Hola que tal, he comenzado a publicar otro fic y espero que les guste mcuho y me apoyen al publicarlo, si les gusta dejen sus reviews jijij cuidense mcuho... les dejo con el primer capítulo.
Infielmente Tuya
Resumen:
Ella era una modelo famosa antes de casarse con un hombre por acuerdo de sus padres, Él era el dueño de una de las empresas mas importantes de Japón, sus vidas no eran lo que llamamos perfectas, al encontrarse lo único que desean es estar juntos. (Inu&Kag) (San&Mir) Advertencia: MUCHO LEMON
Capítulo 1: Conociendo a un Extraño
Era una mañana preciosa, los cálido rayos del sol alumbraban por completo una habitación en la cual una hermosa joven de cabello azabache dormía placidamente aún entre las sábanas, mientras que por un extremo un hombre terminaba de ajustar su corbata para salir a toda prisa de la habitación y abordando su lujoso BMW para dirigirse a la oficina.
Ella comenzó a abrir poco a poco los ojos, su mirada era triste y con un poco de fastidio, se levantó con pesadez en el cuerpo dirigiéndose a la ducha, dejó que el agua resbalase por todo su cuerpo relajándola por completo a salir se dirigió al jardín para desayunar, no tardo mucho en aparecer una mujer de edad avanzada con una bandeja que dejó sobre la mesa, en ella había un tazón de frutas frescas con un poco de yogurt encima, un pan tostado con suficiente mantequilla y jugo de naranja, la joven levantó la vista hacia donde estaba la mujer y sonrió dulcemente.
-Buenos días nana Kaede, como has amanecido? – tomando un poco de jugo-
-Mi niña, hoy su esposo se ha ido a trabajar tan apresuradamente sin desayunar siquiera.
-Ba! Que me importa, ese hombre solo piensa en trabajo.
-Pero mi niña –decía con sorpresa la mujer- no debería expresarse así de su esposo.
-Kaede, sabes perfectamente lo que opino de él y este estúpido arreglo – esto hizo que la nana rolara los ojos-
-Kagome, - dijo la mujer con tono dulce- bien sabes que tu padre solo desea lo mejor para ti.
-Y por eso tiene que decidir mi vida completa sin tomar mi parecer? – dijo la mujer con desesperación-
-Mi niña –abrazando a la joven- debes ser fuerte, yo te ayudaré en todo lo que pueda.
-Muchas gracias Kaede –correspondiendo aquel abrazo-
-Oh! Pero que olvidadiza soy, he dejado la leche en el fuego! –dándose la media vuelta para irse- hablaremos mas tarde mi niña, por cierto su hermana llamó para invitarla esta noche a cenar – entra apresuradamente a la casa-
La joven de melena azabache se queda divertida viendo aquella escena, acto seguido pone su mirada fija en el horizonte pensando en lo que había pasado últimamente.
Ella era una de las modelos mas reconocidas del Japón, había sido educada en las mejores escuelas, se había graduado con honores como diseñadora de modas y tiempo después había entrado a un curso intensivo de modelaje, le había gustado tanto que decidió dedicarse a eso, adoraba las pasarelas, los reflectores y la admiración de la gente, sin embargo, su padre nunca había estado de acuerdo con esto, siempre la había presionado para estudiar una licenciatura en administración para trabajar en su empresa, pero ella desde un principio se negó rotundamente.
Hacía un año que su padre la había obligado a casarse con el hijo de uno de sus socios más importantes, ella al principio con su carácter se había negado pero solo lo había hecho por su madre, ella siempre soportaba todo el sufrimiento.
Flash Back
-Como te atreves a revelarte de esa forma Kagome, eres una niña mimada y malcriada.
-Pero papá! No puedes decidir mi futuro por un capricho!
-Eres la única que siempre está en contra de mis reglas, deberías aprender a tus hermanos – dijo este mas enfurecido- Esto es culpa tuya Sonomi, siempre mimaste de mas a esta niña.
-Pero papá! –observando las lágrimas de su madre-
-Nada de peros jovencita te casarás y es mi última palabra.
Fin del Flash Back
Ese día se había decidido todo, un mes después se casó con Hoyo Mitsubiki, el era el hijo de Naraku Mitsubiki, mejor amigo de su padre, y la verdad él sentía algo por ella pero Kagome era orgullosa y se sentía como un objeto al que estuvieran vendiendo, jamás habían intimado en ningún sentido ya que a mujer se rehusaba por completo, la vida después de eso había sido tan cansada y aburrida, ese hombre vivía para el trabajo y nada más, había obligado a Kagome a dejar su trabajo como modelo, después de eso no había asistido a la boda de su hermana hacía un mes ya que tuvieron que viajar para una convención de empresarios en desarrollo, era todo tan patético y rutinario que decidió abrir una pequeña boutique en el centro de la ciudad y eso la mantenía un poco distraída, Kaede la ayudaba a pasar el mal trago, el día que le habían cortado las alas había decidido que su nana estaría con ella todo el tiempo.
