Nos encontramos con Fred ,envuelto en el profundo velo oscuro de la noche, el joven de dieciocho años deja hundir el cuerpo entre la suavidad de las sabanas; la expresión distante, mirada perdida en el techo. Después del funeral, cansado por llorar tanto, sintiendo un enorme vacío de la pérdida de alguien que sí en vida no pudo estar presente para él, ahora ya jamás podrá estar.

Esa persona, era su padre, el gran conocido y admirado Stan Lee, había fallecido.

¿De qué había muerto? No por una enfermedad, ni por algún accidente, simplemente, sus años no le daban para mas, teniendo 110 años en el mundo, este señor había disfrutado muy bien su vida, pero su descendiente no tanto, teniendo que ir a la Isla Familiar por 3 días, para luego regresar, solamente por menos de 2 días para luego irse otros 3 mas. Por tanto la conexión entre ellos, era casi nula, lo que Fred quería era al menos recibir una felicitación por parte de su padre, o poder tener una platica que no sea sobre el clima o algo por el estilo, como mínimo.

En el funeral, habían asistido una multitud de gente, familiares, socios, amigos, conocidos, incluso algunos fans del famoso guionista a velarlo antes de ser enterrado, dejaron que algunos lo vieran por ultima vez, Fred no aguanto verlo así, sintió un agudo dolor en el corazón, para luego salir corriendo hasta su hogar.

Para no hacerles el cuento largo. El recordaba la sorpresa y espantosa imagen de su padre, quien parecía estar sentado en su sillón, sin responder, sin lentes y con los ojos completamente blancos. Mucha gente esta sin esperanzas al saber que el dueño de una empresa enorme y memorable, ya no podrá participar en algún proyecto o hacer mas cameos nunca más.

A Fred se le conoce por su actitud despreocupada y siempre desimportada, pero muchos tenían que reconocer que el tiene sentimientos como cualquier otra persona en el mundo. Sus amigos entendían su situación, ya lo habían pasado con Tadashi hace casi un año.

Ademas de las cosas buenas que te pueden brindar el hecho de ser el descendiente de alguien famoso, también pueden haber cosas malas.

El cual era que, los Paparazzis no paraban de perseguir a la esposa de Stan Lee o a su hijo Fred, intentando sacarles respuestas de preguntas diseñadas por gente morbosa, empeorando el asunto, mientras su madre salia en los medios llorando y sollozando, no por el acoso constante, sino por que le recordaban que su esposo había muerto, causándole mas tristeza de la necesaria. Mientras que con Fred, se mostraba intentado alejar a los periodistas y hacerles entender que no quera responder nada, puesto que no deben meterse en su vida, por mas famoso que sea, no tenían derecho a quitarle su privacidad, aclaro el joven en los medios, pero el morbo de mucha gente que no entiende por palabras seguía de pie y constante.

Fue demasiado para Fred, que incluso tenia miedo salir a la casa solo para tomar un respiro, por tanto dejó de ir a trabajar a la Universidad de San Fransokyo, la depresión los dominaba, pero no podían rendirse.

Los dos pensaron que hay un poco mas allá y que uno debe seguir adelante, su madre puso en marcha a empezar de 0, y Fred volvió a ser la mascota de la escuela otra vez.

Llegando a la universidad, la mayoría lo recibió con una calurosa bienvenida, el cual el joven les agradecío el hecho de que se preocuparan por el.

Todo parecía normal, habían superado parte de la depresión y lo demás estaba resultando bien, aunque ahora la esposa de Stan Lee sería la dueña del negocio familiar, así que ella sería la que tendría que ir a la Isla familiar, pero al menos logró que no fuera tan seguido y estuviera mas en contacto con su hijo, y la negociación resultó medianamente bien, ya no tendrá que ir tan seguido, pero eso no impedía que tuviese que ir al menos 2 veces al mes, pero para ella y Fred, eso era mejor que antes.

Pero una noche, llegando de la universidad. Fred logró ver a su madre con un hombre que no había visto antes, estos estaban agarrados de las dos manos e intercambiándose unas palabras, para el joven se le hizo algo extraño e incomodo, el hombre era de un aspecto ya muy adulto, de unos 50 y tantos años, con bigote y peinado rectos, recordándole a un militar. A pesar de que el joven tiene una personalidad muy abierta, no le parecía que el señor fuera muy agradable por su aspecto frió y áspero.

Eso lo vio a distancia, hasta que su madre se dio cuenta de que el estaba ahí.

-"Fred, hijo mio. Quiero que conozcas a alguien." - Dijo la señora mientras su hijo se acercaba dudosamente. - "Su nombre es Richard."

-"Mucho gusto, hijastro." - Dijo el señor ofreciéndole la mano al joven.

Este parecía no creerse el hecho de que ahora tendría un padrastro, se quedo bastante quieto por algunos segundos.

-"El gusto es mio, padrastro." - Responde Fred mostrando su mejor sonrisa.

-"Bueno, ahora el y yo saldremos un rato, te encargo la casa." - Dijo la señora mientras se iba abrazada de su pareja.

Fred no es alguien de criterios superficiales o muy rígidos como CIERTAS personas. Le agarró confianza a su padrastro, ya que este al conocer también de los cómics, podía interactuar con su hijastro, aunque no fue de la noche a la mañana, no tardó mucho para que que el joven universitario pudiera pasarla bien con su nuevo padre. El le confirmó que es un ex militar viudo y que había participado en algunas guerras como entre la de Franlemania y los ejércitos musulmanes entre 2023 y 2025, explicando lo que se hacía día a día, desde el inicio y fin de la guerra, pero a pesar de lo que su aspecto y pasado daba a notar, era alguien no tan serio y con cierto sentido del humor, sin dejarse llevar por cosas del pasado, solo vivía el presente.

Hasta ahí, todo bien...O eso era lo que Fred creía.