Todos los personajes pertenecen a la genial escritora Stephanie Meyer; lo único que me adjunto es la idea que nacio luego de leer varios Fic's de Bella & Edward y me dije a mi misma "Oye misma, escribe un Fic de Ellos" y aquí va el primer capítulo.
Porque todo hay que terminarlo con esperanza.
"Porque tal vez nunca se vaya de tú mente, pero puedes vivir con ello"
Primer Capítulo: Olvidando el pasado.
Miró por última vez la ciudad que la vio crecer, y la misma cuidad que la vio sufrir. Era momento de salir de esa pesadilla y abrirse pasó a un nuevo comienzo, dejar a tras su pasado y entrar al futuro. Después de todo el futuro siempre se convierte en presente.
Se sentó en el avión ya más tranquila, estaba a salvo por ahora. Clase media, ni tan libre y bien atendida como en primera clase, ni tan apretada y mal servida como en clase turista, estaba bien… estaba bien para alguien como ella. Una infancia bastante buena, hasta que su madre se cansó y se fue con otro hombre dejándola con sus tíos, un infierno, esas dos palabras definían la estancia en esa casa. Cinco años de su vida, totalmente destruidos por una tía que solo tenía veneno y envidia en su sangre y un tío que solo le hablaba para golpearla cuando tomaba. Sus tíos eran ricos, una familia bastante destacada en Phoenix, con guarda espaldas, y podían llenar incluso tinas con dinero para bañarse en ella. Castigos ejemplares, el sótano ya se había convertido en su hogar, después de todo si dejas a una persona tanto tiempo en la oscuridad, se acostumbra a ella ¿no?
El avión, su salvación de tanto sufrimiento, destino a Seattle, lo malo era que luego el viaje era hasta Port Angeles, no le desagradaba en lo absoluto volar, pero eso era mucho para el estomago de la chica; se tranquilizó al pensar que luego de eso solo un taxi y a Forks un pequeño pueblito de Washington. Ahí iba a vivir con su padre Charlie, terminar sus estudios y luego a la Universidad, todo iba a estar bien, tranquilidad pura para una chica como ella, si, para alguien como Isabella Swan iba a estar bien.
El viaje se le hizo corto, siempre pensando, pensando mucho. Tomó su pequeño bolso y bajó del avión respirando el aire húmedo de la ciudad, Port Angeles, si se veía bien… ahora solo un taxi y llegaba a Forks, sacó su I-Pod del bolso y fue a buscar su única maleta. Tenía una extraña sensación, como si algo fuera a pasar – Tranquilízate Bella, todo va a estar bien – Se dijo a sí misma para tranquilizarse – es solo tú imaginación, ellos no te van a encontrar – Suspiró para infundirse ánimo, y caminó a algún restaurante dentro del recinto, tenía mucha hambre hace dos días que no comía nada.
Se sentó feliz en una de las mesas y le pidió a uno de los chicos que atendían allí un plato de pollo con ración extra de papas fritas. Cuando el chico se lo trajo luego de un rato de espera le sonrió coqueto, ella solo atinó a aguantar la risa y comenzó a comer. Siempre era lo mismo, chicos coqueteando con ella, pero nunca les hacía caso, no tenía intenciones de formalizar nada. Al probar el primer bocado, imágenes se le vinieron a la mente, le costó tragar el trozo de pollo que había masticado, cerró los ojos y respiró nuevamente – Nadie te va a encontrar aquí Bella, tú misma te encargaste de eso – Susurró.
Flash Back:
Tú celular está sonando allí arriba cariño – Gritó la mujer en tono dulce. La tía adorada de Bella Swan, Miranda, era así como se llamaba, tenía unos cuarenta y tantos años, su rostro se veía demacrado lo que hacia verla más vieja; algo que nunca podía entender la chica era como su tía podía cambiar tanto de un segundo a otro. Era una tarde con invitados a cenar, ella dulce como ninguna y él amable con ella y con todos.
