LIMERENCIA.
También llamada "La enfermedad del amor" es un estado mental involuntario que resulta de la atracción romántica, obsesiva y compulsiva de una persona hacia otra.
CAPITULO 1
En el presente…
Los murmullos de las señoras se escuchan lejanos, tanto que parecen ajenos a mí pero no lo son, porque describen a la mujer fuera de control que era hace apenas un segundo.
Me planto frente al espejo del baño, el marco alrededor está adornado como si fuera un cuadro con divinos detalles en color oro, pero no es un hermoso paisaje el que está plasmado, es mi rostro completamente rojo.
–CALMATE TONTA– los murmullos suben de tono, mi voz salió mucho más fuerte de lo planeado pero eso no es importante, lo realmente importante es el líquido escarlata que escapa de mi mano, en algún momento creí que había sido un recurso barato para salir corriendo.
Pero es verdad, en realidad estoy sangrando.
Siento un vibrar en mi cartera, es hermosa pero apenas si le cabe un alfiler, cuando elegí ponerme este ostentoso vestido de noche sabía que la cartera y los tacones formarían parte del disfraz, incomoda toda una noche, exitosa toda una vida. ¿No era eso de lo que se trataba madurar?
– ¿Hola?
– ¿Cómo que lo acabas de ver?
Tengo que alejar la bocina del teléfono cuando escucho la voz de Lucy.
–Está aquí, en la fiesta
Le respondo jadeando, le mande el mensaje incluso antes de entrar en pánico, era como una regla entre nosotras, primero pide ayuda, luego desmáyate.
–Pero ¿Por qué estaría ahí?
Su voz marca una inocencia que no debería escucharse en una chica de veintidós años, es como si la tuviera enfrente regañándome, su rostro como el de una niña y su pelo rubio reboloteando, es mi prima pero no nos parecemos en nada, aun así es la única que puede hacerme entrar en razón con un simple grito.
–No tengo idea
Pongo mi mano bajo del chorro de agua intentando calmar el dolor, una lágrima recorre mi mejilla y se pierde en el lavabo, una lágrima que nada tiene que ver con la cortada en mi mano.
–Bien, solo intenta calmarte. Llevas cuatro años sin verlo ya no debería causar ningún efecto en ti.
Es cierto, no debería, pero aun así siento el pulso en mis oídos y un incandescente deseo de huir.
-Licenciada… ¿Se encuentra bien?
Para cuando me doy cuenta la secretaria de Rufus ya está aquí, envolviendo mi dedo con un curita.
–Te llamo después.
No espero a escuchar la respuesta de Lucy, simplemente cuelgo y me concentro en la mujer con vestido marrón delante de mí, está pasada de peso y trae zapatos de piso a pesar de estar en una fiesta de gala, ¿no era yo igual a ella en otra época? Sin maquillaje, con el cabello siempre amarrado en una coleta.
– ¿Le duele mucho Licenciada?
–No… En realidad ya estoy mejor. Gracias
Le sonrió y aunque no fuera del todo cierto tenía que obligarme a mí misma a salir, ella se limitó a seguirme así que no podía dar la vuelta y regresar ahí.
Miro a mi alrededor, no tenía por qué escatimar el crédito que merecía por organizar esta velada, el lugar es fascinante el piso de mármol y tela fina adornando cada columna por supuesto fueron idea mía.
Las bebidas que los meseros llevaban de un lado a otro, escogidas y supervisadas especialmente por mí. Entonces era aún más tonto sentirme insegura.
– ¡Juvia! Linda te estaba esperando, quisiera presentarte a alguien.
Mi jefe es una persona encantadora, un hombre alto y robusto que gustaba de poner su mano en mi cintura cada que me presentaba a alguien, normalmente me transmite confianza pero en ese momento no puedo sentirme más incómoda.
Veo de espaldas a la persona que me va a presentar, a pesar de que jamás lo había visto antes de traje, es alguien que, obviamente detonó mi ataque de pánico desde que lo vi entrar por la puerta.
Le toca un hombro para llamar su atención.
–Quisiera presentarte al señor…
No había acabado su frase cuando aquella persona ya tenía su aliento en mi cuello y sus brazos en mi espalda. Ya no siento la mano de mi jefe en mi cintura y eso me hace sentir desprotegida.
– ¡Juv!
–Cuanto tiempo sin vernos Gray
Intento parecer casual pero estoy segura de que mi labio tembló cuando lo dije.
–Ustedes ¿Se conocen?
