Hola a todos, esta es una nueva historia que tenia en mente desde hace mucho y decidido escribirla. Para los que no me habéis leído aún cabe deciros que me llamo Cristina y:
- Es un AU.
- No es un musical. (lo comprenderán cuando lo lean).
- La pareja protagonista es obviamente Ron y Hermione, pero habrá otras también.
- Quiero deciros que este capítulo es muy largo, espero que no se os haga pesado y lo leáis, me gustaría mucho tened vuestra opinión para saber que tal es. El próximo intentaré hacerlo un poco más corto.
- Bueno por último decir que esta historia es mía, que solo a salido de mi imaginación, pero que la dueña de los personajes es la grandiosa J.K Rowling y que yo solo los tome prestados.
Ahora solo espero que la leáis y que me deis vuestra opinión, espero que os guste tanto como a mi me gusto escribirla. Y ahora a leed.
1. You found me.
La vida de Hemione Granger podría definirse simplemente con una palabra, perfecta. Si, definitivamente era uno de los mejores adjetivos que la definían sin muchas palabras. Ella lo tenía todo, vivía en uno de los mejores distritos de Londres, Belgravia, exactamente en Chester Square. Aquel lugar se caracteriza por un sitio muy tranquilo, con casas grandes de amplias terrazas y paredes blancas, a Hermione siempre le había gustado vivir allí ya que todo estaba en calma y podía admirar la ciudad de Londres con total tranquilad. También iba a uno de los mejores colegios de la ciudad, era privado y además gozaba de ser una de las mejores instituciones en educación primaria y secundaría.
A Hermione le gustaba estar sola, eso la hacía pensar y reflexionar sobre cosas que tal vez había pasado por alto muchas veces. Sus padres la querían y estaban muy orgullosos de ella, pero aún así ella no se sentía del todo bien, porque aunque les quería y estaría siempre muy agradecida por la educación que le habían dado, ellos nunca estaban ahí cuando los necesitaba, siempre tenían reuniones y pequeñas fiestas a la que asistir. Su padre era un gran famoso odontólogo de Londres y su madre una importante diseñadora de moda, ella siempre había podido tener todo lo que quisiese, menos el calor de pasar juntos una navidad en familia, ya que las navidades para ella consistían en grandes fiestas con gente que no conocía. Por suerte para ella siempre había tenido a alguien muy importante a su lado y era su abuela, con la que había pasado gran parte de su vida, ella la hacía soñar y ver que la vida no era solo color de rosa, le daba besos antes de irse a dormir y sus palabras eran "El amor puede contra todo si lo encuentras no lo dejes ir o si no nunca serás realmente feliz". Muchos pensaban que su vida era perfecta, hasta muchos otros deseaban ser como ella, pero Hermione solo sonreía a los cumplidos con pesadez y asentía, en el fondo le faltaba un gran vacío y como su abuela dijo cuando ella era pequeña, era amor. Sus mejores amigas se llaman Hannah Abbott y Katie Bell, quienes estaban junto a ella desde que eran pequeñas y eran inseparables. Katie era un poco loca, pero la verdad es que siempre pensaba las cosas con el corazón a diferencia de Hermione y Hannah era una chica muy lista y simpática, también era muy tímida, por lo cual le costaba mucha hacerse amigos, unos años más tarde se hicieron amigas de unos chicos llamados Ernie Macmillan, Dean Thomas y Seamus Finnigan, quienes pertenecían al equipo de baloncesto del instituto.
A Hermione se le caracterizaba mucho por su madurez. Una de las cosas más importantes para ella eran los estudios, era una de las mejores en su clase, llegando a sacar matrícula de honor, también se diferenciaba mucho de los demás por sus gustos. Adoraba la música clásica, la opera, el teatro y sobre todas las cosas, el ballet. Ella lo practicaba desde que tenía 4 años y siempre le había encantado, la ayudaba a relajarse y a poder pensar con claridad, aunque también le encantaba pasear cerca del big-ben observando el río Támesis con el cielo completamente nublado. Londres siempre había sido una de sus ciudades preferidas y se sentía muy feliz por haber podido nacer allí. Según Hermione lo único que todavía le faltaba y no había llegado a completar en su vida era el amor, aquel sentimiento que muchas personas experimentaban, sintiendo como miles de mariposas revolotean en sus estómagos al ver a la persona amada. Eso no significaba que ella nunca hubiera estado con alguien, si lo estuvo, solo con uno, que ella creía que era el amor del que su abuela le había hablado una vez, pero se dio cuando de que no. Él se llamaba Viktor Krum y lo conoció cuando tenía 14 años, fue un verano en Bulgaria, al principio todo era perfecto a ella le gustaba y a él también, pero nunca se sintió nerviosa a su lado, no sentía esas llamadas "mariposas" revolotear como locas en su estomago y al cabo del tiempo, hasta no quiso verlo más, así que solo lo dejo como... una historia del verano. A partir de eso, dejo que el amor llegase solo y ella se centró más en sus estudios y en el ballet, que para ella era muy importante.
Viernes, 19 de septiembre. Ese era su día, un día especial, sabía que cumplía 16 años ese día, pero eso no le importaba mucho a ella ya que lo único que ocupaba su mente en esos momentos era una frase "El lago de los cisnes" como todos sabrán El lago de los cisnes es uno de los tres primeros Ballet que escribió el compositor ruso Tchaikovsky. Hermione desde pequeña adoraba "El lago de los cisnes" era algo especial para ella y siempre había soñado poder participar en aquella obra siendo ella la protagonista cisne. Por eso se había esforzado mucho esos meses para conseguirlo y hoy pondrían la lista para saber quien había sido el elegido, en una obra muy importante, que se estrenaría en fechas navideñas. Una sonrisa se poso en su rostro cuando se miró en el espejo esa mañana, mientras se vestía con el uniforme del colegio y se recogía el cabello en una alta cola de caballo. Sabía que era muy difícil que la escogieran ya que había muchas chicas al igual que ella presentadas para ese puesto, pero para algo se había esforzado tanto y si la elegían a ella sabría que el esfuerzo de esos meses no había sido en vano, que había podido llegar a su meta propuesta y que iba a hacerlo lo mejor posible.
Oyó como llamaban a la puerta de su habitación, sin darle tiempo a Hermione para responder, abrieron la puerta y aparecieron sus padres con una pequeña magdalena y encima una vela. Era pequeño pero para ella significaba mucho, ya que sabía que sus padres no gozaban del tiempo libre que ella desearía.
- ¡Felicidades, cariño! – dijeron los señores Granger abrazando a su hija, ella sonrió y se separo de ellos después de haberlos abrazado, cogió su bolso donde tenía las cosas del instituto y se dirigió hacía la puerta.
- Gracias, pero dádmelas cuando me den el papel protagonista, adiós papá, mamá. – y salió rápidamente hacía la puerta principal, donde el timbre sonaba sin cesar.
- ¿Porque has tardado tanto?.
- Hannah, ¿porque eres tan impaciente?, no he tardado nada, además no llames tanto al timbre, me mareas. – Hermione rodó los ojos, mientras cerraba la puerta y se dirigía hacía el instituto con su amiga. Hannah Abbott no se caracterizaba por ser una persona especialmente paciente y eso hacía que Hermione perdiera los nervios constantemente.
- Lo siento, pero es que ya me conoces – se sonrojó un poco nerviosa, pero pronto se le paso. – Por cierto...
- ¿Qué? – dijo Hermione indiferente, mientras observaba su móvil. – Katie me ha dejado un mensaje...
