede hacerlos cambiar...

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El chico de ojos rojos manejaba su motocicleta a toda velocidad, había veces en las que recibía regaños por parte de su hermana por ser tan irresponsable, pero a él poco le valía lo que ella pudiera decir. Hundido en sus pensamientos, recordó una escena muy particular de su vida, algo que marcó un antes y un después en él aunque todavía no entendía porque justamente en ese momento recordaba algo así.

"Flashback"

Dos chicos de mediana estatura y de aproximadamente siete años estaban corriendo por un lugar bastante arboleado. Se detienen agitados en busca de aire...

- Creo...que...hasta aquí...llegué...- decía una niña de pelo color castaño largo hasta la cintura atado en dos coletas.

- Eres...muy...débil...te...gané- decía otro niño de ojos carmínes; sus respiraciones estaban un poco más controladas ahora.

- ¡Cállate tonto!. No me ganaste...- le gritó la niña.

- Tú eres una tonta y eres fea y si te gané porque eres lenta...- le saca la lengua.

- Tarado...¿dónde estamos?-

- No se...creo que nos alejamos de la tienda- miraba a su alrededor.

- Si nos perdemos es tu culpa-

- Yo no tengo la culpa, tu quisiste jugar carreras conmigo...-

- Daaa- le saca la lengua en forma de burla.

El niño pequeño aprovechó y le plantó un pequeño beso en la boquita a la niña. Ésta abrió sus ojos enormemente y se sorprendió al sentir los labios del pequeñito en los suyos. Eran tan cálidos y mojados. Posó sus manos en sus hombros y cerró los ojos por un momento al ver que él también los tenía cerrados como disfrutando del contacto. Era el primer beso de ambos.

- ¡Sasha, Hiei!- los gritos de una mujer se escucharon a lo lejos.

Los niños abrieron los ojos y se miraron asombrados por el acto, se separaron al instante. Nerviosos desviaron su mirada hacia ningún punto en particular. Sasha le dio la espalda a su amiguito, tocó con sus dedos los labios como recordando lo que había sucedido.

- Será nuestro secreto...- dijo el pequeño de pelo negro y mechones blancos.

-...- Sasha asintió sonriendo y asombrada- Será mejor que volvamos a la tienda...-

"Fin Flashback"

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Aeropuerto de Japón 4pm...

"Hoy vuelvo luego de tantos años de estar tan lejos de ti. De sentirme vacía, callada, de hundirme en una profunda tristeza. Aún no se si logré superar todo lo ocurrido en aquel tiempo. Dejarte atrás por el error de un humano egoista, desagradable y horrendo. Nunca tuviste la culpa porque la única persona que asumió la responsabilidad de los hechos fui yo; es una de las características que siempre odiaste de mi, y tienes razón después de todo. Fui una tonta, una niña ingenua con la que jugaron; me usaron como un traste sucio y eso me hicieron sentir, "sucia".

Ahora es el tiempo para remediar todo, para intentar volver el tiempo atrás, y sanar todas las heridas que aún siguen abiertas. Gotean de vez en cuando, pero se que estarás ahí para curarme. Espero encontrarte allí..."

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Tres hermosas jóvenes se encontraban paradas esperando a alguien en el Aeropuerto. Vestían ropa informal y estaban muy ansiosas por recibir a esa persona.

- No puedo creer que después de tantos años volvamos a verla...- decía muy emocionada Keiko.

- Es cierto, ¡hoy tendremos una noche de chicas con ella!- Botan muy animada.

- ¿Chicas, con quién se quedará?- pregunto una jovencita de pelo verde agua.

- Cuando hablamos por teléfono me dijo que se quedaría en la casa de sus padres por un tiempo- dijo pensativa.

- ¡Allí viene!- gritó Botan, todas estaban sonriendo.

Una bellísima muchacha de pelo castaño hasta la cintura venía caminando con unas maletas a cuestas. Sus ojos de color café resaltaban de su rostro; sus facciones eran muy finas, realmente muy bonita. Alta de cuerpo delgado y hasta un tanto voluptuoso, envidiable. Traia consigo una sonrisa muy amplia y alegre.

- ¡Hola, chicas!. Tiempo sin verlas- abrazó a cada una de ellas.

- Que alegría que ya estés aquí, Sasha. Te extrañábamos- abrazó más fuerte a Botan.

- Si, ya nos hacías falta- dijo la pequeña Yukina.

