hola a todos! bienvenidos a mi ff espero que les guste tanto como a mi, le puse los mejores años de mi vida por el final que va a tener, o al que espero llegar algun dia...jeje... comienza con el quinto curso de nuestros amigos los merodeadores y chicas nada normales... que lo disfruten y ya saben lo de siempre CRITICASSSSSSS!
¡Isa¡Isabel! – gritó una pelirroja desde la esquina de la estación – ¡aquí¡Atrás tuyo!
- Lilian Evans – le dijo Isabel al llegar a su lado, muy seria y asegurándose las gruesas gafas negras sobre la nariz pequeña ¿Acaso no sabes que gritar en un lugar público está prohibido?
- Y tú, Isabel Carter¿acaso no sabes que mandonear sin siquiera estar en el colegio es de muy mal gusto?
Ambas sonrieron. No se habían visto desde que había terminado el cuarto curso en Hogwarts, pero permanecían iguales a pesar del verano: Lily igual de linda, con una belleza temperamental que continuamente provocaba que su pelo cambiara del rojo vino, soñador y alegre, al de fuego, con furia y desenfreno que sólo Isa y Remus Lupin podían controlar. Muy por el contrario, Isabel Carter era muy fea: tenía ciertas pecas en el rostro, frenillos muggles, y unas gafas enormes que ocultaban desde siempre sus ojos, ya que ni Lily sabía de qué color eran en realidad, junto a su cabello dorado pero maltratado y recogido en un moño muy justo, le daba la apariencia de severidad solo comparable con el de la profesora McGonagall. Aún así, Lily conocía muy bien a su mejor amiga: podía ser muy mandona con todos y saber demasiado para su edad, pero sólo para protegerse de mostrar sus verdaderos sentimientos.
¿cómo has estado, amiga? Y por supuesto que no te hablo a ti Lily, pequeña malcriada, sino a la gatita más linda de todas, Gina-lee…
- Deja de consentir a mi gata, Isa, que Gina-lee no se ha portado muy bien este verano¿verdad? – añadió a Lily mirando a su gata.
- Por lo menos acuérdate de su momento glorioso: la vez en que mordió a Potter…
¡pero tenías que arruinarme la mañana! – dijo en tono fingido, e imitando arcadas.
- Ya ya, enferma, que llegamos al hospital…
- Ya me acorde! Con que enferma, eh? Te envié cientos de lechuzas – le replicó Lily a Isa, mientras subían juntas el tren – para invitarte a las vacaciones familiares en Roma…y supongo – añadió más peligrosa – que habrás tenido buenas razones para rechazarlas, porque sinceramente...
Isa estaba callada. No, no había dejado de leer las cartas de Lily, y hubiera dejado de contestar diez exámenes de transformaciones antes de rechazar su invitación, pero alguien más la había obligado a hacerlo…
- Ah… este… pues, verás, Lily, yo… no.. yo no pude ir porque mi madre enfermó muy gravemente y… como mi padre trabaja para Gringotts y viaja por todos lados… lo siento…
- No quería que te disculparás – contestó Lily un poco brusca al ver la reacción de Isa – sólo tienes que prometerme algo – agregó, cerrando la puerta del compartimiento – que vendrás conmigo el próximo verano, hecho?
- Hecho – replicó Isabel, un poco más aliviada – ahora, sólo hay algo que me inquieta… ¿Quiénes serán los prefectos de Gryffindor? Porque ya sé que Dumbledore no pensó en mí para esa responsabilidad…
Lily se sonrojó: había estado esperando el momento propicio para hablarle a su amiga, porque temía que se enojara: ella había sido la elegida para ser prefecta de Gryffindor, y le iba a dar toda una sorpresa a la casa, ya que todos pensaban que iba a ser Isa la prefecta. Levantó la mano como en una clase, e Isa abrió los ojos como platos, lo cual era decir, ya que con las gafas…
¿En serio Lily¿A ver tu insignia?
Lily la extrajó de su túnica y la puso sobre la mano de Isa.