Flash Back
-Está bien papá! Me casaré con ese hombre, pero te advierto que no me iré sola con él.
-Ahora que niñerías te traes?
-Kaede se irá conmigo!
Fin del Flash Back
Esa era su vida hasta ahora, miró el reloj eran las 09:30am era mejor que se diera prisa o no llegaría a la boutique a tiempo.
Manejó todo el trayecto al centro de la ciudad, hacía unos días había ordenado al chofer que se concentrara en los encargos de la mansión ya que no le gustaba depender de otras personas, al llegar estacionó su auto y se topo con su mejor amiga Sango, ella era una mujer muy bella de cabello castaño , por lo general lo sujetaba en una coleta alta, a ella la había conocido en el Milán Fashion Week, las dos habían sido contratadas para modelar unos cuantos diseños de Versace, desde ese momento se habían vuelto inseparables, hasta que Kagome se había casado a la fuerza, la castaña seguía modelando y aparte ayudaba a su amiga con la boutique últimamente no la había visto ya que acababa de regresar de un desfile en Hong Kong.
-Amiga! Cuanto tiempo! –Abrazando a la joven de ojos chocolate-
-Sango –abrazándola efusivamente- que tal el desfile?
-Debo contarte todo lo que me ocurrió allá! –Gritando con emoción- he conocido a alguien y creo que me he enamorado.
-Enserio? pero como pasó? –entrando en la boutique con su amiga-
-Pues su nombre es Miroku, estaba representando a la casa de modas Taisho, ya sabes la mejor de Japón, se acercó a mi me pidió que trabajara con ellos con modelo exclusiva por un año y luego me invitó a cenar.
-Felicidades amiga! –abrazándola de nuevo- modelo exclusiva si que lo mereces – soltando a su amiga y viendo su semblante- Sango? Esa cara, que has hecho? –conocía perfectamente a Sango, esa cara de sospecha era porque había hecho algo que no debía-
-Pues verás, cuando estábamos cenando me dijo que buscaban a otra modelo y – pasando saliva-
-No!
-Si!
-No!
-Si!
-Sango!
-Lo siento Kagome, pero eres de las mejores modelos y pues yo traía tu portafolio ente mis cosas y se lo mostré, desean verte la próxima semana para una prueba de pasarela.
-Sango, -bajando la mirada- ya sabes que eso se terminó para mi, Hoyo no me lo permite y…
-Kagome!, desde cuando dejas que ese hombre te diga lo que debes hacer.
-Desde que fue con el chisme a mi padre –cerrando sus puños por el coraje- es por eso que dejé lo del modelaje, mi padre comenzó con sus sermones de "esto no es para una señora de sociedad".
-Y cuando te ha importado lo que diga tu padre amiga? –tomándola del hombro- vamos haz la prueba, además tu esposo cuenca está en tu casa, sale cada cuatro o cinco días de viaje y se ausenta por mas de quince.
El gusanito de la curiosidad comenzó a crear un gran efecto sobre la joven azabache, y si lo intentaba, su amiga tenía razón, además ser la modelo exclusiva de la empresa más importante de la moda en Japón tenía grandes ventajas, empezando por la enorme paga y la entrada a muchísimos eventos de moda y pasarelas, también podría comenzar a incluir sus diseños en ese ambiente.
Además, su padre siempre había querido que llevara una vida de empresaria, pues de esa forma podía conseguirlo, por que no intentarlo.
-Sango, creo que tienes razón, además mi esposo ni siquiera notara mi ausencia.
-Así se habla amiga! -Comenzando a saltar de alegría- entonces la próxima semana te acompañaré a esa prueba.
-Si, pero por ahora hay que ponernos a trabajar, que esta boutique no sale adelante sola.
-Esta bien!, mira que tu marido ya te está pegando sus costumbres.
El día transcurrió con tranquilidad, al llegar a su casa, Kagome, subió a la habitación para comenzar a arreglarse, su hermana la estaría esperando seguramente, ahora solo rogaba que el amargado de su esposo llegara a tiempo, entre su ropa seleccionó un vestido straple de corte asimétricos hasta la rodilla, se maquilló un poco y se arregló un poco el cabello, de pronto su celular comenzó a sonar, al ver el número en la pantalla se imaginó el tipo de conversación que tendría.
-Si, dime que pasa?
-Lo siento cariño, no podré llegar para la cena.
-Si, me lo imaginaba, te disculparé ante mi hermana como de costumbre.
-Kag!, realmente lo siento, te prometo…
-No, no debes prometer nada Hoyo, sobretodo algo que jamás podrás cumplir.
