Free! Iwatobi SC no me pertenece.
"Gotta gotta be down because i want it all."
-Mr Brightside, The Killers 2003.
"Mr Brightside."
Poco a poco Nanase se había acostumbrado a la gran urbe nipona, el aire espeso atascado de clorofluorocarbonos, por que sí, había aprendido la definición de aquella extensa palabra y su significado de forma clara. Y, a pesar de saber que en Iwatobi no le esperaba ningún familiar esta vez el chico delfín había logrado escabullirse de las invitaciones de su amigo de dientes afilados y se había adelantado a Iwatobi una semana antes que los demás para disfrutar de su primer semana de vacaciones de verano.
Como se si se tratara de un can olisqueó el ambiente una vez que sus piernas bajaron del tren, el húmedo aroma salado recorría sus fosas, definitivamente estaba de vuelta. De manera casi imperceptible sonrió y tomó su maleta para dirigirse a la antigua casa de su abuela.
Sintió el móvil vibrar y lo sacó un segundo de su bolsillo, no era necesario leer el remitente para saber de quien se trataba,
"Haru, ¿Llegaste bien?"
"Si, voy a la casa, te escribo luego." Respondió tajante mientras guardaba el aparato de vuelta en sus skinny jeans.
Pero todo comportamiento sospechoso tiene una historia de fondo y aún más cuando se trataba de Haruka Nanase quien había salido despavorido en el primer tren de vuelta al rural Iwatobi en cuanto tuvo oportunidad, no debería tacharse de mal amigo o traidor a la patria por separarse un poco, tan solo un poco de tan protector amigo, Makoto.
No se atrevía a decírselo.
¿Cómo podría decírselo? Era más fácil arrastrarlo a una proyección de una película gore terrorífica en medio de la noche a decirle "aquello". El pequeño atleta de hebras oscuras claramente ya no era un niño, pero hablar de las cosas que le ocasionaban un calorcito en su estómago seguía siendo un tanto incómodo, asumiendo que su amigo inmediatamente le atacaría con preguntas extrañas, sin embargo, debía hablar de "Eso" con alguien menos exagerado que el propio Tachibana y menos teatral que el rompecorazones Kisumi.
Los talentos de Nanase eran bien conocidos y aplaudidos por su entorno, sus habilidades iban desde lo culinario hasta lo deportivo haciendo una escala notable en las artes.
"A los veinte te conviertes en una persona normal" había escuchado decir de la boca de su abuela, ella raramente se equivocaba, sin embargo las medallas acumuladas en ese año decían claramente lo contrario, era más que obvio que el chiquillo de hebras oscuras difícilmente pasaría por alguien ordinario, no con tan reconocidas habilidades y tan bendecido físico, aquellos ojos azules eran difíciles de ignorar. Nanase no era una persona normal, pero sus dotes principales no era la comunicación abierta, ni gozaba de una pizca de coquetería, lo que acentuaba su incomodidad de manera exponencial ante aquel titán cuyos ojos evocaban el mar caribeño. Ciertamente, Haruka jamás había estado en el caribe ni reconocería abiertamente que gustaba de Yamazaki Sousuke.
TBC.
