Identidad

Comenzó durante sus años de secundaria, la difícil época en que los menores cansados de ser confundidos entre ellos por el mayor de los seis emprendieron la búsqueda de una individualidad e identidad que los separaría por primera vez en años, por fin podrían dejar de ser uno sólo y las comodidades de ello para ser reconocidos por sus distintos méritos y fracasos.

Para sorpresa de todos, incluso de sí mismo, el que empezó con todo eso fue Ichimatsu, fueron cosas pequeñas y casi sin importancia con lo que inició: se negaba a ir todos juntos a la escuela, dejo de gastar energía en hacer travesuras en equipo, comía más, salía hasta tarde en la noche (en ocasiones no llegaba a dormir y en cada una de ellas Osomatsu esperaba junto a su madre para abrazarlo al ver que se encontraba sano y salvo, y junto a su padre para reprenderlo por hacerlos preocupar así); en palabras más simples se retrajo en sí mismo, celoso de su intimidad (pues aun hoy día ninguno de ellos ni siquiera Jyushimatsu que era el más cercano a él sabían que era lo que hacía en esas salidas) y marcando el ritmo asfixiante con el que pasaron esos años.

Al cuarto hijo le siguió el tercero que siendo testigo de los problemas que el otro causaba escogió demostrar su identidad siendo lo opuesto a Ichi, comenzó a portarse de manera seria y excesivamente responsable, estudiaba todo el tiempo para ser el mejor de la clase en la que estaba, nunca se negaba a ningún encargo de sus padres, se ofrecía para los cargos como representante del grupo ante los profesores y el consejo escolar, reportaba cada cosa que planeaba realizar durante el día porque en sus propias palabras "Mamá y papá ya la tienen demasiado difícil con Ichimatsu, quiero que al menos uno de nosotros seis pueda hacerlos sentir orgullosos y que sepan que son buenos padres".

Después de Choromatsu fue Jyushimatsu, quien al intentar sin éxito que Ichimatsu lo siguiera incluyendo en sus actividades, para huir del sentimiento de soledad decidió ingresar a varios clubs deportivos, buscando en otros la camaradería innata que tenía con su hermano mayor más cercano sin encontrarla realmente; fueron años tormentosos para el quinto hijo, pues aunque demostraba un talento natural para todo deporte que se le cruzara por la cabeza practicar, fue ese mismo talento lo que despertó la envidia y el deseo de verlo fracasar en otros; comenzaron a hostigarlo, al comienzo parecía que era capaz de hacerles frente sin ningún problema, pero esos idiotas eran persistentes y llegando al límite de la crueldad encontraron el modo de hacer partícipe de todo a uno de los profesores y de no ser porque Ichimatsu de un modo u otro estaba por ahí ese día Jyushi pudo haber quedado traumatizado por el resto de su vida.

La situación continuó con Todomatsu, quien demostrando esa astucia y habilidad que lo caracterizaba hoy día, tomo ejemplo y mejoro su modo de mostrar su identidad, igual que Ichi comenzó a guardar secretos, pero evitando hacer lo que Jyushi si la situación se salía de control inmediatamente lo contaba a uno de sus hermanos o en casos de verdadera urgencia sus padres, de Choro aprendió que ser inteligente sin llegar al grado de recluirse en la biblioteca te podía volver popular, y entendió que ser tierno como el hermano menor que era lo hacía atractivo de un modo extraño para las chicas. Ahí nació Totty, el pequeño demonio de doble identidad que cuando busca dañar lo hace con sus mejores reservas de veneno y que cuando desea ser mimado puede incluso sudar inocencia y vulnerabilidad; sabe que igual sufrió burlas por ser de esa manera, pero sabe también que estas pararon no solo porque Todomatsu usará esa maravillosa arte que es el chantaje, sino porque su hermano predilecto Karamatsu se encargó de dejarles muy claro a todos que si continuaban molestando al bebé de la familia podrían no salir vivos.