-Por que eres tan necia, esto lo hago por los dos.
-Si claro, sabe me tengo que ir hablaremos después –cuelga el celular- lo mismo de siempre, en fin creo que así será mejor.
Al llegar, el carro de su hermano Souta estaba estacionado también frente a la residencia de su hermana que vivía unas cuantas calles a su casa, también había otro automóvil en color negro al parecer un Jaguar XK Convertible, sin darle mayor importancia se dirigió a la puerta y toco el timbre, la recibió una empleada quien al guió hasta la sala comedor en donde pudo ver a su hermano Souta y su novia Hitomi junto su hermana y su esposo charlando amenamente al entrar todos los ojos se posaron en ella.
-Kagome!, que bueno que llegas –mirando a todas partes- y donde está tu esposo.
-Lo siento Kikio, pero como de costumbre no pudo venir.
-A, no importa estás mejor si él.
-Hace tanto tiempo que no te veo hermana –abrazándola efusivamente- donde está tu esposo? Quiero conocerlo de inmediato
-Ven acércate hoy les tenemos una muy buena noticia –tomando de la mano a su hermana y llevándola para presentarle a los presentes.
Kikio, era la hermana gemela de Kagome, desde pequeñas había sido bastante unidas aunque ella se había dedicado a estudiar administración como su padre deseaba, hacía bastante tiempo que no se veían se podría decir que dos meses antes de que Kikio se casara, las dos eran como dos gotas de agua con la excepción de que el cabello de Kagome era un poco mas ondulado que el de se hermana el cual era totalmente liso.
Kikio lleva a su hermana cerca de donde se encontraba un hombre muy alto de tez blanca y ojos ámbar semirasgados, su cabello era platino y largo al verla sonrió aunque de una manera algo fría y le extendió la mano.
-Hermana, el es mi esposo, Sesshomaru Taisho.
-Encantada en conocerla –dijo el hombre con voz profunda.
-Hola mucho gusto, soy Kagome.
-Kikio, se la pasa hablándome de ti y de cuantas ganas tenía de verte.
-Cariño –decía Kikio- quita esa cara que asustas a mi pobre hermana –tomando de nuevo la mano de su hermana- ven, acércate te presentaré a alguien más – mirando a todos lados- en donde se metió, ha! Si ahí está!
Las dos hermanas caminaron hacia uno de los sofás que se encontraban junto a la ventana, el cual era ocupado por un joven de rasgos muy similares al esposo de Kikio, sus ojos eran ámbar pero eran diferentes a los que había visto anteriormente, y cabello era platinado y al parecer poseía un cuerpo bastante atlético.
-Hermana –dijo Kikio esbozando una sonrisa al ver el rostro de su hermana- él es Inuyasha Taisho, el hermano de mi esposo.
-Mucho gusto señor Taisho – extendió su mano la cual fue tomada con delicadeza y aquel hombre tan apuesto y misterioso besó lentamente su mano-
-El gusto es mío señorita, encantado de conocerla.
Kagome, en realidad no supo que le ocurrió en ese momento, su corazón latía aceleradamente y sentía que sus mejillas estaban a punto de explotar, la voz de ese hombre era como una dulce caricia en sus oídos, Kikio, pudo notar esto enseguida y sonrió para sus adentros, esa actitud era demasiado notoria, al ver el estado en que se encontraba su hermana decidió darle una ayudada para descansar de aquella tensión.
-Bueno, pasemos a cenar –mencionó Kikio-
-S..Si! estoy de acuerdo – dijo la pelinegra soltándose del agarre de el de mirada ámbar-
La cena transcurría con tranquilidad, los temas eran variados y se discutían entre todos, sin embargo cuando la pelinegra cruzaba alguna palabra con Inuyasha, sus mejillas tomaban un color carmesí intenso.
-Y dime Kagome –preguntó Inuyasha- a que te dedicas.
-Pues, tengo una boutique en el centro de la ciudad –acotó con timidez-
-Es verdad! –dijo emocionada Kikio- estaba pensando en llevar a Hitomi para que la conociera, no te molesta verdad?
-Claro que no! me encantaría!
-Si! Así no tendré que pagar por su ropa –dijo bromeando Souta-
-Ni lo sueñes hermanito – dijo riendo Kagome, y todos hicieron lo mismo-
-Sabes Inuyasha –mencionó Kikio mirando de reojo a su hermana- Kagome diseña la ropa de su boutique.
-Es eso verdad? –dijo posando su mano sobre la de la chica-
-S..Si! - algo nerviosa por aquel contacto- yo, diseño, pero aun no tengo un nombre reconocido –moviendo su mano y nerviosamente dijo- me disculpan un momento-
-Arriba a la izquierda –dijo su hermana conociendo a donde quería ir-
-Gracias.
