Disclaimer: Historia basada en la subtrama de Aristemo del universo de la telenovela "Mi marido tiene más familia" perteneciente a Televisa. Personajes y algunos diálogos pertenecen a la misma, el contenido de esta historia y el desarrollo de la misma es lo único que me pertenece y no gano nada con esto excepto quizá algún review que sería más que suficiente para mí.
Advertencias: Este fic es slash/yaoi/temática BL o como le conozcan lo que quiere decir que aborda las relaciones chicoxchico. Dicho esto, si la temática no es de tu agrado es el mejor momento para regresar porque no me hago responsable por los posibles traumas generados (xD).
Notas de autor: ¡Hola queridos lectores! Hoy traigo una historia de un universo completamente diferente a los que estoy acostumbrada, sin embargo he de admitir que esta novela y la subtrama de Aristemo me tienen enamorada (3) así que sentí la necesidad de escribir esta nueva historia, la cual va a estar compuesta por diferentes historias cortas sin relación entre sí además de la pareja, algunos capítulos seguirán la línea histórica de la telenovela, otros serán completamente AU y quizá me anime hasta con un crossover ¿Quién sabe? Yo les iré avisando en cada capítulo. Espero les guste esta nueva aventura que les presento y, si es así me haría muy feliz que pudiesen dejarme un review (¡Prometo ya ponerme a contestarlos!).
Resumen del capítulo: "No hay nada que yo pueda hacer, sólo me queda hechizarte, a ver si logro atraparte, no es una opción olvidarte". Aristóteles Córcega está confundido, su amigo Temo López es el culpable. Si te das cuenta muy tarde de tus sentimientos y estás por perder al dueño de tu corazón ¿De qué manera vas a mostrarle que el corazón nunca se equivoca?
Historia desarrollada con base en la canción "El embrujo" de Morat, si bien eran necesarios fragmentos de la canción para el avance de la historia no es como tal un song-fic. Este capítulo será un one-shot. Espero les guste.
Amor Valiente
By DannyJG
Capítulo 1: El embrujo
- ¿Po… por qué dices eso?
- ¿No sabías? El Cuauhtémoc ese y su amigo, ya son novios…
Aristóteles no podía sacarse aquellas palabras de la cabeza, la voz de su padre le estaba taladrando los sentidos y por más que intentaba no pensar en ello algo invariablemente le recordaba aquello que, ahora entendía, hubiera deseado jamás escuchar.
Había intentado realmente por todos los medios distraerse, había salido a jugar basketball un rato, pero solo era aburrido, no era lo mismo sin Temo. Había intentado concentrarse en su música pero algo le faltaba, no podía concentrarse y por más que lo intentara ningún acorde le sonaba bien en aquél momento, hasta la música había perdido algo de sus colores con aquella noticia. Había pasado un rato con Arqui… ¡Demonios, si hasta había intentado enfocarse en su tarea!
Pero no había manera, sus pensamientos sólo tenían un punto de enfoque.
Temo.
Novios.
No entendía ¿Por qué se sentía así? ¿Por qué recordar aquello hacía que se le cerrara la garganta, que su corazón latiera desbocado y que sus ojos se aguaran un poco? ¿Por qué dolía tanto recordar a Temo en los brazos de Diego? Para eso último tenía una explicación, sí, pero la explicación misma sólo le generaba más dudas. Dolía porque en el momento en que les vio su primer impulso había sido separarlos, casi podía jurar haber sentido su piel hormiguear con el deseo de arrancar a Diego de aquellos brazos que para él eran tan cálidos como el sol de verano.
Pero no había sido valiente.
Y solía recordar que no había hecho otra cosa sino correr asustado pero no de la escena en sí, si no de él mismo. Había sentido pánico al sentir el enojo bullendo desde su estómago y subiendo hasta su garganta y que deseaba liberarse en forma de gritos, de impulsos. Se sentía asustado de sentir tanto rencor hacia Diego que si bien en todo ese tiempo no había hecho más que restregarle en la cara el tiempo de amistad que tenía con Temo, jamás le había ocasionado un daño directo.