- ¡Felicidades! – dijo y la abrazo fuertemente.
- ¡Ah! Gracias... – susurró Hermione un poco sorprendida por el repentino cambio de su amiga, pero aún así sonrió.
- Ya verás la fiesta que...
- ¿Qué?, eh no, no Hannah, no quiero fiestas yo...
- ¡¿Cómo que no? Claro que tendrás una fiesta, es tú cumpleaños y tenemos que hacértela yo, Katie y los chicos.
- Qué no, haber escúchame Hannah, ahora mismo solo quiero saber si me han escogido en el papel protagonista de...
- No escúchame tú – la cortó un poco cabreada por la indiferencia de su amiga ante su propio cumpleaños. – Llevas todo el verano preocupada por la dichosa obra y perdona que hable así pero me molesta mucho que pases así de tú propio cumpleaños, además has estado esforzándote mucho todo este tiempo y lo has hecho genial, así que tomate un respiro y disfruta de tú cumpleaños.
- Pero es que hoy nos dirán quien ha sido la elegida y yo... pues...
- Haber ya sé que vamos a hacer, como dices que hoy dicen a la protagonista, no daréis clases de ballet ¿no?.
- No, damos las clases de ballet como siempre de cinco a seis y al final de la clase ponen las listas.
- Vale... – Hannah se quedo pensativa por un momento, pero enseguida habló, mientras Hermione la miraba con una cara extraña. – Pues yo estaré ahí para recogerte a las seis si tenemos suerte y tú eres la elegida, tú y yo iremos a celebrarlo a...
- Eh, te he dicho que nada de fiestas.
- Qué no es una fiesta, solo te voy a llevar a un sitio que creo que te va a gustar aunque no se aún si irá Katie o no, ya que como esta con su novio, Oliver Wood... no sé si...
- Oh Katie, me mandó un mensaje y con todo esto se me olvidó – Hermione sacó rápidamente el móvil de su bolso y lo leyó en voz alta – "Chicas no hace falta que vengáis a recogerme a casa hoy, Oliver me va a llevar, aún así muchas gracias, nos veremos allí, besos. –Katie." , Pues eso...
- Anda que ella va a avisar antes, puf. – Hannah rodó los ojos y miró a su amiga suspirando. – En fin será mejor que vayamos ya si no queremos llegar tarde.
- Si..., por cierto Hannah hablando del sitio a donde me vas a llevar, ¿donde es?. – Hermione estaba intrigada sobre ese misterioso lugar a donde le iba a llevar su amiga.
- Es una sorpresa, pero te va a gustar, además quiero presentarte a alguien. – Hannah reía nerviosa mientras sus mejillas se sonrojaban.
- ¿Qué?, ¿Donde?, ¿Y a quien me vas a presentar?. – Hermione sonreía, sabía que algo le había pasado a Hannah y no se lo había contado, pero no estaba enfadada ya que veía feliz a su amiga.
- Ten paciencia, después dices que soy yo la impaciente, solo... tendrás que esperar hasta las seis de la tarde... – Hannah sonreía mientras adelantaba a su amiga.
- No me hagas esto por favor..., venga Hannah no seas mala – la castaña reía mientras se acercaba a su amiga, pero no le sirvió de nada insistir ya que Hannah se había cerrado en banda y no estaba dispuesta a decir nada hasta esa tarde.
Llevaban ya mucho tiempo ensayando con la banda y ese sería su día de estreno o por lo menos algunas personas irían a verlos y si les gustaba tal vez podrían llegar a ser famosos, solo tal vez.
- Solo el tiempo lo dirá – susurró un chico pelirrojo tumbado bocarriba en su cama, observando el techo de madera del hogar de los Weasley. No es que fuese una gran casa, pero al menos tenía el calor de una familia humilde que aunque no tenía el dinero suficiente para darles todas las cosas a sus hijos, se mantenían como podían y todo lo que hacían era con amor, amor de una familia unida y feliz a pesar de ser de clase media.
La familia era grande a pesar de que los hijos más mayores ya no estuviesen viviendo con ellos. El padre era Arthur Weasley un hombre honrado y honesto, capaz de hacer todo por su familia sin preocuparle las consecuencias, Molly Weasley una ama de casa humilde y con una sonrisa en la cara que le hacía ver que no hacía falta tener dinero para ser feliz, se preocupaba de los suyos y siempre intentando darle lo mejor a sus hijos, después venía los hijos, el primero de todos era Bill Weasley, listo y trabajador, no le había hecho falta estudiar en unos de los mejores institutos de la ciudad ya que sus notas eran muy buenas y estudiando la carrera de empresariales se encontraba trabajando en un banco de la ciudad llamado Gringott donde todos lo trataban muy bien y lo respetaban, recién casado con su esposa Fleur Delacour, una francesa que le cautivó desde el primer instante en que la vio, Charlie Weasley era el segundo hijo de la familia, nunca se había preocupado mucho de los estudios, pero aún así le había ido bien y ahora era un gran veterinario que vivía en Rumania pero no tenía novia ninguna desde que lo dejo con su mejor amiga Nymphadora Tonks, Percy Weasley era un chico responsable y muy listo, siempre respetaba las normas y no se las saltaba, un chico rígido y serio aunque de buen corazón, después venían los gemelos Weasley, Fred y George, eran unos chicos aventureros y bromistas, siempre estaban contado cualquier chiste aunque fuese en momentos serios y se les reconocía por ser unos chicos alegres y bastante locos, tenían una tienda de artículos de broma en el centro de Londres y les iba bastante bien, ya que como solían decir "En tiempos difíciles lo que el mundo necesita es risas, eso ayuda a seguir adelante", el sexto hijo de la familia se llamaba Ronald Weasley, un chico inseguro, orgulloso y con complejo de inferioridad, él era una chico que valía mucho como persona, pero aún así Ron solo se veía como un cero a la izquierda, aunque eso no fuese verdad, también era trabajador, listo, valiente y el mejor en ajedrez y siempre había contado con la ayuda de su mejor amigo Harry Potter, por último estaba la pequeña Ginny Weasley, la chica deseada por el matrimonio Weasley, que después de seis hijos varones y casi dados por vencidos, vino la dulce y preciosa Ginevra, ella era simpática, aunque un poco orgullosa y era normal que después de seis hermanos varones algo se le haya pegado a la pequeña Ginny, era trabajadora como Bill, le encantaba los animales como a Charlie, era lista como Percy, graciosa como Fred y George y valiente como Ron. La familia Weasley se caracterizaba por ser una familia feliz de pelirrojos con pecas, humildes y honestos y eso en una familia, era lo más importante.
- Ron baja a desayunar, se hace tarde. – El pelirrojo oyó desde su habitación como su madre le llamaba, no le costó mucho levantarse ya que llevaba más de una hora despierto tumbado en su cama mientras pensaba en su grupo de música.
