El pasado

Morte nunca puede decir nada acerca de lo que su hermano menor hace. Porque ella es mujer y casi no existe. Porque casi en seguida son huérfanos por culpa de la guerra y debe trabajar como esclava hasta que se forman callos en sus manos. Porque al principio lo vé siempre alicaído cuando tiene tiempo de levantar la cabeza sobre el hombro y pedirle que se mueva (más tarde vería a Kirie y pensaría que se parecen un poco en eso de esperar protegerla de algún modo, como si lo necesitara, como si lo que ella no quisiera fuese que ellos estén a salvo para poder gritarles tranquila) para lavar platos o servir comida para las Bestias Amos. Entonces deja de verlo porque se ha ido y ya no puede poner chocolates en sus manos que están menos percudidas gracias a que Morte le manda las tareas menos fuertes. No alcanza con el dolor del abandono, oh, no. Dos semanas después se lo devuelven en un rústico ataúd de madera. Y además esperan que no destruya el mundo después de eso. ¿Hay algo mejor que hacer?