Bien, pues esto es algo nuevo para mí, así que lo tomaré como un desafío. No soy un gran fanático de escribir sobre shippings ni nada de esas cosas, pero tenía una historia rondando por mi cabeza hace ya varios días y decidí plasmarla, pero con personajes de Pokémon, y, porque no, con el shipping del momento que es el Amourshipping (o al menos algo así). El hecho de que no me gusten del todo, no significa que no pueda hacer algo de romance, y con ello pues decidí hacer esta historia y espero que sea de su agrado.

No quiero dar mucha explicación sobre lo que va, pero en resumidas cuentas girará en torno al romance, la aventura y las lecciones de vida. He planteado una combinación un tanto rara de universos, pero no tan retorcida, o al menos lo suficientemente entendible para evitar confusiones.

Sin más que agregar, empecemos.

DISCLAIMER: Pokémon no me pertenece. Los personajes son propiedad de blah, blah, blah, ya saben el resto.

Un viaje con las Gabena

Capítulo 1: El viaje

Una deliciosa bebida fría bajo el sol, la suave brisa del mar acariciando mi rostro mientras viajamos a no sé cuántos nudos, y el hermoso y puro cielo azul ¡qué maravilla!, aunque sigo sin entender muy bien que me trae hasta aquí. ¡Oh! Ya recuerdo. El fuerte deseo de despejarme por un rato, y sobre todo de olvidarme de mi madre y sus quejas de toda la vida. Ya era normal escuchar frases como: ¡Jamás te interesó la empresa! ¡PORQUÉ NO PUEDES SEGUIR UNA CARRERA NORMAL!, y definitivamente la más dolorosa: "¡PORQUÉ NO ERES COMO RED!"… ouch, eso sí que duele. Vivir a la sombra de tu maldito hermano mayor es difícil, sobre todo si maneja con tanta habilidad las empresas de nuestro difunto padre.

El buen Joey dejó una gran herencia para nosotros. A Red siempre se le dieron mejor los números, y sobre todo la estrategia. Levantó las empresas de nuestro viejo y las llevo hasta las nubes, donde aún se mantienen. El malnacido tiene ese carisma que lo hace irresistible ante los ojos de cualquiera, el muchacho cae bien y se hace querer por todos, bueno, casi todos.

Conmigo nunca ha sido malo, siempre fue como mi padre, me aconsejaba, me cantaba antes de dormir, soy su niño mimado, me quiere bastante y cuando se enteró que quería relajarme me quiso regalar un boleto full-access para este mismo crucero. Lo mandé al demonio y con mi propio esfuerzo logré regalarme este capricho. Cambió mi boleto a Primera Clase e hizo un generoso depósito a mi cuenta bancaria, ahí me mandó un mensaje: "Hermanito, sé que no quieres que te apoye con lo del viaje, pero ahí te mando un dinero para que te diviertas. Te quiero, y si te falta no dudes en llamarme, un fuerte abrazo. Red". El rojito se hizo una, pero aun así, ¡vaya que lo desprecio!

La historia con mi mamá es otra. De un momento para otro cambio, aunque debo admitir que mi padre nos malacostumbró a darnos todo en las putas manos. Cuando Joey pasó a mejor vida, inmediatamente vio en Red su oportunidad de no quedarse en la calle, y vaya que así fue. No la culpo, invirtió bien sus fichas. Esperaba lo mismo de mí, que me ponga un saco y maneje las jodidas empresas, que vaya con una sonrisita de comercial y siga manteniendo el apellido Ketchum en el podio de los desarrolladores de tecnología de todo el mundo, sin embargo la realidad fue otra.

Aún recuerdo cuando le dije que quería ser entrenador Pokémon, siempre fue mi jodido sueño. Mi papá me apoyó hasta el fin de sus días, pero para mi madre eso eran tonterías, vagancias y puras patrañas. En ese momento desconocí por completo a Delia Ketchum, yéndose así nuestra relación, paulatinamente, al carajo. Red estudiaba y se graduó con altos honores. Hizo maestrías y un par de doctorados antes de tener edad para conducir. El tipo es un maldito genio, no lo negaré.

