SHINE
Contexto: Cerca de Tokio, tres años después de la derrota de Aizen.
Personajes: Rukia, Ichigo, Orihime, Tatsuki y Yui (minina)
Resumen: Rukia vive en el mundo de los humanos. Por correr a Ichigo, Rukia cayó al suelo. De esa manera, Ichigo comenzó a darse cuenta que ella le esconde algo.
Edades:
Rukia: 153
Ichigo: 18 años
Inoue y Tatsuki: 18 años
Yui: 3 días
)) (((Ichigo's POV))) ((
Cielo azul. Las nubes parecían haberse ido de viaje para no volver. Los árboles estaban tan verdes como el pasto de Irlanda.
Era un parque con pocas personas, en su mayoría eran niños. Todos jugaban. Pero…
-¡¡Pedazo de imbécil!! –me gritó una persona. Medía solo uno cuarenta y cuatro, y corría por todos lados, tratando de dar con alguien
Ese alguien era yo, un chico de quince años, que parecía de veinte.
Corría delante de ella, ganándole por unos metros –lo que hacen unas buenas piernas largas, ¿No?
De pronto, ella estaba tomando aire, descansando, antes de mirarme con odio. Ustedes se preguntarán ¿Qué le he hecho?
Fácil, insulté a sus dibujos y de rebote al deforme conejo que siempre dibuja (lo digo en presente, porque hace eso desde antes, ahora y seguramente seguirá con esas ridiculeces mañana….)
Pero si me preguntan qué es lo que siento, la verdad es que me siento feliz. La luz me refleja, la alegría me embarga. No hay lluvia interior, y por eso, le estoy agradecido. A ella. A esa shinigami.
-¡Te voy a matar, idiota!
-Alcánzame
Seguimos corriendo por el parque. A pesar de que mi sensei le hubiera dado un gigai, rogaba que se pareciera al que antes tenía. Después de todo, se estaba volviendo humana y eso era bueno. Será demasiado egoísta, pero la quería para mí. Y aún lo deseo
Rukia cayó al suelo. Una piedra se interpuso entre su pie y la arena del parque. Traté de no reírme, mientras me acercaba a esa chica. Su mirada parecía estar llena de odio, puedo jurar que sería capaz de matarme en cualquier momento. Pero no importaba. Me hacía feliz que estuviera junto a mí, ahora y por siempre.
Sabía que nuestra relación no era la mejor de todos, pero era bueno ser solo amigos. Quería a esa chica, la adoraba. Pero no se lo iba a demostrar tan abiertamente. En realidad, no se lo merecía.
Era algo malagradecida cuando quería… aún así, si Rukia Kuchiki cambiaba, entonces sabría que esa era mala señal.
-Me duele
-Te caíste de lleno, tonta
-¡Fue por tu culpa!
-¡Yo no puse esa piedra!
Oh, no, otra vez una de nuestras amadas peleas
-¡Eres un imbécil!
¿Y yo decía que le había tomado cariño a ese basilisco?
-Vamos a casa
-Me gusta el cielo y no me voy a mover para ir a casa
Sentí como la sangre me hervía bajo la piel. Oh, Dios que la mataba. Kami que lograba sacarme de mis casillas
-¡Entonces deja de actuar como una princesa, pedazo de bestia!
-¿A quién le dijiste eso? –preguntó de pronto, mirándome de una manera peligrosa
Sonreí. Si ella actuaba así, era porque aún estaba con ganas de molestar. Eso era bueno. Odiaba verla sufrir
-Estamos cerca de la merienda y la casa de Inoue está cerca. Vamos a visitarla –le dije, con una sonrisa. -Vi cómo su mirada se opacaba. Eso me extrañó -¿Te peleaste con Inoue? ¿Rukia?
-….-se quedó pensando en algo que no supe qué era –no. No me he peleado con ella. Para nada. Es como una hermana para mí
-¿Por qué esa cara?
-Por nada.
-De acuerdo. ¿Vamos? ¿Puedes sostenerte?
-Claro que si –dio orgullosa. Caminó unos metros delante de mí, hasta que cayó de lleno en el piso, producto de la fractura. Le dolía pero no daría brazo a torcer- ven, tómate de mi espalda. Vamos, no te hagas la idiota que me gusta menos que a ti
-Como si te necesitara
-Vamos enana. –le dije, ayudándole a caminar.
Unos veinte minutos después, llegamos a la casa de nuestra amiga. Ella estaba con una sonrisa y tan emocionada como siempre. A veces lograba abrumarme, pero la verdad era que su carácter no me desagradaba. Era una buena chica.
