Titulo: Las piedras en el camino
Sinopsis: Soul Evans es un demonio que robó el cuerpo de un jovencito con la intención de ocultarse de sus enemigos, después de eso se instaló en un internado de Death City.
La llegada de una nueva huésped a ese internado hará que Soul descubra en ella algo que jamás había observado en los humanos con los que convivía ahí. Su curiosidad lo llevará a relacionarse profundamente con esa nueva alumna de la cual aprenderá muchas experiencias humanas.
Disclaimer: Los personajes de Soul Eater no me pertenecen. Le pertenecen al gran y único genio Atsushi Okubo. C:
…Prólogo…
Maka Albarn.
Miré por última vez el enorme cuadro del retrato de mi Madre. Mi padre, Spirit, era incapaz de removerlo de la sala principal a pesar de que le causaba una gran nostalgia cada vez que lo miraba. Pero por el contrario, a mi me motivaba.
Después de la muerte de mi Madre, Kami, me propuse ser la más grande licenciada en derechos para así poder hundir en la cárcel a aquel ser despreciable ladrón de su último aliento.
Cada que miraba el retrato de ella, recordaba cual era la razón de mi vida, y es que eso era lo único por lo cual estaba dispuesta a dar lo todo.
Ella no solo fue mi madre. Además de ser mí mejor amiga, se convirtió también en mi mayor ídolo. Todo lo que ella hacia, todo sus logros e inclusive sus defectos, eran para mi un ejemplo a seguir. Yo he amado más que nada a esa maravillosa mujer. Ella fue la más grande abogada luchadora de la justicia, y yo estaba mucho más que decidida en seguir ese mismo camino.
—Maka, la limusina esta lista. Estoy seguro que te gustara Death City, cariño —me dijo mi progenitor tratando de animarme. Él ya me esperaba en el marco de la puerta con mis maletas en mano.
—Y de no ser así, nada cambiara ¿No? —dije secamente. No recibí respuesta, pero tampoco la esperaba.
Suspire. Aun no podía hacerme la idea de que estaba dejando atrás Londres; el lugar que albergaba recuerdos de mi estimada infancia. En solo unos cuantos meses más hubiera cumplido quince años de vivir ahí. Era una pena que ese decimoquinto aniversario de mi nacimiento tuviera que pasarla en un internado, lejos de mi tierra natal.
Si. Ese era el plan de Spirit; dejarme en un internado mientras el hacia sus viajes de "negocios" Según él, eran muy importantes y le dolía bastante que tuviéramos que separarnos. A decir verdad, eso último no era lo que me disgustaba. Me daba igual si estaba o no cerca del mujeriego de mi padre.
Lo que no podía soportar era el tener que alejarme de la mansión en donde había pasado los mejores momentos de mi corta vida con mamá. Yo no quería, pero por ser menor de edad no podía quedarme en la mansión. Mi padre había decidido dejarme en manos de un gran amigo suyo, me parece que su nombre es Death Shinigami.
Después de que subimos al vehículo, la atmósfera se cargó de un aire incomodo. Yo no era capaz de dirigirle siquiera la mirada a Spirit, y él parecía estar en las mismas. Realmente odiaba a mi padre.
Él engañó a Kami infinidad de veces, pero ella jamás se dio cuenta. Yo fui la que cargó con esa confusión desde muy pequeña, y nunca me atreví a contarle a mi madre sobre esas infidelidades. Eso me ha llevado a desconfiar de todos los hombres. Jamás me permitiré enamorarme de alguno, además tan solo implicaría distracciones para el estudio.
Eso último era un aspecto muy importante para llegar a mi premeditado futuro.
Para poder ser esa grandiosa licenciada en derechos, me propuse dedicarme exclusivamente al estudio. Para ello me declaré ciertas reglas de lo que podía y no podía hacer.
Una de ellas era "no relacionarme íntimamente con otras personas. En otras palabras: no tener amigos" Además de que la mayoría eran falsos e interesados, había la posibilidad de sentir afecto por alguno y eso implicaría ciertos asuntos, de los cuales pocos podían ser útiles para ayudar a lograr mi sueño.
Otra era "no indagar en la vida de los demás" Debo admitir que eh conocido a mucha gente que sin duda parece interesante, pero concentrarse mucho en esa persona te quitaría valioso tiempo que mas bien podría ser utilizado para fines mas beneficiosos.
La principal de todas era la de "no enamorarme de alguien" eso sin duda era a lo que debía de darle prioridad, pues en la adolescencia era tan común sentir esa clase de emociones hacia el sexo opuesto. En varios libros leí como ese sentimiento del amor podía atolondrarte de sobremanera. Sin duda me aterraba que eso pudiera pasar conmigo.
Mientras mi mente divagaba por esas importantes reglas, mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que convirtieron en tinieblas esos familiares paisajes característicos del hermoso Londres. Me quedé completamente dormida a mitad del viaje y me sumergí en un profundo sueño…
Pude ver a Kami extendiéndome la mano, invitándome a ir con ella. Cuando intente dar un paso hacia su dirección, sentí que mi mano pesaba demasiado de tal manera que me impedía moverme de donde estaba. Cuando bajé la vista, miré en mi dedo anular una argolla de oro resplandeciente, y aun lado de mí, un chico de cabellera albina me sostenía el otro brazo mientras sonreía malicioso...
