Los personajes son de Stephenie Meyer, la historia es toda mía.


Prefacio

-Te voy a extrañar demasiado…- sollozó contra mi pecho con dolor, yo solo di un respiro para no caer en mi debilidad. Su corazón parecía tan vulnerable, tan expuesto, que debería ser protegida a toda costa. Yo la protegería por sobre todo.

-Yo también princesa pero… tenemos que hacerlo ¿Si?- Ella asintió, y besó mis labios como nunca antes. Fue a buscar a Nessie y la tuvo en sus brazos por un momento. J Con el dolor del alma me acerque mi bebe, que solo supo estirar los bracitos y darme una sonrisita. Era lo único que necesitaba para seguir.

Yo la tomé y la acerqué a mí - ¿Pa?- Sonreí ante la más dulce palabrita que había oído en mi existencia.

Una de sus manitas tocó mi cara y yo solo dejé un beso – Sin desobedecer a tu abuelita ¿Si? Te amo princesita – Dejé un beso en su frente y Alice me llamó.

-Edward es hora de irnos – le miré una vez a los ojos. El plan tenía que funcionar… todo tenía que salir bien. Formé un «Te amo» con los labios y me di la vuelta. Esto era solo el comienzo…


« Si yo miro el fondo de tus ojos se me borra el mundo con todo su infierno . Se me borra el mundo y descubro el cielo cuando me zambullo en tus ojos tiernos.

Ojos de cielo, ojos de cielo, no me abandones en pleno vuelo. Ojos de cielo, ojos de cielo, toda mi vida por este sueño.

Si yo me olvidara de lo verdadero, si yo me alejara de lo más sincero, tus ojos de cielo me lo recordaran, si yo me alejara de lo verdadero.

Ojos de cielo...

Si el sol que me alumbra se apagara un día y una noche oscura ganara mi vida, tus ojos de cielo me iluminarían tus ojos sinceros, mi camino y guía.

Ojos de cielo...»


Capitulo I:
''Cambios Drásticos''

EdwardPOV

Odiaba la maldita sensación de sentirme sin rumbo…
Buscando, sin saber cual es ese timón que necesita mi vida para encauzar camino, y saber llegar donde mi alma me lleve, a un mundo donde encuentre consuelo para sentir algo especial por alguien que me entienda y me de consuelo cuando fuera necesario.

Buscando un lugar que mis propios pensamientos se crean, en silencio.

Pero cuando lo pensaba bien... si tenía a una persona, Alice. Mi linda e hiperquinética, Alice. Y salía reprendiéndome de mi letargo, recordándome que tenía una muy buena hermana y aunque muchas veces quisiera negarlo; una familia, muy dispersa pero familia de todas formas.

Era... la sutil persona que se encargaba de hacerme la vida un poco más fácil, de hacerme ver que las cosas no eran como mi mente fatalista se imaginaba, que siempre había algo mejor.

Y lo primero era creerle. Alguien con tantos éxitos no podía mentir así. Alice no mentía.

-¿Qué haces? – su voz, más parecida a un tintineo de campanas me desconcentró. No demoré en sentir su cabeza acomodada en mi hombro.

-Nada... – mentí con un suspiro.

Me sorprendí con el tiempo que había estado arriba. La azotea siempre había sido mi lugar para pensar, solo que ya había atardecido.

-Quieren tener una conversación con nosotros -

-¿Conversación? ¿De que?-

-No lo sé...- se levantó y yo también - ¿No hiciste nada malo?-

-¿Qué se te ocurre que pude hacer?-

Suspiró y bajamos. Estaba extrañamente en silencio, ellos nos esperaban en uno de los sofás y con una de sus frías miradas nos mostraron donde sentarnos. Yo solo me quedé en silencio, como siempre al igual que All.

-Chicos... tenemos que decirles una cosa muy importante – cuando miré a mamá a los ojos noté que tenía algo distinto. Podría haber sido un brillo al igual que la luz cálida que iluminaba el living.

Papá, dio un respiro profundo y comenzó a hablar – En la compañía están haciendo un intercambio de personal y yo... he sido elegido para uno de ellos. Nos vamos a Italia -

Un silencio incómodo reinó. Yo intenté encerrar mi frustración pero me costaba, apreté los dientes con fuerza hasta que creí que explotaría ante tan estúpida pregunta - ¿Les agrada?-

-¡Como va a agradarme! ¡Podías decir que no! ¡¿Alguna vez has pensado en alguien que no seas tu mismo? -

Y Exploté, como sabía que pasaría. El frunció el ceño, y me miró – Edward sabes que yo no tengo poder en estas decisiones...-

-¡Claro que si! ¡Eres el ...!-

-No me grites... recuerda que eres mi hijo y que por sobretodo debes obedecerme, nos iremos en dos semanas, y no se habla más del tema -

Solo pude levantarme con enojo y llegar a mi habitación, para dar un portazo de aquellos y entrar en mi cama, y quedarme ahí por mucho tiempo. Me negaba a la idea de irme donde el quisiera ¿Qué pretendía llevándome a otro lugar? ¿Con gente que no conocía? ¿Con un idioma que no aprendería ni a patadas? Si hubiera sido antes, solo hubiera callado pero ya tenía 17 años. Era muy tarde para intentar cambiarme.

