FLASHBACK
Potter le había dicho que estaba en peligro, que él le tenía, que tenían que ir a rescatarlo...
No sabía que creer, realmente ¿era Sirius tan estúpido como para creer en una trampa? (una vez ya lo fué) ¿O el estúpido era el mocoso Potter?
Tenía que comprobarlo...
Le envió a Dumbledore las noticias asegurandose que para él quedara la misión que quería, asegurarse que el perrito seguía entero. Después de todo no era tan difícil para un Slytherin manipular a un Gryffindor, aunque ese Gryffindor fuera el mismísimo Albus Dumbledore.
Así que ahí estaba, corriendo como un loco al interior del bosque prohibido a buscar el traslador de emergéncia para llegar a Grimmauld Place¡Merlín¿A quién narices se le ocurrió la "magnífica" idea de no poder desaparecerse de algún lugar de Hogwarts? Y ¿A quién se le ocurrió la "fabulosa" idea de poner el traslador en el puñetero centro del bosque?
Aún le quedaba un rato para llegar y no tenía ni idea de lo que podría estarle pasando a Black.
No es que le importara lo que le pasara a ese pulgoso rastrero, claro... ¡Pero bueno¿A quién pretendía engañar¿A si mismo¡Claro que le importaba¡Estaba loco por ese hombre des de que podía recordar! Aunque él le tratara como una mierda, aunque se paseara por delante de él demostrando que podía hacer babear a qualquiera y él no, auque le creyera un traidor, aunque le insultara apenas lo veía, aunque... aunque Sirius le odiara, aún así, él, Severus Snape, estaba loco por ese hombre...
Por fín llegó al traslador, lo activó y ¡PLUF!
- ¡SNAPE!- oyó un grito- ¿Que coño estás haciendo en mi casa?
Severus se giró de golpe al oir la voz, pero ni siquiera podía responder, aún jadeaba por el esfuerzo de la carrera que se había pegado hasta el traslador.
- ¿Es Harry?¿Está bién?-Añadió Sirius de inmediato al ver el estado de agitación en que se encontraba el profesor.
- Black, tu...estás aquí, estás bién...-
- ¿Que ha pasado?
En unas pocas palabras el oscuro profesor puso al corriente de todo al animago y se dispuso a comunicarse con la orden para contarles que había sido una falsa alarma, pero Dumbeldore les comunicó que Harry había desaparecido de Hogwarts y que él se estaba encargando de reunir a la orden para ver que estaba sucediendo en el ministerio, a la vez que ordenó a Severus que intentara localizar a los chicos por los terrenos de Hogwarts y a Black que se quedara en la mansión hasta nuevas noticias, dicho esto corto la comunicación dejando a los dos hombres parados frente a la chimenea sin ser capaces de articular palabra, al cabo de unos instantes el animago rompio el silencio
- No puedo
- ¿Que?- fué lo único que atinó a contestar el ex-mortífago (aún no se recuperaba del susto de creer a Sirius preso)
- Que no me puedo quedar aquí encerrado mientras los demás os jugais la vida por los que yo quiero, como muy bién dijiste el otro día- y se dió media vuelta para salir de la habitación.
Severus se quedo de piedra, y ante esta sencilla confesión todas sus barreras, todo su orgullo cayeron dejando espacio tan solo a un hombre enamorado que ya no podía callar más.
- ¡Black!...Sirius, espera- Ante estas palabras el mago se paró aunque no se dió la vuelta- Yo... Dumbledore no quiere que te pongas en peligro- Sirius siguió su camino, lentamente
- ¡NO!, Yo no quiero que te pongas en peligro- añadió haciendo un claro enfasis en el yo.