- Es verdad. Pero esta noche nos vamos a poner al corriente porque hoy será ¡noche de chicas!- gritó Keiko.

- ¡Si!. Que emoción. Estoy tan contenta y tengo muchas cosas que contarles-

Todas ellas se dirigieron a casa de los padres de Sasha. Se abrazaron como si no se hubiesen visto en años, y eso fue lo que sucedió. La joven había estado viviendo en casa de sus abuelos en Estados Unidos durante unos once años. Sus padres la habían enviado a ese país con el objetivo de que estudiara allí y conociera un poco más esa cultura. Aunque al principio se negó rotundamente ya que no vería a sus amistades durante un largo tiempo, comenzó a acostumbrarse. Eso la deprimió durante los primeros años lejos de su ciudad natal. Mantenía contacto con sus amigas de la infancia, Botan, Keiko y Yukina, mediante llamadas telefónicas y correos electrónicos. Hoy por fin luego de tantos años se vieron los rostros.

La noche cayó de repente y las chicas ya habían conversado lo suficiente, poniéndose al corriente de todo lo que sucedió en todos esos años. Se estaban preparando para salir a un lugar bastante concurrido en la ciudad, "Reikai", así se llama la discoteca más popular de allí.

- ¿A dónde vas?- preguntó un chico de ojos rojos parado en el marco de la puerta.

- A "Reikai" con amigas- dijo Yukina mientras se pasaba lapiz labial, aveces su hermano era demasiado sobreprotector.- Sasha volvió.

- ¿Q-qué?- Hiei abrió los ojos como si hubiese escuchado la peor noticias de todas.

- Que Sasha volvió. Y celebraremos su llegada.- dijo sonriente- Papá no vendrá hasta mañana por la tarde.

- Ese inútil bueno para nada...Ten cuidado con el deforme ese- atinó a decir, aunque en realidad quería esquivar el tema de la joven.

- No lo llames así...- le regañó inocentemente.

Hiei se retiró de la habitación y se dirigió a la suya, sabía que esa noticia le había caído encima como un costal de papas. ¿Por qué se ponía tan nervioso por esa chica?. Se miró en el espejo y se despeinó con los dedos el cabello, como olvidándose de lo que escuchó de la boca de su hermana. ¿Por qué?. ¿Qué tan importante era Sasha para él?.

"¿Y ahora se te ocurre aparecer?", pensaba.

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Maquillaje, ropa, fotos. La noche era ideal, ni frío, ni calor. Estaban dispuestas a pasarla bien y disfrutar lo que por un buen tiempo no pudieron. En la entrada del lugar, ya se podía ver gente dentro de la discoteca. Afuera, había un grupo de gente esperando y un par de jóvenes en sus respectivas motos aguardando a un costado de la calle.

Se sorprendieron al ver a las cuatro chicas caminar hasta la puerta.

- Oigan, miren...- señaló Kurama, todos miraban expectantes.

- Son ellas...- dijo Yusuke.

- ¿Quién es la hermosa chica de pelo castaño?- preguntó Kuwabara.

- ¿Acaso no es...?- el pelirrojo se dio cuenta de la extraña joven quien vestía unas leggins negras de cuero bien pegadas que hacía resaltar sus increíbles piernas, una blusa blanca con unas letras en la parte delantera y unos borcegos de caña alta con cordones, muy al estilo punk, realmente se veía bien.

- Si, es ella...- contestó el de ojos cafés.

- La niña pequeña creció...- sonrió Kurama.

- Mira, enano, tu novia de la infancia volvió- dijo burlonamente el pelinaranja.

- Cállate, deforme...- se quejó Hiei que no le sacaba la mirada de encima a la muchacha.- "Creciste bastante, Bagod"- pensaba.

- Vamos...- Kurama y los demás se bajaron de las motocicletas y se dirigieron a la entrada del lugar.

Adentro, se encontraban Keiko, ocupaba un vestido ajustado al cuerpo de color rojo con tiras, Yukina tenía puesto uno de color blanco con mangas y encaje muy sutil y delicado, y Botan traía una camisa de color rosa translúcida con unos jeans de mezclilla y unos stilettos negros muy bonitos, se notaba el cuerpo escultural de la joven.

Estaban siendo atendidas por un muchacho bastante apuesto en la barra, esperando por sus bebidas. Cuando por fin tenían dichas bebidas en mano, se dirigieron a la pista de baile. El lugar estaba repleto y la música era electrónica hacía vibrar el suelo.