Y una vez más, le eché la culpa a ese maldito trabajo. Era el culpable y el causante de todas mis desgracias. O eso me parecía más fácil pensar.

Y pasaron dos días...

Dos días en que me rehusé a salir de mi habitación .La rabia aún me carcomía los huesos y mi orgullo siempre había sido mas grande. Solo me dediqué a pasar el tiempo leyendo un buen libro, Orgullo y prejuicio me parecía... interesante.

Cuando la tarde había caído mi puerta se abrió súbitamente, tan de sorpresa que me había llegado a asustar. Era mi madre, con un plato de Spaghetti, mi debilidad.

Se había sentado en frente mío, en mi cama. Yo solo le había agradecido con un hilo de voz, casi inexistente – Edward, vengo a hablar de lo del otro día -

Cuando iba a pararme silenciosamente para irme me detuvo. A ella no podía gritarle solo por que era mujer, aunque fuera del mismo carácter que el – No, no. Escúchame - Le miré a los ojos, verdes casi lo único que había heredado de ella y me frené, esperando a oír lo que tenía que decir – Se que no te agrada... la idea, pero vengo exactamente para que arreglemos esto -

-¿Osea que tiene arreglo? – pregunté confuso.

-Lo he pensado mucho... y se me ocurre solo un lugar, con las únicas personas que me dan confianza – Suspiró – Con Esme y Carlisle -

No pude evitar sonreír ante la idea – Podría convencer a tu padre con solo una condición -

-¿Con Alice? -

-Si con Alice, si ella quiere pero... necesito que te comportes -

-Claro, con Tía Esme es distinto. Descuida... ¿Pero a ti te parece? – le notaba poco convencimiento en la voz.

-No sabes lo duro que es para mí... me duele que no estén cerca -

Después de todo me iría al infierno…

-Mamá por favor... nunca hemos estado cerca realmente, estoy seguro que Zafirina me conoce el doble de lo que tu algún día -

-Entiende que necesitábamos dinero -

Hace 4 años…

-A veces pienso que me gustaría haber sido pobre... cuando faltaban cosas ustedes se preocupaban más de nosotros – ella me miró con pena – Nunca se los he reprochado y sabes que estoy muy agradecido, pero no sabes cuantas noches esperé que llegaras, que todo fuera como antes... Pero ya me acostumbré a estar lejos, no me pidas que quiera fingir por que no se me da del todo bien -

-No era nuestra intención... yo siempre quise estar a su lado... – decidí frenarla. No quería terminar llorando, no quería terminar diciendo todas las cosas que tenía bien guardadas para mí-

-Mamá ya no te hagas daño... en serio. Me portaré bien, cuidaré a Alice como siempre lo he hecho pero ya no sigas, no es necesario -

Me dio un abrazo, uno que me demoré en corresponder. Se soltó secando esas suaves lágrimas que resbalado por sus mejillas, con una sonrisa que no sentía en el alma -Te quiero mucho – susurró dejando un beso en mi frente, como antes.

Se levantó, por suerte intentó obviar la conversación y salió. Yo con un suspiro del alma decidí comer algo más tranquilo.

Forks era excelente, la Push aún más genial.

Cuando terminé de comer Alice entró de golpe, con una emoción infinita. Me había dado un largo abrazo y luego una sonrisa esplendorosa se había apoderado de sus labios.

-Eres un genio… gracias -

-Créeme que yo no hice nada Alice -

Esa noche habíamos dormido juntos, abrazados. Mientras intentaba dormirme; con la cabeza enterrada en la almohada, los ojos cerrados y con los pensamientos ligeros ella habló, muy suavemente.

-Esto es el comienzo de algo muy bueno, lo presiento -

-Ya duérmete, enana – murmuré acomodándome de lado.

-No me llames así – una risa suave escapó de mi boca para volver a tranquilizarme, como antes – Te quiero hermanito... te quiero mucho -

-Como yo a ti -

Solo me dormí, rogando por que las cosas fueran bien esta vez…


Hoola!

Este es mi primer Fic sobre un amor loco e imposible sobre Edward y Bella aunque al comienzo sea muy diferente...

Ojala les guste :)

Molesten a la autora ¿Si?

Feliz 2012! besos!