Hola! Vuelvo aquí con un nuevo proyecto n.n Jajaja, verán como estoy de vacaciones las ideas fluyen, y cuando me digo que fluyen, me refiero a que la mente se abre y todas las ideas que te parecen perfectas aparecen en un mismo instante que te mareas u.u Jajaj, bueno, en mi caso, la idea surgió después de echarme en mi camita y escuchar las canciones que deje olvidadas en mias arduas semanas de exámenes. Y pasaron las canciones de Vocaloid *w* y cuando escuché la canción Daughter of Evil (seguro la han escuchado no? Es muy buena!) y con ella las demás canciones de la Saga of Evil, cuando se vino la canción Daughter of White surgió la inspiración.
Nota: -Si han escuchado la canción, no será tan trágico, me refiero a que la "Hija del Mal" no jugará un papel importante, lo que tomé más importancia fue el sufrimiento de Haku.
-La narración es en tercera persona. Pero lo que está en negrita es el punto de vista de Sakura.
Disclaimer: Los personajes de Naruto (Shippuden) no me pertenecen, todos ellos son creación del gran Masashi Kishimoto, pero la trama de la historia sí.
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Dama de rosa
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Prólogo
Se escuchan pisadas apresuradas. Se dibuja una pequeña figura en la oscuridad de la noche. Atraviesa un camino que la conduce al bosque. A su tras, se oyen más pisadas pero en gran número.
Una respiración agitada se deja oír. Las hojas y ramas secas crujen al compás de las pisadas. La figura se ilumina poco a poco por la luz que hay detrás. Es una niña, sus largos vestidos no le permiten correr mucho. Ella aparta las ramas que hay en su camino para poder seguir corriendo.
"Perdóname por estar viva".
Tengo el hábito de seguir diciéndolo.
Siempre he estado quejándome en voz baja,
Una existencia sin sentido.
Madre,
Padre,
Quisiera estar con ustedes
Allá arriba.
―¡Tú, niña!
Ella sigue corriendo. Se tropieza con una raíz de árbol y cae. Intenta ponerse de pie, pero es detenida por una mano que tira con fuerza de sus cabellos. Ella intenta no gritar de dolor pero le es imposible. Varias lágrimas resbalan por sus mejillas, la mano tira más fuerte y ella se muerde el labio inferior para ahogar su grito.
―Ya la tengo.
Las pisadas se acercan y vienen varias luces con ellas. Al acercarse más, se dibujan varias personas, tres de ellas llevan antorchas, algunos son niños y los demás son adultos.
―N-no
―¡Calla! ― la voz de la persona que la tiene agarrada retumba en el bosque.
―N-no, p-por favor… no…
―¡He dicho que calles!
―¡Ella es! ― dice una voz― ¡Esa es la niña! ― el hombre acerca una antorcha, la cara de la niña es iluminada, tiene los ojos cerrados con fuerza debido a la agonía que está sintiendo pero poco a poco los abre hasta que deja ver el color de ellos, eran verdes, un verde extraño, un verde jade.
―¡La niña de pelo extraño! ― una voz infantil se escucha, es un niño, se acerca lentamente hacia la niña.
―P-por favor…
―¡No te acerques! ― El hombre de la antorcha detiene el paso del niño― Hijo, no te acerques. Esa niña es muy peligrosa, ¡ninguno de ustedes debe jugar con ella! ― esto último lo dijo dirigiéndose a los demás niños― No se deben acercar a ella… dicen que su madre hizo una especie de pacto con el diablo para que tenga ese color extraño de cabellos, ¡por nada del mundo deben acercarse a ella!
―P-por favor…
El hombre de la antorcha coge una piedra del suelo y la lanza a la niña, callándola al instante. Ella suelta algunos gemidos de dolor mientras más lágrimas caen por sus mejillas al ver su brazo sangrando, no es una herida grave, pero aun así sale gran cantidad de sangre.
―Es tarde― el hombre hace un ademán con la cabeza indicando a los demás que lo sigan.
La persona que la tenía agarrada la aventó, haciendo que ella chocara con un árbol y ella cayera al suelo. La niña respiraba entrecortadamente y no podía parar de llorar.
―Ojalá te quede ahí, fenómeno― el tipo escupió cerca de ella y se alejó riendo maliciosamente.
―P-por f-favor…― sabía que no había nadie que la escuchara, pero quería decirlo, necesitaba decirlo― Ayuda…
Varias lágrimas resbalan de sus ojos, caen cerca de sus manos que apretaban con fuerza la tierra, el dolor en su cabeza seguía presente. Todo era tan triste para ella. ¿Por qué le tocó vivir así? Por inercia se llevó una mano a la cabeza, se acarició el cabello suavemente e intentó calmarse.
Se puso en pie, apartó algunas ramas y se adentro en el bosque. Al caminar no pudo evitar sentir una presión en el pecho. Sus ojos se cristalizaron al instante al recordar lo ocurrido anteriormente.
Todos en mi pueblo tienen un cabello hermoso
Y yo…
Yo soy marginada por mi cabello rosa que nadie tiene
En lo profundo del bosque se encuentra un viejo árbol
Siempre voy allí sola y rezo a Dios.
Viviendo sola
Es muy triste.
Solo quiero a alguien, cualquiera
Para ser mi amigo.
Se apoya en el tronco viejo del árbol, se desliza lentamente hasta quedar sentada. Suspira e intenta darse ánimos. Mañana será otro día. Suspira nuevamente y dirige su mirada a la luna. Ahí está, redonda y blanca, su única acompañante esta noche.