—Maka… cariño, ya despierta. Hemos llegado a Death City —escuché nítidamente la voz de mi padre después de volver de mi ensoñación.
Para cuando abrí los ojos el entorno del lugar ya había cambiado drásticamente. Tras el ventanal de la limusina miré unas calles completamente diferentes a las de mi preciado Reino Unido...
Soul Eater Evans
En todo Shibusen no se oía otra cosa más que el tema de "la chica nueva" los chismes iban desde que era la hija perdida de Shinigami que venia de muy lejos, hasta leyendas que la acusaban de ser una huérfana fantasma que solo venia hacer el mal.
Estaba acostumbrado a oír toda esa clase de parloteos de poca imaginación. Cada vez que alguien llegaba de intercambio, los comadreos no se hacían esperar y se convertían en el único tema del cual dialogar en Shibusen. Si no hablabas de ello eras un completo anormal y poco guay. Yo les seguía el hilo solo para no sucumbir en esta última cualidad.
Lo cierto era que todo este alboroto se debía a que en Shibusen rara vez se recibían a huéspedes del extranjero. La llegada de alguien de otras tierras caía como pan caliente.
—Escuche que su padre es muy buen amigo de nuestro director, creo que fue quien le ayudó a fundar Shibusen… —le decía a sus amigas una chica de cabellos rosados. Si no me falla la memoria, responde al nombre de Kim, la asistente del Delegado.
—Espero que tenga grandes tetas… —En otro rincón, comentaba a sus amigos un chico al mismo tiempo que reía morbosamente.
A pesar de que Shibusen solo internaba a estudiantes refinados y de familias acaudaladas, habían unos que otros pervertidos y sin una pisca de educación.
—Me gustaría llevarme bien con ella. Seguro que será una chica tímida, seria genial poder ser su guía —Dijo Tsubaki dirigiéndose a Black y a mi. Lo que más resaltaba de su persona, era su gran cabellera negra recogida en una cola. Claro, antes de sus grandes pechos.
A mí en realidad no me interesaba el tema, pero tenia que aparentar que si.
—Podrás alardearle de tu persona a la chica nueva, Black —aconsejé, soltando una risita burlona.
—¡Pero claro! ¡Le daré una de mis mejores presentaciones, para que no se olvide jamás de mi nombre! ¡Yajuu! —exclamó verdaderamente entusiasmado.
En lo que restó del descanso, Black se puso mas pesado de lo normal. Aunque debo admitir que fue divertido presenciar sus tonterías. De hecho me parecían molonas.
El tiene una extraña forma de ver al mundo. Se nombra a si mismo "Dios", pero no por ser heredero único de las riquezas de la familia Star. Su don es la condición física y esta orgulloso de eso. Es muy bueno en todos los deportes, de hecho, él es el capitán de nuestro equipo de baloncesto. Tiene mucho para merecer ese puesto.
De donde yo vengo, Black Star podría encajar bastante bien con esa actitud y esa condición, a pesar de ser solo un mortal.
Por el contrario, Tsubaki es bastante sencilla y menos llamativa. No le gustaba llamar demasiado la atención. Se conformaba con tener nuestro poco interés por sus temas. Le gusta hacer sincera amistad con cualquiera que muestre ser una buena persona. Fue gracias a ella que conocí a Black Star. Jamás entenderé porque me eligió a mí como uno de sus amigos. Si ella conociera realmente mi persona seguro estaría desilusionada.
Tsubaki fue la primera persona con la que me relacioné en compañerismo y de la cual aprendí varias cosas de humanos.
Ella no se interesa en cosas como ser popular, resaltar entre la muchedumbre ni mucho menos en cosas de la moda y presumir sobre sus riquezas. Pero a pesar de eso, ella es muy popular sin siquiera saberlo… Me cae bien.
Después de un par de horas, el timbre anunció la reanudación de las clases. Los altavoces expuestos en varias esquinas del lugar, dieron un mensaje antes de que pudiéramos ir a nuestros respectivos salones.
—¡Atención estudiantes! hoy se integra un nuevo alumno. Favor de pasar al salón A para recibirla — Era la ridícula voz de nuestro director, Death Shinigami.
El salón A es donde generalmente se hacían reuniones y eventos importantes, era espacioso y con una elegante plataforma.
Tsubaki, Black Star y yo, emprendimos camino hasta el lugar solicitado. Por fin conoceríamos a "la nueva"
Seguramente será igual que todas las demás. Jamás entenderé esa tonta emoción de los internos por recibir a los nuevos.
Aunque para ser honesto, me tenía sin cuidado todo aquello…
Y aquí esta de nuevo, mejor y modificado. Espero que este nuevo prólogo atraiga a más lectores, realmente tengo bastantes y buenas ideas para este fanfic, y me gustaría que las leyeran. Me esforzaré mas para dejarlos enganchados.
¡Plis dejen review para dar ánimos!
¡Gracias por leer!
Gracias tsuki.1416 por comentar en mi prólogo anterior. Bueno después de haber leído el nuevo summary seguramente ya te habrá quedado claro eso sobre lo de Soul ¿no? n,n Thank you so much!
¡Saludos!