Y ahí venían nuevamente las preguntas ¿Por qué tanto rencor hacia Diego? Temo era feliz de que su amigo estuviera cerca y si su amigo Temo era feliz, él debía ser feliz también ¿No? ¿Y por qué no podía serlo? ¿Qué le estaba pasando?
Harto de todo había intentado dormir temprano pero ni eso le era concedido porque el sueño parecía haberse olvidado de él aquella noche, no podía dejar de dar vueltas en su cama imaginando que Temo esta vez sí se iba a Toluca, pero ahora con la bendición de Pancho, quizá por no tener deseos de abandonar a Diego cuando este debiese regresar a su hogar y ¿Qué haría él si eso pasaba? Diego ahora no era nada más el amigo de Temo desde hace años, ahora portaba un título único, algo que nadie excepto Temo podía quitarle y que le daba acceso a las decisiones y a los actos de este último, al menos de forma indirecta.
Estaba cansado, no le gustaba sentirse así, atrapado y sin opciones, así que decidió ponerse los audífonos y sintonizar la radio, quizá escuchar canciones nuevas le daría inspiración para continuar con las propias y si no, al menos quizá le dejarían distraerse un poco.
Me ha pegado en la cara mi error
Mi corazón se cansó de gritar
Mi garganta le dijo que no y a él le daba miedo
Preferí ser tu amigo y callar…
Frunció el ceño al escuchar lo último. El mundo le odiaba ¿Cierto? Seguramente algo había hecho en alguna vida anterior y el karma se lo estaba cobrando o sencillamente era un cabrón con él.
¿De verdad una canción así debía salir justo en ese momento?
… Mientras sueño que tengo el valor
De alejarte del viento
Preferí ser tu amigo y callar
Evitarte no me funcionó…
En aquél momento y por más tonto que sonara estuvo a punto de soltar una carcajada, sin embargo lo último que esa risa llevaba era diversión; no, aquello era frustración pura, eran ganas de golpear su almohada, su cuarto o quizá su propia cabeza hasta desmayarse, era ironía en su placer más puro porque no entendía que le pasaba pero por un segundo, quizá sólo por una décima del mismo se imaginó una escena que hasta ahora su cabeza había intentado suprimir, una en que Temo y Diego realmente se comportaban como novios, una en que se besaban, se abrazaban y él sólo podía desear nuevamente poder acercarse pero esta vez no huir, esta vez separar a Temo de su novio y esconderle donde nadie pudiese quitárselo o mejor aún, estar para presenciar como Temo alejaba a Diego no soportando sus caricias para después dedicarle a él una sonrisa llena del cariño. De amor.
Y eso le llevaba nuevamente a las incógnitas.
¿Por qué esa sensación de que estaba perdiendo a Temo? Estaba seguro que por más mal que se llevaran él y Diego este no le prohibiría a Temo que continuaran siendo amigos y aún si Diego quisiere intentarlo estaba seguro de que Temo no toleraría dicha imposición y sin embargo no podía dejar de sentir que Diego le estaba arrebatando a Temo de una forma que no podía entender.
¿Estaría Temo enamorado de Diego justo ahora? Bien, Temo ni siquiera se había dignado a contarle el "alegre" acontecimiento, así que sólo podía ser una de dos opciones; o bien aquello no era amor y su amigo lo único que intentaba era no romperle el corazón a Diego o bien, estaba tan enamorado de Diego que él pasó a ser una persona tan común y corriente como el resto para Temo, alguien a quien no necesitaba enterado de su vida y de quien no importaban sus opiniones. Sinceramente prefería la primera opción.
Ya, no quería seguir pensando así que desconectó todo, intentaría dormir en completo silencio, ya estaba demasiado ocupado intentando dilucidar el por qué ruido interno que le ensordecía como para continuar así.
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- Por si esos moretones te dolían en la escuela te traje un botiquín especial, son todos los chocolates que te gustan.
