Comenzaré a subir poco a poco (y muy lentamente) viñetas que estoy escribiendo sobre Theodore Nott, para la comunidad de retos a la carta.

Aquí os dejo la primera. Espero que les guste.

Disclamer: Nada del mundo de Harry Potter me pertenece, todo es propiedad de J.K.Rowling y Warner. Bros.

Espejo:

No sé qué día es hoy y tampoco sé en qué lugar estoy; lo único de lo que estoy seguro, lo único que me importa es que soy libre. Vuelvo a ser dueño absoluto de mi vida, de mis sueños, de mis decisiones, de mi conciencia…

Escribo para no terminar completamente loco. Escribo en una bolsa de papel que encontré tirada en la calle y con lo que queda de esas cosas que los muggles llaman lápices. Nunca pensé terminar de ésta manera; cuando tenía 18 años creía que a estas alturas tendría el mundo a mis pies y que nadie podría detenerme. Las cosas son un poco diferentes: duermo en el primer lugar que encuentro que sea seguro, mendigo comida por las calles y trato de no contar los días.

Sé que soy un mago y por ende podría hacer magia para adquirir ese tipo de cosas y para vivir la gran vida, pero no quiero. No tengo mi varita y si la tuviera, tampoco haría algo así; conocí lo peor de la magia, aprendí que algo tan maravilloso como eso te puede destruir la existencia y prefiero continuar con la existencia que me queda intacta.

Creo que ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que me miré en un espejo. Hoy lo hice y no fue agradable lo que vi; estoy demacrado, ojeroso, pálido y más delgado de lo que me gustaría estar. Soy un muerto en vida y tan sólo tengo 26 años, la imagen que se reflejó en ese objeto es la de alguien mucho mayor, alguien que tiene lo días contados y que no tiene nada por lo que luchar; quizás es así, todas las personas a las que alguna vez consideré mis amigos ya no están, si están no quieren verme o en el último de los casos, no tiene idea que sigo vivo.

¿Es eso verdad, sigo vivo? No estoy seguro. Me cuesta respirar, tengo una tos que no me quiere abandonar y mis manos tiemblan constantemente. Sé que no debería sentir lástima de mí mismo, por el contrario, debería estar agradecido de seguir aquí, pero no puedo evitar preguntarme: ¿Estar aquí a qué precio?