Mi jefe parece complacido, sus manos ya están resguardadas en las bolsas de su pantalón de vestir azul marino, las mangas de su saco están algo alzadas pero su reloj jugueteando en su muñeca no es algo que busque ocultar.
– ¡Claro! – dice con alegría mientras me suelta lentamente, tenía la costumbre de hacer eso todo el tiempo y yo de ver sus ojos mientras se alejaba. ¡Estoy molesta! Yo era la única persona que había notado el tenue color gris de su mirada cuando era expuesta a la luz, ahora el color de sus pupilentes me hace sentir enferma.
–Fuimos a la misma preparatoria− Digo, pero eso es apenas una parte de la historia.
–Genial entonces no me preocupara que te acoples a él.
Estoy segura de que mis ojos revelaban suplica cuando volteé a verlo, no quería que lo dijera, pero iba a hacerlo.
– Como supongo sabrás, Gray es fotógrafo y diseñador gráfico, tiene excelentes recomendaciones y a partir del lunes es tu responsabilidad. Espero que sea el último del año Juvia, está ampliamente recomendado por Lyon.
Asentí avergonzada por la última parte, maldita sea la hora en que despedí a Eve.
La sangre se me helo, y habría empezado a hiperventilar de no ser porque Rufus había llegado en ese momento para invitarme a bailar.
– ¡Será genial trabajar contigo! Permiso.
No dude en tomar la mano callosa que había llegado en mi rescate, pero note en la cara de Gray que no se había creído mis palabras, no era mi estilo tocar el hombro de los empleados de forma empática y lo había hecho con el antes de retirarme. ¿Pero cómo podría el saber eso?
– ¿Problemas en el trabajo bonita?
La mano de Rufus rápidamente había invadido territorio en mi espalda, y sus pies se movían de forma rítmica y elegante.
–Muchas cosas que hacer.
–Pero es que siempre hay cosas que hacer– Su risa exagerada me hace sonreír un poco –Me debes una por sacarte de ahí
–Si supongo.
Para cuando tuve que atender a la banda de Jazz que acababa de hacer su arribo, Gray ya se había ido, sentí que por fin respiraba aire limpio pero mi corazón aun palpitaba
Llegue a mi departamento pasadas las tres de la madrugada, poco me importo caminar por los pasillos descalza y con los tacones en la mano, me sentía realmente exhausta.
El elegante edificio de departamentos donde ahora vivo no es nada comparado con la casa en la que vivía en mis días de preparatoria.
Grande, obscura, colindante con vecindades, todas ellas invadiendo la calle con gente desconocida yendo y viniendo a toda hora, en una zona peligrosa, protagonista de asaltos y tragedias de periódico.
No niego que era divertido sentir el peligro por esos días, se sentía como una aventura diaria regresar a salvo a casa, era una aventura que solía vivir con Gray.
Escapé en cuanto tuve oportunidad.
Cuando llego a la puerta de mi departamento me quedo perpleja con las llaves en la mano, Lucy se apresuró a abrir la puerta y hacerme pasar dentro, fue tan rápido que no me di cuenta del momento que aterrice en el sillón.
–Ven aquí y cuéntale todo a mamá…
–Mi jefe lo contrató. A partir del lunes se unirá a mi departamento.
No reconocí el sonido de mi voz, era tosca y fría, pero insegura también. Miro mis dedos y jugueteo con ellos el tiempo que Lu permanece en silencio, seguramente buscando las palabras adecuadas para decir en esa situación.
–Ósea que ahora eres su jefa
–Así parece
Mi respuesta parece enfurecerla, su par de manos pequeñas y finas van a dar a mis hombros obligándome a mirarle a la cara.
–Juvia escúchame. Ya no eres la misma chica que se enamoró de ese tipo. −Se aleja un poco y comienza a mover sus manos con dramatismo –Ahora eres una mujer de veinticinco años fuerte, hermosa y madura que no se va a dejar vencer por un recuerdo de cuando tenías diecisiete. ¿ESTA CLARO?
Casi me había causado gracia, acostumbramos dramatizar todo el tiempo, gritar si es necesario pero cuando mi cabeza estaba tan lejana solo me parece ridículo.
La chimenea está encendida, quise perderme en las llamas para no pensar, pero sabía que había pasado más de un segundo y yo no había contestado.
– ¡JUVIA!
Su grito me hizo regresar a la realidad.
– ¡SI…! Bien ya entendí sí. Me voy a la cama.