La sonrisa de autosuficiencia que Diego tenía no le estaba agradando en lo más mínimo, tanto por el hecho de que pudiera sonreírle a Temo de esa forma tan abierta cuando él y Temo estaban más distanciados que nunca como por que también le hizo comprender que había cosas sobre Temo que él aún no conocía pero Diego sí. Y aquella pequeña risa ahogada de Temo, no podía verle el rostro pero suponía que debía verse feliz, un sentimiento que desde hacía días que había escapado de la vida de Ari.
- Mira, el de pasas me costó trabajo conseguirlo aquí pero lo logré, también está el de arroz inflado y el de menta. Y este de nuez.
- Diego no, muchas gracias, ya. A ver, esto ya me va a hacer muy bien.
Diego cerró la cajita con los chocolates antes de que Temo pudiese tomar alguno de los chocolates ¿Ahora que le pasaba?
- Si lo acompañas de un abrazo, mejor.
La risa de Diego le caló hondo, seguía sin poder ver el rostro de Temo pero después de que por fin se había podido hacer con uno de los chocolates se había levantado y ahora abrazaba a Diego. A su novio… ¿Por qué demonios dolía tanto?
Ya no soportaba ver más, se escondió tras una pared sabiendo que aquellos dos no le habían visto, al menos no Temo, se giró para dar la espalda a la puerta y casi sin darse cuenta todo el dolor que aquella escena le había generado se desbordó en forma de lágrimas. Quería gritar y llorar hasta quedarse seco, quería drenar todo aquél dolor que le estaba quemando por dentro y que jamás había sentido.
- ¿Por qué lloras Ari? –La vocecita de Frida le sacó de sus cavilaciones.
- Por tonto… -sabía que no había mejor respuesta que esa, no entendía completamente que le pasaba pero sabía que había alejado a Temo y prácticamente lo había perdido por no estar dispuesto a luchar. Sí, de verdad que era un tonto y además un cobarde. – Por no ser valiente.
La pequeña se acercó y le envolvió en un fuerte abrazo que Ari no tardo en corresponder, de alguna forma el cariño de Frida le tranquilizaba un poco, sin embargo no entendía que le estaba pasando, no sabía siquiera si tener tantas dudas era normal y además ahora se preguntaba si de verdad aquello podía ser amor ¿De verdad dolía tanto querer a alguien?
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- Pues es que me siento raro, o sea, como si me faltara algo.
- Algo como Temo… - Tenía que admitirlo, su madre era la mujer más inteligente del planeta, nada se le escapaba. O quizá él estaba siendo demasiado transparente.
- Creo que sí. O sea, me siento triste, como que… tonto, de haberlo dejado ir, o sea por mí, por mi falta de valentía.
Le costaba admitirlo, pero realmente no podía dejar de pensar que todo aquél drama era total y completamente su culpa ¿Cuánto tiempo tenía sintiendo que su relación con Temo distaba mucho de ser de amigos? ¿Por qué no había hecho nada por aclararse a sí mismo aquel miedo aplastante que sintió al pensar que Temo se iría, que jamás volvería a verlo? ¿Por qué había podido decirle a Temo que le quería mientras estaba en el hospital, pero no había dicho nada cuando Temo por fin había despertado? Primero se había dicho a si mismo que el otro necesitaba tiempo para él, para recuperarse, pero ahora entendía que sólo había sido un cobarde. No sabía si todo lo que su corazón guardaba era amor, pero sí estaba seguro de querer a Temo y estaba seguro que de haberlo dicho antes las cosas no serían tan raras como hasta ahora, quizá no se habría alejado tanto de él, quizá no sería novio de…
- Y pues ahorita está con Diego. – Le costaba tanto ponerlo en palabras, lo hacía tan tangible.
- Pero pues ¿No podrías hacer algo? Aunque no sé bien bien si ya asumiste quién eres.
Lo dicho, su madre era tremendamente inteligente.
- ¡Es que ese es el punto, no lo sé todavía! O sea ¿Neta es normal dudar tanto?
Quiso irse, no aguantaba más aquella charla, además platicar de esas cosas con su madre era terriblemente raro e incómodo, seguro que ella no lo estaría pasando nada bien escuchándolo hablar sobre sus sentimientos confundidos hacia otro hombre, hacia Temo y ella ya tenía demasiadas preocupaciones como para él ser una más.