Ron tenía 17 años cumplidos el pasado 1 de marzo, con esa edad muchos sentían que el mundo era suyo. Aunque no tuvieran aún la mayoría de edad, eran más maduros y se les dejaba hacer más cosas que a edades tempranas no. Ron no tenía mucho, sus padres no tenían mucho dinero y no podían permitirse muchas cosas, así que lo único más importante que tenía en ese momento era su banda de música, Win 4, muchos creían que el nombre del grupo significaban "ganar 4", por ese motivo muchos le decian que eran unos "Ganadores", pero ellos hicieron simplemente un juego de palabras. La banda la formaron el invierno que tenían 15 años, por eso mismo decidieron ponerle Win al grupo, de la palabra "Winter" (invierno) y el número refiriéndose a los 4 integrantes del grupo, Harry Potter el vocalista y el que tocaba el piano, Ron Weasley el guitarrista y vocalista también, aunque solo cantaba algunas canciones, Cormac McLaggen el batería y Neville Longbottom era el que tocaba el bajo. Así formaron Win 4, y tal como decía su nombre, ellos se consideraban unos ganadores y estaban dispuestos a triunfar pasase lo que pasase, por eso llevaban tanto tiempo preparándose, ensayando día y noche y después de 3 años estaban listos para cantar frente al publico. No era mucho lo que habían conseguido en esos 3 años, habían ensayado mucho y tenían algunas canciones escritas pero aún no estaban preparados para enseñarlas, así que quisieron empezar desde abajo, empezando poco a poco. Lo único que habían conseguido por ahora era cantar en un bar de Londres, donde le habían contratado para cantar todos lo viernes por la tarde, ellos lo consideraban un gran progreso, porque aunque cantaran canciones de otros grupos y no las suyas propias, estaban orgullosos del gran paso que habían dado.
- Ronald Bilius Weasley, dime cuantas veces tengo que llamarte para que bajes a desayunar – Molly había subido a la habitación de su hijo abriendo la puerta bruscamente, histérica porque Ron no le hiciera caso.
- Ya voy, mamá, ya voy. Además hoy no hay clases, ya lo sabes, han ido de excursión. – Ron se levanto de la cama al ver a su madre, ataviado nada más con su pantalón de pijama, se puso la camisa antes de que su madre le cogiera de la oreja arrastrándolo hacía la cocina.
- Sí, lo se y deberías haber ido, así no estarías aquí tirado todo el día.
- Mamá, tengo ensayo con el grupo, hoy es nuestro día.
- Pues si no quieres llegar tarde baja rápido y desayuna – y cerrando la puerta de un portazo, se despidió la Señora Weasley, mientras Ron se cambiaba de ropa. Molly aceptaba la banda de su hijo, aunque al principio no le gustase mucho la idea, ya que lo único que quería para su familia, es que tuvieran una vida mejor de la que ellos le habían podido dar, pero después de muchas insistencias y largas conversaciones, llegó a aceptarla pero con la condición de que siguiera estudiando a la misma vez que estaba en el grupo, el pelirrojo lo acepto feliz y sin rechistar.
- ¿No hay nadie?. – Ron había bajado a la cocina y se encontró el lugar vació, solo con su madre que fregaba los platos.
- No, tus hermanos están trabajando, tú padre también y Ginny ha ido al instituto, eres el único que sigue sin hacer nada a estas horas del día.
- Oye mamá... que yo no tengo que hacer nada – balbuceó Ron mientras se llevaba una tostada a la boca.
- ¿Y el grupo?, ¿a que hora habéis quedado para ensayar?. – Molly se había girado hacía su hijo, mientras le miraba interrogante.
- Eh, pues a las... ¿que hora es?.
- Las 10:30.
- ¡¿Qué? – Ron abrió los ojos como platos, levantándose bruscamente. – No puede ser, creía que era más temprano, había quedado en la casa de Harry hace unos diez minutos, me va a matar. – Ron cogió su móvil el cual estaba apagado y chasqueo la lengua nervioso pensando en la bronca que le caería al llegar a la casa de su amigo. – Bueno mamá, tengo que irme, nos vemos al medio día. – Ron se acerco a su madre dándole un beso en la mejilla y cogió una tostada del plato, mientras se acercaba a la puerta corriendo.
- ¿Pero como vas a ir?, no te va a dar tiempo, esta muy lejos.
- No te preocupes, cojo un taxi, adiós. – gritó Ron mientras cerraba la puerta de la casa y se dirigía deprisa hacía la casa de su amigo.
- Qué día más largo... – Hermione suspiró mientras recogía sus libros para dirigirse a la siguiente clase del día.
- ¿Ya te estas quejando Hermione?, pues aún queda mucho para la hora de salir y si estas primeras horas se te están pasando lentas, más se te hará en la clase de Historia con McGonagall.
- Son eternas – dijeron Hannah y Hermione a la vez y ambas rieron.
- Sí tienes razón – dijo Hermione sonriendo – Mira quien viene por ahí, Katie y los chicos. – Hola, no os hemos visto por las primeras clases.
- Nosotros estábamos en baloncesto, ya sabes se acercan las finales y hay que entrenar, ¿verdad chicos? – dijo Dean mirando a Ernie y Seamus quienes asintieron.
- ¿Y tú? – dijo Hannah mirando a Katie, quien venía con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Yo?... em... nada.
- Ha estado las primeras horas con el novio y ha entrado al colegio falsificando la nota, diciendo que era de su madre.
- ¿Qué? – dijeron Hannah y Hermione atónitas.
- Chh, pero cállate, se va a enterar todo el instituto – dijo Katie pegando a Seamus en el hombro. – Solo han sido dos horas, además no es para tanto.
- ¿Qué no es para tanto? – dijo Hermione - te pueden expulsar por esto, ¿sabes?.
- Ya pero no lo han hecho, ¿o acaso se han enterado?.
- No, pero...
- Pero nada y ahora vamonos a clase de Historia, que como lleguemos tarde McGonagall nos liará una buena.
- Puf, vale. – Hermione suspiró resignada.
- Nosotros nos vamos a baloncesto, la directora Umbridge, nos ha dejado estar las primeras horas entrenando con el equipo, ya que pronto será el partido oficial.
- Esta bien, nos vemos en el descanso, hasta luego. – dijo Katie y se giro junto a sus amigas para ir hacía la clase de Historia.
- Espera Hermione – Ernie se había acercado a la castaña antes de que entrará en clase - ¡Felicidades! – Ernie sonrió nervioso y la beso en la mejilla, sonrojado se giró rápidamente y se fue junto con sus amigos.
- ¡Qué fuerte! Macmillan esta coladito por ti. – dijo Katie riendo, mientras se acercaba a Hermione con Hannah a su lado.
- Es cierto Hermione, te ha besado la mejilla y se a puesto colorado. – apoyo Hannah a Katie.
- Y eso, ¿qué?, no es más que un beso y un ¡felicidades!, además a mi no me gusta así que... – Hermione entro en la clase donde la profesora aún no había llegado y se sentó en su pupitre.
- ¡AH!, es cierto, siento el olvido Hermione, de verdad..., ¡Felicidades! – dijo Katie o más bien gritó delante de los pocos alumnos que había en aquella clase, ya que como casi todos estaban en las pruebas de baloncesto y algunas en las animadoras no había mucha gente allí.
- Gracias – dijo Hermione mientras se veía aplastada por uno de los fuertes abrazos de su amiga Katie.
- ¿Y que vas a hacer?, ¿Party?, ya sabes... piscina, amigos,...
- Eh, no. – Hermione indiferente sacó los libros de su bolso y los acomodo en la mesa para tenerlos preparados para cuando llegase la profesora.
- Qué despreocupada, es tú cumpleaños, tú 16 cumpleaños. – dijo Katie sentándose al lado suya.
- Lo mismo le dije yo – susurró Hannah desde la mesa de atrás.
- Ni que fuera mi boda – Hermione rodó los ojos y miró a sus amigos. – Haber que quede claro, que no quiero fiestas, ni nada por el estilo, ¿vale?. Ahora lo único que ocupa mi mente son el papel...