- Bueno… yo me alegro por ti, Lily, felizmente fuiste tú en ves de la idiota de Mina "Rizitos de oro", ja! Y eso de que ella estuvo alardeando todo el año pasado de que era la candidata al puesto, la verdad es que más tarada no puede ser, porque no practica…ya espero ver su cara…
- Y yo espero ver a mi compañero de prefectura, ya sabes, el chico de gryffindor que me va a acompañar en esta cosa de… ¡Remus!
Remus Lupin acababa de entrar en el compartimiento, y por alguna razón, cada vez que veía a Lily se sonrojaba ligeramente, lo cual le animaba el rostro, casi siempre pálido, pero con una ternura increíble. El chico llevaba puesta la insignia de prefecto y le sonreía a la pelirroja.
- Hola, Remus – lo saludó Isa, sacándolo de su ensimismamiento – por lo que veo, te acaba de caer ciertos rayos solares a la cara, no? Porque está más roja que de costumbre… - a Isa le gustaba poner en ciertos aprietos a Remus, uno, porque era la única que le hacía la competencia en los estudios, y dos, porque parecía ser la única que se daba cuenta de las miraditas que le lanzaba a Lily de ves en cuando…
-Eh… hola Isabel – se apresuró a contestar el chico ¿Qué tal el verano?
- Sin nada en especial… no… quiero decir, ocupada por algunos asuntos…
De repente se abrió la puerta nuevamente y entró el chico más guapo de la escuela: Sirius Black. Este sí que lo tenía todo: elegancia, galanteo con las chicas, rico, todas lo querían, el pelo negro le caía sobre el rostro dándole una apariencia inocente poco creíble para quienes lo conocían en realidad.
- Lupino! Con que has llegado, eh! James y yo creíamos que te habías quedado estudiando en la estación… aunque a decir verdad sólo esas idioteces le ocurren a Peter… pero que es…
-Esto es una insignia de prefecto – terminó Remus, al cual la interrumpcion de Sirius no le había caido bien – y a lo que iba, Lily, es que tendríamos que estar en el compartimiento de prefectos con los demás…
¡Lilian Evans¿también tú? Pero sí yo creí que aquella chica de la que dicen es bien, pero bien fea iba a ganar la insignia esa…
¿Pero qué te has creído, pedazo de tarado? – Isa se paró y lo enfrentó ¡Lárgate de aquí!
-Uy, pero y ésta de donde salió – preguntó Sirius a Remus y Lily – esperen… no serás tú la hermana de la chica a la que me refiero? Porque en realidad deben de parecerse…disculpa, lo que sucede es que no sé el nombre de tu hermana¿está en mi club de fans?
¡PAF! A Isabel nunca le había caído bien Black, porque sabía que él sólo buscaba la belleza física de las chicas, sin importarle su carácter o su personalidad, y había soportado que la ignorase por cuatro años, pero este insulto era demasiado. Con un solo puñetazo lo tumbó al suelo, e hizo caer su ridícula petaca verde que siempre llevaba en el cinturón.
-Hey! Qué izquierdaso mounstrita!
-Perdón Isa, él no sabe que tú…
-No tienes nada que decir, Remus, tú no tienes la culpa del sincerebro de tu amigo… ya veo porque Becky Slader es tu novia, patán¡porque es la única unineuronal que vive para contarla!
-Y lo mejor, Black, será que te disculpes con Isabel, sino quieres que te imponga una amonestación por falta de respeto¿me oíste?
-Pero que les pasa a las dos? Primero esta desconocida insultado a mi novia y ahora tú, Lilian, amenazandome? Deberías estar agradecida porque no traje a James, así te ahorre una discusión…
A Lily se le incendió el pelo: con qué le hacía un favor, eh? Con que le hacía un favor dejando de traer a Potter? Ahora era Lily la enojada.
-A mí no me interesa ni el piojo que le resbala a Potter ni las animaladas que puede sacar de su boca…
-Epa! Acabo de escuchar mi nombre¿decian?