Al subir entro al baño apresuradamente y comenzó a mirar se en el espejo, se sentía como una chiquilla de quince años a la cual le comenzaban a cortejar, ese hombre había sido un gran impacto para ella, pero estaba casada así que debía descartar cualquier pensamiento acerca de él, su conexión había sido al parecer inmediata y no era tonta, sabía que el había tenido la misma conexión en ese instante.
Abrió la llave y tomó un poco de agua en un pañuelo para refrescarse las mejillas que aún estaban enardecidas, se reincorporo y decidió que el resto de la velada se la pasaría tranquila, al abrir la puerta se topó con dos hermosos ojos dorados que la miraban con deseo, antes de que pudiera articular alguna palabra ese hombre la metió de nuevo al baño y cerró tras de sí con llave acorralándola contra la pared.
-Que le ocurre Sr. Taisho ? –dijo algo exaltada.
-Evitemos las formalidades –susurro roncamente- llámame Inuyasha.
-Inu…yasha, que haces?
-Tengo unos minutos de conocerte y ya me has vuelto loco, y sabes te deseo, te deseo con pasión y locura.
-Pero de que hablas, no me conoces, no sabes lo que hago.
-No me importa –acotó el hombre apretándose contra su cuerpo- te deseo.
-Pero yo estoy…
No pudo continuar porque Inuyasha la calló con un beso apasionado, la joven se resistía a besarlo al principio, pero después cayó en cuenta de que ella también deseaba besarlo de la misma horma, así que se entregó a aquel beso, abrió su boca para recibir la lengua de ese hombre, sus manos rodearon el cuello de Inuyasha y este posó las suyas en la cintura de la joven atrayéndola mas hacia él y después levantando una de sus piernas para acariciarla, Kagome suspiraba ante las caricias de este hombre, sabía que se estaba comportando como una cualquiera pero no le importaba, deseaba tanto sentir las caricias de el hombre que acababa de conocer.
Inuyasha levantó su otra pierna para que las enrollara en su cintura, de esa forma Kagome podía rozar el miembro erecto del ambarino, soltó un leve gemido al sentir esa presión en contra de su sitio íntimo, el aire era escaso y comenzaba a hacer que los dos respiraran entrecortadamente, pero de deseaban, lo demostraron desde el minuto en que sus manos se tocaron, de pronto un fuerte golpe en al puerta los interrumpió.
-Kagome, estas ahí? –mencionaba su hermana-
-Si Kikio! -tratando de sonar normal-
-Baja hermana que estamos a punto de darles la noticia, solo te esperamos a ti y a Inuyasha que salió por algo al auto.
-la joven observo al amarino que le sonreía coquetamente- en un momento bajo hermana –soltándose del agarre del hombre, acomodando su vestido y saliendo acalorada de aquel lugar.
Ya estando abajo, Kagome se sentó a un lado de su hermana y observó como Inuyasha entraba por la puerta principal, al parecer había salido por una ventana de arriba y había bajado a la puerta principal.
-Bueno hermanos, Inuyasha –dijo felizmente Kikio- el motivo especial por que nos reunimos es por que, les tenemos una muy buena noticia.
-Nosotros –dijo Sesshomaru- Nosotros tendremos un bebé.
-Muchas Felicidades! –dijo Kagome emocionadísima casi brincando sobre su hermana.
Todos comenzaron a felicitar a la feliz pareja y después de un rato siguieron conversando, los hombres por un lado y las mujeres por otro tomando un poco de té.
-Me disculpan –mencionó Hitomi levantándose para dirigirse al baño-
-Y, que te pareció? –mencionó Kikio-
-Tu esposo? Se ve que es un buen hombre.
-No seas tonta, no te hablo de él, sino de Inuyasha
-He? –recordando lo que pasó en el baño- yo.. yo.. –sus mejillas se tiñeron de rojo-
-Vamos Kagome no mientas se te nota por toda la cara –mirando de reojo con una sonrisa pícara- además ya han tenido un buen encuentro.
-Kikio!, no.. no se de que hablas –mencionó rápido Kagome.
-Hermanita, no soy tonta, se que Inuyasha estaba contigo en el baño hace rato.
-Pero.. pero –sus mejillas enrojecieron mas- yo estoy casada …
-Pero Kag, tú sabes que no amas a Hoyo, ese solo fue un arreglo de papá.
-Si, pero no puedo hacer nada. – las palabras de la joven eran muy ciertas-
-lo se –sintiendo una tremenda tristeza por su hermana-
-Bueno, creo que debo irme, ya es un poco tarde –su hermana solo asintió.
Kagome se despidió de todos, formalmente y al sentir el beso que Inuyasha le dio en su mano sintió un escalofrío recorrer su piel, de esa forma se despidió y trató de olvidarse de aquel hombre que había robado su corazón.
CONTINUARÁ...