Sin embargo nuevamente su madre hacía gala de inteligencia y su amorosa comprensión, le había detenido explicándole que ella siempre querría saber lo que le pasaba, que podía contar con ella. Dios, su madre era la mejor de todo el mundo.
- Escucha tus latidos. Como tú siempre dices, el corazón nunca se equivoca.
- ¿Y si ya es muy tarde?
- Si terminas por decidir que de verdad amas a Temo no deberías dejar de luchar, nunca, el amor es la razón más transparente para luchar por alguien. Pelea por Temo.
¿De verdad amaba a Temo? ¿Podría por fin ser valiente y pelear por algo que ya sentía perdido y que sin embargo seguía sintiendo como se le escurría como agua entre las manos?
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- Me gustó tu cuento prima, hay que hacer las cosas que nos hagan felices aunque en el proceso nos distancien ¿No?
- Exactamente primo. Y por eso yo creo que en tu caso, deberías aceptar tu verdad.
- ¿Cuál verdad?
- Ay, que sientes algo por Temo.
Vale, debía admitir que algo bueno sí estaba saliendo de todo este enredo, ahora Ari estaba completamente seguro de que tenía a la mejor familia de todas, todos le estaban apoyando, todos estaban intentando que encontrara su camino. O casi todos.
Ahora estaba nervioso, estaba esperando que sus amigos de la tropa Unidos llegaran y entonces… Había sido plan de Linda, debía admitir que la explicación de su prima para semejante idea era buena, pocas cosas como una confrontación directa (A sus dudas, no a Temo) le ayudase a definirse. Al menos eso es lo que tanto él como su prima esperaban.
- O sea, es que, n… no sé lo que siento. O sea, sí quiero a Temo, pero no sé si signifique otra cosa. O sea, no sé si lo quiero así ¿Me explico?
- Pues lo que yo creo es que esos golpes en la cara significan algo.
- Diego y… y yo…
- ¡Ay, ya! Sí, sí, me imagino, pero como hay mejores maneras que los golpes para resolver las cosas… ¡Ay! ¿Qué te parece si organizamos una mini fiesta con un juego súper especial?
- ¿Qué juego súper especial?
La sonrisa que le había dedicado Linda no estaba seguro de si lo avergonzaba o le daba miedo. Pero era un buen plan, y ahora ya estaba ahí y no había marcha atrás.
- El juego tiene que ser súper rápido primo porque tenemos muchas cosas que hacer.
- Tranquila, va a estar padre.
No podía evitarlo, había sonreído mientras volteaba a ver a Temo. Por un segundo dejó de importarle si lo veían las calcomanías, su prima, Diego, no importaba porque Temo le había devuelto la mirada y aunque en sus ojos brillaba la confusión, quizá precisamente por su sonrisa, extrañaba tanto la oscura mirada de Temo sobre él que se sintió un poco más feliz y cálido que unos momentos antes.
El juego de la botella. Linda había creído que sería interesante jugar aquello y que Temo y Ari quedaran casi frente a frente, así la posibilidad de que uno tuviera que besar al otro sería alta y quizá aquello ayudaría a Aris a esclarecer sus sentimientos.
¿Drástico? Sí, pero podría funcionar y ya no estaba por la labor de seguir temiendo, necesitaba respuestas.
Primero Frida había tenido que besarle a él en la mejilla, pero vaya, era su sobrina y ese gesto era tan común que sólo atinó a sonreír. Y después Linda había besado la mejilla de Sebas y verlo tan sonrojado había acrecentado su sonrisa.
Sin embargo la risa se le borró tan rápido como la siguiente tirada de la botella había mostrado a los siguientes "participantes".
Temo.
Y Diego.
Sabía que podía parecer tonto, pero realmente no había pensado en la posibilidad de tener que verlos besándose. Era demasiado pronto y el peor de los escenarios (Al menos para él) se presentaba ufano frente a sus ojos. No pudo evitar voltear a ver a Linda con una mirada de fastidio.
