Hace ya un tiempo que vengo adorando esta pareja. Como la mayoria sabeís, no es obra de mi mente, si no de otras, más geniales. Pero yo me uno a su modesta lista de seguidores. No es un fic demasiado grande, va para respuesta de la comunidad elejotistica de la insanidad y quedo muy viñeta. Si le gusta la pareja, eso si. Y como la manejo. No os preocupeís, que tengo bajo la manga, creandose, un fic sobre ellos post-hogwarts . Y espero públicar el primer capi luego.
Gracias a la gente que me ha agregado a sus listas. Y ha dejado reviews. Que uno no vive para eso, pero siempre hace taaaaaaaaaantaaaaaaaa ilusión , Espero que disfruten la historia :)
Besos Sorpresas
Theodore parpadea, sorprendido. Los labios de Luna se abren y se cierran sobre lo suyos, casi parece que se los fuera a comer. Y le ha tomado tan desprevenido, que ni siquiera siente deseos de hacer algo para alejarla. Son suaves, dulces y juguetones. Es el mejor beso de su vida. Y no puede creer que sea Lunática Lovegood quien se lo este dando.
No termina de entender como ha pasado. Estaba sentado cerca del lago, pensando, cuando ella se acerco con su paso saltarin. Le sonrió, alegre. Y se acomodó a su lado. Theodore recuerda haberle cuestionado. Y ella respondió con un "Es mi lugar favorito", que le pareció tan sincero y despreocupado, que no supo como reaccionar. No hubo flirteo, ni ojitos, nada. Ni ahora, ni nunca. Que son contadas con los dedos de una mano las veces que han intercambiado un par de palabras. Conversaron un rato, de tonterías. Que las clases, que las cosas, que las rarezas de ella. Nada que le diera ni la más mínima señal que ella se lanzaría sobre él para darle el beso más ardiente y apasionado que alguna vez hubiera recibido. Pero paso. Ella dijo algo sobre "comida", "Ginny" y "Gran salón". Y, de repente, la tenía encima. Así, sin más. De la nada.
Y no es que se quejara. Aunque tampoco le gustaría que alguien -como Draco, por ejemplo- les viera. Había una imagen que mantener. Tenía caretas que no encajaban con Luna Lovegood.
Pero todo eso, daba un poco lo mismo en ese preciso instante.
Cuando Luna se separo de él, se sintió como estar perdiendo una parte de si mismo. Ella había encajado tan bien entre sus brazos -porque si, pasado los segundos, Theodore le rodeo la cintura-que era imposible que no perteneciera allí. Se miraron a los ojos y ella sonrió, casual.
- Creo que atrape el deggie que tenías en los labios.
- ¿Qué?.- Pegó un salto para atrás. Se esperaba un "Me gustas", un "Lo siento" o cualquier cosa, menos eso. Palabras que ni siquiera entendía.
- Son unos animales casi invisibles, pero se sabe de su presencia por la fuerza que proyectan. Se supone que si te los tragas puedes pedir un deseo y se te concederá. Tenías uno en los labios, le sentí.
- ¿Qué?.- Repitió. Y le dolió, allí, en el orgullo, que ella no lo hubiera besado porque estaba enamorada o algo así. Si no que, porque creía que tenía un bichajo en la boca.
- ¿Yo también tenía uno? Parecía que intentaras comertelo...
- Eh, si. Claro.- Decidió responder. De alguna manera tenía que quedar bien.- Tenías uno de esos en el labio inferior.
- ¿Y que deseo pediste, Theodore Nott?
- Pedí... Que me fuera bien en los examenes.
- Seguro que sacas diez en todo, entonces.- Y ella se volteo.- Adiós, Ginny me espera.- Y comenzó a dar saltitos, alegre.
- ¡Hey, espera!.- La chica se giro nuevamente.- ¿Que pediste tú?
- ¿Yo? Pues, encontrar más Deggies cuando este contigo. Ha sido lo máximo atrapar uno.
Y siguió caminando, dejando a Theodore con una sensación de calidez en el pecho y una divertida sonrisa tonta, muy impropia de él.