–Juv…
Su voz bañada en compasión me hace entristecer un poco, como es que seguía siendo tan patética. Me detuve pero no conteste.
– ¿No crees que ya es hora de quemar la carta?
El sonido de los grillos fue una bendición en ese momento, el silencio ya era de por si demasiado incomodo, sobre todo porque sabía que tenía razón.
–Sí, ya es hora.
La puerta de madera se había cerrado antes de atreverme a verla directamente, era lo único que no compartía enteramente con ella, que me guardaba para mí y solo externaba cuando era necesario.
Me detengo frente al espejo tratando de prolongar los pensamientos que desarrollaron en el baño justo después de ver a Gray. Pero lo que estaba buscando no lo encontré.
Me quito el maquillaje con paciencia, y es que no era como si tuviera mucha energía en ese momento de todos modos.
El sueño que me invadía parecía haberse ido de repente, cuando me dejo caer estrepitosamente en la cama mis ojos se encuentran renuentes a mantenerse cerrados. Entonces mi teléfono suena.
El número en la pantalla dice "desconocido", bueno en realidad yo si lo conocía, no había cambiado su número y curiosamente yo tampoco había cambiado el mío.
– ¿Si?
– Woo Juvia que bueno que sigues teniendo el mismo número, me preocupe creyendo que lo habías cambiando.
– ¿Y cómo estas tan seguro de que soy Juvia?
–Vamos no hay ninguna otra persona en el mundo que conteste con ese tono sensual de línea caliente.
Me quedo muda, ese tipo de contestaciones era común entre nosotros, al igual que los insultos, y los regaños, al pasar del tiempo solo me había vuelto buena fingiendo no sentir nada cuando me hablaba de esa manera.
– Es broma Jefa no se enoje.
–Señor Fullbuster le ruego que se abstenga de hacer comentarios groseros cuando se refiera a mi persona.
–Ah no, no era mi intensión ofenderla es que…–Tartamudea con tanto miedo que no puedo evitar soltar una carcajada. – ¡Eres una muy mala persona!–
La relajación en su voz es evidente y me hace sentir mejor.
–Bueno ahora soy tu jefa así que más te vale que no se te salgan esas bromitas en la oficina
–Por supuesto mi general.
Vuelvo a reír, no puedo evitarlo. Me lo imagino saludando al más puro estilo militar, me pone de buen humor, tanto que las lágrimas salen por si solas.
–Bien solo creí que debía llamar porque me fui sin despedirme.
–No hay problema
–Si lo sé, pero ahora debo hacer méritos con la jefa ¿no crees?…
No quería decir nada, no podía decir nada porque si no, lo iba a notar, que estaba a punto de romperme.
–Aja
–Bien debes estar cansada, te dejo. – Estuve a punto de colgar pero el silencio fue suficiente para escuchar su última frase – Juvia… estoy muy feliz de saber que trabajare contigo, ¡Te extrañe mucho!
La pantalla se prende indicando que la llamada ha terminado, es la señal que me indica que ya puedo llorar, y lo hago. Las lágrimas salen como un par de cascadas. Patética, era oficial seguía siendo una tonta niña patética.
Lucy tiene razón es momento de quemar la carta.
Justo cuando dejamos de estar en contacto hacía ya más de cuatro años había intentado hacer una terapia que encontré en internet, algo sobre reparar el corazón roto, no era tan complicado, tenía que escribir 21 cartas a la persona que me había roto el corazón, al final solo pude escribir una gran carta, en ella debía escribir todo lo que me atormentaba y que nunca le dije. Al final cuando no hubiera nada más que decir, entonces quemaría la carta y lo dejaría ir.
Nunca me atreví a quemarla, la tenía guardada en una caja de zapatos bajo mi colchón y la leía de vez en cuando.
Cuelo mi mano bajo el colchón y encuentro la caja, fiel y esperanzada a ser abierta de nuevo, las hojas estaban perfectamente dobladas y apiladas, el olor a chicle del pegamento aún sigue ahí.
Abro la primera hoja, esta noche leeré, leeré hasta que cada palabra escrita ya no duela, hasta que este sentimiento que arde dentro de mí se muera.
Hola hola mis amados mortales mundanos, que dijeron ¿que ya había muerto? pues no muahahaha e vuelto con esta historia que hará pedazos su pequeño corazón.
Como abran notado es un A/U con algo de OCC, espero disfruten esta historia y dejen comentarios recuerden que de su amor vivo :3