Y para acabar de rematar la divertida situación ahora Diego no se conformaba con el beso en la mejilla que se habían estado dando, argumentando que él era novio de Temo y ese tipo de besos eran muy poco. De alguna forma Ari podía entenderlo, si su plan hubiera salido como planeaba realmente no hubiese querido un beso en la mejilla, Diego con mucha menor razón, quizá ni siquiera sería el primer beso que se dieran y para ellos sería lo más normal del mundo.
Vale, que pensar en ello le causaba hasta dolor en el estómago, no quería pensar en ellos besándose.
Sin embargo Temo se había negado, quizá no queriendo que nadie los viera, menos sus hermanos menores. Y ese fue el fin del juego.
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Hacía tiempo que Ari se había acostumbrado a regresar al edificio Córcega acompañado por Temo y a veces por los demás Unidos, y aunque desde que Diego había aparecido en Oaxaca aquello había ido disminuyendo paulatinamente, cuando él y Temo se habían vuelto novios había cesado aquella caminata juntos por completo. Ahora Temo regresaba con sus hermanos y con Diego y él regresaba solo.
Y aquello le jodía demasiado porque de una forma rara y cursi el trayecto se había impregnado con sus recuerdos sobre Temo, sus risas, sus tonterías. Podía recordar pláticas intrascendentes con Temo acerca de comidas favoritas, colores, acontecimientos de la escuela. Vaya, de todo y nada.
Harto de no poder dejar de pensar en ello había tomado una nueva ruta que aunque era un poco más larga y rodeaba más estaba "limpia" y quizá le permitiría unos momentos de paz mental. Sin embargo algo le quitó su paz pero por primera vez en un buen tiempo no fue de una mala manera. Al pasar poco por aquél lugar no había visto que había un nuevo café, además de que él no solía frecuentar esos lugares, sin embargo un letrero en el cristal de la entrada le llamó la atención.
Se busca músico/banda para fin de semana en la noche.
Ari sonrió. Cierto era que con el modelaje tenía algo de ingresos, sin embargo en su casa siempre se las veían negras con el dinero, él los fines de semana en la noche se la pasaba haciendo absolutamente nada desde que Temo se había alejado y un ingreso extra no le caería mal, además de que el lugar estaba relativamente cerca de su casa, seguramente su madre no pondría tantas trabas al plan.
Decidido a aplicar para aquello se ajustó la mochila y se dirigió hacia el pequeño local.
...
¡Era suyo, lo había conseguido! A su madre no le agradaba demasiado la idea de que trabajara aún más y menos de noche, pero le tenía argumentos sólidos y Polita había terminado cediendo al plan. Y ahora tendría su primera presentación ese mismo fin de semana, no tenía tantas canciones en su repertorio, así que le tocaría aprenderse algunas que pudiesen gustar para entonces. Y sabía cuál quería que fuese una de esas canciones.
Después de aquél día en que la había escuchado por primera vez parecía como una conspiración porque ahora la escuchaba por todos lados y cada vez se sentía más identificado con aquella letra, cada vez sentía más que la habían escrito para él. Para ellos.
Tenía un plan, un Córcega Castañeda no se rendiría tan pronto.
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- Hola Temo…
- Ho… hola Ari.
- Yo… perdón por molestarte, es sólo que aunque últimamente hablemos poco pues, no sé, quería que supieras, tengo un nuevo trabajo, en el café nuevo que va a abrir esta semana. – Tenía tantos nervios, quizá Temo no lo supiera pero el muchacho López tenía una mirada increíblemente penetrante, bajo su mirada podías sentir como si pudiese ver tus pensamientos, tus miedos.
- ¡Eso es fantástico Ari, muchas felicidades! – Su amigo, eufórico como siempre cuando estaba alegre, sonrió ampliamente e hizo el amago de acercarse a abrazarlo, sin embargo pareció pensarlo mejor y se quedó en su sitio pero sin perder su amplia sonrisa. – De verdad que me alegro mucho por ti Ari, seguramente eso hará que te conozcan aún más personas, algo aún mejor traerá este nuevo empleo, lo sé, lo siento.