El rojito siempre me dio lo que quería para mis viajes. Incluso se aseguró de que mi primer Pokémon estuviera bien adiestrado, supiera tales movimientos e incluso que fuera de un color distinto al común. Por su culpa ahora tengo un Charizard shiny, es bonito y muy obediente, bastante fiero en batallas, pero me molesta mucho saber que siempre él esté detrás de algo, haciendo que en mi vida tenga pocos o ningún mérito propio.

En mi vida como entrenador siempre he tratado de salir adelante. Viajaba junto a mis Pokémon y siempre daba lo mejor de mí, testigo de ello han sido Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh, Unova y la más reciente, Kalos. La primera de ella, de donde soy oriundo, fue la primera que atestiguó mis principios. En ninguna de estas logré hacerme con la liga, pero aun así me alegro decir que morí luchando. Aun así, para mi madre nunca nada es suficiente, ni un segundo lugar ni nada. Admito que no he estado demostrando bien que esto es lo mío, pero sigo perseverando, es lo que me apasiona y honestamente no quiero dejarlo.

Por mi cuenta, jamás he tenido buena suerte, especialmente en el amor. Mientras el rojito tenía el mundo a sus pies, especialmente a la campeona de Sinnoh, Cinthya (con quien se casó), mí en ese entonces novia Giselle me engañaba con un pelmazo de su instituto, y quien sabe si fue con solo uno, ya que luego me enteraría de aquella "reputación" de la que gozaba la castaña (muy aparte de ser buena entrenadora); aunque en estas noches de soledad, admito que extraño su gran habilidad para otras cosas.

Mi madre nunca le dijo nada a Red sobre lo de Cinthya, es entrenadora Pokémon, ¿acaso no aborreces a los entrenadores?, ah, cierto, lo olvidé, es el maldito Red, perdonémosle todo.

Altoparlante: "Atención a todos los pasajeros del crucero, informamos que acabamos de abrir el servicio de buffet. Por favor, acercarse al comedor para servirse. Tenemos una gran variedad, cortesía de nuestros chefs especialistas. Muchas gracias y sigan disfrutando de su viaje".

Gracias a Arceus, me estaba muriendo de hambre. Ojalá haya cosas buenas para comer.

(En el comedor)

Vaya, vaya, mira todo esto. ¡Ja! Lo bueno de estar en primera clase es que no hay filas absurdas para comer, además, el ambiente es mucho más bello y agradable. La banda toca un hermoso jazz, y la comida se ve exquisita.

(Ash empieza a servirse y luego se dirige a su mesa)

La comida tiene muy buena pinta y la música es increíble. Caray, podría morir ahora mismo de tanta perfección.

-"Disculpa, está ocupado" – Dice una voz.

Una hermosa castaña de cabello color miel, llevaba un vestido blanco, floreado, como de playa, además de llevar un sombrero de paja en sus manos. Se veía muy hermosa, cosa que dejo algo desubicado a Ash.

- ¿Eh?, n-no, adelante.

- Muchas gracias. Espero no molestarte.

- No me molestas en absoluto (tienes suerte de ser bonita).

- Soy Yvonne, Yvonne Gabena.

- Mucho gusto, Ashton Ketchum, pero puedes llamarme Ash.

- ¿Ketchum? Tu apellido es conocido ¿Acaso eres pariente de Red?

- (Incómodo) Es mi hermano.

- ¡No puede ser! Por Arceus, que honor conocer al hermano del gran Red Ketchum, tu hermano es toda una leyenda viviente de las finanzas.

- Lo sé, no es necesario que me lo repitas, lo escucho siempre.

- Oh, lo siento mucho, sé que a veces es complicado tener un hermano famoso. Pensarás que soy una idiota más que solo te viene a hablar de ello.

- No he dicho nada de eso, pero en algo tienes razón, es bastante incómodo ir de un lugar sin que me pregunten por él. Pero para que no te sientas mal, ya me acostumbré (decía regalándole una sonrisa).

- Jiji, me alegro de no haberte molestado, por cierto, me gusta tu sonrisa.

- Gracias, supongo.

- Y bien, entonces… ¿Qué haces en este crucero?, bueno, eh, digo, por, ya sabes, no lo digo en mala onda, solo quiero, pues…

- Jaja, tranquila, entiendo. Pues al igual que muchos aquí, relajarme un rato, no hay gran misterio.

