Rizzoli & Isles
Sólo contigo
Capítulo 1 - Cómo decirle adiós
Maura estaba empacando sus cosas de la oficina, iba guardando todo en cajas y recordando cada detalle vivido en ese lugar, pues había pasado los mejores momentos de su vida en el trabajo gracias a su mejor amiga Jane, obviamente como todo en la vida hubo momentos muy tensos por el trabajo y los hechos ocurridos ese año habían sido horribles, pero Maura solo conservaría lo mejor y lo más bonito.
Habían pasado 6 meses de su secuestro, todo se había solucionado, Jane y las personas cercanas a ella podían vivir tranquilamente de nuevo, ella gracias a la terapia, la ayuda de los amigos y sus ganas de salir adelante logro superar sus miedos, pero a partir de ese hecho había decidido tomarse un descanso como médico forense, en el trascurso posterior a su secuestro nunca encontró la oportunidad de planear bien que quería hacer, pero poco a poco encontró la solución, descansaría un año de los asesinatos y de los delincuentes, dimitiría y después volvería al trabajo en algún lugar, en realidad solo sabía que quería salir de ese lugar y poder descansar un tiempo, sin ser el blanco de ningún asesino serial o algún loco, sin ningún hombre, porque siempre elegía a los equivocados, de hecho recordó esa platica con Jane, de cuando conoció a Jack…
J - Escribió la carta en latín. Voy a vomitar… ¿Qué clase de flores son estas? – dijo, señalando las flores que acababan de entregarle a Maura en su oficina.
M - En realidad es un árbol. Y durante los próximos dos meses las raíces va a fortalecerse tanto que van a romper la maceta de cerámica a menos que la trasplante a un sitio con más espacio para crecer.
J - ¿una tarjeta en latín y una planta metafórica?, podría ser tu alma gemela – y después dijo sarcásticamente como solo Jane sabía hacerlo – o tu clon.
M – La verdad es que llevo haciendo un estudio de campo sobre los noviazgos durante 10 años, y no puedo seguir ignorando los resultados, ahí fuera no existe el Hombre Perfecto para mí – hizo la planta a un lado, mientras Jane se sentaba frente al escritorio.
J – Maura, venga ya, está bien, no puedes estudiar las relaciones como si fueran experimentos científicos.
M – El chico con el que tuve la química sexual más increíble, le gustaba lamer caras – se sentó frente a Jane.
J – Sí – dijo perdiendo la motivación por animar a Maura.
M – Y el siguiente chico por el que sentí algo acabo muerto, y fui incriminada por su asesinato.
J – Para ser justos, que le asesinaran no fue culpa suya. Por lo que sabemos… podría haber sido un novio maravilloso – siguió tratando de animarla.
M – y luego el tío que me dijo que deseaba mi cuerpo… lo decía literalmente porque era un asesino en serie que hacia esculturas con los cuerpos de mujeres muertas.
J – si eso fue desafortunado – se rindió.
Y al final Jack fue maravilloso, pero su hija siempre debía estar primero y ella no quería ser la culpable de separarlos, así que todo termino y desde entonces no buscaba ninguna relación, aunque sabía de antemano que su corazón ya estaba ocupado y que por eso uso a la hija de Jack como excusa para terminar la relación, estaba consiente que ninguna relación funcionaria si ella no se enamoraba, y la realidad es que no estaba enamorada de Jack por eso lo dejo ir, su corazón ya le pertenecía a alguien más pero eso no podía ser.
Le consto mucho aceptar que estaba enamorada de un imposible, jamás había estado en una situación así, en parte por eso quería salir corriendo, porque no sabía qué hacer con aquello, era muy raro, pero ya lo tenía todo claro, le consto un secuestro y meses de terapia para aceptar lo obvio y al final, con todo el orgullo del mundo acepto que estaba enamorada, pero no sabía cómo lo tomaría la otra parte, por su carácter lo tomaría horriblemente y Maura no quería eso, así que pensaba que un tiempo lejos le ayudaría a superar su enamoramiento y poder seguir con su vida normal.
