Disclaimer; los personajes le pertenecen a J. K. Rowling y asociados, yo no hago esto con un fin de lucro más que el placer por escribir y leer reviews,
Notas: Un Draco y Ginnyque al principio no tiene ni pies ni cabeza pero pronto agarrara forma. Espero les guste mi primer capitulo y cualquier review es bienvenido;
Capitulo#1; Adiós.
Un día nublado como tantos que el mal clima provoca en agosto, una mujer de de 21años miró por la ventana agradecida, sólo una semana más de duro trabajo y tendría las vacaciones que tanto necesitaba para seguir con los preparativos de su boda, bajó corriendo las escaleras sintiéndose una chiquilla tonta emocionada en navidad.
-El desayuno esta listo.-sonrió Molly Weasley mirando a su hija tomar un lugar en la mesa, Arthur admiraba a su hija sin saber con exactitud en que momento había dejado de ser su pequeñita.
-¿Haz quedado con Harry?-preguntó Molly sirviendo un par de salchichas fritas en el plato de su hija.
-Nos veremos para comer.-aseguró Ginny.-Si nos queda tiempo iremos a ver los vestidos.-declaró emocionada, había visto un vestido de novia hermoso y sólo esperaba la opinión de Harry para comprarlo.
-Que gusto.-comentó Molly compartiendo la emoción que su hija reflejaba, Ginny se puso de pie en un brinco cuando miró su reloj.
-Debo irme pronto, no quiero llegar tarde.-declaró vaciando de un trago su vaso de jugo, subió a su habitación y se preparo para un día de trabajo; un pesado día de trabajo en San Mungo con el que ella podía lidiar.
Cerca de las 4 de la tarde miro su reloj, el tiempo se le había ido más rápido de lo que ella misma había pensado y agradecida fue hasta un restaurante muggle donde pudo divisar el rojo cabello de su hermano Ron.
-Llegas tarde.-notó Hermione dándole un fuerte abrazo.
-¿Y Harry?-preguntó al librarse de su cuñada.
-Ha tenido más trabajo del que esperaba, los mortifagos siguen dando lata.-contestó Ron sin importancia; él y Harry trabajaban juntos en el cuartel de aurores y era cuestión de días para que la última generación de mortifagos renegados cayeran en manos del ministerio y cubrieran largas condenas en Azkaban.
-Espero no demore.-tomó la carta del menú y se dispuso a pedir; no había comido desde el desayuno.-Muero de ganas por mostrarle el vestido.-sonrió mirando a Hermione, ella le devolvió la misma sonrisa emocionada.
-¿Te haz decidido por ése? Ay si no lo elegías tú yo ya mismo lo apartaba.-exclamo Hermione y Ron la miró sin ganas.
-No pienso volverme a casar sólo por que encontraste un vestido que te gusta.-sentenció Ron, Hermione le dedico una mirada molesta y él bajo los hombros apenado.-Aunque si la luna de miel es tan magnifica como la que tuvimos podemos casarnos tantas veces como quieras.-agregó y Hermione sonrió complacida, Ginny río; resultaba divertido ver a su hermano quien había luchado contra mortifagos y había salido bien parado ser tan sumiso con su esposa.
-Siento el retraso.-interrumpió Harry, Ginny brinco sorprendida y tardo poco en colgarse al cuello de su novio, Harry respondió depositando un beso en su frente y ocupo su lugar en la mesa.
-He pedido por ti.-dijo Ginny mientras el mesero llegaba con los platos, Harry sonrió agradecido y se dispuso a comer sin decir más.
-¿Qué tal tu día?-preguntó Ginny para hacer platica.
-Bien.-respondió después de tragar y volvió a llenar su boca con la pasta que Ginny le había pedido.
-¿Sólo bien?
-He estado hablando de trabajo todo el día así que por favor no me hagas repetirlo.-pidió y Ginny no pudo evitar sentir la frialdad en sus palabras, una luz ámbar se prendió en su interior pero no debía precipitarse a sacar conclusiones absurdas de las que luego reiría.