- Gracias. –Su sonrisa, aunque menos amplia por los nervios que sentía, también hizo acto de presencia. - ¿Sabes? Quería invitarte a que fueras, claro, si es que puedes.
- Yo… Muchas gracias Ari, prometo intentar estar ahí.
- Cla… claro, igual puedes llevar a alguien si quieres. –Realmente esperaba que Temo fuera solo, o al menos que no llevara Diego, pero aún si fuese acompañado de este último no importaba, el necesitaba que Temo estuviera ahí. Era ahora o nunca. Volteó a ver su teléfono, su madre le llamaba.- Perdona, debo irme.
- Claro... que te vaya bien Ari, adiós.
- -Gracias, espero puedas ir, adiós.
Decidió no decir más, no insistir, solo esperaba que todo saliera como lo tenía planeado.
...
- Muchas gracias a todos por estar aquí esta noche. El lugar no estaba lleno pero había sido una buena noche para el local y especialmente para Ari, se sentía completamente en su elemento y como bien le había dicho Temo, quizá esas presentaciones le ayudarían.
Pero Temo no había aparecido.
- Ahora, para cerrar esta magnífica noche toca una canción que seguro ya habrán escuchado, yo pude hacerlo hace un tiempo y poco a poco me he sentido identificado con ella…
Por un segundo sintió su garganta cerrarse. Por la puerta entró Temo completamente solo, el cual volteó hacia el pequeño e improvisado escenario y cuando ambas miradas se encontraron le sonrió y le supo a esas sonrisas de antes, esas que le aseguraban que todo estaría bien, que jamás se apartaría de su lado.
- Como les iba diciendo, me siento identificado con esta canción… Porque aunque sé que me tardé demasiado hay alguien, alguien en mi vida que estoy a punto de perder por no ser valiente, por no haber entendido a tiempo lo que sentía. Pero no estoy dispuesto a darme por vencido, estoy dispuesto a luchar y si al final salgo perdiendo, al menos quiero que sepa cuánto le pienso y más aún, cuánto le quiero. Espero les guste.
Todo aquél discurso lo había dado sin alejar su mirada de la de Temo y aunque el muchacho estaba casi en la puerta casi podía leer su sorpresa en su mirada, casi podía escuchar sus pensamientos preguntándose si no se estaría imaginando cosas raras. Le sonrió y dejó que, como siempre, la música hablara por él.
Voy obligar a la luna a que no salga esta noche
Voy a inventarme un hechizo, que no deje que él te toque
Que haga imposibles los besos, que haga que no lo soportes
Para que nunca te vayas, voy a hechizarte a mil voces.
Aun cantando seguía sonriéndole a Temo, aquel muchacho que había llegado a su vida para darle un giro de 180°, para hacerlo ver quien era, para que entendiera que las mejores cosas cuestan y que aunque el amor no siempre es dulce siempre se mantiene si es verdadero. Aquél muchacho que le había enseñado a brillar. Aquél al que esperaba no perder. Aquél que iluminó su mundo sin pretenderlo desde que llegó a su vida y que justo ahora lo estaba haciendo más luminoso con la sonrisa nerviosa que había aparecido nuevamente en sus labios.
Pido perdón por callarme, debí haber tardado menos
Pero hoy tendrás que escucharme, desde siempre yo te quiero
Y no escogí enamorarme pero es amor verdadero
Y si te hechizo a quedarte
Tú me embrujaste primero
Ahora no tenía más dudas, estaba seguro de quién era y de lo que quería. Él era Aristóteles Córcega y estaba enamorado profundamente de Cuauhtémoc López y no le perdería sin antes dar batalla. Él no había pedido sentirse como en ese momento pero jamás había sido tan sincero, él lucharía porque Temo siguiera siendo parte de su vida, porque si de algo estaba seguro es de que le quería a su lado para siempre, de que estaba bajo el embrujo de Temo López y jamás quería dejar de estarlo.
Notas finales de autor: ¿Y, qué les pareció? Cualquier comentario o critica constructiva será bien recibida, sin otra cosa que decir, nos vemos en el siguiente capítulo.