Pensando en todo y en nada, se dio cuenta que ya había terminado de empacar, observo su oficina por última vez y decidió no llevarse nada, más de la mitad de ese oficina le pertenecía porque ella la decoro como quiso, pero no, la realidad es que no quería nada de aquello, salió de su oficina y le pidió a un interno que retirara las cajas e hiciera lo que mejor le pareciera en cuanto ella saliera o que si el próximo forense quería algo de aquello podía tomarlo o tirarlo, regreso a su oficina por su bolso y su saco, respiro profundo, salió de la oficina para dirigirse al ascensor, había llegado el momento de despedirse de sus compañeros de trabajo…
Una vez que se abrieron las puertas, volvió a respirar profundo y salió del ascensor, sus tacones resonaron por el pasillo, Jane lo identifico y miro a Korsak, este ladeo la cabeza e hizo una mueca con su boca como diciéndole lo siento pero el momento ha llegado , y la Dra. Maura Isles entro al lugar…
Jane miro hacia la puerta y Maura iba entrando… Maura le dedico esa sonrisa tan femenina, tan suya, con ese hoyuelo en su mejilla izquierda tan característico…
M – Hola Jane, hola Korsak – dirigiéndose a cada uno.
K – hola doc, ¿ya tiene todo listo? – dijo desde su escritorio observando con atención a Maura.
M – Si Korsak, ya está todo – le dedico una sonrisa y siguió acercándose al escritorio de Jane.
J - ¿Quieres que te ayude con las cajas? – Jane aún estaba sentada en su escritorio, se levantó en cuanto Maura llego a ella y se miraron para comunicarse como ellas solo sabían hacerlo, la miro a los ojos y entendió – no llevaras nada ¿cierto?
M – Así es – sonrió un poco y asintió – solo vengo a despedirme de Nina, Korsak, Frankie y a preguntarte si… los planes… ¿aún siguen en pie? – pregunto nerviosa.
J – por supuesto, me tengo que disculpar contigo por la forma en que te hable y te trate, no puedo perderme nuestra última cena y no despedirme de ti… - Jane se notaba muy triste y desanimada.
M – Jane… - iba a decir algo.
J – Mejor hablamos en tu casa, aquí no.
M – Ok, te espero, no llegues tarde.
Maura siguió su camino, se despidió de Korsak, este le dijo que regresara pronto, que su trabajo seguiría ahí para ella, a lo que ella solo le dedico una sonrisa triste, se despidió de Nina ambas se desearon lo mejor, y Maura le dijo que cualquier cosa que necesitara podía contar con ella, aunque estuviera lejos, podía llamarla y platicar, pues Maura la considera como una amiga y familia, después siguió con Frankie que la esperaba con los brazos abiertos, Maura solo por esta vez estaba permitiendo abrazos…
F - ¿segura que te quieres ir Maura? – le dijo mientras la soltaba del abrazo.
M – Tengo que hacerlo Frankie, lo necesito… - la mirada de Maura era indescifrable, como un si debo hacerlo pero no quiero .
F – Maura si es por lo del secuestro, podemos apoyarte más, ¿Qué te hace falta?
M – Frankie, no… no puedo hablarte de ello, no es el momento.
F – Y ¿Cuándo será?, no tienes fecha de regreso, ni siquiera sabemos si vas a regresar, y la verdad es que no sabemos porque lo haces, ni que te pasa, si no nos dices no te podemos ayudar, Jane estará deshecha, o ya lo está.
M – le dedico una mirada triste – lo siento Frankie… yo no puedo hablar de esto contigo, solo vine a despedirme… Jane estará bien, los tendrá a ustedes y… - lo pensó mejor antes de decir algún hombre en su vida
F – ¿Y? – Frankie la miro inquieto.
M – Frankie, te echaré de menos… gracias por hacerme sentir una Rizzoli más, cuida mucho a Jane, y aconséjala bien - se dispuso a irse, pero antes dijo – y cuando aparezca la persona que consideres adecuada para Jane díselo, no dejes que pierda su felicidad como lo ha hecho antes, así no me preocupare por ella y porque este sola – Maura termino de decir esto, vio a Frankie a los ojos, le dedico una sonrisa y se despidieron, Frankie se quedó muy inquieto sin entender a Maura.
Maura regreso a la oficina de Jane, y está de nuevo se puso de pie – Me voy Jane, nos vemos por la noche.