- Sí..., el papel protagonista de ballet ¿no?. – suspiró Hannah.
- Exacto, así que...
- Pero es tú 16 cumpleaños, tú 16 cumplea...
- Qué no Katie, este año no. – Hermione miro a su amiga seria y giro la cabeza al frente al ver que había llegado la profesora. – solo ire con Hannah a un sitio que me quiere llevar esta tarde – susurró la castaña y Hannah sonrió al escucharlo.
- ¿En serio? – alzó un poco la voz Hannah acercándose a su amiga, pero enseguida se sentó bien en su silla, al ver la mirada que le había hechado la profesora.
- Sí, pero nada de fiestas sorpresas ni nada eh – Hermione se giró hacía su amiga para decírselo, mientras la veía asentir sonriendo.
- Por supuesto – susurró.
- ¿Pero que sitio es?, ¿porque no me decís nada?, ¿es una fiesta?, yo quiero ir. – Katie alzó un poco la voz casi sin darse cuenta de la presencia de la maestra.
- No es ninguna fiesta y además tu esta tarde estas con Oliver, ¿no?. Así que no pasa nada, tampoco te pierdes mucho – dijo Hannah y saco su libreta dispuesta a prestar atención a la clase.
- Pero yo...
- ¡Señorita Bell!, ¿Va a prestar atención a la clase o seguirá de charla con sus amigas? – McGonagall miraba a Katie por encima de las gafas un poco enfadada y eso la hizo estremecer poniéndose bien para atender a la clase.
- Lo siento profesora McGonagall.
- Esta bien – Minerva asintió y dirigió la mirada hacía los pupitres vacíos de su clase. – Pero,... ¿donde están vuestros compañeros?.
- Están entrenando profesora. – respondió Hermione mirándola.
- ¿Y se puede saber quien le ha dado permiso para faltar a clases solo por entrenar?.
- La directora Umbridge, profesora. Dijeron que tenían su permiso, ya que se acercan las finales y tienen que...
- ¿Pero como ha podido la directora dar ese permiso?.
- Si me lo permite profesora, a la directora le preocupa más la imagen que da el instituto ganando trofeos en juegos inútiles, que en los estudios. – dijo Katie mirando a Minerva quien sonrió ante el atrevido comentario de la joven.
- Sí, eso parece, pero no podemos hacer nada, querida.
- Todo era mejor cuando estaba el director Dumbledore, profesora – dijo Hannah, Minerva se la quedo mirando pensativa y es que ella también pensaba lo mismo.
- En fin, página 98.
- Llegas tarde Ron. – dijo Harry mirando a su amigo enfadado.
- Lo siento tío, lo siento, me olvide. – Ron cogió la guitarra situandose al lado de Neville.
- No podemos empezar más tarde Ron, lo sabes, todos tenemos otras cosas que hacer.
- Lo se Harry, no va a volver a ocurrir.
- Tampoco es algo serio tío, tranquilo. – dijo Cormac, pero cayó rápidamente al ver la cara de Harry.
- Pero nos han dado trabajo en el bar y como lo hagamos mal nos hechan así que ha ensayar.
- Si – Ron río al ver la cara del rubio y volvió a hablar - es cierto, el amigo de mi padre nos dio esta oportunidad en su bar así que no la desperdiciemos. En fin, ¿Y que canciones vamos a tocar?.
- Pues he pensado que podemos empezar con "Get around this".
- ¿De Safetysuit?, me gusta Harry – Ron sonrió, era uno de sus grupos favoritos, estaba muy agradecido de que su amigo haya pensado en que esa sea la primera canción que tocaran.
- ¿Y porque no tocamos?, "You found me" de The Fray. – opinó Neville, mientras miraba distraídamente las cuerdas de su guitarra y las tocaba.
- ¿You found me?, no. Es decir, yo quiero tocar a Safetysuit – dijo Ron molesto.
- Si, yo también solo digo que podemos empezar por "You found me", creo que es un gran tema de ese grupo para empezar a tocar. – Neville le miró mientras hablaba tranquilamente – Me gusta el significado de esa canción, creo que deberíamos empezar por ahí y luego seguir con safetysuit.
- Perdido e inseguro, tú me encontraste, tú me encontraste... – susurró Ron cantándola. – Bueno vale – dijo al fin resignado. – Pero luego get around this, ¿vale?.
- Sí... – dijeron los tres chicos mirando al pelirrojo y sonrieron.
- Bueno venga chicos, a la de 1, 2 y 3. – gritó Harry acercándose hacia el piano y dieron marcha a sus instrumentos y voces, mientras preparaban su primera actuación ante el público, que aunque no fuera mucho y tocaran en un bar pequeño, ellos aún así, estaban agradecidos y felices por lo que iban a hacer.
Después de un largo día en el instituto, la hora de salir ya había llegado. Hermione acababa de despedirse de su amiga Hannah quien vivía también en el mismo barrio y calle que ella, pero a algunas casas más lejos de la suya, así que entro en su casa, pero como casi todos los días, allí, no había nadie. Ha paso rápido fue subiendo las escaleras hasta llegar a su habitación y encerrarse allí, no tenía hambre, así que dejo las cosas en su escritorio y se hecho en la cama, tumbada boca arriba Hermione pensaba quien sería la escogida para "El lago de los Cisnes", el sonido de su móvil la alejo de sus pensamientos volviéndola a la realidad, lo cogio de la mesita de noche y descolgó.
- ¿Hannah?, ¿Qué pasa?.
- Lo siento, se me olvido decirte antes. ¿A que hora salías de ballet?.
- A las 6pm, ¿por qué?.
- Pues voy a recogerte, no te vayas, espérame, ¿Vale?.
- Sí pero , ¿para qué?.
- ¿Cómo que para qué?, ¿no recuerdas lo que te dije esta mañana?.
- Ah si, es cierto, vale, ¿pero donde es?.
- No te puedo decir, es una sorpresa.
- Pero al menos dime porque barrio, calle, plaza...
- En el barrio de Camden.
- ¿Qué?, ¿y porque hay?, esta muy lejos de casa, además mis padres no me dejan ir mucho por allí. No les gusta mucho ese sitio.
- Ya se sabe que no es un barrio como Belgravia, pero tampoco esta tan mal eh, además lo siento pero el grupo va a tocar allí, así que no podemos hacer nada.
- ¿Qué grupo?.
- Oish, seré bocazas. Nada, que luego te recojo, ¿Vale?. Adiós.
- Espera, Hannah, Hannah. Vale... Adiós.
Hermione colgó el teléfono confusa, preguntándose donde la llevaría su amiga, aunque no duraron muchos esos pensamientos, mientras sus ojos se cerraban lentamente y caía rendida a los brazos de Morfeo.
No sabía que hora era, tampoco recordaba muy bien donde se encontraba, solo sentía como su madre le agitaba el brazo.
- ¿Qué pasa mamá?. – susurró Hermione abriendo los ojos y bostezó.
- Hija, quedan 15 minutos para entrar a ballet y aún sigues aquí.
- ¿Qué? – Hermione abrió los ojos como platos, no se lo podía creer, se había quedado dormida. Se levanto de un salto de su cama, corriendo para el baño, se quito el uniforme del colegio y se puso el traje de ballet, ya que no le daría tiempo de cambiarse allí. Andando desde el distrito de Belgravia hasta Covent Garden era una media hora aproximadamente y si quería llegar a tiempo, debía darse prisa. Se hizo un moño alto, bien recogido y termino de vestirse. Cuando salió del baño su madre aún seguía allí.