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Con dificultad abre los ojos. La luz solar de la mañana la ciega un rato. Observa a su alrededor y recuerda lo de la noche anterior. Se pone en pie con algo de dificultad y un dolor punzante en su brazo derecho la hace detener. Observa la manga de su vestido rasgada y al tocarla siente de nuevo el dolor, al ver la herida decide ir a lavarla.
Atraviesa los arbustos y ramas que hay en el bosque cuidando de no ensuciar su herida. Llega un río, no muy lejos de su querido árbol, se coloca de cuclillas y lava sus manos.
De pronto escucha un ruido extraño. Ladea la cabeza y ve que algo se mueve en un arbusto cercano, se levanta asustada y empieza a retroceder lentamente.
Una sombra negra sale del arbusto, la niña no lo piensa dos veces y sale corriendo.
―¡Espera!
Corre. Corre. Corre. No piensa en otra cosa. Su visión se torna borrosa debido a las lágrimas que amenazan con salir de nuevo. Sólo es para hacerle daño. No la quieren. No es aceptada. Ella tropieza con una roca y cae. Siente dolor en su rodilla pero no le importa e intenta levantarse.
―¡Oye! ― Una mano se posa en su hombro.
―¡No! ― su grito desgarrador resuena en todo el bosque. Las lágrimas brotan de sus pequeños ojos. ― N-no… p-por favor…― solloza― n-no me h-hagas d-daño…
―No voy hacerte daño, niña, no quería asustarte.
Ella levanta despacio. Sus jades se mueven con desesperación y miedo y se topa con los ojos de esa persona.
Ojos como una noche sin luna
Como un pozo sin fondo
Como la oscuridad misma
Como la oscuridad en la que estoy sumergida.
―¿N-no? ― un escalofrío le recorre la espalda ― ¿N-no te d-doy… m-miedo?
―Pero si eres una niña, no se debe hacer daño a una niña.
Se limpia las lágrimas con el dorso de su mano.
―Estás herida― el niño coge su brazo con delicadeza―, será mejor desinfectarla, vamos.
La levanta con cuidado y la lleva a las orillas del río.
―Y-yo lo hago― se suelta de su agarre y empieza a lavar su herida, luego hace lo mismo con la rodillas.
―¿Cómo te llamas?
Ella da un respingo asustada. Jamás había tenido a alguien tan cerca, a no ser que sean esas personas.
―¿No tienes nombre? ― pregunta el niño al ver que ella no respondía.
Y ella siguió así, no respondió.
―Ah…
Se forma un silencio. Sólo se oyen las respiraciones de los niños.
―¿Qué lugar es éste? ― pregunta el niño.
―El bosque.
―Hn, eso ya lo sé y… ¿por qué no estás en la aldea? Se supone que una niña como tú debería estar en su hogar.
―N-no… Ellos no m-me quieren… l-les asusto… m-mi cabello les asusta…
―¿Sabes por dónde salir? Me deben estar buscando…
―O-oye… ¿s-serías…―tomó aire antes de hablar― m-mi amigo?
El niño se tensó y desvió su mirada.
―L-lo siento― dijo la niña―, s-sabía que no querías, pero de todos modos, g-gracias― y sonrió. Sonrió por primera vez en su vida, aunque no fuese una sonrisa de alegría.
―Necesito saber el camino de regreso.
―Por d-donde saliste, ahí hay un camino, s-síguelo hacia el sur y llegarás a la aldea.
El niño se puso en pie pero de ahí no se movió. Se quedó un rato junto a la niña, la niña de pelo extraño.
―Tu cabello es… es rosa.
―¿T-te asusta, n-no es así? L-lo siento mucho― no se atrevió a mirarlo, sentía que si lo hacía sólo le causaría más daño. No lo pudo evitar, las lágrimas de nuevo resbalan lentamente en su rostro infantil―. T-te deben estar buscando… s-será m-mejor que te v-vayas…
―No, no me asusta― el niño la miró y ella lo sentía, pero siguió en la misma posición, observando el agua, dejando que su cabello le tapara una parte de su cara―, sino que es… peculiar y no es malo.
―¿N-no es malo?
―No.
Ella solloza y las lágrimas caen más rápido, por primera vez alguien no la insultaba, por primera vez nadie la hace daño, por primera vez alguien se acerca a ella de forma amistosa. Levanta lentamente su carita y de nuevo se encuentra con esos ojos.
Negros
―No llores― él se arrodilla cerca de ella, seca sus lágrimas con su dedo pulgar y le da un beso en la frente. Ella lo mira entre asombrada y sonrojada. Él la mira y le sonríe―. Mamá siempre lo hace cuando estoy triste, dice que hace que te sientas mejor. ¿Te sientes mejor?
Como una noche sin luna
Ella asiente con lentitud. El niño se endereza y antes de irse se voltea y le dice:
―Nos volveremos a ver.
―¿D-de verdad?
Como la oscuridad misma
Él asiente.
―Estoy seguro.
―¿No… n-no te olvidarás de mí?
―Serás difícil de olvidar― la mira directo a los ojos, como si quisiera recordarlos; siente miedo, desesperación, angustia y tristeza en ellos. Pero hubo un brillo que llamó su atención. El brillo que indicaba una nueva esperanza para ella. Él desaparece por los arbustos de donde había salido.
Ella se queda en el mismo lugar. Dirige su mirada hacia el cielo. Era otro día.
Como la oscuridad en la que estoy sumergida.
¿Y…? Les gusta o no les gusta? Sólo espero que sí XD Esta sería mi segunda historia y espero hacerla lo mejor que pueda. ¿Algún review? Los estaré esperando ^w^