Se había mudado cerca de nosotros para tener menos viaje para ir a la universidad. Vivía en un edificio perfecto y su casa era muy bonita. Sus parientes no hicieron nada. Ishida Uruyu se había atrevido a mover personas para conseguir una suite. Orihime había sufrido muchísimo, eso era verdad… y por este motivo, creo que se merecía muchísimas cosas más de las que podíamos darle.
-Tengo leche fría para el que quiera tomar algo. Y galletitas que compré hoy en el mercado. También hay agua y jugo de naranja freso en la heladera. Pero hace calor ¿Qué tal si comemos helado? Lo he comprado en la heladera que está a unas cuadras. Es nueva, pero no vende los sabores que quiero. Demo… no importa, el calor es imperial. Así que tomaré helado de chocolate y dentro le pondré unos pedazos de huevo. Es una rica combinación
Inoue no paraba de hablarnos. Ya me había acostumbrado a su actuar. Me hacía sentir acompañado en los peores momentos de mi vida. Su amistad era incondicional y para nada era un estorbo. Pronto sentí que algo me acariciaba la pierna. Algo peludo y pequeño.
-¡Oh! ¡Yui, no, no! Jeje –rió nerviosamente, tomándola para depositarla en su pecho–en el departamento no dejan tener animales, pero la verdad es que yo la quería. La encontré ayer en la calle y estaba abandonada. Me dio mucha pena y por eso, la tomé. Es muy buena compañía. El veterinario hoy me dijo que solo tiene tres días. ¿No es hermosa?
A decir verdad, Inoue podía llegar a tener un corazón enorme. Le gustaban los animales, era una muy buena persona. Rukia pronuncio unas palabras
-Es muy bonita… pero… ¿Qué pasará si la encuentran?
-No lo harán. No la dejaré irse así sin más. Aquí la gente quiere mucho a los animales y aunque no los permitan, todos tienen uno. Es el dueño del lugar el arisco. –dijo asintiendo infantilmente.
Rukia se rió, mientras Inoue seguía curándola. Cuando la herida se curó, mi amiga shinigami reclamó a la gatita en sus manos. La acarició, fascinada con el animal. Podría jurar que se había enamorado.
-Orihime ¿Estas en casa? –preguntó una voz conocida.
-¡Ya va! –Abrió la puerta -¡Tatsuki! –gritó, abrazándola. Mi amiga de la infancia se rió amable, respondiendo al abrazo. Nos vio apenas entro -¿Cómo estás Rukia? –preguntó, preocupada, al ver que estaba acostada tal como había llegado
-Bien, bien. Me caí –se rió de sí misma –pero Inoue me curó
-¿Qué te dije con llamarme Inoue? Soy Orihime ¡Me has salvado lo suficiente como para llamarme Inoue! –Rukia solo rió nerviosa –Kurosaki-kun ¿Quieres algo? –dijo, preguntándome con una sonrisa. Ya no se ruborizaba como antes. ¡Qué raro!
-No, está bien. Yo ya… me marchaba –a decir verdad, seguramente Rukia querría estar con sus amigas –nos vemos
-Te acompaño Ichigo.
-Pero…
-Vamos –dijo Rukia, tomándome del brazo. Una descarga eléctrica me abrumó, mientras nos despedíamos de las demás. Ella estaba tan nerviosa como siempre, por extraño que pareciera. Era como si…
Llegamos a casa. Estaba a unas cuadras de la de Inoue. Ahora mi padre había decidido que viviera cerca de Tokio, como los demás. Lo que no sabía era que Rukia vivía conmigo. De enterarse y Kami solo sabría qué idioteces especularía entre nosotros.
-Ya, enana, ¿Qué me ocultas?
-¿Yo? –preguntó con una inocencia fingida
-Si, tú
-Nada, Ichigo –miró sospechosamente al piso –solo estoy cansada. Nada más. Voy a preparar la merienda ¿Algo en especial?
-Nada en especial
Me sentía excluido. Sin pensarlo dos veces, me acerqué a la shinigami
-¿Qué te pasa?
Rukia bajó la mirada
-Si no te has enterado…
-Dímelo.
No pude saber nada más. Solo supe que ella me besaba dulcemente. Yo también le correspondí.
Amaba a Rukia Kuchiki.
SHINE preface,
Finished!
Hi people! How're you? Espero que bien ^^. Es mi primer fic, así que ruego que les haya gustado mucho. En fin, nos vemos pronto, cuando suba el segundo capi. Por ahora, tengo pensado que serán unos cuantos. Así que… ¡Por piedad Rewiew!Sin mucho más que decir, me despido. ¡Un beso a todos!
