Prólogo

Mi nombre es Hiro Hamada. Soy de 16 años de edad. He vivido más cosas de las que cualquier persona imaginaría.

Han pasado unos meses desde mi encuentro con Sayaka. Según Homura me ha dicho, a ella le ha ido bastante bien. Nada qué resaltar.

Me informó que todo lo relacionado con los Incubadores, brujas, y demás no tendrá más un lugar en esta tierra. Aún si Mami, Nagisa, y Kyoko recuerdan todo, ellas no mantuvieron sus poderes. Ella me avisó antes de quitarme los míos, pero…

-Quisiera poder conservarlos.-

-… ¿Eh?- ella estaba confundida.- ¿Pero por qué quieres conservarlos? No hay nada a qué enfrentar ya.-

-Bueno, sí, pero… Cómo tú ya sabrás, mi hermano y nuestros amigos tienen un equipo de superhéroes.-

-Y tú quieres poder ayudarle, si no me equivoco.-

-Exacto.-

-¿No podrías simplemente hacerte una armadura de combate cómo los otros?-

-No creo que Tadashi me dejaría hacer una. Aparte, estoy más acostumbrado a mis habilidades mágicas.-

-Bueno, si tú crees qué te servirán, te dejare conservarlos.-

-Gracias.-

-Pero recuerda, ese poder fue creado para aniquilar brujas. No sería buena idea usarlos en simples ladrones de bancos y similares.-

-Lo tendré al tanto. Mi poder será básicamente de último recurso. Dudo que Tadashi me dejase usarlo antes.-

-Como quieras. Bueno, aquí me despido.-

-Está bien. Hasta la próxima, Homura-Chan.-

-Hasta la próxima, Hiro-Chan.-

Tras haber convencido a Homura, me quedaba convencer al grupo. Claro, con mi hermano como el líder, no iba a ser algo fácil, pero ya tenía bastante planeado…


(Narrador)

Hora: 7:20 pm

Ubicación: Calle ¿?

Caminando por las calles de San Fransokyo, aquellos conocidos como los "Big Hero 6", tras haber lidiado con una banda criminal. Estos eran más listos y adinerados que el criminal común, teniendo robots de combate a su disposición…

-¿Cómo diablos es qué los robots son tan fáciles de conseguirse en esta ciudad?- dijo Gogo, inusualmente molesta por lo complicado de la batalla.

-No tengo la más remota idea.- respondió Tadashi, quien se veía bastante cansado.

-No es tan malo, chicos.- dijo Fred, tratando de animarlos un poco.- Digo, al menos ya logramos atraparlos. Ahora solo nos queda llegar a la base, dejar los trajes, y cada quien para su casa.-

-Fred, deja de decirle "La base".- dijo Wasabi, molesto por la insistencia.- Es solo tu casa.-

-Es donde nos ponemos al tanto del crimen, donde guardamos nuestros trajes y mejoramos nuestras habilidades. Léase, es "La base".-

-¡Pero solo es-!-

-Wasabi, sabes qué no va dejarlo por más que insistas.- dijo Honey, a quien ya hasta le dolía la cabeza de lo pesado del día, y no quería discusiones innecesarias haciéndolo aún peor. "Si tan solo Baymax no trajera esa armadura, podría usarlo de almohada…"

Tras unos minutos, por fin llegaron a la mansión de Fred, y este procedió a llamar a la puerta, siendo recibido por su mayordomo Heathcliff.

-Bienvenido, joven amo.-

-Hola, Heathcliff.- dijo Fred antes de hacer un choque de puños con su menos qué entusiasta mayordomo.

-¿Les sirvo a tus amigos algo?-

-No, no, ellos solo vienen a dejar los trajes…-

-Tal vez esa sea su intención, pero considerando la presencia del joven Hiro, dudo qué se vayan tan pronto.-

-Wow, espera, ¿Hiro está aquí?- dijo Tadashi incrédulo.-

-Es lo que he dicho.-

-¿Pero qué hace aquí?-

-No estoy informado de los detalles, pero aparentemente quería hablar con todos ustedes.-

-… Voy a ver qué quiere.- dijo Tadashi mientras iba pasaba rápidamente adentro.

No le tomó encontrarlo, Hiro estaba sentado en la sala estar, bastante tranquilo. Sin embargo, había un pequeño detalle qué ponía al mayor de los Hamada considerablemente (Léase: MUY) incómodo.

Estaba en su traje de "Chico Mágico". Aquel traje qué se puso para contarle la verdad de brujas y chicas mágicas. Aquel traje con el qué casi lo vio morir. En la mente de Tadashi, ese traje era igual a problemas.