- Hija, te llevo yo hoy – dijo la madre de Hermione mientras se levantaba y se acercaba a su hija.
- Pero mamá tienes trabajo.
- No te preocupes, no pasa nada porque hoy llegue un poco más tarde que de costumbre ¿no? – sonrió.
- Gracias mamá – dijo Hermione sonriendo y la abrazo. – En coche nos llevará unos 10 minutos así que vamos mamá, corre.
Hermione bajaba las escaleras rápidamente, mientras su madre iba detrás sonriendo orgullosa de su hija, de la hija que aunque no hubieran pasado todo el tiempo que quisieran con ella, era la mejor que habían podido tener.
- El papel será tuyo cariño. – dijo su madre llegando hasta el coche y sentándose en el asiento del conductor.
- Eso espero – dijo Hermione nerviosa, a su lado, mirando al frente. – Por cierto mamá.
- Dime.
- Esta tarde Hannah va a venir a recogerme a ballet.
- ¿Porque?, ¿donde vais?.
- No lo se, es sorpresa. – dijo ella nerviosa, sin decirle el lugar al que iban. El barrio de Camden se caracterizaba por albergar uno de los mercados callejeros más variados y extravagantes de todo Londres, allí iban casi todos los turistas que viajaban a Londres, por las cantidades de tiendas y bares que había allí. A los padres de Hermione no le gustaban que fuera allí por el miedo de que algo le pudiese ocurrir en aquel lugar, donde cientos de turistas se reunían en vacaciones.
- Bueno espero que no os alejéis mucho de casa.
- Por supuesto que no mamá – Hermione sonrió con disimulo y después de unos minutos en silencio observo que ya habían llegado. – bueno mamá, nos vemos más tarde. Gracias por traerme.
- De nada, adiós cariño.
- Adiós, te quiero. – la castaña se despidió dándole un beso en la mejilla a su madre y salió rápidamente del coche mientras se adentraba en el Royal Opera House, donde se celebraría esas navidades "El lago de los cisnes" y donde ellas aprendían ballet .
- Gracias Hagrid por dejarnos tocar aquí. – dijo Ron palmeando la espalda del dueño del bar.
Hagrid era amigo de los padres del pelirrojo desde que el tenía conciencia, no recordaba ningún momento de su vida sin haberlo pasado con Hagrid. Arthur Weasley y Rubeus Hagrid se conocieron en ese mismo bar, pero más antiguo, el era un simple camarero y Arthur era un cliente que venía a menudo, allí conoció también a Molly, así que Hagrid sabía la historia de amor del matrimonio Weasley. Después de unos años el bar se puso en venta y Hagrid lo compró. Estuvo más de un año en reformas, ya que Hagrid quiso hacer algo más moderno, para que entrará más clientes y ya que ese era un lugar donde iban muchos los turistas, con un poco de música en vivo y buena comida estaba seguro que el bar se llenaría de gente.
- No hay de que, pero ya sabéis las reglas chicos. – dijo Hagrid desde detrás de la barra.
- Nada de destrozos, ni ruidos muy altos. – dijeron todos a la vez mientras se colocaban en el pequeño escenario que había en el local.
- Exacto, así que como lo tenéis claro, os dejaré tocar. Bueno y ¿a que hora empezáis?.
- Pues sobre las seis y media – dijo Neville mientras probaba como sonaba el bajo.
- ¿Porque no antes?.
- Porque no creemos que venga mucha gente a las cinco de la tarde. – dijo Harry acercándose a la barra y se sentaba en un taburete. – Y además Neville quiere tocar cuando venga una chica.
- Una chica eh, Neville. ¿Qué chica? – dijo Hagrid, mientras Cormac y Ron silbaban riendose detrás y el pobre Neville se ponía colorado.
- Nadie en especial. – susurró con las orejas rojas.
- ¿Como que nadie en especial amigo? – Ron se acercó a él palmeandole la espalda. – La conoció en la biblioteca la semana pasada, él fue para estudiar allí porque...
- Ya lo cuento yo, gracias Ron. – dijo Neville separandose del pelirrojo y se sentó en el gran escalón que subía hacia el escenario. – Pues eso, que la conocí la semana pasada en la biblioteca – dijo Neville, quien se sentía un poco incomodo hablando de ese tema.
- Vamos Neville, cuenta, estamos entre amigos – dijo Hagrid sonriendo, transmitiendole confianza. El moreno sonrió y se dispuso a contar la historia.
- La verdad, es que no es mucho lo que tengo que contar – Neville hablaba mientras que Ron y Cormac se sentaron a su lado y Harry y Hagrid le miraban desde la barra. – En mi calle llevan casi un mes con obras y yo ese día no me podía concentrar con tanto ruido, así que decidí irme a la biblioteca a estudiar ya que al día siguiente tenía un examen. Ese día, había mucha gente allí, así que no había muchas mesas vacias donde sentarse. Pero entonces, la ví, una mesa grande, con solo una persona sentada, me acerque y allí estaba ella. Me miró y sonrió, después siguió haciendo sus cosas, pero luego de un rato, sin saber porque me miró y me habló. Tal vez se debió dar cuenta de que la miraba mucho o es que se aburria demasiado y era yo la persona más cercana a ella, pero en fin, el caso es que me habló. Así que después salimos juntos de la biblioteca y seguimos hablando, yo le conté lo del grupo y que si quería ir a verlo, ella sonrió encantada, con una sonrisa preciosa por cierto, y bueno, no se que más decir, luego ella se fue y me dijo que estaría en el bar sobre las seis y media.
- Oh, que bonito Neville – sonrió Hagrid mirando al joven, quien se sonrojo por el comentario. - ¿Y como es?.
- Pues es rubia, tiene el pelo largo y mejillas rosadas..., es preciosa... – susurró Neville embobado, mientras miraba a un punto fijo de la pared pensado en ella.
- No nos has dicho su nombre Neville, ¿como se llama?. – preguntó Ron quien había escuchado la historia antes junto a sus amigos pero nunca oyó su nombre.
- Ah, sí, perdona. Se llama Hannah, Hannah Abbott.
- Y esta forrada – dijo Cormac sonriendo mientras miraba a Hagrid.
- Cormac – dijo Neville enfadado - ¿Y eso que?, da igual como este. Eres demasiado superficial tío.
- Yo para nada – dijo Cormac molesto.
- ¿Y como sabes que tiene dinero Cormac?, ¿acaso te lo dijo a ti, Neville?. – preguntó Harry extrañado.
- No, para nada, solo dijo que vivia en el distrito de Belgravia y que tenía que irse rapido porque estaba lejos de ahí.
- ¿Belgravia? – dijeron Ron y Harry a la vez.
- ¿No ves?, lo que decia yo, forrada... – susurró Cormac mirando a sus amigos.
- Pero no es como los ricos de allí, en serio, chicos. Ella es amable, muy simpatica y dulce. En serio, ya la conocereis.
- Seguro que tienes razón Neville. – sonrió Harry y se levanto acercandose al piano – quiero empezar ya.
- Y yo – susurró Ron quien se acercó a él.
- Claro que sí – dijo Cormac al lado de Neville y le palmeó la espalda – si te a hablado a tí, tiene que ser una santa.
- Serás... – Neville se levantó furioso mientras Cormac reía mirando su cara roja de la ira.
- No le hagas caso Neville – Hagrid se acercó a él, mientras ambos miraban como Cormac se fue hacia la batería y empezó a tocarla. - ¡Oye, nada de ruidos muy altos, al menos hasta que empeceis!.