-El caso de los mortifagos libres debe estar muy pesado, he estado trabajando toda la mañana en nuevas leyes para que pasen el resto de sus días en Azkaban.-aseguró Hermione.
-Aún nos falta atraparlos.-aclaró Ron con aire desinteresado; sin duda los mortifagos ya no representaban un peligro sin su Lord atemorizando a toda la comunidad mágica.
-Siento que estamos subestimando al estupido de Malfoy, jamás creí que pudiera durar tanto en libertad.-exclamo Harry dejando el tenedor de lado.-Llevo 5 años tras su pista y lo único que hemos conseguido es basura, ni una detención, ni siquiera los idiotas de Goyle o Crabble han caído.
-Es un idiota con suerte.-opinó Ginny, Harry la miro y giro los ojos. No, lo que salvaba a Malfoy de Azkaban no podía ser simple suerte.
-No puede tener tanta como para librarse de mi por tanto tiempo, se que hay algo detrás de todo esto, siento que tenemos un traidor entre nosotros.
-No lo creo Harry a lo mejor sólo sabe esconderse bien.-susurró Ginny sintiendo la necesidad de hacer sentir menos inútil a Harry respecto a ese caso.
-No.-bramo Harry apartando la mano de Ginny de su brazo.-Algo esta yendo mal, estoy haciendo algo mal.-dijo furioso.
-Tal vez pero de eso yo no tengo la culpa.-reto Ginny molesta.
-¿Querías saber como iba mi día no? Y ahora que te lo digo te molestas.-ironizó Harry fastidiado, Ginny se sintió ofendida y la luz en su interior paso a un rojo intenso.
-Tranquilo Harry.-pidió Ron sorprendido por la manera en que Harry trataba a su hermana.
-No puedo estar tranquilo sabiendo que ese imbecil sigue suelto y tú te lo tomas tan a la ligera.
-No me lo tomo a la ligera, no insinúes al menos que no tomo enserio mi trabajo pero resulta que ya no estoy en el cuartel y no hay necesidad de que amargue mi comida con una platica sobre Malfoy.-exclamo Ron de pie, a cada palabra su piel se había tornado más roja e incluso Hermione se había llevado las manos a la boca sorprendida de lo molesto que estaba su esposo.
-Ron tiene razón.-opinó Ginny.-Estas ya fuera del cuartel…
-…Por favor Ginny no sigas, que fuiste tu la que quería hablar sobre mi día.-Ginny bufó y se puso de pie.
-Entonces cuando tengas ganas de oírme búscame que bastante tuve yo con los pacientes de San Mungo para venir a tolerar a alguien más.-declaró antes de cruzar el abarrotado lugar y llegar hasta la salida.
-¿No piensas ir tras ella?-preguntó Hermione, Harry negó con la cabeza y metió una buena porción de pasta a su boca para evitar hablar.
-¿Qué te ocurre Harry?-quiso saber Ron, su mejor amigo actuaba de una manera que desconocía.
-Nada.-bramó Harry y volvió a llenar su boca con pasta.
Ginny salió molesta y aún bufando por lo visto ese día no iba poder ir a ver el hermoso vestido que la esperaba dos calles al sur en un aparador muggle.
No había sabido nada de Harry desde el día anterior, ni había tenido la decencia de enviarle una lechuza ofreciendo sus disculpas aún molesta por la actitud que él había tenido el día anterior vertió un par de sustancias viscosas en un solo frasco y lo sello.
-Beba una cucharada de esto por la mañana y al anochecer hasta que se termine todo el frasco, no le durara más de dos días y si el malestar sigue vuelva por más aunque dudo que lo necesite; con esto debe bastar para curar todos sus males.-receto al paciente que tenía frente a ella, el hombre tenía la cara llena de granos, y ampulas amarillentas y desprendía un ligero aroma a rancio.
-¿Esta segura?-preguntó el hombre preocupado.
-¿Es acaso usted sanador? Por que si así es me habría evitado tener que atenderlo y se hubiera recetado usted mismo.-respondió Ginny más molesta de lo que había querido sonar; sin duda la falta de noticias de Harry no la tenía del mejor humor.
