1976

James Potter, a sus 16 años era agradable a la vista, muy guapo y arrogante. Acostado en su cama, echaba a los aires su quaffle para luego atraparla con ambas manos. Aun esperaba respuestas de Sirius, quien no había respondido a su última carta, enviada una semana atrás. Poseía una habitación amplia, era hijo único y eso explicaba lo consentido que era. El toque de la puerta lo saco de sus pensamientos y se levanto de golpe a abrirla. Era una elfa domestica, se notaba cansada y tenia el rostro preocupado.

-Señor, su madre a empeorado. –Le dijo cerrando sus grandes ojos

-Gracias Rosie, deberías descansar, ya has hecho mucho. –James era muy considerado, con la elfa quien les había servido a la familia Potter durante mucho tiempo.

James fue hasta el cuarto de sus padres, su madre padecía de viruela de dragón y hasta ese tiempo era incurable. La habitación tenía un estilo victoriano, con paredes tapizadas y una gran cama muy alta. La madre de James, Dorea Black es nieta de Phineas Nigellus, luego de Hogwarts, decidió ser medico y termino trabajando en San Mungo, el hospital mágico. Su padre por su parte, leía el periódico atentamente en la mecedora al lado de la cama de su madre y murmuraba cosas como "Estúpido Ministerio… no saben a que se enfrentan".

-Hola mama… ¿Cómo te sientes?

-Me eh sentido mejor, si no fuera por ustedes y Rosie, no se que haría.

-Te acompañare a King Cross hijo. –James miro hacia la mecedora donde se encontraba su padre Charlus Potter.

-Siento no poder ir contigo esta vez. Pórtate bien y sigue siendo el chico más brillante del mundo. Dale mis saludos a Sirius y a Lily. Te quiero mucho James.

-Mama… -A James se le humedecieron los ojos –No te despidas. Vas a estar bien…

-Siempre estaré contigo James. Toma esto, Al casarme con tu padre, tu abuelo Charlus II le obsequio esta hermosa esmeralda. Como bien sabes, Charlus tu papa, ah estado de viaje estos últimos meses y me ah dejado la esmeralda. Ayer, estuvimos conversando mientras dormías y hemos decidido que ya es hora de que la poseas. Ella posee una gran historia, que solo tu con la ayuda de tu corazón podrán descubrir.

Dorea se levanto un poco de la cama, quedando sentada, paso las manos alrededor de su cuello, y de el se desprendió un hermoso collar con una gema color esmeralda, sostenida por un anillo de oro ornamentado. Dorea tomo la mano de su hijo y la abrió, coloco la gema y la cerro con cariño.

-Cuídala bien.

-Vamos hijo –Le dijo Charlus dándole palmadas en la espalda, James salió a buscar sus cosas. –Volveré en un momento querida. Llamare a Rosie. Te amo. –Charlus le dio un beso en la frente a su esposa despidiéndose de ella y cerrando la puerta.



Dorea mientras tanto miraba por el alfeizar de la ventana, el sol radiante, perfecto para el inicio de un nuevo curso lleno de sorpresas en Hogwarts.