Sirius se giró de golpe, creía no haber oido bién, no podía ser que hubiera oido bién
- ¿Que has dicho¿Que me importa a mí lo que tu quieras?- Lo dijo y en el mismo instante en que las palabras salieron de su boca se arrepintió, por que vió la cara de Severus, sus ojos un segundo antes de decir esas palabras y los vió después. Y lo que vió después se le clavo en el corazón de una manera que jamás se hubiera esperado, vió al hombre ponerse la mascara que siempre llevaba, la que en un tiempo creyo que era su verdadera imagen, lo vió cerrar sus sentimientos y su corazón y envolverse en una coraza de hielo que seguramente ya no se volvería a quitar, a no ser... a no ser que le diera algún motivo para hacerlo, pensó
Se acercó unos pasos a Severus y cuando lo tuvo lo bastante cerca le susurró
- Y ¿Que te importa a tí lo que a mí me pase?
- Nada
- No te creo- y se acercó un paso más, Severus vaciló
- Solo quiero que cumplas lo que Dumbledore dijo- mintió
- No te preocupes, volveré...
- Y quién se preocupa
- Tú – y, con mucha suavidad, le puso una mano en la mejilla al hombre que tenía en frente.
- No. yo no...-y, como si su mano actuase por voluntad propia se colocó encima de la mano que le acariciaba la cara, acariciandola a su vez.
Algo se removió en el interior de los dos hombres, algo que ambos llevaban demasiado tiempo intentando enterrar, algo que los dos creían que jamás sería correspondido y sin poder decir cúal de los dos había iniciado el movimiento, o quién se había acercado más a quién se encontraron besandose con las manos aún juntas encima de la mejilla de Severus. Fue un beso suave tierno, en el que ninguno de los dos se atrevió a ir más allá de la simple caricia de los labios, pero llevaban tanto tiempo esperandolo que no necesitaron más.
- Creo que tenemos que hablar- Susurro Severus cuando se separaron un poco
- Si, creo que si, pero ahora no. Ahora tenemos que encontrar a Harry.
- ¿Tenemos? Creo que no, yo tengo que encontrar a Potter, tu te tienes que quedar aquí
- ¿Llevamos tres segundos juntos y ya tenemos nuestra primera pelea? No podía ser de otra manera, no seriamos nosotros.
- Black,...Sirius, escuchame, Dumbledore tiene razón, toda la comunidad mágica te busca.
- És mi ahijado, y le quiero, tengo que encontarle.
- Yo le encontraré por tí.
- No, no le encontrarás, se parece demasiado a James, no creo que esté aún en el colegio. Buscalo allí por mí, peró no creo que esté, ha ido a salvarme al ministerio, lo se.
Ante esta afirmación el profesor no pudo decir nada, él también conocia a Harry, tal vez más que Sirius ( o al menos hacía más tiempo) y sabía que tenía razón. Maldito fuera Harry Potter y maldito su complejo de heroe...
- ¿No me dices nada más?- la voz de Sirius le sacó de sus pensamientos
- No¿Que quieres que te diga?- Y sin más el animago se dirigió a la azotea a buscar a su hipogrifo para dirigirse al ministerio, pero antes de llegar a la puerta una mano le aferró por el antebrazo y le detuvo.
Se encontró con la cara de Severus muy cerca de la suya, con la otra mano el profesor le cogió por la nuca y sin demasiadas contemplaciones lo acercó hasta su boca y cuando sus labios se tocaron le besó como el animago no recordaba que le hubieran besado jamás, con pasión, con urgencia y con más amor del que había sentido nunca.
Esta vez la lengua del profesor no se estuvo quieta y Sirius le correspondió como si le fuera la vida en ello, hasta que por un momento se olvidó de todo lo que le rodeaba y entonces abrazó a Severus con todas sus fuerzas y el ex-mortífago le rodeó la cintura con sus brazos unos segundos, para inmediatamente separarse de él y apartarle con ternura un mechón de pelo de delante de la cara.
- Vuelve- le dijó al oido- y cuando vuelvas hablaremos.
- Yo ya se que tengo que decirte- contestó Sirius y mientras salía por la puerta añadió- que te quiero.
FIN DEL FLASHBACK