-Lo siento.-susurro el hombre para salir presuroso del consultorio.-que este falta de sexo no es mi culpa.-murmuro cruzando la puerta y cerrándola con un golpe seco.
-Tengo tanto sexo como necesito.-gritó Ginny furiosa y pensar que por un segundo se había sentido culpable al tratar tan mal a aquel hombre.
-Eso lo dudo linda.-sonrió Michael Corner entrando al consultorio que Ginny ocupaba.
-No es asunto tuyo.-ordeno aún más molesta.
-Cuando lo gritaste no parecía que quisieras ser muy discreta aunque tal vez ese hombre tenía razón.-opinó Michael tomando asiento en la camilla que momentos antes había ocupado aquel hombre.
-Cállate.-pidió Ginny fastidiada.
-No te alteres; se que tratar a alguien con viruela de Dragón no debe ser divertido.-agregó Michael pasando los brazos por la nuca.
-¿Viruela de Dragón?-preguntó Ginny sorprendida, había tratado a ese hombre por un fuerte acne de gnomos.
-A metros de distancia se le nota que era viruela de Dragón, Ginny ¿qué le medicaste?-preguntó sorprendido por lo nerviosa que Ginny lucía.
-Nada que te importe y ahora largo de aquí que aún tengo trabajo.-ordenó empujando a Michael fuera.
-Ginny, sabes bien que si no le medicaste lo que necesitaba ese hombre puede causar una epidemia ¿si le dijiste lo que tenía? Tiene que estar en cuarentena.
-Se que eres un sanador con más experiencia que yo pero no soy idiota así que déjame en paz y preocúpate por tus pacientes.
-Me preocupo de mis pacientes Ginny pero también de que todos aquí hagan bien su trabajo y si ese hombre no recibe el tratamiento adecuado puede morir.
-Se bien lo que pasa con la viruela de Dragón y ahora lárgate de aquí.-ordenó perdiendo los estribos, Michael la miro ceñudo pero accedió a dejarla sola. Ginny se dejo caer sobre su silla plegable y se froto el rostro con angustia; no podía ser viruela de Dragón, ella había notado cada síntoma y todo indicaba que era acne de gnomos, no tenía de que preocuparse.
Tomo su pluma y reviso el resto de sus citas; le quedaba atender a dos personas más, revisar a los que habían pasado la noche en cama y podría dar por terminada su jornada del día, se apresuro a atender a cada paciente sin prestar mucha atención a lo que hacía; lo único que podía estar en su mente era ir a casa de Harry y arreglar todo con él.
Tocó el timbre por segunda vez pero nada parecía indicar que alguien fuera a abrirle, pateó la puerta pero las luces dentro seguían apagadas y sólo el ruido del viento era audible para ella, furiosa dio media vuelta para marcharse ¿dónde demonios estaba Harry a esa hora?
Estuvo a punto de hacer rugir el motor de su harley pero prefirió esperar; si pasaba un día más sin saber de su prometido lo más probable era que terminara arrancándose los cabellos de la angustia.
-¡Ginny!, ¿Qué haces aquí?-preguntó Harry tras más de una hora en espera, Ginny se quito el casco y miro furiosa a Harry, él no parecía emocionado por su visita, ni el brillo habitual en sus ojos destellaba para ella, algo iba mal, ella sabía que algo estaba mal.
-No le veo lo malo a venir a ver a mi prometido.-sonrió, si algo iba mal ella no pensaba empeorarlo.
-Prometido.-repitió Harry con pesadez, Ginny sintió su piel erizarse y sabía que nada tenía que ver con el frío de agosto.
-Es lo que eres ¿no?-intentó ocultar su angustia e ignorando aquel palpitante sonido aterrador que cruzaba su mente.
-Lo se.-dijo Harry y bajo la mirada.
-Parece que va a llover.-exclamo por decir algo, Harry miro al cielo y asintió con un movimiento.
-Se ve una tormenta venir, lo mejor sería que te fueras antes de que empiece, es peligroso manejar la moto con el pavimento mojado.-opinó Harry dando un paso atrás.