- Sí Hagrid.
- Este Cormac – susurró Hagrid rodando los ojos. – Bueno son las seis, solo media hora para hechizar al publico con las canciones, seguro que lo hareís genial.
- Claro que si Hagrid – dijo Ron riendo y miró a sus amigos. – Allá vamos Win 4.
- ¡Alla vamos! – dijeron todos a la vez sonriendo emocionados.
- Hermione. – Hermione estaba descansando sentada en el suelo del aula mientras se estiraba un poco después de la clase dura de ballet, pero entonces oyó como la llamaban y dos chicas se acercaron a ella, eran Padma y Parvati Patil, dos amigas de ballet, eran gemelas y unas buenas personas, pero aún así eran un poco cotillas – Hermione, acaban de sacar la lista vamos a verla, corre. – ambas chicas la cogieron de la mano y juntas se fueron hacia el tablón de anuncios. Había mucha gente allí, algunas chicas se iban tristes con la cabeza baja, otras reían y daban saltos de felicidad y otras cuchicheaban entre sí. Sintió un escalofrío cuando noto una mirada fija en ella, y así era. Lavender Brown pasó por su lado mientras la miraba friamente , la verdad es que no era una de las personas con quien mejor se llevase Hermione, pero aún así no entendía su mirada. Sin darle muchas vueltas se acercó al tablón de anuncios y busco su nombre en los muchos folios que habían allí pegados. Fue mirando los nombres hasta llegar al suyo, no estaba nerviosa, ya que no esperaba ser la protagonista, tal vez secundaría o suplente, pero en cuanto vió el papel que le había tocado abrió los ojos como platos aún mirando esa pequeña palabra.
- ¡PROTAGONISTA! – oyó gritar a las hermanas Patil mientras la abrazaban, ella aún estaba petrificada, no se lo podía creer, al final después de todos aquellos meses de duro trabajo había tenido recompesa, era protagonista de uno de los ballet más importante para ella y se sentía orgullosa por ello.
- Oh dios, no me lo puedo creer, protagonista yo, chicas... ¡YO! – Hermione reía nerviosa aún sin creerlo y entonces vió como Hannah entraba y se acercaba a ella.
- Venga tenemos que irnos, casi son las seis y media y yo... – no le dió tiempo a terminar la frase ya que Hermione se había tirado practicamente encima suya y la abraza fuertemente.
- Soy protagonista Hannah, ¡Protagonista!, no me lo puedo creer. – Hermione casi lloraba de la emoción, mientras reía feliz por aquello.
- Oh dios, es verdad, casi lo olvido, la lista. – dijo Hannah separandose de ella y la miraba feliz. – Felicidades cariño – Hannah la volvió a abrazar feliz mientras ambas sonreían. – lo sabía cariño, sabía que lo conseguirias, muchas felicidades cielo.
- Estoy muy feliz, no me lo esperaba, a sido toda una sorpresa.
- ¿Por eso Lavender te miraba así?. – preguntó Padma mirando a la castaña, quien se giro rapidamente a mirarla.
- Es cierto, ella también trabajo mucho,... espera – dijo Hermione acercandose de nuevo a las listas y buscando el nombre de su compañera. – Brown, Brown... espera. Aquí esta, Brown Lavender, suplente de la protagonista.
- ¿Qué? – gritaron las hermanas Patil a la vez.
- ¿Qué pasa?, al menos a tenido un buen lugar, no entiendo la manía que me tiene. – dijo la castaña chasqueando la lengua.
- Pues que seguro que hará algo para que tú faltes y sea ella la protagonista, ya sabes como es Lavender.
- No creo que Lavender sea capaz de hacer algo ¿no?. – dijo Hermione un poco nerviosa.
- No lo se. – susurró Parvati pensativa.
- ¡Ah!... – el gritó de Hannah hizo que las tres la miraran rapidamente.
- ¿Qué pasa?. – dijeron las tres a la vez.
- Mira que hora es las seis y cuarto, lo siento chicas, me la tengo que llevar, nos vemos otro día. – Hannah agarro de la mano a Hermione y la hizo correr con ella hasta la salida. – Como no salgamos ya, no llegamos a tiempo.
- Espera Hannah, al menos dejame cambiarme. – Hermione intentaba soltarse de su amiga pero la agarraba demasiado fuerte.
- No hay tiempo para que te cambies de ropa. No estas tan mal con las mallas, los calcetines esos y la camisa, solo quitate el moño ese y ya. – Hermione suspiró y se quito el moño como dijo Hannah dejandose el pelo suelto mientras que cogió su bolso y salieron a la calle.
- ¿Por aquí no hay taxis?. – preguntó Hannah exasperada.
- No muchos. – dijo Hermione tranquila.
- Puf... ¡Ah!, mira ahí hay uno, vamos. – Hannah volvió a coger de la mano a Hermione y corrieron hasta llegar al taxi que estaba a punto de irse. – Llegamos a tiempo – dijo esta sentandose en el asiento trasero del coche junto con Hermione y le decía al taxista la dirección. Después de unos minutos llegaron al lugar donde el taxista le había llevado, Hannah le pagó y ambas bajaron del auto.
- Así que a Camden, eh. ¿Para que me traes aquí?.
- Hermione te acuerdas del chico que conocí en la biblioteca.
- Sí, ¿y que?.
- Pues que toca en una banda o algo así y me invito a que lo viera tocar junto con sus amigos, ¿no es mono?. – Hannah sonreía feliz. – Es un local en esta calle, venga vamos.
- Bueno, pero no podemos estar mucho aquí, ¿Vale?. No quiero que mis padres me descubran.
- Qué sí, además no hay mucha gente hoy por aquí. – dijo Hannah mientras se dirigian hacía el local.
- ¡Oh! ¿Ese es? – dijo Hermione mientras observaba un pequeña bar donde se empezaba a escuchar algo de musica y había mucha gente.
- Sí, corre que están empezando. – ambas de nuevo empezaron a correr hasta llegar allí y entraban con dificultad ya que había mucha gente ahí dentro.
- Puf, si que hay gente – dijo Hannah ya dentro, miro hacía el escenario pero no había nadie, solo estaba los intrumentos. – No hay nadie Hermione – la castaña dirigió su mirada hacía donde miraba su amiga y observo que efectivamente no había nadie y también dandose cuenta de que la música que sonaba era de los altavoces del local.
- ¿Y si te ha mentido?.
- ¿Qué?, no, no creo, no puede ser. Oh, Hermione no me digas eso – dijo Hannah un poco desilusionada y un tanto triste.
- Yo no digo nada, solo digo que puede ser, ya que ahí no hay nadie tocando y la música sale de los altavoces. – Hermione miró a su amiga quien se le notaba un poco triste. – Haber vamos a preguntarle al camarero antes y si no, pues nos vamos y ya, ¿vale? – Hermione miró a su amiga quien asintió. Ambas se acercaron a la barra donde un hombre bastante alto y robusto estaba atendiendo a algunos clientes.
- Perdone, Hola, puede venir – Hermione hablaba un poco fuerte ya que con la música no se le escuchaba muy bien.
- ¿Qué haces aquí Granger? – Hermione escucho una voz, que se le hacía muy conocida, se giró a ver quien la llamaba y se encontro con Lavender Brown, la chica a quien le había quitado el papel protagonista, la cual se le notaba muy enfadada con ella.