- Pues sí, fue una pregunta un poco tonta. Lamento si te estoy molestando.

- No me molestas en absoluto Yvonne, al contrario, me agrada que estés aquí.

- M-muchas gracias Ash, es muy dulce de tu parte.

- Bien, pues, háblame un poco de ti. ¿A qué te dedicas?

- Soy entrenadora Pokémon, vengo de la región de Kalos. Participé en la liga el año pasado, y pues, los resultados no fueron los que esperaba pero aun así seguiré perseverando hasta mejorar.

- Vaya, no te ofendas pero no pensé que fueras entrenadora, de hecho eres muy bonita, juraba que eras coordinadora o modelo.

- Jajaja, Ash basta, me estás haciendo sonrojar… mucho. Esas cosas no van conmigo, lo del modelaje y las exhibiciones le van mejor a mi hermana menor.

- Lo siento, solo digo lo que pienso. Por cierto, yo también participé en esa liga.

- ¡No puede ser! Ya veo porque te me hacías tan familiar. Llegaste a la final.

- Así es, aunque los resultados no fueron los que quise, me divertí mucho. Por cierto, no te vi entre los participantes.

- Sí estuve, pero fui eliminada en la primera ronda. Estaba muy nerviosa y le di mal las órdenes a mis Pokémon. Me sentía muy triste, decepcionada de mí misma, nerviosa por lo que dirían los demás y si te soy sincera fue por ello que vine a este crucero.

- Sabes Yvonne, te entiendo perfectamente. Aunque mi padre ya pasó a mejor vida y mi madre odie mi sueño, yo también sigo perseverando. Quiero llegar a ser tan grande como todos aquellos que admiro. No tienes porqué desanimarte, así es la vida. Solo debes seguir adelante, demostrarte a ti misma que quieres superarte y hacer oídos sordos a quienes quieran hacerte daño. Una vez que lo hagas, créeme, que les cerrarás la boca a los demás, creo que llegarás a ser grande.

- ¿D-de veras piensas eso de mí?

- No pienso eso, estoy seguro de ello.

- Ash eres muy tierno, de veras me has hecho sentir mucho mejor. Muchas gracias, jamás nadie ha sido así de caballero y considerado conmigo.

- No tienes nada que agradecer, siempre es bueno ayuda. Bien, estoy algo cansado, si me disculpas iré a relajarme a mi habitación. Me gustó mucho hablar contigo.

- Creo que no hace falta decir que he estado encantada por esta conversación. (Se acerca y le da un beso en la mejilla) Muchas gracias por todo. ¿Te veré de nuevo, cierto?

- (Algo avergonzado por el beso) Supongo que sí, estamos en un crucero, nos veremos en alguna atracción o salón.

- S-sí, ay, yo y mis preguntas tontas.

- Jaja, ya basta, no son tontas, eres muy divertida.

- Oye Ash, te parece si te veo aquí en la cena, es que estoy algo sola y me hará bien una buena compañía.

- No tengo ningún problema con ello. Supongo que te veré por aquí o en alguna otra parte. Igual, si me necesitas, estoy en la habitación 14.

- ¡Muchas gracias por todo! ¡Adiós!

- Nos vemos.

(Ash mientras se alejaba)

Vaya, esa chica es algo rara, pero me agrada. No me quiero hacer ilusiones, aún. Veremos que resulta de todo esto.

Bueno, si han llegado hasta aquí, quiero agradecerles por seguir esta historia. Como han podido apreciar, la historia y personalidad de Ash es un tanto diferente a la que conocemos, pero aun así sigue siendo muy noble y considerado. En cuanto a su edad, creo que 22 años está bien, considerando un poco los temas de los que habla y su manera de expresarse.

Bien, si esta historia está siendo de su agrado, no olviden dejar un review, follow o poner la historia en "favoritos". Asimismo, los invito a leer mi otro fic "Entrevista al Gran Maestro", el cual si bien no es Amoushipping, no deja de ser interesante y estoy seguro que les parecerá entretenido. Un fuerte abrazo, y éxitos para todos.