Cobarde
— Si no me ibas a amar ¿Para qué me hiciste tuya?
Serie de drabbles cortos de los sentimientos tristes y dolorosos que Arnold provoca en Helga.
.
.
.
.
Tú insististe, yo no quería. Eso no iba a llegar a ningún lado y lo sabía "Si estoy contigo puedo llegar a amarte" ¿Por qué había aceptado esa propuesta que desbordaba desconfianza y tenían entre líneas la palabra "No te voy a amar"?
Tal vez de verdad quería confiar en ti, tal vez en realidad estaba tan desesperada que pensaba que eso era peor que nada. En algún punto dejé de confiar lo suficiente en mí y caí en la mentira despiadada de un posible amor. Me estaba engañando a mí misma.
La noche pasada había cruzado la barrera de todo lo permitido, a los 17 años me decía que si tenía que entregar todo mi corazón y mi cuerpo, eso sería solamente a ti. No me importaba que no dijeras aún que me amabas, tampoco que nuestra relación no fuera pública.
Solo quería que ese momento fuese solo mío, me sentía tan vacía de amor propio que necesitaba algo que lo compensara. Quería sonreír y pensar que todo estaría bien, pero me dejé envolver en la situación. Tus labios carnosos, tu mirada verde que penetraba cada célula de mi cuerpo y por supuesto tus cálidas manos que estremecían mi frio corazón, que hacían vibrar mi piel y necesitar más de ti.
Más de todo tu ser.
Pero al día siguiente de ese momento único y especial, te distanciaste. Me evitabas por todos los lugares y no eras capaz de dirigirme la mirada…
Comprendí de pronto.
Me habías hecho tuya para después convencerte de que no era lo que tú esperabas. Después de dejarme ver tu rostro cubierto por una pasión inexplorada, de dejarte ver mi faceta más apasionada que enterraba sus uñas en tu pecho mientras culminaba en un choque neuronal todo el amor que se me desbordaba del alma.
Me sentí destrozada, desesperanzada y en un mar de lágrimas me prometí no buscarte más. ¿Entonces qué haces fuera de mi puerta con un ramo de rosas? ¿Por qué tu cara está sonrojada y tus ojos no me miran?
— No sé cómo mirarte a la cara Helga, siento que fue incorrecto que pasáramos la línea, no sabía si estarías enojada o si llegarías a la conclusión de terminarme.
Si supieras tonto, si comprendieras todo lo que me habías hecho sentir. Si tan solo formaras parte de mí sabrías que las lágrimas que bajaron por mi rostro eran de alivio y total felicidad. Agradecía que no me dijeras "Te amo" porque sentiría que justificabas lo de la noche pasada, porque lo asociaría a un deseo carnal y yo quería que vieras mi alma.
— No quiero que terminemos — me suspiraste al oído mientras me abrazabas fuerte contra tu pecho que latía sin control, como el mío — iremos a nuestro ritmo, tenemos mucho por recorrer aún.
.
.
.
.
Siempre la serie y los capítulos de Hey Arnold donde Helga sufre por amor me parecen muy dolorosos, esa clase de situaciones a los 10 años devastarían cualquier autoestima y dificultarían a una joven relacionarse en un futuro con el amor. Quiero ver la perspectiva triste pero también la ídilica de un Arnold comprensivo y príncipe azul.
Son una serie de drabbles de la misma historia pero de forma anacrónica. 3
¡Espero les gusten!