Ya lo oí – Respondió Bella corriendo escaleras arriba. Odiaba cuando se ponía así, no podía ser tan cínica, pasaba de ser una mujer amargada, envidiosa, enojona, mandona a ser una persona feliz, alegre, dulce y refinada. A Bella le hervía la sangre de solo pensar en ello, no podía ser tan estúpida como para seguirle el juego, y la odiaba por ser así, no iba a tratarla bien, no después de los innumerables comentarios sobre su madre y su padre que quedaban grabados en su mente con fuego. Y para qué hablar de su tío, Peter así se llamaba, cada vez que tomaba la golpeaba como su fuera un saco de box y luego la encerraba en el sótano como si fuera la mejor solución para que una niña no gritara, lo odiaba tanto o más que a su tía, nadie podía comportarse así con una niña, era un niña ¡maldita sea!, solo tenía 12 años cuando llegó a esa casa.
Hola – Contestó su celular.
Hija, ¿cómo estás? – Preguntó una voz al otro lado de la línea.
Papá – Respondió alegre – Bien, bien ¿y tú? – Mentía, siempre mentía, pero no podía decirle la verdad… no por ahora.
Te noto preocupada – respondió Charlie - ¿pasó algo? – Preguntó en tono asustado.
No, no estoy bien papá no te preocupes – respondió, trató de parecer convincente y creyó haberlo logrado.
Hija, quiero que te vengas a vivir conmigo, ya me siento muy solo aquí, además mi situación económica mejoró mucho y estoy bien, sabes que siempre hay espacio para ti – le dijo Charlie al otro lado del celular.
Mira papá, no quiero ser mala contigo, pero ya estoy bastante grande como para decidir lo que quiero, y lo que quiero es quedarme aquí así que ya deja de molestar con eso de irme a Forks, no me interesa y odio ese pueblito y lo sabes, así que te agradecería que la cortaras con ello – le gritó Bella a su padre y cortó el celular, lo arrojó lejos, provocando un ruido en la habitación. Pasos rápidos se alejaron detrás de la puerta, Bella solo sonrió, el primer paso estaba hecho.
Fin Flash Back.
Tomó un sorbo de su bebida. Tanto dolor en esa casa, por fin se había ido, había quedado en el más profundo de su mente. Adiós a los gritos e insultos de su tía y también adiós a los golpes de su tío, a los castigos en el sótano y al ser encerrada en su cuarto, no más moretones en su cuerpo, solo quedaban rastros de ellos, ya casi desaparecían, algunas marcas en sus brazos la hacían recordar, pero además de eso… nada.
Apretó los puños en la mesa, recordó su primer castigo, había sido por romper un florero con su pelota de plástico amarilla, si, lo recordaba perfectamente, su primer castigo en el sótano de la casa, estaba aterrada, era húmedo y demasiado oscuro, unas ratas deambulaban por el lugar y eso la aterraba, se abrazó a si misma y se quedó sentada todo el tiempo en las escaleras.
Su mente estaba plagada de recuerdos, todos y cada uno de ellos eran como una mala película de terror.
¿A dónde crees que vas muchacha? – preguntó Miranda, tenía una copa de vino en su mano y la apretaba con fuerza.
A una fiesta, creo que tengo derecho a olvidarme de este infierno por unas horas – Le dijo Bella tomando su cartera.
Eres igual que tú madre, una zorra – susurró la mujer, destilando veneno por cada uno de sus poros.
¡Es su hermana! – Gritó Bella – No puedo creer que la trate así.
Ella no es mi hermana, nunca lo fue… así que me vale lo que haga, no tenía porque dejarte con nosotros, solo eres una carga – gritó Miranda arrojando la copa al piso de la sala.
Le he dicho que no hable así de ella – gritó más fuerte y autoritaria la chica.
No me subas el tonito mocosa – Contestó apretando con fuerza sus puños. Una fuerte cachetada sonó en la mejilla de Bella.
No permitiré que me vuelva a golpear – Iba a estamparle su mano en la cara cuando entró Peter a la sala.