-¿Uh?- dijo Hiro al notar a su hermano en la habitación.- Oh, hola Tadashi, te estaba esperando.-

-…-

-… ¿Tadashi?-

-… ¿Por qué carajo estas vistiendo esa cosa?-

-Oh, sí, de eso quería hablarte, pero quisiera qué los otros estuvieran presentes.-

-Vale, entonces…-

Cuando el resto del equipo llegó, estos ya habían guardado sus trajes, haciendo qué Tadashi se viese algo fuera de lugar.

-Vale, ¿Qué es lo quieres hablar con nosotros?-

-Lo pondré simple: Quiero unirme al equipo.-

-…No.-

-Sabía qué responderías así.-

-Hiro, lo que hacemos es demasiado peligroso para que tu participes.-

-Estoy bastante al tanto del peligro. Pero si tú no te acuerdas, gracias a mis encuentros pasados con los Incubadores, mi poder es… bastante superior a lo qué esperarías.-

-Pos el tiene razón en eso.- dijo Fred.- Es decir, es poder suficiente para cazar terrores de Eldritch a diario.-

-No lo motives.-

-Lo siento.-

-Y en todo caso, la respuesta sigue siendo no.-

-Mira, Tadashi. No importa cuánto digas que no, yo seguiré insistiendo.-

-¡Y yo seguiré diciendo que NO!- gritó Tadashi ya molesto.- ¿No entiendes qué me preocupo por ti?-

-¡Sé qué te preocupas por mi! ¡Pero a la vez yo me preocupo por ti!-

-¡Si realmente supieras no hubieses salido con esto en primer lugar!-

-¡Mira Tadashi, yo entiendo como el miedo a que me pase algo puede hacerte sufrir-!-

-¡NO ENTIENDES! ¡TÚ NO HAS TENIDO QUE VER A TU HERMANO DESANGRANDOSE EN EL SUELO AGONIZANDO!- Gritó ya histérico Tadashi, esperando que esas palabras, por toscas que fuesen, hicieran a su hermano cambiar de parecer.

Para su sorpresa y confusión, la expresión de Hiro cambio a una más seria.

-No, no sé cómo es ver a tu hermano desangrarse en el suelo.- dijo en un tono sombrío.- Pero sé cómo es tener que ir a su funeral.-

Los demás, al oír eso, recordaron lo qué Hiro les había explicado aquel día. El porqué él se había relacionado con los Incubadores en primer lugar.

-Esto, Hiro…- Tadashi se quedo sin habla. Recordando eso, entendía mejor por qué su hermano insistía tanto en protegerlo. Y aunque no fuese el caso, se sintió mal por cómo le hablo antes.-… no fue mi intención recordártelo…-

-No digas qué me lo recordaste. Jamás lo he olvidado.- dijo aún serio el joven.- Y no poder olvidarlo es lo qué me motiva tanto a protegerte.-

-Hiro…-

-Aparte, soy razonable. Así qué te lo pongo así: O me dejas entrar al grupo, participando sólo cuando ustedes consideren necesaria mí ayuda, o me niegas la oportunidad, y yo participare sin tu permiso en cada misión, sin importar el peligro.-

-…-

-… oh no, ¿¡Fui demasiado duro verdad!?- dijo Hiro perdiendo la calma de su rostro.- ¡Lo siento, no fue mi intención decirte eso!-

-No, descuida, me lo merecía.- dijo Tadashi, tratando de calmar a su hermano.- Mira Hiro, si tanto quieres ayudar… ya veré como podrás.-

-¿Enserio?-

-Sí, pero solo si haces lo que digo.-

-Yo fui el que puso esa condición, en primer lugar.-

-Bien, aunque primero necesito saber que eres capaz de hacer.-

-Cierto…- a Hiro pronto se le ocurrió una idea, y paso a hablar con Fred.- Oye, Fred, ¿No conoces algún lugar donde puede practicas mis habilidades y mostrarlas?-

-Esto, supongo que podrías venir aquí mañana. Digo, aquí es donde practicamos nosotros, en todo caso.-

-Perfecto.-


Al día siguiente…

-¡Bienvenido al campo de entrenamiento!-

Hiro quedó impresionado al ver ese lugar, qué no recordaba de ningún ciclo pasado. Lucía como un enorme estadio, con distintas zonas centradas en las capacidades de cada uno de los miembros, y otras más generalizadas.

-¿Pero de donde salió este lugar? No estaba en el ciclo original…-

-Mi padre lo construyo hace relativamente poco. Puede que simplemente no estuviese listo entonces.-

-Genial…-

-Bueno Hiro.- dijo Tadashi.- Muéstrame qué eres capaz de hacer.-

-Está bien.- Hiro procedió a transformarse, revelando su ballesta lista con flechas de luz.- ¿Tienen donde practicar puntería?-

-Yo te muestro.- dijo Gogo, quien era la qué usaba dicha zona más que nadie.

La zona tenía varios blancos en línea. Hiro procedió a disparar las flechas hacia estos, acertando siempre en el centro.