J – si ahí estaré – al decirle esto, Maura siguió su camino para salir de la comisaria y el sonido de sus tacones se escuchó por última vez en el Departamento de Homicidios de Boston, Jane seguía de pie observando la puerta por donde Maura salió por última vez, y aun no lo podía creer apenas hace una semana le había dicho sus planes y lo recordaba como si se lo estuviera diciendo en ese momento, fue un balde de agua fría, ni siquiera sospechaba que Maura quisiera irse y dejarla sola… cómo iba a decirle adiós…
Hace una semana
Jane se dirigía a casa de Maura, iban a cenar pizza y tomarse un buen vino, bueno Jane terminaría tomando cerveza… llego a casa de Maura, pusieron la mesa y comenzaron a comer mientras platicaban, de pronto Maura se puso seria…
M – Jane… - dijo muy seria – tengo que decirte algo muy importante.
J – Maur… - se preocupó porque Maura estaba muy seria – ¿te pasa algo?, ¿tienes pesadillas de nuevo?
M – No Jane, es otra cosa, yo… - no podía decirlo, no quería, era más fácil irse sin decir nada, pero no le podía hacer eso a su mejor amiga.
J - ¿Qué pasa Maur?, me estoy empezando a preocupar… - tomo la mano de Maura que estaba sobre la mesa y la acaricio, notando lo nerviosa que estaba.
M – Jane… - Maura solo sabía una forma de decir las cosas, siempre con la verdad, así era todo más fácil para ella - decidí hace poco que renunciare, necesito irme – Jane la miro sorprendida, Maura amaba su trabajo, no podía estar haciendo aquello, se quedó sin habla, la dejo continuar hasta poder salir del shock – esto viene de hace mucho, lo estoy pensando desde el secuestro, yo necesito un poco de tiempo para mí, es decir, descansar de asesinatos, gente salvaje, amo mi trabajo pero de verdad necesito irme…
J - ¿Cuánto tiempo?, puedes tomar unas vacaciones no necesitas renunciar…. – su instinto de detective nunca fallaba – a menos que no tengas intenciones de regresar al trabajo… ¿Qué pasa?, ¿necesitas ir a terapia de nuevo?, esto se te pasara pronto Maura, todos te ayudaremos, sé que no es fácil, pero juntas lo haremos – a este punto Jane no entendía nada y ni quería entenderlo, soltó la mano de Maura - ¡Demonios!, es mi culpa, ¡maldita sea! ¿Cómo demonios deje que te pasara esto? – Jane se levantó de la silla, comenzó a caminar por la casa, Maura la observo, se levantó y tomo a Jane del brazo para que se detuviera y la mirara.
M – No es eso, ya no tengo pesadillas ni miedo, sé que soy capaz de cuidarme sola, fui a terapia, aprendí defensa, tuve a los Rizzoli apoyándome en todo momento, no tengo miedo de eso, puedo desempeñar mi trabajo bastante bien… - ojos verdes se fijaron en los ojos color chocolate, y Jane solo asintió con un movimiento de cabeza – necesito tiempo para mí, me di cuenta que estoy un poco cansada de asesinatos y quiero tomar una vacaciones.
J – Pero… ¿Por qué no las pides?, ¿Por qué renuncias? – Jane no entendía nada.
M – porque no sé a dónde voy, ni si quiero regresar, sabes que no sé mentir, esa es la verdad, solo quiero irme, no tengo rumbo.
J – Maura no tienes 20 años, no puedes correr cuando hay un problema, tú no eres así, y… ¿nosotros que? – estaba confundida, ya había perdido el ritmo de la conversación.
M – Jane puedes llamarme cuando quieras, la casa se queda para Ángela, la puede ocupar el tiempo que quiera, de hecho me dijo que cuidara bien de ella mientras no esté, le depositare lo necesario para que le de mantenimiento, ella quiere seguir en la casa de huéspedes y no aquí, pero ya sabes que siempre son bienvenidos pueden organizar cenas familiares como siempre… - lo dijo tan lindo, tan amable que Jane se derritió por dentro pero a la vez se molestó mucho.
J – hablaste con mi madre primero, y no conmigo – le dijo en furiosa.
