El destino trágico de Jacob

Solo se oían inquietantes sorbidos en medio de la oscuridad. Bella, al prender la luz, parpadeó varias veces, primero por el repentino cambio de sombra a luz, pero luego... por que no podia creer lo que veía. En el suelo se encontraba Edward, reclinado sobre su victima.

Sus labios, de un rojo ensangrentado, se relamían una y otra vez mientras sorbía de sus dedos un liquido espeso, rojizo. Sus manos eran la última prueba del delito que acababa de cometer, por no decir de los pedazos del cuerpo de la víctima, ahora casi irreconocible, execpto para...

-Edward-sonrió Bella-¡Cómo te atreviste a devorar a Jacob!

-¿Qué?-replicó el, soltando con repugnancia la evidencia-Esta cosa...¿tiene nombre?

-¡Haste a un lado!-respondió Bella mientra, claramente aturdida, recogía con asco y compasión uno a uno lo que quedó de Jacob.

-No puedo negarlo...¡sabía muy bien!-susurraba avergonzado Edward a manera de disculpa.

-Será mejor que no digas nada E-D-W-A-R-D. Se cuanto odias a Jacob... pero...-Bella reprimió unas lágrima- ¡hacerle esto!-soltó a llorar.

-Bella...-Edward se limpió la boca con la manga y trató de abrazarla-¿de verdad te importaba mucho? Quiero decir...

-¿¡De verdad piensas que no me importa!? Ahora construiras otra escultura de tomates para la exposición de mañana!!