-Lo que faltaba… -murmuró Remus
-Ah, pero miren quien llegó, el rey de los brutos, don potter – clamó Lily, saliendose de sus casillas
-Qué manera de recibirme al quinto año son esas, Evans? Lo mejor será que te ubiques, porque sólo me pueden hablar las chicas de mi club de fans… y del de Sirius, claro está… - James se zarandeaba el pelo de la forma más arrogante posible.
-Acabo de confirmar mis sospechas: el sol del verano quemó el último indicio de vida inteligente en Potter¿Qué harás ahora? Pegarte con los libros sobre la cabeza, porque dejame decirte potter que lo tuyo ya no tiene solución, en realidad naciste así…
-Evans, ya todos sabemos que te mueres por mí, pero tranquilizate quieres? Porque en la vida me fijaría en alguien como tú, una chica tan salvaje…
-BASTA! – gritó Remus, sobresaltando a todos – ahora mismo le piden disculpas a Isa y a Lily, Sirius y James… ahora mismo!
-Esto de la insignia se te ha subido a la cabeza, Remisito, pero esta bien: oye… tú… bueno, ya… olvídate de lo que dije, la verdad es que ni tu nombre me sé…
-James?
-Estas completamente loco si piensas que me voy a disculpar con ésta.
Isa tuvo que agarrar a Lily.
¡Pues yo no espero ni tus disculpas ni tus poses de divo, Potter¡TE ODIO! – gritó Lily, ardiendo – y ten mucho cuidado con lo que haces, que te estaré vigilando!
James agarró a Lily por el brazo y la trajó hacia él. Estaban muy cerca uno del otro, y no se sabía quien podía desprender más cólera, pero un segundo antes de que James dijera algo, Remus los separó bruscamente.
-Vete a buscar a Peter, James, por favor –terció Remus, con la voz que ponía cada vez que se daba por zanjada una discusión.
-Vamos, amigo – le dijo Sirius a James – aquí no se puede estar.
James miró por última vez a Lily, le hizo una reverencia burlesca, y salió de inmediato, seguido por Sirius
-De nuevo, mil disculpas Lily, la verdad es que no sé porque James se comporta así contigo…
-No te preocupes, Remus, por lo menos queda gente como tú que sí sabe tratar a una chica – Remus se sonrojo y tuvo que voltearse hacia Isa – ah, pero dejemos de hablar de animales¿acaso no tenemos que ir al compartimiento de prefectos, Remus? y ya se nos ha hecho tarde, lo mejor es que vayamos de una vez y… - Lily miró a Isa.
-No se preocupen por mí, yo estaré bien aquí leyendo un libro de los nuevos…
-Estas segura? – le inquirio Lily, posándo una mano sobre el hombro de su amiga. Inmediatamente, Isa profirió un quejido – eh, perdón, Isa, no quise…
-No eres tú, Lily, lo que sucede es que… me caí de la cama ayer y me golpee el hombro, es todo… ustedes vayan, yo estaré bien – isa forzó una sonrisa.
-Bueno ¿podrías encargarte de gina-lee? – Isa asintió -… vámonos Remus.
Lily y Remus salieron del compartimiento. Ya era casi la hora de almorzar, pero en vez de sacar el dinero para comprar su comida, Isa agitó la varita para aparecer paños fríos y se los puso en el hombro, pensativa y mirando hacia el cielo despejado a través de la ventana…
-Mientras tanto, Lily y Remus ya habían llegado al compartimiento de prefectos y se habían llevado una sopresa al ver a los prefectos de slytherin solos.
-Era más que obvio que Lupin sería el prefecto de gryffindor – dijo el chico de slytherin.
-Pero tú eres toda una sorpresa, Snape – declaró Remus, sin dejarse amilanar.
¿Crees que puedas con tus amigos, eh Lupin? No creo que tú ni tampoco esta sangre sucia puedan con esos bravucones… - susurró el de nariz ganchuda con la mirada gélida.
