Esta historia es inspirada en la imagen de portada. Forma parte de un reto del Proyecto 1-8.
Para: Mi retadora Scripturiens, espero te guste.
De igual manera espero le guste a quien sea que lea la historia
Reencuentro en el parque
Mimi caminaba de su mano mientras le contaba sobre su semana en Nueva York y como se había divertido al volver a Estados Unidos durante sus vacaciones. Llevaba un mechón de su castaño cabello detrás de su oreja y remojó sus labios para seguir hablando.
Yamato la tomaba con su mano izquierda y permanecía atento, observando los pequeños cambios en el rostro de la castaña cuando se emocionaba, sus ojos le brillaban y arrugaba un poco su nariz.
La castaña le soltó la mano para acomodarse la bufanda que llevaba más por ser bonita que por en realidad necesitarla.
—Después de soportar los 0º, estos fríos no son nada- le contestó la de ojos miel cuando Yamato intentaba convencerla de volver a su casa por un abrigo. Al final, como era de esperarse, la castaña se había salido con la suya.
Mimi llevaba las botas cafés que el de ojos azules le había regalado en su último cumpleaños. Y aunque el rubio nunca lo aceptara, eso lo hacía feliz.
—Y Michael se atrevió a sugerir que debía tener un nuevo corte de cabello, hasta aquí- dijo mientras llevaba su mano derecha a la altura de su hombro – No lo recordaba tan desconsiderado.
Mimi odiaba recordar ese horrible momento y como, por un segundo, consideró la propuesta de su amigo; antes de darse cuenta de la horrible traición que eso sería y como su cabello se merecía algo mejor que eso. Michael ya no se encontraba en su lista de buenos.
No era necesario decir que Yamato la apoyaba si eso significaba que se alejaría por un tiempo del otro chico. Michael nunca había estado en su lista de los buenos.
Para cambiar la conversación, el rubio dirigió su rostro al de la castaña. Mimi calló y lo vio a los ojos, no era algo normal que el rubio fuera quien tomara la iniciativa de besarla en lugares así de públicos.
Estando a solo unos centímetros, la castaña se alejó dejando a un chico desconcertado.
—Hay helados, Yamato- Mimi lo soltó y sin voltear atrás comenzó su camino hacia el señor con carrito.
Ahora el rubio se disponía a acompañar a Mimi hasta su casa. El silencio ahora los rodeaba, Mimi estaba más interesada en su paleta helada de chicle y a Yamato no se le podía ocurrir una opción de sabor más extraña.
—Yama, ¿Estás enojado?- la castaña se había detenido una cuadra antes de llegar a su hogar y ahora lo veía de frente, con esos hermosos ojos.
El mencionado solo sonrió e hizo que continuarán su paso.
—Claro que no, solo quiero que llegues a un lugar cálido antes de que enfermes.
—Por milésima vez Yama, esto no es nada- la chica recordó cómo el rubio ya llevaba horas ofreciéndole su suéter hasta que ella lo aceptó solo para terminar llevándolo sobre su brazo antes de regresarlo. Pero también se sintió mal, su novio se preocupaba y ella solo lo ignoraba- Pero si en verdad quieres que tenga calor
Mimi dejó inconclusa su oración y se coló entro los brazos de Yamato y aspiro un poco de su aroma. Luego le dio una última mordida a su paleta y fue por los labios de su novio.
Espero les haya gustado, es algo corto pero fue todo lo que logró sacar mi cabeza.
Cabe aclarar que no tengo nada en contra de Michael, solo necesitaba un nombre.
