Bueno, aquí traigo otra historia de Inazuma Eleven.

ATENCIÓN: En este fic hay un personaje inventado por mí, porque me ha dado por ahí. Los nombres de los personajes están como en el doblaje en castellano. (Por cierto, esto está situado entre el periodo de tiempo que hay tras derrotar a la Academia Alius y el Torneo Frontier Internacional)

Jude Sharp corría por la rivera del río. Acababa de terminar el entrenamiento y volvía a su casa. Iba tras el balón, de vez en cuando realizaba regates ante jugadores invisibles.

Quería disfrutar de su deporte favorito antes de estudiar.

Se acercaba al pequeño campo que había a la orilla del río. Había alguien en el.

"-Vaya… si esto suele estar vacío", pensó.

Jude miró al cielo, estaba atardeciendo.

El chico aminoró el paso con forme se acercaba al lugar. Vio a una única persona frente a la portería, preparada para chutar.

Era una chica.

Estaba de espaldas a él. Tenía una melena rubia plateada que le caía sobre la espalda. Las ondas de si pelo hacían el efecto de una cascada.

Jude se quedó pata observarla. La chica tiró a puerta, pero el balón dio en el poste. El fallo fue acompañado de un grito de exasperación.

La muchacha volvió a tirar, esta vez, furiosa. Volvió a fallar.

Jude no tardó en darse cuenta de lo que parecía un bucle continuo: Tiro, fallo, grito. Tiro, fallo, grito.

El vigésimo tiro dio en el larguero.

-¿Sabes? –comenzó el de las rastas. –Si te tranquilizas, puede que entre.

La chica se dio la vuelta bruscamente y le lanzó una mirada azul zafiro llena de sorpresa, que a los pocos segundos, se convirtió en desdén.

-¿Quién te ha preguntado?

-Nadie –respondió él mientras se acercaba más a la muchacha. –Solo era un consejo.

-No te lo he pedido –contestó inmediatamente. -¿Te quieres ir? –continuó frustrada.

-Este campo no es tuyo –Jude se encogió de hombros.

-Tsk… -susurró la rubia apartando la mirada.

Jude se fijó en ella detalladamente. No era muy alta, pero si esbelta. Su piel era muy pálida y sus mejillas salpicadas de pecas estaban encendidas debido al esfuerzo. El cabello le caía desordenado por el rostro.

El chico se dio cuenta de que llegaba tarde a casa.

-¡Hasta otra! –se despidió, y salió corriendo.

Ella le miró desconcertada antes de ponerse de nuevo frente al balón.

Respiró hondo, relajó los músculos y chutó.

Marcó de lleno.

Se tumbó en el suelo, cansada. Miró al cielo y consiguió divisar las primeras estrellas de la noche.

Sorry, el prólogo es demasiado corto -.-" Reviews please :)