-Ah no, esto sí que es demasiado para un solo día, Petrificus Totalus! – Lily lanzó un hechizo hacia Snape y hacia la chica de slytherin llamada Betty Crugger, sin remordimientos.
-Bien hecho – le celebró Remus, aunque no estaba seguro de que esa actuación había sido la correcta, pero en fin, si Lily lo hacía…
-Dejémoslos ahí, que se mosqueen un rato…
La tarde se pasó sin mayores sobresaltos y al llegar los demás prefectos, empezaron la guardia por los pasillos del tren. Remus trataba de guiar a Lily hacia los pasillos que James no transitaría, por si las moscas…
Al caer la noche, el tren por fin llegó a su destino: el pueblo de Hogsmeade. Los alumnos estaban muy excitados porque se corrían los rumores de nuevos cursos impartidos en hogwarts, y eso quería decir nuevos maestros. Las carretas salieron al encuentro de los chicos y chicas, que ya vestían sus túnicas negras y trataban de protegerse de la fuerte tormenta que hacía. Isa se incorporó suavemente, ya no le dolía tanto el hombro, pero se sentía muy débil. Gina-lee ronroneó desde el piso, parecía arrastrar algo.
-Ahora no, Gina-lee… me siento un poco…
Un mareo empezó a crecer en Isa. Ya no podía mantenerse en pie. Entornó los ojos, perdiendo el conocimiento, pero no cayó al piso.
¡Pero qué es esto! – chilló Sirius, quien acababa de entrar al compartimiento donde estaba Isa ¡yo sólo venía por mi petaca, mounstrito, no es para que me pegues de nuevo!
Sirius había recibido el cuerpo de Isa encima, y confundido, le miró el rostro, aún cargándola. Se le habían desprendido los lentes gruesos, y dejaba ver unas finas pestañas, que junto a sus pecas y su nariz pequeña, la hacían extrañamente indefensa para él. "pero indefensa no es" se pensó Sirius de repente "aún te duele el pueñetaso que te tiró" él la puso a buen recaudo en una de las butacas del compartimiento, y como no era un inútil completo, hizo aparecer una camilla para amarrarla allí. Ya no había nadie en el tren, o al menos no hacían ruido. Sirius recogió los lentes de Isa, se los colocó de nuevo, y aprecio el cambio. "¡Que fea!" se dijo, cargándola de nuevo y poniéndola en la camilla.
-ahora, y sólo porque soy un caballero, te llevare a la enfermería… y tú – añadió mirando a gina-lee – avisa a tu dueña de esto…
La gata salió corriendo, pero se llevó algo: la petaca de Sirius. Él no se dio cuenta de su petaca, o a lo mejor se le había olvidado cuidando a Isa de camino al castillo. La tuvo que llevar a pie, porque ya no había ni un carruaje esperando, y con la tormenta de afuera todo se complicaba, tenía que cubrirla.
¿Dónde diablos se habrá metido Sirius, eh James? – inquirió Peter, mientras subía la escalinata de mármol al lado de Potter.
-Bueno pues… de seguro…- respondió James, pensativo ¡de seguro está con Becky! Ya me imagino porque se estará demorando…
¿Y Remus? Ahora que es prefecto no lo veo por ningún lado
-No me hables de Lunático – James hablaba ahora en un susurro, entrando al gran salón - cada vez que se le mete en la cabeza su sentido justiciero no puede evitar defender a la loca de Evans, me tienen harto los dos…
-Eso… eso quiere decir que ya no habrá… ya no habrá la transformación – Peter hablaba demasiado bajito.
-La qué?
-La transformación, James, ya sabes a lo que me refiero…la idea que tú y Sirius tuvieron el año pasado y que me parece muy…
-Peligroso, tonto, innecesario y bla, bla, bla… esas son tus cobardías, Peter, porque Sirius y yo estamos decididos a hacer esto por Remus, claro que odio cuando se pone del lado de Evans la indomable… - James y Peter se sentaron en la mesa de gryffindor
-Pues a mí me parece muy bonita…
-Bonita? Esa salvaje? No lo creo…
-Y tú que hablas todo el día de ella…
-Espero – dijo una voz femenina a sus espaldas – que Pettigrew se este refiriendo a mí, James, y no a otra chica…
-Eh… Praga¿qué tal las vacaciones? – James tenía en frente a una chica muy rubia, y de no ser porque estaba cargada de maquillaje hasta por los codos, tal vez se vería mejor de lo que ya era.