Y finalmente estaban Karamatsu y él, Osomatsu Matsuno el mayor de seis hermanos idénticos solo físicamente; Karamatsu que siendo el segundo hermano mayor y viendo que Osomatsu estaba decidido a mantener esa actitud infantil e inmadura de niño caprichoso, irresponsable y consentido, decidió tomar el rol del hermano mayor modelo e intentar cuidar y proteger a los cuatro menores en especial a Todomatsu. Decidió ejercitarse para ganar fuerza y musculatura con el obvio objetivo de lucir intimidante y muy capaz de defenderse a sí mismo y los otros, cambio su forma de vestir fuera de la escuela optando por prendas de colores sobrios que ayudaban a resaltar el buen cuerpo que desarrollo gracias a su entrenamiento constante, y aunque al principio lucia muy bien, con su entrada al club de teatro y la popularidad que gano por ser realmente bueno actuando fue que progresivamente añadió elementos extravagantes (la ropa de colores chillones llena de lentejuelas y brillantina y la poco usual forma de hablar) que lo volvieron el hermano doloroso, pero a pesar de ello era quien menos cambios en su esencia había sufrido; seguía siendo el chico amable, bondadoso y con el mismo sentimiento de hermandad al que Osomatsu se aferraba con desesperación para mantener el mayor tiempo posible a sus hermanitos junto a él.

Osomatsu amaba a sus hermanos por ser solo eso, sus amigos, compañeros inseparables de travesuras y juegos infantiles de fingir ser el otro que frustraban a casi todos sus conocidos y familiares (a excepción de su madre que de un modo extraño siempre veía a través de sus mentiras y podía distinguirlos con aplastante facilidad aún antes de su adolescencia); para él ser el líder nato e incuestionable de su pequeño y cerrado grupo lo hacía sentir y saberse importante y necesitado por todos, después de todo por eso era el mayor. Y porque era el mayor y ellos sus hermanos se dio cuenta que lo que comenzó a sentir por uno de ellos en esos emocionales días en los que tuvieron que descubrirse a sí mismos no sería posible, pues sobrepasaba en más de un sentido el amor fraternal y aunque tenía conocimiento de que en épocas antiguas era una costumbre más que usual, hoy día sería juzgado y repelido por el simple hecho de expresarse a favor de ese tipo de relaciones más allá de la sangre ya que se trataba de un tabú para toda la sociedad, lo que no imagino fue que el intentar deshacerse de ello durante tantos años podría generar algo parecido a lo sucedido con Kamimatsu y Akumatsu, sobre todo teniendo en cuenta que para que estos dos aparecieran se necesitaba de los seis y no de solo uno como en esa nueva situación.

Amor

Lo que recuerdo antes de aparecer en este mundo lleno de incoherencias, desastres y dolor cada dos por tres es la sensación cálida y acogedora dentro de mi pecho que se expandía poco a poco por todo mi cuerpo haciéndome sentir llena de energía, segura y con ganas de vivir, era simplemente maravillosa, gracias a los sentimientos que eran depositados en mi podía sentirme feliz y percibir como mi cuerpo comenzaba a tomar consistencia; primero fue simplemente la imagen del genero con el que me sentiría en comodidad y que encajara con lo que me alimentaba en sentido espiritual, me pareció lindo tomar una forma femenina, así podría ser delicada y protegida, pero de igual forma podría proporcionar fuerza, motivación tranquilidad y proteger, después de eso fue mi personalidad; escogí ser y no ser al mismo tiempo aquello que mi hermano no podía ser, así notaría que si yo podía lograrlo el también y comenzaría a apreciarse más por quien es, entonces ya sabía que mi parecido externo con mis hermanos mayores sería inevitable no por nada son idénticos, no me importo parecerme un poco a ellos de hecho ame de inmediato la idea de lucir similar a todos en especial lucir como el mayor (aun siendo mujer) para mí era todo un honor pues fue él y la fuerza de su sentir lo que me dio vida aun antes de tener un cuerpo y de que todos pudieran verme a pesar de que llevaba varios años observándolos y amándolos en silencio.