-Preferiría que me invitaras a pasar la noche aquí-susurró Ginny con un tono de suplica que Harry hubiera referido no notar.
-No es correcto, no quiero angustiar a tus padres.
-Si les digo que me quedo con los gemelos no se angustiaran.
-Ginny, no quiero discutir.
-Lo que no quieres es estar conmigo, por favor, dime que pasa.
-No pasa nada Ginny, todo esta bien.-Harry sonrió pero su sonrisa no llego hasta sus ojos, Ginny bajo de su harley y le tomo de la mano.
-Repítelo pero mirándome a los ojos.-pidió, Harry dio un paso más hacía atrás soltándose de ella, pasó su mano sobre su cabello y soltó el aire.-Entonces dime que es lo que pasa.-la suplica en su voz lleno el pecho de Harry de culpa.
-No lo entenderías.-susurró Harry con miedo, Ginny dio un paso al frente pero Harry retrocedió dos.
-Y si no me lo dices jamás lo entenderé.
-Por favor, no me lo hagas difícil.-pidió Harry sin tener valor para mirarla a la cara por que sabía bien el daño que iba a causar.
-¿Qué no te lo haga difícil?-exclamo Ginny perdiendo la calma.- ¿Cómo quieres que no lo haga difícil si ni siquiera me dices lo que pasa?
-Es por tu bien.
-¿Mi bien? Harry me estas asustando.-puntualizo tomando una gran bocada de aire para calmarse.
-Perdóname Ginny pero…creo que la boda debe esperar.
-¿Sólo eso? Si, claro, podemos esperar ¿Cuánto tiempo?-quiso saber y respiro más tranquila.
-No lo se.-razono Harry sin mirarla.
-Harry estas volviendo a asustarme.
-Ginny creo que lo mejor sería que termináramos.-dijo seguro y Ginny espero a que él se echara a reír y le dijera que era una broma, espero para que él se retractara, espero sintiendo como sus piernas comenzaban a ser débiles y al verse reflejada con los ojos verdes que tantas veces la habían mirado con un brillo cegador entendió que él no mentía, entendió que esa no era una broma de mal gusto; entendió que lo que él decía no era más que la verdad.
-Claro.-dijo sin saber de donde venía esa fuerza que la hacía hablar y afrontar lo que acababa de oír con tanta calma.-Si es lo que quieres pues… bien.-sonrió y se dio un paso atrás desconcertada.
-Lo siento tanto, perdón pero…
-…Por favor no hables.-suplico sintiendo como las lagrimas en sus ojos empujaban por salir, se puso el casco para evitar que él la mirara llorar.-Descuida.-susurro tras el casco y monto su moto, dio una patada para poner la moto en marcha y acelero con fuerza.
Manejó en zigzag para evitar el embotellamiento y más de una vez creyó estrellarse con algún auto alcanzando por muy poco a esquivarlos pero las lagrimas que nublaban sus ojos no le hacían el trabajo fácil, manejó sin saber a donde ir; temerosa de llegar a casa y contarle a su madre lo que acababa de suceder, no quería ir con Hermione y escuchar que tal vez ella ya sabía algo, pensó en ir con los gemelos pero no quería contar lo que acababa de suceder por que estaba segura de que todo era un mal entendido, por la mañana Harry enviaría una lechuza y le diría que todo había sido un error, que no había dicho lo que ella había creído oír y que todo estaba bien entre ellos, que la boda sería en un mes y que lo de esa noche no había sido más que un simple mal entendido.
Pero a esa noche le siguió un amanecer y una noche más, un amanecer y una noche, así había sido todo el mes, cada día igual al anterior y la lechuza de Harry aún no había llegado.
Notas de Ginevra Hale;
Un Draco y Ginny más a mi lista de fanfiction, se que tengo historias sin terminar pero ya trabajo en ellas, por ahora no habrá mucho de Draco pero pronto entrara al ataque, espero les guste la historia y dejen review, seguire actualizando tan pronto como pueda.