Los muchachos apenas entraron fueron recibidos por las miradas de todas las jovencitas de la discoteca, babeaban por su sola presencia y no era para menos. Estaban todos muy atractivos; Yusuke con una blusa blanca, chaqueta celeste y pantalónes de mezclillas, Kurama con una camisa blanca y pantalón haciendo juego, Kuwabara una blusa blanca y arriba una de esas camisas estilo militar color verde opaco, y por otra parte, Hiei, vestía una remera azúl marino con una buenísima campera de cuero negra y unos pantalones del mismo tono con unas botas bastante rockeras, un cuerpo bastante bien formado. No tardaron mucho en estar rodeados por una cortina de mujeres que querían bailar, conversar y hasta irse con ellos a algún sitio más privado para sabe Dios qué hacer.

El chico de los ojos rojos busca con la mirada a la jovencita de pelo castaño. Entre tantas mujeres que tiene a su alrededor es difícil encontrarla. La música suena haciendo que los presentes se acerquen a la pista de baile. Ellos se sentaron en el sector VIP, sillones blancos adornaban el pequeño recoveco, con una mesa en medio con varias botellas y copas.

Keiko, Botan, Yukina y Sasha bailaban al ritmo de la música. Era muy divertido, y más sabiendo que hacía tiempo que no se veían, merecían pasar una noche de amigas decente.

Kurama, Kuwabara, Yusuke y Hiei, estaban ocupados con muchachas que se les acercaban a pedirle sus números telefónicos y a hablar un poco. Pero la atención de cierto pelinegro no estaba siendo para la persona a la que tenía al lado, sino para cierta chica que movía sus caderas y su cuerpo cada vez más.

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Tormenta de Arena- Dorian

Te he perdido entre la gente,

te he adorado y te he odiado,

y en el fondo sabes bien

que en los peores momentos

llevas dentro un ángel negro

que nos hunde a los dos.

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Hiei se levanta de su asiento hipnotizado por los movimientos de Sasha, sólo quiere se acerca a donde ella está, esquivando personas y chicas que aclaman su atención.

- ¿A dónde va Hiei?- preguntó Kurama que se asombró por la acción brusca del pelinegro.

- Creo que a recordar viejas épocas...- dijo sonriendo triunfal Yusuke mientras las jóvenes que tenían a su lado reían.

- Claro chicas, saldré con ustedes la próxima semana...-

- Si te deja tu mamá, Kuwabara, ¡JAJAJAJAJAJAJA!- rió el pelinegro.

- ¡Cállate, Urameshi!- gritó- Oigan ¿a dónde va el enano?.

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Y cuando llega el nuevo día

me juras que cambiarías si,

pero vuelves a caer.

Te dolerá todo el cuerpo,

me buscarás en el infierno,

porque soy igual que tú.

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Keiko, Botan y Yukina se dan cuenta de la situación y se alejan un poco para dejarlos "solos". Sasha está tan sumergida en su baile que no se dio cuenta que las demás chicas se fueron a la barra de bebidas.

- Mi hermano si que está loco...-

- Creo que la extraña...-

- Después de todo este tiempo sin verse, yo creo que estás en lo cierto, Keiko- sonrió Botan.

Hiei y Sasha cara a cara, a tan solo unos pasos. Él no dejaba de mirarla con esos ojos carmesí; de una forma tan extraña, como si hubiese visto un fantasma. No reaccionaba, estaba perdido en esos movimientos hipnóticos, en el cabello que se le desparramaba por el rostro, ese dulce rostro. Con sus ojos cerrados, con las facciones más hermosas e inocentes que una mujer puede tener. Esas mejillas levemente sonrojadas y esa boca entreabierta, incitadora, provocativa, y hasta seductora. ¿Cómo dejar de mirarla?. Es un ángel. Un deleite para la mirada de cualquier hombre. Todos miraban expectantes la escena.

De pronto abrió los ojos, ese color café llamativo buscaban a sus acompañantes, pero no estaban ahí, de hecho sólo había una persona la cual estaba completamente inmóvil entre tanta gente que danzaba.

Y el tiempo se detuvo para ellos dos...

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Todo lo que siento por ti, sólo podría decirlo así.

Todo lo que siento por ti, sólo sabría decirlo así.

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Cruzaron miradas.

- Sasha...-

- Hiei...-

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¿Qué les pareció el primer capítulo?. Espero comentarios por favor. Y pronto actualizaré.

Gracias por leer. Acepto sugerencias, opiniones y trabajos.

¡Saludos!...