¿¡Qué está pasando aquí?! – Preguntó furioso. Se notaba que venía pasado de copas.
Quería golpearme amor, está loca – Sonrió la mujer, mirando venenosa a Bella.
No es lo que parece, ella comenzó a – Un golpe la dejo sin poder continuar, calló al suelo sorprendida, fue rápido no lo vio venir, un liquido rojo corría por su boca hasta el suelo, el olor y el sabor de esta la estaba mareando, la cabeza le comenzó a dar vueltas una y otra vez y la risa de su tía la tenía como música de fondo.
Para que aprendas a respetar a tus mayores – sonrió su tío levantándola de piso y llevándola del cabello hasta su cuarto. Cerró con fuerza la puerta y se sintió unas llaves al otro lado de esta – A ver como te va sin comer por unos días.
El solo recordar le hacía tener escalofríos en su cuerpo. Se levantó de la mesa en la que estaba, pagó la cuenta y dejó propina para el chico. Caminó con paso firme hacia la salida - sólo un taxi y en Forks - se dijo a si misma. Varios hombres se dieron vuelta a mirarla, ella solo sonrió. Sabía que era bonita, pero los hombres en este momento de la vida no le interesaban en lo más mínimo; todos eran unos inmaduros y ella no quería algo así… claro que un hombre de 80 años tampoco le hacia mucha gracia. Rió al darse cuenta en lo que pensaba. Su hombre ideal era una momia o un vampiro – Sin tan solo hombres así existieran.
El taxi la llevó a la dirección escrita en el pequeño papel que ya estaba arrugado de tanto llevarlo en su mano para que no se le perdiera. Aún recordaba el alivio de su padre cuando lo llamó de nuevo y le había contado el plan que tenía.
Flash Back:
El celular marcó varias veces, esperó hasta que una voz familiar contestó - ¿papá? – Preguntó.
¿Qué fue lo de recién Bella? Ya no te reconozco – Le dijo su padre, con un tono bastante triste al otro lado de la línea.
Papá, tengo poco tiempo así que escúchame – Le dijo Bella rápidamente – En dos meses estaré en casa ¿sí?, pero te ruego de que no me llames más.
¿Por qué Bella? ¿qué sucede? No entiendo – Dijo Charlie bastante confundido con la petición de su hija.
No puedo explicártelo ahora papá, pero espérame ¿sí? Solo dos meses más, dos meses – Le dijo en un susurro por miedo a que la escucharan.
Bien hija, te espero y oye – Dijo el hombre más cariñoso y confiado.
Dime – Respondió más aliviada.
Te quiero mucho – dijo Charlie al otro lado del teléfono.
Yo también papá, solo dos meses – volvió a repetir.
Fin Flash Back.
Por fin, delante de sus ojos estaba la casa, su casa, blanca como siempre. Sonrió y bajó del taxi, lo pagó y le dio las gracias, el hombre bajó la maleta de la chica y le sonrió. Ella se dio vuelta al instante en que la puerta de madera se abría y dejaba ver a un emocionado Charlie.
Bella – gritó feliz corriendo donde su hija. Mucho tiempo sin verla, mucho tiempo sin su adorada y única hija.
Papá – también gritó la chica abalanzándose sobre él. Lágrimas de felicidad surcaban los ojos de ambos, ojos que ahora tenían una pizca de esperanza.
Hola a todos de nuevo. No crean que se van a librar de mi tan fácilmente, aquí de nuevo con otra idea que me estaba acosando la mente. Esta vez, me traspasé a Crepúsculo y las parejas de Bella & Edward. Espero que os guste porque lo hago siempre con mucho cariño.
Nació de leer hasta el cansancio fic's de estos vampiritos, una noche se me dio la idea y aquí estamos. Ya saben lo que tienen que hacer ahora, comentarios, saludos, criticas o un simple hola; aprieten GO allí abajito y quedamos.
Autora: Alice Roce!.