M – no te enojes, por favor, se lo comente antes de que llegaras… solo quiero dejar las cosas arregladas para cuando me vaya…
J – así que ni mi opinión quieres, ya está decidido – estaba dolida, enojada, triste.
M – se le derramaron las lágrimas – si está decidido, solo estoy comunicándotelo.
J – no sabes que quieres hacer, pero… ¿sabes el por qué lo estás haciendo?... Y quiero la verdad – dijo autoritariamente.
M – en parte si, y en parte no, como te dije estoy cansada de los asesinato – la interrumpió Jane.
J – ¡ eso es mentira! Amas tu trabajo tanto como yo, no te creo hay algo más…
M – si fuera mentira me estaría saliendo urticaria Jane – dijo Maura preocupada sabía que jane escarbaría más.
J – Maur, te creo, todos necesitamos un descanso – Jane estaba desesperada, estaba perdiendo a su mejor amiga – pero no así, te vas sin rumbo, sin querer regresar… no lo entiendo… dejas todo atrás, y dices que no es por el secuestro, que estas bien, ¿Cómo carajo estas bien si te quieres ir?
M – no puedo explicártelo, no puedo – le dijo con ojos de súplica para que no preguntara más.
J - ¿alguien te está haciendo daño?
M – sí, pero no es intencional, no sabe que me hace daño… no te puedo decir más, si me quedo, puedo perder más de lo que voy a perder ahora.
J – no lo entiendo Maura… - se quitó la mano de Maura, aun la tenía tomada del brazo, se dio media vuelta y salió como si fuera un rayo, sin despedirse, sin dirigirle la palabra a su amiga, no sabía qué hacer, solo estaba furiosa con Maura.
Y durante los días que siguieron a esa noche, no busco a Maura, se dedicó a ignorarla y solo hablaron de trabajo, Maura intentaba hablar con ella, pero esta se negaba, lo intento hasta que se cansó, se sentía traicionada, dolida, triste, tenía un sinfín de emociones y Maura entendía que no quisiera hablar con ella, hasta que un día antes de marcharse de la estación Maura se acercó al escritorio de Jane…
M – Jane sé que no quieres hablar conmigo – Jane miraba su computadora ignoraba a Maura pero la estaba escuchando en realidad - pero mañana es mi último día aquí, quisiera que cenaras conmigo y habláramos, no quiero irme y saber que estas molesta conmigo…. – Jane la ignoro, Maura se dio por vencida se dio la vuelta para marcharse pero Jane la tomo del brazo y se giró para verla a los ojos.
J – Sí Maura, si quiero cenar contigo, necesito decirte algunas cosas antes de que te vayas, mañana después de que salga del trabajo iré a tu casa… lo prometo.
M – Gracias Jane, ¿ya podemos hablar como siempre?, ¿puedo contar contigo?, necesito a mi amiga más que nunca – pregunto con esa carita a la que Jane nunca puede negarse.
J – sí Mau, estoy aquí para ti, siempre…
Korsak se levantó de su escritorio, le paso una mano frente a los ojos de Jane y no reacciono, estaba ida y él sabía que pasaba – Jane, Jane, Jane – le hablo para que reaccionara, esta salió de su trance.
J - ¿Qué? – grito, regresando de sus pensamientos y molesta.
K – Jane si vas a dejar que se vaya, entonces acéptalo y deja de comportarte como una chica con el corazón roto - le dijo como un padre, dándole el sermón de su vida a su hija – si de verdad quieres que se quede vete de una vez, corre por ella, ¿Dónde están tus ovarios Jane Rizzoli?, evita que se vaya, ya lo hablamos.
J - ¿tú crees que debería?... ¿Y si la pierdo? – pregunto dolida.
K – la vas a perder de todos modos y sin darte la oportunidad de saber qué hubiera pasado si te hubieras arriesgado, sólo tienes que verla, para saber que no se quiere ir… no entiendo cómo eres detective y para estas cosas no te enteras – dijo desesperado, la tomo de los hombros y la miro – vete de una vez – Jane lo vio a los ojos, miro su reloj, habían pasado 30 minutos, desde que Maura había salido de la comisaria, ya casi iría llegando a casa y de inmediato salió corriendo al estacionamiento por su coche, no sin antes darle un beso en la frente a Korsak y decirle gracias.