Durante ese tiempo quería conocer el exterior con ansias; poder escuchar, hablar, oler, tocar y saborear todo lo que aquel que me albergaba dentro suyo tanto disfrutaba, pero sobre todo deseaba que el comprendiera que lo que se hacía a si mismo estaba mal, no podía seguir torturándose así con esos pensamientos e ideas auto despectivos, él era mi maravilloso hermano mayor, quien poseía habilidad, inteligencia y talento para ser el mejor en lo que él quisiera, aquel que se preocupa por los otros aunque estos quieran alejarlo cuanto les sea posible, el que está dispuesto a pelear millones de batallas por protegerlos física y emocionalmente, el que da palabras de aliento cuando nadie más puede, el que los quiere tal como son sin juzgarlos ni burlarse de ellos, quien a pesar de lo que dice los ama más de lo que se puede amar a sí mismo; me dolía escucharlo llamarse basura, inútil e idiota, sobajándose cada vez que deseaba huir de todas las expectativas que los demás ponían en sus hombros solo por ser el mayor, dejando que su ego fuera pisoteado una y otra vez para que sus hermanos no se sintieran menospreciados por ser comparados con él.

Cuando al fin pude sentir que era tan sólida y visible como mis otros hermanos supe que al fin había acumulado los suficientes sentimientos para expresarle mis emociones a mi querido Osomatsu, pero cuando aparecí justo en el centro de la habitación que todos compartían y vi el miedo en sus ojos al reconocer de inmediato quien era y mi origen supe que lo que me permitió aparecer ahí en ese momento era más que una poca autoestima y un ego diminuto con apariencia un poquito fea, comprendí al fin que esa sensación cálida que me recorría con frecuencia era otro tipo de amor, de ese que en ocasiones te hace perder la cabeza, el que es tan fuerte que hace que el corazón palpite a su máxima capacidad hasta que el pecho te duele de lo intenso que es, el que provoca que respirar te cueste trabajo, que te hace sentir agradecido de estar vivo y sabes que si esa persona desaparece tú no podrías volver a sentir lo mismo de nuevo ni siquiera en tus más hermosos sueños.

Y cuando observe con atención quien más aparte de mi amado Osomatsu se encontraba en esos momentos en la habitación entendí por qué comenzó a desechar todo el amor que era capaz de dar, ahí en el marco de la ventana tocando la guitarra y cantando en un tono suave y dulce estaba Karamatsu, a quien con solo verlo pude sentir el ya conocido cosquilleo de calor que me llenaba y permitía crecer volver a inundar mi cuerpo y desee con todas mis fuerzas sorprenderlo con un abrazo, hacerlo callar un momento con un beso y después pedirle que volviera a cantar solo para mi adorado Osomatsu y para mí. Comprendí que Osomatsu amaba a Karamatsu mucho más que como un hermano y buscaba matar ese amor porque estaba prohibido y si era prohibido para él también lo era para mí.

Hoy desperté sintiendo algo extraño en mi cuerpo, especialmente en la zona de mi pecho; como si algo estuviera presionando con fuerza hacia adentro y al mismo tiempo algo quisiera salir, realmente era algo que salía del usual dolor y malestar corporal que tenía usualmente por dormir demasiado y perder el tiempo tirado en el suelo leyendo manga, bebiendo cerveza y comiendo cualquier cosa que encontrará en la cocina; era tan distinto y tan insoportable que cuando Choromatsu y los otros menores me pidieron acompañarlos a jugar béisbol y de ahí a ir de compras con Todomatsu (aunque mejor dicho la salida solo era una excusa apresurada para huir de Karamatsu y su doloroso ser, pues justo hoy había decidido que practicaría sus nuevas composiciones en nuestra habitación pues el techo ya no era seguro para él - aunque ciertamente era de admirar el esfuerzo del cuarto hijo entrenando a cada uno de sus gatos para provocar las recurrentes caídas del segundo de dicho espacio - y deseaba llenarnos del sunshine que tanto aclama le sonríe) no pude evitar negarme con una actitud tan de mierda que me gane una serie de golpes con más fuerza de la usual por parte de cada uno de ellos, deberían de ser más comprensivos con su querido hermano mayor.