-Te extrañé mucho, mi Jammie – dijo Praga insinuante, mientras se sentaba en sus piernas – mucho, mucho, mucho – ella se acercó a su boca – qué dices si vamos a mi sala común, no me importaría darte la contraseña…
-No – James apartó a Praga y ésta arrugó el entrecejo… - quiero decir… ahora no, Praga, hermosa, además, no es correcto que entré a la casa de Hufflepuff…
-Tú te lo pierdes- Praga le dio un corto beso en los labios y se fue a la mesa de su casa.
-Ésa es una chica, Peter, no como Evans que…
-Ahí vamos de nuevo…
-Ya no queda nadie más de primero, todos han entrado y… ¿a quién buscas Lily? – Remus y Lily estaban en las Puertas del gran comedor, ya habían terminado de dirigir a los novatos alumnos de primero, y estaban empapados por la tormenta.
-A Isa – dijo simplemente la pelirroja – la deje sola y con Gina-lee para cuidar… ¿sabes? A veces es tan indefensa…
¿Qué acaso no es esa tu gata?
¿Dónde?
-Allí!
-Gina-lee! – gritó Lily, cogiendo a la gata que venía corriendo desde la penumbra – pero que gata para más inteligente, dime donde está Isa?
-La gata se desprendió de los brazos de Lily y con una pata le señaló la petaca verde.
¡La petaca de Sirius! – se sorprendió Remus – creí que estaría con James en estos momentos…
¿Qué quieres decir¿Que está con Isa ahora? – Lily se empezaba a preocupar – llévame con ellos, gina, vamos! – y en vez de salir del castillo, la gata se internó en uno de los pasillos del colegio. Lily la siguió sin dudar.
La Sra. Pomfrey se estremeció ligeramente.
¿Me puede explicar, Sr. Black, cómo es que la señorita Carter tiene estos golpes en el hombro?
¿Golpes? No, yo no le hecho nada!
-... es realmente raro esta clase de contusiones… de color púrpura…
-Es… es grave, sra. Pomfrey?
-No lo sé – respondió la enfermera – pero aunque lo fuera, sólo se lo puedo indicar a sus familiares¿eres tú el novio?
-Qué? Yo? No, no para nada, yo? Novio del mounstrito sabihondo? Nunca! Es sólo que la traje por el desmayo que ya le conté… - Sirius estaba un poco nervioso.
-Entonces retírese, Sr. Black, ya hizo suficiente por ella. Voy por la medicina – añadió la Sra. Pomfrey, saliendo del cubículo de la camilla.
Pero, para variar, Sirius hizo caso omiso de sus mayores. Se quedó mirando lo pacífica que se veía Isabel echada sobre la camilla. Era algo extraño para él que una chica tuviera la capacidad de rechazarlo de manera en la que ella lo hacía: todas caían a sus pies, menos ésta, que nunca se le había acercado ni nada. Sirius se acercó un poquito más; Isabel tenía unas pecas muy suaves sobre las mejillas, parecía tan pequeña. Estaba rojísima, pero entre el color sonrosado de su piel había una mancha púrpura que palpitaba. Sirius se preocupó… y se agachó sobre ella. Fue entonces cuando escuchó la puerta de la enfermería abrirse, y al tratar de incorporarse rápidamente, cayó sobre Isabel, dándose de cara a su rostro.
¿QUE SE SUPONE QUE ESTAS HACIENDO, SIRIUS BLACK?
Dejenme críticas, no sean malitos! Porfas, les prometo hacer caso de las criticas constructivas y de los lemas de ¡sigue adelante con la historia! ;)