- ¿Lavender?, ¿Y tú?, ¿Qué haces aquí?. – dijo Hermione sorprendida de que estuviera allí, aunque el tono de su voz no le sorprendió tanto.
- ¿A ti que te importa?. – dijo Lavender borde y tajante, mientras que se bajaba del taburete que estaba sentada – si es que ya no se puede estar lejos de tí, eres como las moscas Granger, te pegas a mí y me lo arrebatas todo.
- ¿Pero que? – Hermione abrió los ojos sorprendida por las palabras de Lavender. - ¿Quién te crees para decirme eso, eh?.
- Nadie, eso es lo que nos diferencia Granger, te crees la niña perfecta, la niña buena, la niña que lo consigue todo. Me has quitado el papel que era muy importante para mí.
- Para mi también lo era ¿vale?. – Hermione estaba muy molesta por las palabras de esa chica, le dolia que la tratase así.
- Exacto, no eras la única que lo quería, mi amiga también, ella no tiene la culpa de que se lo hayan dado a ella y no a ti – Hannah defendió a su amiga ya que no podía seguir callada mientras que le decían eso a Hermione.
- En fin... – Lavender suspiró rodando los ojos sin darle importancia al asunto, queriendo irse de allí. – Hagrid, aquí hay dos chicas que te estan llamando – dijo esta y se alejó rapidamente de ellas.
- ¿Pero que?... – Hermione se quedo de piedra, por el cambio de la chica y sin darle mucha importancia miro al camarero que se había acercado a ellas – perdone, ¿aquí van a tocar un grupo? Es que a mi amiga le dijo un chico que iba a tocar sobre las seis y media, pero no esta aquí y...
- Ah tú eres Hannah – dijo el hombre robusto mientras sonreía y la miraba.
- Eh, no, es ella. – dijo Hermione señalando a su amiga.
- Hola – susurró Hannah un poco nerviosa – perdona, ¿como sabes mi nombre?.
- Neville nos lo dijo.
- ¿Qué?, ¿eso es cierto?, entonces... ¿van a tocar?. – Hannah sonrió feliz de saber que no le había mentido.
- Claro, lo que pasa es que como no te veía llegar quiso esperar un poco más, así que pusimos música en la radio para entretener a la gente, ellos están a dentro y..., mira ahí salen – Hagrid señaló a un grupo de chicos que salían de una habitación y subían al escenario. – Ya van a empezar a tocar, bueno disfrutarlo, que me llaman por allí, necesito atender a la gente. Encantado de conoceros.
- Igualmente – dijeron las chicas mientras miraban al grupo que ya estaban colocados en sus sitios para empezar.
- Bueno chicos, ¿Estáis preparados para oírnos tocar?. – todos los que estaban en aquel local gritaron un "Si" bastante fuerte y aplaudian pidiendo que empezaran. – Así me gusta. Pero antes quiero que sepáis que gracias por estar aquí, no esperabamos mucho publico, así que estamos bastante sorprendidos. – Harry hablaba mientras sonreía mirando a todas las personas que había en el local. – Vamos a empezar con "You found me" del grupo The Fray, espero que os guste y que lo disfruteís como nosotros. Gracias. – Harry se coloco en su puesto junto al piano y entonces las luces se apagaron, se ecendieron unos focos que iluminaban el escenario y entonces la música empezó a sonar. Las voces se unian con los instrumentos, todo era magnifico, las luces de diferentes colores que iluminaba a los chicos, las voz del cantante principal junto el coro y los insrumentos te hacía sentir sentimientos extraños, se notaba que le ponian mucha pasión a lo que estaban haciendo, ya que lo hacian bastante bien, casi como una banda profesional.
- Es increible – dijo Hannah admirando la escena.
- No creía que tocarán tan bien. – dijo Hermione mientras observaba anonadada a la banda tocar.
- Vamos a acercarnos, ven – Hannah cogió a Hermione de la mano y la acercó más cerca del escenario.
- Pero si casi no cabemos – dijo Hermione mientras pasaba entre la gente, disculpandose por los golpes que daba al intentar pasar a la fuerza.
- Mira, ahí hay un hueco. – Hannah señaló un lugar cerca del escenario donde no había mucha gente, ya que la gente se estaban acercando a la barra para pedir bebidas, ya que con tanta gente hacía un poco de calor.
- Pero... – Hermione rodó los ojos vencida acercandose al lugar donde le había dicho su amiga. – Pues sí, tienes razón se ve mejor aquí.
- ¿No ves? – dijo ella sonriendo. – Mira Hermione, mira, ese es el chico, ese es Neville.
- ¿Quién?.
- El guitarrista, que guapo es, me encanta. – dijo ella mirandolo embobada.
- ¿No me dijiste que era moreno?, ese es pelirrojo. – dijo Hermione mientras lo miraba extrañada.
- No tonta ese no – Hannah reía por la confusión de su amiga. – El otro guitarrista, mira ese – la rubia le señaló al chico que tocaba la guitarra con mucha pasión y se notaba que le ponía sentimiento.
- Ah vale, lo siento. – Hermione sonrió nerviosa y volvió a desviar la mirada hacía el pelirrojo, se quedo mirandolo unos segundos que le parecieron enternos, mientras le veía tocar la guitarra y sonreír, "tiene una sonrisa bonita" pensó, pero sacudió su cabeza alejando esos pensamientos y miró al cantante. – El cantante es muy guapo – dijo Hermione subiendo el volumen de la voz, ya que casi no se le escuchaba con el ruido y de repente noto un escalofrio, una chica pelirroja se giró rapidamente hacía ella mirandola con el ceño fruncido. "Qué extraña..." pensó.
La canción acabo pronto, todos aplaudieron y vitorearon al grupo, mientras ellos un tanto sonrojados volvieron a agradecer al publico por estar allí, estuvieron tocando durante hora y media sin descanso , tocando también la canción "get around this" de Safetysuit. Todos aplaudian fuertemente sin parar, queriendo que no acabase, pero ellos estaban cansados y necesitaban descansar, así que bajaron del escenario sin antes prometer que el viernes que viene volverían a tocar.
- Neville – dijo Hannah acercandose a él chico, el bar se había vaciado bastante, aunque quedasen algunas personas aún, ahora era más facil pasar por allí sin tropezarse con nadie, así que Hannah se acercó a Neville rapidamente antes de que entrará en la misma habitación de la que había salido antes.
- Hannah... – susurró Neville sonriendo emocionado, no la había visto en todo el concierto, llegó a pensar que no había ido y eso le puso muy triste. – creí que no habías venido.
- Oh, claro que sí, te he visto desde la primera canción, has tocado genial – dijo esta un poco sonrojada.
- Gra... gracias Hannah – sonrió Neville con las orejas coloradas.
- He traido a una amiga espero que no te importe – dijo la chica girandose hacía atrás – Hermione ven. – la castaña hablaba por teléfono, observó como su amiga la llamaba, suspiró y colgó, acercandose a ella.
- Hannah, tenemos que irnos mi madre... Hola – Hermione sonrió nerviosa al chico. – Soy Hermione, Hermione Granger, encantada. – la castaña le estrecho la mano al chico.
- Encantado, yo soy Neville. - el chico sonrió y se acercó a la habitación donde se encontraban sus amigos – esperad, voy a presentaros a mis amigos.
- Hannah, debemos irnos, son las ocho, mis padres me van a castigar, le he dicho que estoy en el cine, que ya voy para allá, pero no se lo van a creer, vamonos... – susurró Hermione a su amiga quien no le hacía mucho caso.