¿Acaso piensan que a mí no me duele ser el único abandonado que debe escuchar cantar a Karamatsu durante todo el día? aunque bueno los entiendo ¿quién disfrutaría de oír las melodías empalagosas y clisé que suele componer el idiota numero 2? ¿cómo podría alguien dejarse llevar por ese profundo y masculino tono de voz y tararear con él los coros? nadie podría disfrutar tanto esos momentos, excepto yo, el inútil y fracasado hermano mayor que no teniendo suficiente con ser un nini quien no apoya en nada a sus padres y hermanos, que solo desea ser consentido como si aún fuera un bebé, me encuentro perdidamente enamorado de mi propia sangre, de ese a quien la mayor parte del tiempo ignoramos y solo acudimos en su búsqueda cuando necesitamos de alguien que nos consienta y haga sentir protegidos, aquel al que llamamos doloroso en un intento desesperado de ocultar la admiración que sentimos por él.

¡Demonios! claro que estar cerca de mi primer hermano menor me duele, pero es porque oculto más que admiración detrás de las bromas sobre su apariencia dolorosa y el dolor que invade mis costillas cuando estamos juntos es resultado de lo complicado que se vuelve respirar y lo fuerte que me late el corazón con todo este amor que durante años mantuve la esperanza de poder confesar, hasta que un día estando profundamente aburrido observaba un documental que curiosamente trataba sobre las pocas relaciones románticas entre familiares de sangre que existen y vi las consecuencias de mi deseo de imponer mis sentimientos en él, todas esas personas aunque intentan hacer una vida normal son rechazados, juzgados y agredidos por el resto de la sociedad que los rodea, yo no podría soportar tener que hacer pasar por eso a Karamatsu (suficiente ha sufrido con lo mal que lo tratamos), además esas personas tienen algo que yo no; ellos son correspondidos, y aunque Karamatsu se la pasa declamando cuanto nos ama cada que puede es muy claro que su sentir es en un sentido fraternal y nada más allá de eso.

Y mientras escucho al segundo en nacer cantar precisamente una canción sobre el dolor de ser rechazado (dedicada a todas esas Karamatsu-girls y boys que tanto aclama y asegura tiene) el malestar de esta mañana se intensifico en mi torso, me cuesta trabajo respirar, siento mi corazón latir cada vez más lento y duele mucho como si alguien lo estrujara desde adentro, mi estómago da vueltas como si acabara de subir a una montaña rusa las náuseas se incrementan y mientras abro la boca sin saber bien si lo que intento es vomitar o respirar, lo veo, de mi cuerpo está saliendo algo, tiene un color rojo muy suave tanto que podría llegar a confundirse con el rosa, la forma en la que se mueve fuera mío se parece al humo que sale de un cigarro, pero la manera en que se está acumulando frente a mí y detrás de Karamatsu al centro de la habitación es como el plasma de esas lámparas que brillan en la oscuridad y puedo jurar que antes de tomar solidez y nitidez soltó un brilló que nos atravesó a mí y a Karamatsu en el marco de la ventana, aunque él parece no haber notado absolutamente nada de lo que acaba de pasar.

Al fin veo claramente lo que sea que esta frente mío y ¡diablos esto no puede estar pasando de nuevo! de mi acaba de salir otra de esas entidades como Kamimatsu y Akumatsu, pero ¿cómo demonios? para que esos dos salgan debemos de estar los seis juntos y en este momento solo estamos dos y no vi que algo saliera de dolormatsu, ¿y por qué carajos es una mujer? ¿No se supone que todos, incluidos esos dos raritos, somos hombres? espera, ¿si Kamimatsu es la bondad que dejamos de lado y Akumatsu la maldad que hay dentro nuestro, que representa ella? lo último que estuve pensando era que debo eliminar lo que siento por... mierda, ella es... ¿de verdad todo lo que intente está funcionando al fin? pero ¿cómo explico lo que ella es a los demás? ¿Ella va a decir el origen de su aparición todos?