-Impresionante…-

-¡Y eso no es todo!-

Hiro siguió repitiendo la hazaña, pero cada vez más complicadamente. Empezó simplemente alejándose, pero luego empezó a hacerlo en movimiento, sin jamás fallar un tiro, dejando a todos asombrados. No solo por la habilidad de tiro, sino también por lo rápido que corría.

-¿C-Cuando te volviste tan certero?-

-No estoy seguro, pero fue rápido.- dijo con una sonrisa presumida.- Oye Fred, ¿Tienes algo increíblemente resistente qué no te preocupa qué le pase?-

-Bueno, está esa estatua de hierro vieja qué encontré hace unos días…- dijo señalando una estatua polvorienta con forma humana qué estaba tirada por su zona personal.- ¿Pero qué quieres hacer con ella?-

-Solo observa.- Hiro rápidamente fue a la estatua y empezó a clavar flechas en el suelo alrededor de esta, todas apuntando hacia la misma. Después se fue a una distancia segura.- Miren atentamente.-

-No entiendo bien qué planeas…-

Hiro mostro una expresión concentrada, y de las flechas salieron varios haces de luz qué redujeron la estatua a pedazos. Los demás solo miraron boquiabiertos.

-Impresionante, ¿No?-

-… impresionante, debo admitir…- dijo Tadashi.

-Eso… fue… ¡GENIAL!- grito eufórico Fred.

-¡Y bastante!- comentó Gogo.

-Estoy segura qué mínimo has roto 7 leyes de la física, pero sí, bastante impresionante.- dijo Honey.

-Y supongo qué no es la última cosa que vas a mostrarnos.- dijo Wasabi.

-En efecto.- Hiro procedió a chasquear lo dedos, y de los restos de la estatua, una figura mecánica surgió.

-¿¡Qué carajo!?-

-¡Saludad a Isaac, el brujo Mecánico!-

-¿E-Eso es una bruja?- dijo Tadashi algo asustado.

-En efecto. Pero descuida, está totalmente en mi control. Lo qué yo quiera, lo hace.-

-…-

-… ¿Quieren que se vaya, verdad?-

-Sí, esa cosa me pone incomodo.-

-Bueno, si tú dices.- Hiro entonces procedió a chasquear los dedos de nuevo, causando qué Isaac desvaneciese.

-¿Y bien?-

-… Esto…-

-¡Oh, se me olvidaba!- fue a donde estaba Tadashi y los sostuvo.

- No entiendo qué quieres haceeeeeEEEEER- Tadashi no acabó de decir nada para cuando se dio cuenta de qué su pequeño y flacucho hermanito estaba levantando en el aire sin dificultad.- ¿¡QUÉ!? ¿¡CÓMO!? ¿¡PORQUÉ!?-

-¡No solo soy más rápido y certero en esta forma, sino qué también soy más fuerte!-

-¡Por favor bájame, Hiro!-

-Vale, vale.- Hiro bajo delicadamente (Y aún sin dificultad) a su hermano.- Listo, ahora si ya es todo.-

-…-

-¿Y bien? ¿Ves qué puedo ser de bastante ayuda?-

-Sí, lo veo.-

-¿Entonces puedo participar en vuestra próxima misión?-

-Si encuentro la ocasión, sí.-

-¡Genial!- dijo Hiro emocionado.- Bueno, creo qué deberíamos entrenar. Ya saben, para saber cómo sincronizarnos en batalla.-

-Me parece bien. Ven, practicarás conmigo primero.-

Tras eso, el grupo entrenó por el resto de la tarde. Hiro se sentía genial por poder ayudar a Tadashi, pero este se sentía un poco nervioso de qué su hermano menor participara. Pero después de ver todo lo qué Hiro es capaz, empezó a sentirse más tranquilo. Además, tenía al resto de sus amigos a su lado, así qué Hiro estaría a salvo.

Puede qué ahora Hiro sea más capaz de defenderlo a él…


Fecha: ¿?
Ubicación: ¿?

-Bienvenida a mi establecimiento, ¿Qué se le ofrece?-

-…-

-¿Señorita?-

-Usted es el padre de la joven Adelia Durán, si mal no estoy equivocada.-

-Esto, sí, lo soy. ¿Pero por qué pregunta por mi hija?-

-… Usted no sabe quién soy yo.-

-No, no lo sé. ¿Eres amiga de mi hija o algo?-

-¿Dónde está ella?-

-No lo sé, pero no has respondido mi pregunta.-

-…- procede a sacar una pistola y le apunta.- Lo que yo te diga no valdrá nada en pocos segundos.-

-¿¡Pero qu-!?-

*BAM*

-…- guarda la pistola.- Ella primero sufrirá tú pérdida…-

-Ugh…-

-…Y luego le hare pagar…-

-…- cae muerto.

-… en el nombre de Jeremías.- Procede a salir del lugar, sin dejar un solo rastro de su presencia.