- Esperate un poco más Hermione, nos va a presentar a sus amigos, ya nos vamos, un momen...
- Hola – interrumpió un chico moreno un poco más bajo que Neville y con gafas. – Me llamo Harry Potter, soy amigo de Neville, encantado de conoceros.
- Igualmente – sonrieron ambas un poco nerviosas mientras Harry les invitaba a pasar.
- Vamos, entrad, os presentaré al resto del grupo – dijo Harry amablemente mientras les dejaba paso para entrar.
- Oh muchas gracias, pero creo que ya tenemos que irn...
- Nos disculpas un momento – dijo Hannah a Harry y se acercó a su amiga susurrandole en el oído – solo serán unos cinco minutos como mucho, por favor Hermione.
- Pero..., puf. Solo cinco minutos, ¿vale?. – Hannah sonrió contenta por la respuesta de su amiga y entró en la habitación detrás de Harry. Hermione suspiró esperando que no se quedasen mucho tiempo o si no acabaría castigada y se dispuso a entrar, pero entonces un chico pelirrojo salió corriendo rapidamente sin percatarse de que estaba ella ahí, lo que produjo que se chocaran y se dieran un fuerte golpe. Ella casi cae al suelo, si no fuera porque el la agarro por la cintura.
- ¿Estas bien?, lo siento no te vi – mumuró Ron disculpandose mientras aún la tenía agarrada por la cintura.
- Es obvio que no me vistes – respondió ella con un tono borde – casi me caes al suelo ¿sabes?. – Hermione se soltó bruscamente de él y se agacho a coger su bolso que se había caído al suelo.
- No te acerques a ella Ronald – Hermione oyó la voz de una chica que se acercaba a ellos, se levantó y fijo su mirada en ella, era Lavender Brown. "Y esta ahora que quiere" pensó. – Perdona, pero este es mi novio, ahora que me has quitado el papel, ¿también quieres hacer lo mismo con mi novio?. – dijo la rubia visiblemente enfadada.
- No ha pasado nada Lavender, solo tropecé con...
- Tú novio no me interesa en lo más minimo Lavender, ¿vale?. – le cortó Hermione bruscamente – y además si me han elegido a mi de protagonista y no a ti será porque lo hago yo mejor que tú, ¿no? y ahora si me permitis debo irme – Hermione se acercó a la puerta de la habitación donde se encontraba Hannah junto a los otros integrantes del grupo. – me voy Hannah, mis padres se van a cabrear, te llamo esta noche. Adiós y encantada de conoceros – Hermione se fue sin darle tiempo a contestar a su amiga y cuando iba a salir del local alguién la cogió del brazo con brusquedad.
- Siento haberme tropezado contigo, iba a decirle una cosa a Hagrid y no me di cuenta de que estabas detrás. Y ahora quiero que sepas que no tienes ningún derecho de tratar a mi novia así. Deberías disculparte con ella. – dijo Ron mientras la miraba fijamente con una mirada penetrante, Hermione le miró y vió en su mirada las palabras sinceras del muchacho.
- Acepto tus disculpas, pero no me pienso disculpar con ella, así que adiós – Hermione se volvió a soltar de él y salió del local en busca de un taxi, cuando estuvo a punto de montarse en uno, el mismo chico pelirrojo que antes le había agarrado del brazo lo volvió a hacer, empezando a hablar en un tono enfadado.
- ¿Sabes?, no me arrepiento, claro que no. Eres una de esas personas que lo consiguen todo, que se creen que por tener dinero pueden hacer todo lo que quiera con los demás, así que no me arrepiento de haberme tropezado con una persona como tú. Hay personas que no se lo dan todo y tienen que trabajar duro para conseguirlo, por eso Lavender te dijo eso, porque se sentia mal.
- Yo también me he esforzado mucho, ¿sabes?, ¿crees que lo tenía facil?, pues te equivocas – dijo ella furiosa por las palabras del pelirrojo.
- Las personas como tú no valen la pena, no saben lo dura que es la vida, porque desde pequeños todo a sido color de rosas para ellos.
- Tú no me conoces, no sabes como soy, así que no tienes derecho a opinar sobre mi – gritó ella enfurecida, no iba a permitir que un chico que no conocía la tratase de ese modo. Se soltó del agarre del pelirrojo por tercera vez y subio al taxi. Le dolia lo que ese chico podía pensar de ella sin apenas conocerla, ella no era como él decía y no iba a permitir que sus palabras la afectasen, así que levanto la cabeza con orgullo y miro al frente, deseando llegar a su casa y sentir que todo había pasado.
- Creo que te has pasado – mumuró una chica pelirroja que se había acercado al muchacho, quien seguia en el mismo sitio en el cual había desaparecido la castaña.
- No, le he dicho lo que se merece – dijo Ron girandose y acercandose de nuevo hacia el local. – Ella ha sido la que se ha pasado con lo que le ha dicho a Lavender, eso le ha dolido.
- No se Ron, no la conozco, pero a Lavender si y no es trigo limpio y...
- No vuelvas a hablar así de Lavender, Ginny. – dijo Ron seriamente adentrandose en el local sin darle oportunidad a Ginny de hablar.
La pelirroja se quedo en la puerta pensativa. Conocía a Lavender Brown para saber que no era trigo limpio, nunca le había caido bien, Lavender era de esas personas que tienen dos caras y Ginny después de años sabía como era y que su hermano no debía estar con ella, pero por más que hablase con su hermano de ese tema no le hacía caso. Sabía que él no la quería, pero el se mentia a si mismo diciendo que sí. Ginny suspiró y entró en el bar intentando olvidar ese tema y yendó a felicitar a los chicos por la actuación.
Ron se encontraba sentado en uno de los taburetes de la barra, ya no había nadie en el local y el día estaba oscureciendo. Hagrid se encontraba junto a sus amigos felicitandolos, mientras escuchaba las risas y los elogios, Ron volvió a beber de su vaso de agua, vaciandolo de llenó, sus amigos sabian que quería estar solo, así que supieron dejarlo, mientras él pensaba.
Lavender se había ido a su casa después de las palabras de la castaña diciendo que no se sentía bien y que quería estar sola. El chico no la siguió y sin embargo se acerco a la castaña antes de que se subiera en el taxi, sabía que no tenía derecho de haberle dicho eso a esa chica, pero no había podido evitarlo. Él conocía a Lavender desde que tenían 13 años, sabía que siempre había estado detrás suya, pero nunca la hizo caso, con 15 años él tuvo su primera relación con una chica, fue un noviazgo duro para él, ya que estaba enamorado de ella, pero un día la descubrió con otro y por ese motivo él lo paso muy mal, pero en esos momentos Lavender estuvo ahí con él, para ayudarlo y consolarlo, y quizás solo quizás el sentía que se lo tenía que agradecer siempre, ya que fue la persona que más le ayudo en esos duros momentos y aunque sabía que no la quería, sentía que se lo debía. Así que siempre que su hermana o su madre le decían algo malo de aquella chica el no quería escuchar y se enfadaba encerrandose en su habitación. Lavender podría ser una persona demasiado ruín cuando se lo proponía pero él seguía sin querer darse cuenta de la clase persona que era.
Ron se levantó y se dirigió hacía los baños del local donde procedió a refrescarse la cara, ya que se sentía bastante abrumado por todo lo sucedido. Se miró en el espejo y volvió a pensar en todo lo que le había dicho aquella chica de pelo castaño. Suspiró y apoyandose en el lavabo susurró.
- "Lo siento".
CONTINUARÁ.
