Me gustas
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Prólogo.
—Y a ti ¿quién te gusta, Sakura?
La de cabellos rosas no pudo evitar dar un pequeño respingo, ¿a ella quien le gustaba?, bien, sabía que tarde o temprano la pregunta sería dirigida hacía ella, pero ¡Demonios! no había tenido el tiempo de pensar en algún nombre, había pensado en mencionar a alguno de los niños que sus nuevas amigas habían mencionado, pero ¿y si se lo tomaban a mal?, no podía arriesgarse a perder a sus nuevas amigas.
Sonrió, las miradas de las demás niñas estaban expectantes.
—Es un secreto — Mencionó victoriosa, después de todos algunas otras niñas tampoco habían mencionado a alguien, ¡no podían quejarse de ella!
Sin embargo, los quejidos no se hicieron esperar.
Ino rio burlona. —Seguramente aún no tienes a nadie que te guste, ¿verdad frentona?
Sakura no pudo evitar sonrojarse tras verse descubierta, ¿cómo pudo Ino traicionarla de tal forma?
Rio nerviosa. —Es que… nunca me lo he puesto a pensar.
¡Y era verdad! A penas tenía ocho años, y a decir verdad todos los niños eran una bola de brutos, siempre peleándose por cualquier cosa sin importancia, y gritando de aquí para allá, demasiado ruidosos.
—Buuu, que aburrida eres Sakura —Mencionó una niña de cabello morado, Sakura aún no lograba aprenderse sus nombres, sin embargo, no pudo evitar sentir un pequeño vacío en su pecho, le daba mucho miedo perder sus nuevas amistades. —Cambiemos de tema… ¡he dado mi primer beso!
Todas las niñas estallaron en un pequeño grito de emoción.
—¿Con quién ha sido?
—¿Cómo es dar un beso?, ¡qué envidia!
Empezaron a preguntar cada una de las niñas, emocionadas por saber más acerca de lo que "hacer cosas de mujer" significaba.
…
—Sakura, ¿me prometes que no estás enojada? —Preguntó Ino por tercera vez del otro lado del teléfono. Sakura torció la boca, no podía evitar estar un poco enojada, después de todo Ino había puesto en peligro a sus nuevas amistades. —Es sólo, a veces se me olvida lo bobas que pueden llegar a ser las niñas, Saku… ¡estoy segura de que Amy ha mentido acerca de haber dado su primer beso! —Sakura no pudo evitar rodar los ojos ante la queja de su amiga, después de todo hasta hace nada la rubia era el centro de atención de todas las niñas porque había conseguido que Kiba, el chico que le gustaba le invitara un helado la semana pasada.
—Sí, yo también pienso que ha mentido… Ino, sino te molesta nos vemos mañana, ya tengo sueño.
La rubia rio fuertemente del otro lado del teléfono.
—¡Que bebé eres Sakura!, está bien, nos vemos mañana. ¡Descansa!
—Hasta mañana Ino— Sakura le dio un beso al teléfono e Ino rio del otro lado de la línea, pero acto seguido copió la acción de su amiga.
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Esa noche cuando Sakura apoyó su cabeza contra la almohada, tenía una meta bien clara en su cabeza, al día siguiente encontraría al chico que haría que su corazón palpitara mil veces más rápido, después de todo, no podía quedarse atrás de Ino.
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